24.
( CHAPTER TWENTY FOUR! )
" un pasado que aún atormenta. "
—¡Jimin, amor! —gritó desde el clóset—. ¡Estoy por irme! ¡¿Quieres que te lleve?!
Jungkook terminaba de ajustarse la corbata frente al espejo, llevaba puesto su elegante traje negro de tres piezas y sobre este, su toga de fiscal con estola roja bordada, listo para cumplir con sus deberes como fiscal. Cuando terminó de prepararse, salió del vestidor en busca de su novio, de quien no había recibido respuesta a su pregunta, y todo debido a que se encontraba en la cocina, aparentemente terminando de empacar algo que dejó un olor delicioso.
—¿Me empacaste algo de comer? Huele muy bien —se acercó, lo tomó de la cintura y le besó el cabello. El chico estaba muy concentrado acomodando todo dentro de un bolso pequeño.
—Siempre debes comer bien, pero como anoche mencionaste que hoy tienes un tribunal, y yo que sepa esas cosas son muy largas y cansadas, decidí cocinarte algo muy rico y que te dará energías —finalmente terminó de guardar todo, y miró a su hombre con una sonrisa.
—Gracias, amor, lo comeré todo —Jungkook le regresó la sonrisa mientras lo miraba y le acariciaba la mejilla, al mismo tiempo su corazón se apretujaba de ternura. Desde que Jimin aprendió a cocinar, solo quiere consentirlo preparándole comida deliciosa, y él no puede estar más complacido.
—Te ves tan guapo así vestido —Jimin le deslizó las manos desde los hombros, y bajo acariciando con sus dedos la tela de la estola y la toga, mirándolo con un brillo en los ojos, mientras se mordía el labio inferior—. ¿Estás nervioso?
—No he tenido tribunales desde hace un par de semanas, y mi secretaria mencionó que el caso que veré hoy será pesado, así que... tal vez lo estoy un poco —respondió.
—Yo puedo hacer algo por eso —lo tomó de la mano y lo jaló hacia la sala de estar.
[🍋]
Lo aventó al sofá y luego se puso de rodillas frente a él para meterse entre sus piernas.
—Déjamelo a mí, amor. Después de lo que te haré, te irás más calmado al trabajo... —dijo juguetonamente poniéndole sus manos sobre las rodillas, para luego deslizar una de ellas por su muslo, debajo de la toga, hasta llegar a su entrepierna, donde encontró un bulto duro, apretando la bragueta del pantalón—. Ya estás duro.
—No hay forma de que no lo este si de repente me traes aquí y te pones de rodillas frente a mí, diciendo que vas a hacer algo para relajarme —respondió con una sonrisa ladina.
—¿Y si voy a masajearte los pies?
—Oh cariño, entonces al parecer te equivocaste, porque mis pies están más abajo, donde tienes tu mano ahora está mi pene, duro por ti ¿te harás cargo? —alargó su mano hacia los pomposos labios de su chico, y los masajeó con su dedo pulgar.
—¿Cuanto tiempo tenemos? —preguntó, comenzando a masajear sobre la tela del pantalón, enviando escalofríos por todo el cuerpo de Jungkook.
—Tenemos treinta minutos —contestó con voz baja y ronca, mientras Jimin acariciaba su erección con suavidad—. Pero ¿estás seguro de que quieres hacer esto ahora? ¿Y si después quiero lo demás?.
—Tendrás que tener autocontrol una vez más, lo hiciste muy bien antes, cuando nos veíamos en la suit —respondió, mirándolo con ojos llenos de deseo—. Solo quiero que te sientas relajado y seguro antes de irte, así que... ¿me dejarás chupártela?.
—Please me, baby.
—¿Qué significa eso?.
—Satisfáceme, bebé.
