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21.


( CHAPTER TWENTY ONE! )
" los detalles del amor. "

[🍋]

Mientras se besaban apasionadamente, los cuerpos de Jimin y Jungkook se deslizaron y giraron por la pared del pasillo, desabotonando camisas y deslizando cinturones entre risillas y jadeos, sin dejar de explorar cada rincón de sus labios. Una que otra prenda se desprendía de sus cuerpos, cayendo al suelo sin hacer ruido, dejando un camino hasta llegar a la habitación.

Cayeron sobre la cama, envueltos en un abrazo apasionado. El calor de sus cuerpos entrelazados era lo único que necesitaban. Se miraron en silencio, sus ojos brillando con deseo y felicidad. La respiración agitada de ambos era el único sonido que rompía el silencio, mientras se dedicaban una sonrisa que decoraba sus rostros con una belleza radiante que ellos adoraban ver uno en el otro.

Se volvieron a besar con un fervor que no podía ser contenido. Se sumergieron en un beso profundo y apasionado, moviéndose con una intensidad que hacía que su aliento se entrelazara, y sus lenguas se exploraran mutuamente con un fervor que parecía no tener fin.

La ropa que aún les quedaba parecía un recordatorio débil de la realidad exterior: el pantalón de Jungkook, que se aferraba a sus caderas con un susurro de tela, y la ropa interior y calcetines de Jimin, que parecían una caricia suave en su piel. Las manos de Jimin se enredaron en el cabello de Jungkook, acariciándolo con una ternura que contrastaba con la intensidad de su deseo. Mientras tanto, las manos de Jungkook exploraban la espalda de Jimin, trazando líneas suaves que lo hacían arquearse hacia él.

Se movieron con ansia y deseo, sus cuerpos unidos en una danza apasionada, cada movimiento una súplica silenciosa por más. La cama crujía suavemente bajo su peso, pero ellos estaban demasiado perdidos en el torbellino de sus sentidos, consumidos por la necesidad de estar más cerca, de sentirse más unidos.

Entonces Jungkook, abandonó los labios de su amado solo para poder descender lentamente dejando besos húmedos sobre sus cuello, clavículas, pecho y abdomen. Cuando llegó a la altura de su cadera, con movimientos lentos y deliberados, comenzó a bajar su ropa interior revelando la piel de su entrepierna suave y vulnerable. Jimin contuvo la respiración, anticipando lo que estaba por venir.

Una vez que la última prenda cayó al suelo, Jungkook se detuvo un momento, embelesado por la visión de Jimin en toda su gloria. La luz se reflejaba en su piel suave, realzando cada curva y cada línea de su cuerpo esbelto. Jungkook no podía evitar sentirse abrumado por la belleza de su amado, cada parte de él era un reflejo de la perfección que había encontrado en sus brazos y cada vez se sentía más hambriento de él.

—¿Por qué no en vez de comerme con la mirada me comes de una forma más... literal? —descaradamente, Jimin escaló con sus pies el torso del pelinegro hasta dejarlos sobre sus hombros, dejando a la vista aquella zona necesitada—. Aquí, te necesito — jadeo.

—Maldición Jimin —gruño con deseo Jeon, adoraba que fuera tan malditamente erótico y más en esos momentos de intimidad y excitación.

Tomó una de sus hermosas piernas y fue descendiendo mientras dejaba múltiples besos húmedos desde el talón hasta llegar a los muslos internos, donde se detuvo para besar y lamer con dedicación como previo, escuchando de fondo los primeros jadeos suaves de su chico. Finalmente, luego de dedicarle una sonrisa sensual con las pupilas encendidas, se inclinó hacia adelante y presionó sus labios y lengua justo en aquella zona donde el deseo era más intenso.

Jimin gimió de forma gutural, sintiendo el calor de los labios de Jungkook y la presión de su lengua sobre su entrada, una sensación que lo hacía temblar de placer. Con movimientos lentos y circulares, Jungkook profundizó el beso, haciendo que el pelirosa se arqueara hacia él, buscando más.

—¡Haaah! ¡Jungkook! —se aferró a las sábanas de la cama y mordió con fuerza su labio inferior. Se sentía como si estuviera flotando en un mar de placer, con Jungkook como su único ancla. Cada movimiento de su lengua, cada presión de sus labios, hacía que se sintiera más conectado a sus sentidos más pecaminosos.

