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27.


(  CHAPTER TWENTY SEVEN! )
" objetivo. "


—Llegaste, bienvenido —Heejin sonrió ampliamente, triunfante, al abrir la puerta y encontrar al hombre que había sido su esposo.

Jungkook la miró impasible, y se limitó a contestar.

—¿Viniste a escondidas de tu... bailarín? —preguntó, casi en forma de burla, provocándolo.

—Jimin sabe que estoy aquí —respondió él secamente, a la defensiva—. ¿Me dejarás pasar o harás tus amenazas en el umbral de tu puerta?

—Adelante —se hizo a un lado, dejándolo pasar y lo siguió con la mirada hasta la sala de estar—. Es raro traer a mi ex esposo a mi departamento de soltera —comentó.

—¿Por qué teniendo un lugar como este, te veías con tus amantes en hoteles? ¿Eres despistada o querías facilitarme el trabajo al acusarte por adulterio? —contraatacó Jungkook.

—¿Quieres que responda eso? —Heejin enarcó una ceja con una sonrisa.

—En realidad no me interesa, lo que realmente me interesa es por qué nos hemos reunido hoy, asi que adelante termina con esto de una vez —la miró expectante.

—Tómalo con calma, Jeon. ¿Qué tal si nos tomamos un trago y...? —sugirió.

—No —Jungkook frunció el ceño—. No vine aquí para tener una charla agradable contigo. Estoy aquí para salvar a mi novio de ti. Dime qué carajo quieres.

—¿Tú qué crees? —Heejin se acercó, anulando sus distancias, mirándolo intensamente, y posó una mano en su pecho. Jungkook le sujetó la mano, deteniéndola.

—Olvídalo —la alejó con un empujón, su cercanía le revolvió el estómago—. Eres tan falsa, ni tus mentiras son lo suficientemente creíbles. En todo lo que duró nuestro matrimonio casi nunca quisiste tener relaciones conmigo ¿y ahora sorpresivamente si quieres?. Me das asco.

—Exactamente por eso, tal vez no te disfrute lo suficiente. —rió en voz baja—. Pero tienes razón, sexo no es lo que quiero —volvió a mirarlo, esta vez con seriedad—. Tomaremos un trago y luego hablaremos, o vete y observa cómo hundo a tu bailarín, tú decides.

—Eres tan repugnante. —espeto con rencor.

—Lo sé —sonrió Heejin, acercándose a la mesa donde había una botella de whiskey, hielos y vasos—. Pensé que lo peor de tu amante era que fuera un gigoló, pero parece ser que es peor que eso...

Mientras Heejin hablaba y servía el whiskey, Jungkook aprovechó para mirar a su alrededor, buscando alguna trampa.

—Un asesino, eso es. Aquí tienes —le tendió el vaso con el líquido color ámbar en hielos—. Es de origen más humilde que la misma palabra, sus padres eran unos adictos, lo prostituyeron por un tiempo para solventar sus drogas, luego su madre murió de una sobredosis y su padre... lo mató él ¿sabías eso de tu adorable Jimin? —preguntó enarcando una ceja, tomó asiento en uno de los sofás.

—Lo sé todo —respondió Jungkook—. Limítate a hablar sobre eso si no vas a guardar el mínimo respeto. Jimin no te ha hecho nada, así que no te atreves a hablar así de él.

—¿Qué haces ahí parado? Toma asiento, ponte cómodo, no hay porque hacer estar tan tensos. —le señaló el sofá frente a ella.

Jungkook gruñó con desesperación, quería terminar con toda esa basura de una vez por todas. Bebió el trago de una sola vez y se sentó frente a Heejin.

—Nos hemos tomado el trago, ahora ve al grano de una vez, Heejin.

—Perfecto —sonrió, victoriosa. Dejó también  su vaso en la mesa de centro y luego se sentó a lado de Jungkook, para poder observarlo con mejor definición—. Creí que volverías amenazarme con lo de mi tío a cambio de dejar libre a tu Jimin —pronunció el nombre con énfasis.

—La violencia siempre atraerá más violencia. Vine aquí para finalizar todo, no para crear más problemas —respondió.

—Es bueno que pienses así. ¿Podrías decirme algo? —preguntó Heejin, observando cómo las orejas se le enrojecían y su frente se comenzaba a sudar.

—¿Qué quieres saber? —respondió Jungkook, sintiendo repentinamente más calor—. ¿Qué sucede con la calefacción de este lugar? —se desabrochó la corbata y un botón de la camisa. Una gota de sudor recorrió su cien, y la limpió rápidamente.