Con ese claro consentimiento, Jimin se escabulló dentro de su toga, y Jungkook solo podía sentir como sus pequeñas manos primero le desabrochaban el cinturón, luego le desabotonaban el pantalón y por último enredaba sus dedos en el elástico de sus bóxers y la pretina del pantalón, para entonces bajarlos hasta la mitad de los muslos, para finalmente sentir esas pequeñas y cálidas manos alrededor de su miembro duro y palpitante.
Se recostó cómodamente, dejando caer su espalda sobre el respaldo, y sobre este mismo, colocó sus brazos extendidos. Se dejó llevar por las caricias de Jimin, que iban de arriba hacia abajo por el tronco, y al mismo tiempo le succionaba el capullo, sacándole las primeras gotas del líquido preseminal.
Y después de un par de minutos de previa masturbación, de pronto Jimin se detuvo, pero solo para sacar la cabeza y subir la toga para así tener una mejor vista tanto él, como su novio de cómo hacía un estupendo trabajo. Entonces, miró a Jungkook sobre sus pestañas y se inclinó lentamente para meterse su miembro lentamente a la boca, enviando ondas de placer por todo su cuerpo.
Jungkook jadeó de forma gutural, sintiendo cómo su tensión aumentaba bajo la cálida cavidad de su chico. Esté se comenzó a mover de arriba hacia abajo, usando la lengua y los labios a la vez, mientras sujetaba los muslos de su novio y controlaba su respiración.
—Haaa, Jimin así —gimió sintiendo que los movimientos se volvían cada vez más intensos y apasionados. Le pasaba la lengua por el tronco, y cuando succionaba la glande, la soltaba haciendo un sonido erótico, como si chupará una paleta—. Mierda que rico, no pares.
Jungkook metió sus mano en el cabello de Jimin, y enredó sus dedos en algunos de sus mechones rosados encontrando un agarre para controlar los movimientos y volverlos más intensos y apasionados. En un momento, comenzó a mover levemente su pelvis también, empujaba hacia arriba mientras que con su mano bajaba la cabeza de Jimin, logrando que su pene entrara profundo hasta la garganta,
Jimin trataba de mantenerse relajado, pero se le era casi imposible cuando el miembro de su novio le golpeaba la campanilla y a la vez lo dejaba sin oxígeno. Le encajó las uñas en los muslos y soltó un gemido para que se detuviera.
—Ah, espera un poco más bebé, Haa voy a venir, joder —follo la boca de su novio con vehemencia, apretó los dientes y miró fijamente los ojos llorosos de Jimin, hasta que finalmente llegó al orgasmo y se vino en su boca—. Haaa, haaa mierda.
El pelirosa se tragó el semen y luego respiro profundamente para recuperarse, le dolía un poco la garganta y tenía el cabello despeinado, pero se sintió victorioso al ver a su novio con la respiración agitada, sudor corriendo por su cien y completamente satisfecho.
—¿Te gustó? —le preguntó.
Jeon sonrió.
—Ven aquí —lo sentó sobre su regazo a horcajadas y rápidamente atrapó sus labios para besarlo apasionadamente, introduciendo su lengua dentro de su cavidad que aún sabía a su propio sabor—Mmmh amor, tienes sabor a mi.
—Me encanta tener sabor a ti.
—Está vez te luciste, déjame recompensártelo —murmuró con la voz ronca, llevando su mano a la parte trasera de su chico e introducirla dentro de sus pans de chandal, primero estrujó y tocó una de sus nalgas a su gusto, para luego redondearla e introducir dos de sus dedos en su entrada, a lo que Jimin gimió en respuesta—. Estás muy mojado.
—No hay forma de que no lo este si te acabo de chupar el pene —replicó con una sonrisa—. Espera no hagamos esto, o de lo contrario no podremos parar.
—Pero yo quiero...
—Y yo quiero más que tú, pero tienes que ir al trabajo, no nos hemos dejado salir del la cama los fines de semana, es tiempo de que paremos o nos haremos presos del sexo.
—¿Y eso está mal?