Jungkook, por su parte, se sentía como si estuviera en su elemento, como si hubiera sido diseñado para hacer exactamente esto. Solo quería satisfacer a su chico, su pasión por él era infinita, y en este momento, se sentía como si pudiera devorárselo por completo, sus arduos movimientos no cesaron hasta que sintió como Jimin estaba apunto de llegar a su límite.

—¡Haaggh! ¡Espera, voy a venirme! ¡Ah Jungkook! —cerró las piernas instintivamente sintiéndose al borde del extasis, pero Jungkook le volvió a abrir las piernas con un poco de rudeza para continuar hasta que sintió como su abdomen tembló y finalmente escuchar un fuerte gemido orgásmico.

Mientras dejaba que Jimin disfrutara de las deliciosas sensaciones de ese primer orgasmo, Jungkook se deslizó su pantalón junto a los boxers dejando salir de un rebote su palpitante erección necesitada y lista para hundirse en esa entrada que dejó perfectamente preparada para él. Pero antes algo importante le vino a la mente.

—El preservativo. Finalmente compre condones —le hizo saber—. Están en el cajón de la mesa de noche, me pondré uno, espera un...

—¿Qué haces? —Jimin lo tomó de los hombros deteniéndolo—. ¿Crees que hace falta? La última vez lo hicimos sin nada, creí que seguiríamos así, a menos de que te hayas acostado con alguien más —frunció el ceño.

Jeon soltó una risita baja.

—¿De qué hablas? ¿Estás diciendo que te he sido infiel? Eso ofende muchísimo —chisto.

El rosado hizo un puchero y de pronto se sonrojó un poco más.

—Es tu culpa, jamás había sido tan celoso ni posesivo, pero eres tan guapo y te amo tanto que de pronto digo cosas así. —se justificó.

—Eres el único en mi vida, de eso no tengas dudas ¿está bien? —le dio una cálida sonrisa para calmarlo—. Solo dije lo del condón porque pensé que querrías hacerlo con protección esta vez —explicó—. Que más quisiera yo follarte a pelo y sentirte por completo, porque amor... adoro como te sientes —murmuró fogosamente con la voz profunda mirándolo apasionado.

—Entonces ya deja de decir tonterías y sigue, olvida el condón y solo follame —demandó Jimin apretándole los hombros ansioso.

Para Jungkook los deseos de su amado, fueron órdenes que sin más acotó. Lo tomó por los femorales para levantarle ligeramente la cadera hasta que sus rodillas casi tocaban su pecho, dejando una perfecta vista de su rosada entrada dilatada donde Jungkook, alineó la punta de su miembro y entonces entró despacio pero profundo escuchando como respuesta un agudo gemido.

—Aggh maldición, cariño te sientes tan bien —jadeo Jeon disfrutado de la sensación de las cálidas paredes de Jimin ajustándose y apretándose a su miembro—. Sostén tus piernas.

Este envolvió cada brazo en cada pierna y Jungkook se apoyó en la cama para comenzar a mover sus caderas de forma lenta al principio, igualando el movimiento de las olas del mar, hasta llenar pronto la habitación con el sonido de sus gemidos, el calor de sus cuerpos y el aire cargado de tensión y deseo.

En un momento empezó a moverse con mayor intensidad, sintiéndose tan satisfecho por la pasión del acto, con su cuerpo respondiendo a cada embestida, cada jadeo y cada gesto de placer que veía en el rostro de su chico, a quien miró con una mirada ardiente al mismo tiempo que arrugaba su nariz y apretaba sus dientes al volver más rápido y rudo el ritmo de las embestidas, haciendo que su miembro presionara contra el punto dulce de Jimin, haciéndolo sentir al borde de un nuevo orgasmo. Para ambos la sensación era demasiado para soportar.

—¡Ah! ¡Estás muy profundo! ¡Espera! ¡Haaa! ¡Voy a venirme otra vez! —avisó el pelirosa sintiendo un hormigueo en su ombligo.

—Estoy cerca también, espera un poco más, estoy por... ¡Aghh, carajo si! —entonces después de un par de embestidas y dos fuertes gemidos al unísono, ambos llegaron juntos al clímax.