Heejin sonrió maliciosamente.

—Dime qué es lo que más te gusta de Jimin. No me vas a mentir. Estabas harto de nuestro matrimonio, pero cuando lo conociste a él, te aferraste con uñas y dientes para obtener el divorcio. ¿Qué es eso que tanto te motiva de él? —insistió.

—Es difícil de explicar —se sintió mareado. No sabía si era por el bochorno que estaba comenzando a sentir o si fue ese simple trago que había tomado. La respiración se le agitó y el cuerpo comenzó a cosquillearle, sintiéndose adormecido.

—Cuéntame Jungkook ¿no crees que lo merezco después de que me dejaste tan cruelmente? —insistió, lo miró fijamente a los ojos logrando ver sus pupilas dilatadas.

—Jimin es... él es... extraordinario, es inteligente, adorable y es muy... hermoso —sonrió, y de pronto sintió muchas ansias por ver a su adorado chido de cabello rosado, tenía tantas ganas de abrazarlo y besarlo, moría por verlo—. Haaa Jimin...

Y entonces de pronto, escucho su melódica voz, esa delicada y suave voz que amaba escuchar.

—Jungkook, amor ¿te sientes bien?

Al girar la cabeza se encontró con Jimin, tenía la vista un poco nublada, pero realmente era él, su voz, sus labios, sus ojos y su incomparable cabello rosado, era él, su Jimin.

—Jimin, lindo ¿qué estás haciendo aquí? ¿A qué hora llegaste? —levantó su mano débilmente para colocarla sobre la mejilla del rosado—. Tenía muchas ganas de verte.

—Yo también, te extrañaba así que vine enseguida —la mano de Jimin se dirigió hacia el cinturón de Jungkook, lo desabrochó y se inclinó para besarlo, él no se negó, le siguió el beso llenándose de pasión—. Te necesito Jungkook —le murmuró sobre los labios en un jadeo.

—Yo también, te necesito siempre Jimin —lo tomó de la cintura para colocarlo sobre su regazo, lo beso con vehemencia mientras Jimin se encargada de quitarle rápidamente el saco y la camisa.

La puerta del apartamento de Jungkook se oscureció con la silueta de un hombre alto y fornido. Llamó con dos golpes secos.

Jimin, que estaba en la cocina preparando la cena, se secó las manos y se dirigió hacia la puerta con curiosidad. «¿quién podría ser?» todas la veces que se había quedado solo en casa jamás había tocado la puerta, a menos de que Jungkook estuviera esperando algún paquete, pero siempre le avisaba.

Al abrir, se encontró con un rostro severo y unos ojos fríos.

—¿Hola? ¿Quién es usted? ¿Busca a Jungkook? —preguntó Jimin, intentando mantener la calma. Parecía un hombre que podría trabajar con su novio, ya que llevaba puesto un traje negro y un maletín en la mano.

—No, he sido enviado por mi jefe —dijo el hombre, su voz baja y amenazante—. Tengo algo importante que mostrarte.

Jimin se puso tenso, su corazón latiendo con miedo. Entonces supo enseguida lo que sucedía, ese hombre había sido enviado por Taehyung, era uno de sus tantos guardias.

—No quiero saber nada —intentó cerrar la puerta, pero el hombre la bloqueó con su brazo.

—Por favor, coopere, de lo contrario me veré obligado a usar la fuerza contra usted. —amenazo.

Jimin dudó una vez más, pero el miedo a que le hicieran algo malo lo hizo ceder.

—Está bien —abrió la puerta y dejó pasar al hombre.

Este sacó una laptop y la conectó en comedor, donde hizo sentarse al pelirosa en una silla mirando la laptop.

—Mira —abrió la pantalla mostrado lo que parecía ser una cámara de seguridad.

Jimin se acercó, su corazón latiendo con ansiedad.

En la pantalla, vio a Jungkook con Heejin besándose casi desnudos en un sofá, él la besaba y le quitaba la ropa con la misma intensidad y pasión que lo hacía cuando estaba con él. Se heló, su respiración se aceleró vertiginosamente, sintió un nudo en el estómago, no sabía si era de repugnancia o de dolor, pero sus ojos se llenaron de lágrimas nublando su vista.

—¡Basta apágalo! —desvió la mirada—. ¿Qué es eso?.

—Es tu pareja con su ex esposa, en un departamento cerca de aquí— respondió el hombre, cerrando la laptop—. Mi jefe quería que supieras la verdad de porque se reunieron hoy.