—Claro que no, pero ambos tenemos cosas que hacer. Te prometo que regresaré cuando termines de trabajar y terminaremos con esto —aseguró.
—Mierda está bien —Jungkook sacó sus dedos y suspiró con pesadez y resignación.
—Además no quiero ensuciarte el uniforme. —sonrió—. Finalmente pude cumplir mi mayor fantasía.
—¿Qué? ¿Como qué fantasía? —cuestionó sorprendido.
—Nunca te lo dije pero... tenía ganas de chupártela vestido así, con tu uniforme de fiscal —confesó, avergonzado.
—¿En serio?. Escucha de hora en adelante me vas a decir todas las fantasías que tengas y las cumpliré todas ¿entendido?.
Jimin asintió con una risita.
—Ya pasaron los treinta minutos, es hora de que te vayas a hacer el bien y mucho dinero.
—Si, pero antes... —lo miró directamente a los ojos y le dijo—. Te amo, te adoro mi amor.
—Y yo a ti, no tienes idea cuanto —Park acuno el rostro de su novio entre sus manos y se inclinó para besar dulcemente sus labios.
—Nos vemos más tarde, lindo. Cuídate y si surge algún problema llámame y vendré enseguida ¿está bien? —dijo Jungkook mirando a su chico de cabello rosado por la ventana.
—Si, conduce con cuidado y comete todo lo que te empaque. Que tengas un buen día, amor. —se despidió con una sonrisa, y se alejó dejándolo irse. Jimin le había pedido a Jungkook dejarlo en una librería ya que necesitaba comprar un libro nuevo de cocina coreana tradicional.
Por suerte encontró el libro que buscaba, lo pagó y feliz se dirigió a la tienda de conveniencia para comprarse un helado e irlo comiendo mientras caminaba hacia la parada de autobús para ir a su casa con sus hermanos, pero de pronto algo llamó su atención. Era un teatro, y justo en la puerta había un cartel pegado que decía:
—Audiciones abiertas para la obra de Danza contemporánea "Disonancia" —murmuró, pronto sus ojos se abrieron un poco de más y una sonrisa de oreja a oreja surgió en sus labios—. No puedo creerlo, esta es la oportunidad que están esperando —brincó y aplaudió como niño pequeño, emocionado—. Tengo que contarle a Hobi a Jin hyung.
Jimin corrió hacia la parada, tomó el primer autobus y se dirigió a su casa completamente ilusionado y feliz. Finalmente, luego de tanto tiempo de bailar en un burdel, ahora tendría la oportunidad de bailar en un teatro, donde seguramente lo haría explorar más su potencial, y cumpliría su sueño de bailar una danza real y por la que toda su vida se ha preparó.
[...]
Después de un largo y tenso tribunal, finalmente se levantó la sesión y Jungkook salió del juzgado con un suspiro de alivio. Se dirigió a un banco cercano para sentarse y disfrutar de la comida que Jimin le había empacado. Mientras abría el bolso y sacaba el contenido, su estómago rugió de hambre.
La vista de la comida que Jimin había preparado lo hizo sonreír. Había preparado su plato favorito, bibimbap, con todos los ingredientes frescos y perfectamente cocinados. Jungkook cerró los ojos y con sus palillos tomó un bocado, saboreando la explosión de sabores en su boca.
«Mmm... Esto es increíble» pensó. La comida estaba deliciosa, pero lo que la hacía aún más especial era saber que su chico la había preparado con amor. Podía sentir el cuidado y la dedicación que había puesto en cada ingrediente, en cada corte, en cada cocción.
Jungkook abrió los ojos y miró el bolso, sintiendo una oleada de gratitud hacia su novio.
—Este chico es un tesoro —se dijo. No solo era hermoso y encantador, sino que también se había vuelto un excelente cocinero, y era un novio atento y amoroso.