En el después, cuando los cuerpos aún vibraban con el eco del orgasmo, Jimin dejó caer sus piernas y envolvió a Jungkook en un abrazo apasionado que los unió en un solo movimiento. Mientras Jungkook reposaba sobre él, Jimin comenzó a acariciar su espalda con dedos suaves y persuasivos, trazando círculos que parecían bailar sobre su piel. La caricia era un lenguaje silencioso que decía "te amo", "estoy agradecido", "fue maravilloso", y Jungkook se dejó llevar por esas sensaciones, permitiendo que su cuerpo se relajara en los brazos de su amado.

Y luego de un par de minutos donde se repusieron, Jungkook simplemente comenzó a besar la piel de Jimin que estaba cubierta de un ligero sudor, que no pudo resistirse a lamerlo, saboreando la salinidad de su piel totalmente extasiado por él.

Los labios de Jimin y Jungkook se encontraron de nuevo, esta vez en un beso más suave, pero igualmente apasionado, lleno de gratitud y una pasión que ardía con una llama baja pero constante. Se acariciaron con suavidad, saboreando cada roce de sus labios, cada susurro de su aliento, hasta que una risita se les escapó, como una burbuja de felicidad, en medio del beso. Esa risa contagiosa los llevó a empezar a jugar, rodando y dando vueltas por la cama, enredándose en un abrazo que parecía no querer terminar. La felicidad y el amor los habían liberado de toda inhibición, y ahora se dejaban llevar por la alegría de estar juntos, sin nada más que importara en ese momento.

Pero entonces en medio de su juego, la cama que parecía ser enorme se volvió demasiado pequeña para contener su alegría, y accidentalmente, rodaron fuera de ella, cayendo al suelo con un golpe suave. Jungkook quedó debajo, con Jimin encima de él, que se rió con una risa tan contagiosa que Jungkook no pudo evitar unirse a ella. Allí se quedaron, en el suelo, rodeados de sábanas y edredones, riendo y abrazándose, sin importarles nada más que el calor de sus cuerpos y la felicidad que compartían.

—Primero rompimos una cama y luego terminamos en el suelo, realmente somos un desastre haciendo el amor, ¿no es así? —mencionó Jungkook sonriendo con picardía.

Jimin se acercó, su voz apenas un susurro—. No importa dónde estemos, siempre y cuando estemos juntos. Incluso en el suelo, en una cama destrozada o en cualquier otro lugar, solo me encanta estar contigo.

—Y a mí me encanta sentir tu calor, ver tu sonrisa y escucharte —Jungkook acarició la mejilla de Jimin, mirándolo con devoción—. Eres mi hogar, Jimin. Mi lugar de paz.

—Y tú eres mi refugio —respondió Jimin, su sonrisa llena de dulzura—. Mi lugar seguro, donde siempre puedo encontrar amor y protección.

Jungkook miró el anillo en el dedo de Jimin y tomó su mano, su voz llena de emoción—. Me encanta ver ese anillo en tu mano. Es el símbolo de nuestro amor, de nuestra promesa de estar juntos para siempre.

—Y a mí me encanta llevarlo —Jimin sonrió, su voz suave—. Gracias por todas estas cosas tan maravillosas, amor.

Jungkook besó la mano de Jimin justo donde se encontraba el anillo, su beso suave y lleno de amor.

—Y me encanta besar el lugar donde está el anillo. Es como besar nuestro amor, nuestra conexión.

—Eso es demasiado romántico —chistó Jimin, su voz llena de alegría.

—Lo sé —Jungkook sonrió—. Pero es la verdad. Te amo, Jimin. Con todo mi corazón y alma.

—Y yo te amo a ti, Jungkook —respondió Jimin, lo tomó de la nuca y lo atrajo a sus labios para darle un suave beso, lleno de amor y pasión.

El tiempo parecía haberse detenido, y todo lo que existía era el calor de sus cuerpos, el ritmo de sus palpitaciones, la pasión y el amor que los consumía por completo. Era como si el mundo exterior hubiera desaparecido, dejándolos solos en su propio universo de amor y deseo.