Jimin se sintió mareado, su mente llenándose de pensamientos oscuros y su rostro de lágrimas amargas.

—¿Dónde está? ¡¿Dónde está Taehyung?! —vociferó furioso. Otra vez le había hecho daño, otra vez ese maldito le había roto el corazón y todo por sus estúpidos celos.

El hombre levantó el portátil y se dirigió hacia la puerta.

—Eso es todo por ahora —dijo—. Mi jefe te contactará después —y se fue, dejando a Jimin con más preguntas que respuestas.

—¿Pero cómo? No, Jungkook no es así, él no me haría esto, él es bueno, él me ama, él jamás... —trataba de auto convencerse, pero todo el dolor que sintió en ese momento logró vencerlo y abatirlo en un mar de lágrimas  y mucho dolor.

Jimin se derrumbó en la silla, su cuerpo sacudido por sollozos. La imagen de Jungkook con esa mujer seguía grabada en su mente, causándole un dolor insoportable.

—¿Cómo pudo hacerme esto? —se preguntó, su voz temblorosa.

Se levantó y se dirigió al baño, necesitando encontrar algo que lo calmara. Se mojó la cara con agua fría y se miró en el espejo. Sus ojos estaban rojos y hinchados, su rostro pálido.

—Debes calmarte, esto no es verdad, no está pasado, seguramente él tendrá alguna razón para... ¡maldita sea!—grito, su voz llena de amargura.

Regresó a la sala y se sentó en el sofá, intentando pensar con mayor claridad. Necesitaba saber la verdad.

—Debo hablar con Jungkook —se dijo.

Tomó el teléfono y marcó el número de Jungkook, pero este no respondió. Jimin se sintió aún más desesperado.

—Jungkook ¿dónde estás?. Regresa a casa.

[...]

A la mañana siguiente, Jungkook despertó con un dolor de cabeza punzante, su mente nublada y su cuerpo entumecido. Estaba tendido en el sofá, completamente desnudo. Su ropa yacía dispersa en el suelo.

—¿Qué pasó? —se preguntó, intentando recordar la noche anterior.

Su memoria era borrosa, pero sabía que había ido a hablar con Heejin. Recordó la plática tensa y el whiskey que habían tomado. Luego... nada.

—¿Qué hice? Maldición esto... —se preguntó, una sensación de pánico creciendo en su pecho.

De repente, todo se hizo claro. Se habían acostado. Sin duda, Heejin lo había manipulado, aprovechándose del estado vulnerable en que lo había puesto, seguramente lo debió haber drogado o algo por el estilo.

—Maldita —maldijo, saltando del sofá y vistiendo rápidamente.

Su mente estaba llena de pensamientos ansiosos y llenos de temor. ¿Qué había pasado exactamente? ¿Lo habían grabado? ¿Y Jimin? ¿Sabría lo que sucedió?

—Tengo que encontrar a Jimin —se dijo, saliendo del apartamento de Heejin con prisa.

Necesitaba explicarle lo que había sucedido en verdad, asegurarle que no había sido su intención. La ansiedad lo consumía.

—Por favor, Jimin, escúchame —rogó en silencio, mientras conducía hacia su casa.

Al llegar, abrió la puerta rápidamente. Entró y llamó a Jimin, pero no hubo respuesta.

—Jimin, ¿estás aquí? —gritó, recorriendo la casa, su pecho subía y bajaba lleno de terror.

El silencio fue la única respuesta.

—¿Dónde estás? —se preguntó, su corazón latiendo con miedo.

De repente, la contestadora del teléfono sonó llamando su atención.

"Tienes un mensaje, pulsa la tecla número uno para escucharlo"

Rápidamente se puso el teléfono en la oreja y pulsó el número uno. Entonces la voz de Jimin sonó débil y llena de emoción en el mensaje.

"Jungkook, no sé qué decir... Vi todo. Vi cómo te besabas con Heejin, cómo te acostabas con ella. No puedo creer que me hayas mentido así. Pensé que me amabas, que realmente habías terminado con ella. Pero supongo que estaba equivocado. No quiero verte nunca más. No quiero saber nada de ti. Por favor, no intentes contactarme. Deje el anillo que me diste en la mesa, terminamos."

Jungkook se sintió como si hubiera recibido un golpe en el estómago. La voz de Jimin, llena de dolor y desilusión, lo destrozó y ver aquel anillo que le había regalo abandonado sobre la mesa del comedor, fue aún más doloroso.

—No, Jimin, no —gimió, cayendo de rodillas con el anillo en sus manos—. No entiendes, no fue mi culpa, no me dejes...