Mientras comía, se sentía cada vez más agradecido por tener a Jimin en su vida. La comida era deliciosa, pero el amor y el cuidado que Jimin había puesto en ella era lo que realmente hacía que valiera la pena. Y justo cuando estaba a punto de dar un bocado, su secretaria aprecio corriendo hacia él.
—Fiscal, lo siento, pero tengo que decirle algo —dijo con expresión seria.
—¿Qué pasa? —preguntó Jungkook, confundido.
—Es su ex esposa, señor, la señorita Seo Heejin llamó hace un rato. Dijo que tenía algo importante que decirle sobre Park Jimin —le informó.
Jungkook se quedó helado, su mente comenzó a girar con mil preguntas. ¿Qué podría querer Heejin? ¿Y qué tenía que ver con Jimin? Se levantó rápidamente, sintiendo una creciente ansiedad en su pecho.
—Necesito regresarle la llamada ahora mismo —contestó Jeon.
La secretaria asintió y le tendió rápidamente su propio celular ya que él no llevaba consigo, y luego se retiró tras una reverencia, dejando a su jefe solo para que hablara con naturalidad.
Jungkook se sentó de nuevo en el banco, tratando de calmarse antes de hacer la llamada. Pero no podía evitar sentir una creciente inquietud.
—Esa... —gruñó, impotente.
Marcó el número de Heejin y esperó a que respondiera, su corazón latiendo con anticipación. ¿Qué noticias podría tener para él? Y ¿por qué involucraban a Jimin?
Espero un par de tonos, hasta que respondió.
¿Hola? ¿Eres tú, Jungkook? —respondió Heejin con voz fría y distante.
—Si soy yo. —replicó serio, sintiéndose enojado de solo escucharla de nuevo.
No creí que fueras responder, pero fue bastante rápido en realidad.
—Lo hice solo porque te atreviste a mencionar a mi novio. ¿Qué tienes tú que ver con Jimin? —preguntó Jungkook, tratando de mantener la calma.
He descubierto algo sobre su pasado, algo que lo pone en la misma situación en la que tú me pusiste cuando descubriste lo de mi tío —dijo Heejin, sin rodeos.
Jungkook sintió un escalofrío recorrer su espalda.
—¿Qué es?
Prefiero decírtelo en persona, así podríamos llegar a un acuerdo para que nadie salga herido —contestó ella, con voz maliciosa y casi burlesca—. ¿Podemos vernos en algún lugar?
—No podías dejar las cosas así ¿verdad? Tenías que meterte con lo que amo, para seguir jodiendome la vida. —apretó su puño, furioso.
Pero si aún no ha pasado nada, querido. Entonces ¿qué dices? ¿Nos reunimos?.
Jungkook dudó por un momento, pero su curiosidad y preocupación por su Jimin lo llevaron a aceptar.
—Está bien, ¿dónde quieres que nos veamos?.
Tengo un departamento en Seocho-gu, te enviaré la ubicación exacta con tu secretaria. Nos vemos pronto, cariño.
—Allí estaré —contesto Jungkook, y colgó el teléfono.
Se quedó sentado en el banco, tratando de procesar lo que acababa de escuchar. ¿Qué podría ser lo que Heejin había descubierto sobre Jimin? Y ¿por qué lo afectaría tanto? Jungkook no podía evitar sentir una creciente ansiedad y preocupación por su novio. ¿Qué estaba pasando?
[...]
Jimin abrió la puerta de su apartamento sonriendo. Busco con la mirada y encontró a Jin, que estaba sentado en el sofá, completamente absorto en su consola de videojuegos. Y no se molestó en buscar a Hoseok pues como era Lunes se encontraba en la Universidad.
Jimin se dirigió rápidamente hacia Jin, emocionado por compartir la noticia que había estado guardando durante todo ese tiempo.
—¡Hyung! ¡Tienes que escucharme! —exclamó, saltando al sofá junto al pelimorado.