En lugar de quedarse acostados, Jungkook sugirió a Jimin, una copa de vino luego del momento de pasión, lo cual le pareció excelente y necesario. Entonces se levantaron del suelo donde habían terminado, se vistieron con las prendas que habían dejado esparcidas por el suelo y bajaron a la cocina.

Mientras Jungkook se dirigía a la bodega para elegir una botella de vino, Jimin se sentó en la barra, admirando el brillante anillo que llevaba en su dedo anular. Jeon regresó con una botella de vino tinto y dos copas, y las puso a lado de las gruesas piernas de su amado.

—¿Te gusta? —le preguntó, llevando su mirada a aquel anillo también.

—Es hermoso —subió la mirada fijándola el los orbes oscuros de su hombre, con una sonrisa iluminando su rostro—. Nunca voy a poderte agradecer lo suficiente por...

—No Jimin, no tienes nada que agradecerme —lo interrumpió—. Te amo, yo te daría el mundo entero si pudiera, y tampoco tendrías que agradecérmelo. Se que el baile es muy importante para ti, así que decidí construirte ese salón para que continuaras haciendo lo que te apasiona, sin necesidad de tener que hacerlo frente a miradas morbosas.

Los ojos de Jimin brillaron de completa felicidad e ilusión.

—Te amo tanto, incluso más de lo que imaginas Jeon Jungkook. Por eso me esforzaré para ser un buen novio y hacerte feliz, tanto como tú me haces a mí —acuno el rostro del azabache entre sus manos—. Y aunque digas que no tengo nada que agradecer, yo quiero agradecerte por cambiar mi vida, y por hacerme creer en el amor.

—Es un placer, mi amor. —acercó sus labios besando los del pelirosa con devoción, para luego mirarlo sonriendo—. ¿Qué te parece si brindamos por nosotros? —sugirió. Jimin asintió, y Jungkook llenó las copas. Brindaron, saboreando el vino y disfrutando del momento juntos.

La conversación fluyó fácilmente, hablando de todo y nada, disfrutando de la cálida compañía del otro.

—Es adorable, la forma en que tu hermano más joven te llama, me parece muy adorable. ¿Como es? ¿Minnie? —rio en voz baja con enternecido.

—Así es —asintió el rosado con las mejillas sonrojadas, con algo de vergüenza—. Hoseok siempre ha sido muy cariñoso, comenzó a llamarme así cuando nos hicimos más cercanos, y luego Jin le copió.

—Se nota que es un buen chico, lo contrario a papá gruñón. —chistó, causando un risita en ambos, refiriéndose al antes mencionado—. Hablando de él ¿crees que ya me tenga en una mejor estima?.

—No solo eso, podría incluso estar avergonzado de su comportamiento. —acotó.

—¿Por qué lo dices? —frunció levemente las cejas, intrigado.

—Ha estado un poco raro, antes tenía que salir a escondidas, esta vez solo dije que vendría a verte y él solo respondió que estaba bien, y que la pasara bien, con una sonrisa igual a la del joker —le explicó en un tono de extrañeza.

—¿Es así? Bueno, al menos tenemos un avance, espero pronto podamos hablar como antes, como cuando lo conocí por primera vez en el club.

—Verás que si. Jin hyung es muy buena persona, se comportó así por simple protección, pero si no hay ningún problema a nuestra alrededor es alguien bastante divertido y amable —aseguró.

—Lindo ¿puedo hacerte una pregunta?.

—Si, la que quieras.

—Si no es impertinencia ¿por qué Jin fue así conmigo? Porque por la severidad con la que trató todo este problema, se sintió algo muy personal —formuló.

Jimin jugó con sus dedos, cerró los ojos y suspiró profundamente. Pensó en su hyung, y en la historia que había marcado su vida. Recordó la sonrisa de hacía tiempo que siempre intentaba esconder el dolor, la risa que apenas podía disimular las lágrimas. Tomó aire, abrió los ojos y comenzó a hablar, su voz baja y emotiva.

—A los diez años, los padres de Jin hyung lo abandonaron en un orfanato, su vida allí no fue nada fácil, todos allí eran muy abusivos y siempre cuenta que el ambiente era muy deprimente. Al final, nadie lo quiso adoptar por su edad, entonces terminó siendo echado cuando cumplió la mayoridad de edad —contó—. Terminó trabajando por las noches en un bar de mala muerte, con un pésimo sueldo y malos tratos. Pero al final con eso logró subsistir. Entonces, un día, mientras esperaba el autobús, un auto se detuvo frente a él y ahí fue donde conoció...

