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17.


( CHAPTER SEVENTEN ! )
" nada más que oscuridad "



—Lo siento abogado, el fiscal sigue indispuesto.

—¡Pero ya han pasado dos semanas! —protestó Namjoon, desesperado, logrando asustar un poco a la secretaria—. Lo siento, es solo que me preocupa, es todo. —suspiró con pesadez.

—Lo entiendo, la fiscalía también ha estado inquieta. El fiscal no se ha comunicado, ni tampoco responde los mensajes, hemos tenido que posponer varios tribunales por estos inconvenientes. —le explicó—. ¿Por qué no va a su casa? Es más seguro que lo encuentre allí.

—He ido, todos los días y no está, o mejor dicho, no quiere abrirme la puerta. Maldición Jungkook ¿qué sucede?.

Durante dos semanas ninguno de los más allegados a Jungkook sabían algo sobre él, los primeros días se pensó que solo se trataba de trabajo o un viaje inesperado, pero cuando los días se volvieron semanas la incertidumbre se presentó. Namjoon intentó preguntar a sus padres y al mismo tiempo averiguar si en su casa se confinaba, pero no, los señores Jeon no habían visto a su hijo desde la última vez. Desde luego que fue a su casa pero nadie abrió la puerta, en su oficina le decían siempre lo mismo, y ni llamadas ni mensajes respondía, todo era demasiado alarmante.

Entonces cuando estuvo apunto de llamar a la policía para reportar una desaparición, de pronto Jimin vino a su cabeza, algo seguramente había pasado entre ellos y por eso ahora Jungkook está tan distante de todo. Y sabía con quien ir para confirmar sus sospechas.

—Namjoon amor, que inesperado ¿qué haces aquí? Pensé que íbamos a vernos hasta el martes. —Jin abrió la puerta de su casa y al encontrar a su novio frunció el ceño extrañado.

—Lo sé cariño, es solo que —beso rápidamente los labios del pelimorado y luego lo miró ansioso—. Necesito que me dejes hablar con Jimin.

—Sabes que me gusta complacerte en todo, pero esta vez no puedo, ni yo ni nadie. Jimin ha estado mal estas últimas semanas, se ha encerrado en su habitación sin querer ver a nadie, incluso Hoseok ha tenido que dormir en el sofá y usar mi ropa porque él se niega a abrir esa puerta. —le hizo saber para luego soltar un suspiro—. Sé que todo esto tiene que ver con tu amiguito, y solo lo dejo vivir porque es importante para ti.

—Entonces a ti también te consta que algo pasó entre ellos.

—Es muy obvio ¿no lo crees?. Esa noche Jimin volvió de su casa hecho un desastre, no quiso hablarnos solo se encerró en esa habitación. —agregó—. Lo único que nos da una señal de que sigue respirando es que mientras nadie lo ve toma la comida que dejamos frente a la puerta y por las noches escuchamos como llora hasta que se queda dormido.

—¿Tan mal están? —murmuró Namjoon sorprendido.

—¿Qué hay tu amiguito? Seguramente sigue con su vida despreocupadamente como el imbecil que es. —dijo Jin, molesto.

—No no, Jungkook está igual, o tal vez peor porque ustedes al menos saben que Jimin respira, pero yo las veces que he ido a su casa no escucho nada y estoy muy preocupado, joder. —gruño inquieto.

—¿Cómo? ¿No lo haz visto? —le preguntó confundido.

—No, nadie sabe nada de él. ¿Qué pudo haber sido tan malo? ¿Sabes que fue lo que pasó entre esos dos?. —replicó.

—Tengo un par de ideas, pero porque no mejor vas a la casa de ese imbecil y lo averiguas, yo también estoy tratando por este lado, después llámame.

—Tú también, adiós te amo. —beso de nuevo los labios del chico.

—Y yo a ti, ve con cuidado.