Jin se sorprendió por la repentina interrupción—. Oh Jimin, espera —pausó el juego y se quitó los auriculares, para mirarlo—. ¿Qué pasa? ¿Por qué estás tan emocionado?.
—¡Encontré una oportunidad para bailar en un teatro! —anunció, casi sin aliento—. Es un espectáculo de danza contemporánea y necesitan bailarines para la próxima temporada y van a hacer audiciones.
Seokjin sonrió de oreja a oreja.
—Vaya es increíble, seguramente participarás ¿cierto? —le preguntó.
—Si, y estoy muy emocionado, es la oportunidad que siempre estuve esperando, es mi sueño. —mencionó con los ojos brillantes de ilusión.
—Siempre supe que podrías hacerlo en algún momento, Minie. —lo miró con orgullo —. Eres un bailarín increíble y estoy seguro de que vas a quedar.
—Espero que si. No más bailar en un burdel, ahora podré hacerlo en un teatro, bailando algo real y que sin duda disfrutaré —soltó un suspiro—. Y todo esto también es gracias a Jungkook, él literalmente me sacó del fango y me hizo brillar, gracia a él podré cumplir mi sueño ¿te dije que construyó en su casa un salón de baile para mi?.
—¿Qué? ¿Lo hizo? ¿De verdad? —cuestionó sorprendido.
—Si lo hizo, justo allí me pidió que fuéramos novios, lo hizo para que continuara haciendo lo que amo ¿no es genial? —respondió.
—Más que eso Minie, Jungkook es maravilloso, y estoy feliz de que estés con él, porque... no hay nada que me haga más feliz, que verte a ti feliz —extendió su mano y le acarició el cabello, mirándolo con una sonrisa—. Cuida al hombre que te ama de esta forma ¿lo ves? Al final si corriste con la misma suerte que yo.
—Lo sé, y estoy feliz.
—Yo también lo estoy por ti —soltó un suspiro—. Que bien se ha de sentir ¿no? Que solo haya amor de por medio y que no exista nada que pueda perjudicar eso, él divorcio terminó, sabes todo sobre su vida y él sabe todo sobre tu pasado.
Ante lo último Jimin palideció.
El tiempo reciente había sido tan idílico que Jimin había olvidado que aún guardaba un secreto que debía revelarle a Jungkook. La vida es un equilibrio de luz y oscuridad, y Jimin sabía que no podía evitar para siempre el hablar sobre su pasado. Había logrado mantenerlo escondido durante todo ese tiempo, pero la carga de ese recuerdo era abrumadora.
Jimin recordó la difícil conversación que había tenido con Jungkook sobre lo que había pasado con Taehyung y se sintió igual de abrumado. Le había prometido sinceridad, pero aún faltaban detalles que podrían cambiar la percepción que Jungkook tenía de él. Se sentía atrapado entre la honestidad y el miedo a perder lo que habían construido.
—¿Todavía no le has hablado sobre eso? —Seokjin lo miró con una mezcla de preocupación y sabiduría..
Jimin asintió, sintiéndose culpable. Sabía que no podía ocultar la verdad para siempre, especialmente no a su hyung, que siempre parecía saber lo que era mejor para él.
—Jimin... tienes que decirle, debe saberlo.
Reflexionaba sobre su próximo movimiento, sabiendo exactamente lo que debía hacer. Sin embargo, una voz interior lo atormentaba, cuestionando su capacidad para someter a Jungkook a otra prueba.
¿No merecían ambos vivir una vida pacífica, lejos de las tormentas del pasado? Habían sufrido, habían sido golpeados por el destino, y finalmente se habían encontrado en un momento donde ambos estaban sumidos en una existencia infeliz.
Ahora, Jimin se preguntaba si sería capaz de destruir la felicidad que habían construido juntos. ¿Podría realmente arruinar la serenidad que habían encontrado en brazos del otro? La duda lo carcomía, haciéndolo cuestionar su propia capacidad para tomar decisiones que afectaran la vida del hombre que amaba.
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