—Déjame adivinar —agregó—. Al personaje que creo en él estás inseguridades que lo llevaron a poner en duda todo lo que decía y hacía.

—Si así es —Jimin suspiro—. Este hombre, era mucho mayor que Jin hyung, pero tenía dinero y una estupenda labia. Así que terminó saliendo por un tiempo con él, le daba dinero, regalos, una departamento, se encargó de quitarle la virginidad, pero al final, solo usó la necesidad de amor que Jin tenía para poder utilizarlo y luego tirarlo como una cáscara vacía. Un día Jin hyung descubrió que este imbecil era casado, y por supuesto que le reclamó, pero él le dijo que se divorciaría solo por él, algo que jamás hizo, nada más lo llevó con promesas hasta que se aburrió de él y solo lo dejó tirado, varado.

—Que hombre tan cobarde e hijo de perra. Que mal que tuvo que vivir esa experiencia, seguramente fue frustrante y dolorosa, agregando que venía de un lugar horrible donde lo maltrataban.

—Así es. Al final, Jin hyung terminó trabajando en el club debido a que el gerente lo vio en la calle desolado y muy necesitado, además de que le pareció muy atractivo, así que decidió darle trabajo como bailarín y lo demás es historia. —terminó.

—Entonces fue así... vaya, ahora entiendo un poco más sus acciones, aunque claro no las justifico. —Jungkook le acarició el muslo a Jimin en forma de apoyo ya que después de contar la historia de su hermano mayor se vio un poco entristecido—. Lamento por lo que tuvo que pasar, de verdad. Y me alegra que ahora tenga una mejor vida. No debes de estar triste.

—Lo se, es solo que... es horrible que te toque ver ese lado más horrible del mundo, realmente te hace perder la esperanza en la humanidad.

—Lo sé, amor. —con su otra mano lo tomó de la mejilla, y con su dedo pulgar acarició su piel—. Pero ahora tienen una mejor calidad de vida, Seokjin tiene a Namjoon que es un excelente hombre, tú me tienes a mí y Hoseok seguramente encontrará a su príncipe azul también.

—Espero que si. —Jimin le dio una sonrisa, la cual el contrario le regresó.

—¿Terminaste tu vino? —Jungkook preguntó—. Lavaré las copas y después podemos ir a descansar, ¿quieres?.

Jimin asintió con una sonrisa y entonces comenzó a lavar las copas. Mientras el agua corría, Jimin bajó de la barra, con sus piernas desnudas, debido a que solo usaba la camisa de Jungkook que le quedaba hasta los muslos, se acercó silenciosamente, tomó con sus manos la estrecha cintura de su hombre y besó suavemente su espalda ancha y desnuda, esto gracias a que él solo llevaba puestos pantalones.

Jungkook sonrió, cerró los ojos y se dejó envolver por el calor de Jimin, olvidándose de las copas y sumergiéndose en el momento.

—Vayamos rápido a la cama —murmuró Jimin sobre su espalda, dejando con sus carnosos labios besos húmedos.

—¿Acaso quieres ir por un segundo round? ¿Tienes energía para ello? —le preguntó enarcado una ceja. Cerró la llave y dejó las copas en el escurridor, para después secarse las manos.

—¿Qué dices? El que debería hacer esa pregunta soy yo y no tú. No te olvides de que yo tengo veintidós años, soy más joven y te aseguro que puedo aguantar más que tú, anciano. —bromeó.

—¿Qué acabas de decir? —enarco una ceja—. Oh ahora te voy a enseñar de qué está hecho este anciano ¡ven aquí! —Jimin escapó rápidamente hacia la habitación y Jungkook lo persiguió, entre risas y jugueteos.


Lamento la tardanza. No habia tenido tiempo para publicarlo hasta ahora por estar ocupada en mis cosas de sobre cargo, pero ya está aquí el episodio. Es probablemente que mañana no publique el siguiente episodio porque aún no lo termino, así que espero ya tenerlo para el sábado.

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