Pero su voz se perdió en el silencio. Park Jimin era el amor de su vida, sin él la vida no tendría ningún sentido, así que no se resignaría a perderlo, iba a luchar como todas las demás veces, no iba a dejarse vencer.

Se levantó, decidido a encontrarlo y explicarle la verdad.

—Tengo que ir —se dijo, saliendo de la casa y dirigiéndose hacia el lugar donde Jimin seguramente se encontraba, la casa de sus hermanos.

La ansiedad y el miedo lo consumían. ¿Y si Jimin no lo escuchaba? ¿Y si ya había tomado una decisión? ¿Qué había hecho? ¿Cómo podría arreglar esto?.

[...]

Jungkook llegó al edificio donde vivía Jimin, subió el elevador con su corazón latiendo con ansiedad. Finalmente tocó la puerta y esperó.

La puerta se abrió y Jimin apareció frente a él, su rostro pálido y sus ojos hinchados.

—¿Qué haces aquí? ¿Acaso no escuchaste el mensaje que te dejé? —preguntó, su voz débil.

—Jimin, por favor, escúchame —rogó Jungkook, su voz llena de desesperación—. No fue mi culpa, ella me manipuló, debes creerme.

Jimin lo miró con desconfianza.

—No hay nada que escuchar —respondió serio—. Ya vi todo lo que tenía que ver, y no sabes lo decepcionado que estoy de ti Jungkook, defraudaste mi confianza y no puedo creer en ti.

—Por favor, amor —insistió Jungkook—. No me dejes sin explicarme, tienes que confiar en mí. Te juro que no fue mi culpa. Ella me drogó, me manipuló. No recuerdo nada.

Jimin lo observó con una mirada intensa.

—Explícame —ordenó—. Explícame cómo pasó ¡explícame cómo es que terminaste revocándote con ella!

Jungkook respiró profundamente y comenzó a explicar.

—Al hablar con ella me hizo tomarme un vaso con whiskey, pensé que todo estaba bien pero, me empecé a sentir raro y luego de eso... no recuerdo nada más. Por favor, Jimin créeme. —lo miró con ojos socorros.

Él pelirosa lo miro en silencio, su rostro sin expresión.

—¿Un solo vaso de whiskey bastó para entregarte tan fácilmente a ella y engañarme? ¿Ese es todo tu amor, Jungkook? —no pudo evitar que los ojos se le volvieran a llenar de lágrimas.

—Jimin amor, no es lo que piensas —lo sujeto de los brazos, lleno de desesperación al sentir que lo perdía—. Ella me drogó, puso algo en el whiskey para que pareciera que nos acostamos ¡lo juro!.

—Si es así demuéstralo —demandó.

—¿Qué? ¿Como? Jimin tienes que creerme, tú me amas ¿me amas verdad? —preguntó, asustado.

—Si, si te amo, te amo demasiado pero... amarte no significa que debo dejarme mentir, porque vi lo que sucedía Jungkook, como la besabas, como le quitabas la ropa, tan similar a como lo haces conmigo. Me rompiste el corazón.

—Dime quién te enseñó eso ¿cómo fue que te lo mostraron? ¡Dime Jimin! —inquirió.

—Fue Taehyung, envió a uno de sus hombres a mostrarme la cámara que habían instalado en el departamento porque sabía que te ibas a ver con ella. —respondió.

—Ese hijo de... ¿y tú le creíste? ¡Le creíste al malnacido que te hizo acostarte con él a la fuerza! ¡Al hombre que siempre nos ha querido hacer daño! —vociferó molesto.

Ahora lo entendió todo mucho mejor, ellos habían planeado eso, querían sepáralos.

—Ya no sé qué creer Jungkook, lo que vi fue...

—¿No lo ves? Ellos quieren separarnos, ellos querían que sucediera esto —trató de explicarle—. Jimin mi amor, yo te amo, sabes que te amo más que a mi propia vida y sabes que jamás te haría daño, te lo prometí, prometí que te protegería y eso hice. Por favor créeme —sacó de su bolsillo el anillo y tomó las manos de su chico—. Dime que me crees, dime que me amas, devolveré este anillo a su lugar. No nos abandones, no los dejes ganar.

—Jungkook yo...


TARDE TARDE 😭 Lo siento mucho, sentía que nunca lo iba a terminar, he estado ocupada con algunos exámenes médicos para mi carrera así que no pude escribirlo previamente hasta ahora. Espero les guste, no olviden revisar los días de actualización en la biografía! 💓💓

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