—¡Jungkook! —gritó y tocó con fuerza la puerta del apartamento del aludido—. ¡Sé que estás ahí! ¡Escúchame si no me abres esa puerta voy a tumbarla por mi mismo! ¡Deje de actuar como un loco y háblame! —demandó, espero un par de minutos y no hubo respuesta—. ¡Jungkook, joder! ¡Por el cielo que lo voy a hacer! No me importa, aquí vamos —dio unos cuantos pasos hacia atrás y luego comenzó a correr hacia la puerta con intenciones de tirarla con su hombro pero de pronto esta puerta se abrió.

—¿Cómo te atreves a decirme lunático? Cuando tú literalmente ibas a tirar mi puerta, bestia. —y finalmente, allí estaba pero a la vez no, Jungkook.

—Jungkook... —Namjoon lo miró sorprendido. Era su amigo, pero no lucía como él mismo; estaba desalineado, se veía que no se había cambiado de ropa en días, tenía unas enormes ojeras bajo los ojos y ese olor que emanaba le decía que tampoco se había bañado en días, ni tampoco tomado algo más que no fuera alcohol—. Amigo tú... ¿estás bien? Porque no te ves muy bien que digamos.

—Solo dime que diablos quieres y vete, no estoy de humor para visitas. —respondió con la voz ronca, algo desgastada.

—¿Puedo pasar?

Sin decir nada, Jungkook solo se dio la vuelta y Namjoon lo siguió adentrándose. Todo estaba oscuro aunque era de día, se notaba que no había habido mucho movimiento dentro de la casa ya que todo estaba intacto, todo menos la sala de estar que era un completo desorden, los sofás desordenados, discos tirados en la alfombra y varias botellas de ron y whisky en la mesilla de centro.

—¿Ron? ¿Desde cuando eres tan fan del ron? —preguntó Namjoon.

—Solo tomaba un trago. —respondió sentado en el sofá para servir un poco de la botella de ron medio llena en un vaso—. ¿Quieres uno? Si no quieres ron tengo un vino en la cocina que abrí hace dos semanas, pero te advierto que ese lugar está hecho una mierda. —rio. Estaba ebrio.

—No gracias. ¿Solo un trago, dices?... Dos copas es celebración pero varias botella es un grito de ayuda. —señaló mirándolo con preocupación—. No estás bien Jungkook, no respondes a nadie, te alejas sin decir nada y te encuentro ebrio y en mal estado ¿qué está mal?.

—¿Qué que está mal? —resoplo Jeon mirando su vaso—. Todo está jodidamente mal, yo, mi casa, mi supuesta nueva vida, mi aspecto y mi maldito corazón que no deja de doler aún en la embriaguez.

—Koo ¿por qué no hablas conmigo como siempre? Creí que si algo malo nos pasaba íbamos a decirnos para poder ayudarnos, me extraña que no me cuentes nada y solo te encierres y te dejes morir, porque te ves como si quisiera morir y eso me aterra. —Namjoon lo miró con angustia, apunto de romper en llanto, ya que verlo así le rompía el corazón.

—Eso quisiera, pero incluso para eso actuó como un cobarde.

—Deja de decir estupideces, este no es el Jungkook fuerte e inteligente que conozco, eres alguien completamente diferente, me preocupas mucho y no sé porque no quieres decirme na...

—Jimin se acostó con otro hombre... —espetó, decirlo lo desgarró por dentro.

—¿Qué? No eso no... ¿cómo él podría hacer algo como eso? —contestó Namjoon sin poder creerlo.

—Exactamente, él no es capaz de hacer algo así, pero lo hizo por mi, para salvar mi maldito pellejo y yo solo... lo hice sentir miserable. —un nudo se formó en su garganta y pronto las lágrimas comenzaron a derrámese sobre sus mejillas.

—¿Cómo que salvarte? Jungkook no estoy entendiendo nada, explícame claramente. —pidió con el corazón latiéndole fuerte.

—Kim Taehyung es el nombre de ese hijo de perra —bramó Jungkook apretando su mandíbula—. Ese hombre estaba obsesionado con Jimin, al punto de que cuando se enteró que él y yo estábamos saliendo lo amenazo con matarme a mí y a todos sus seres queridos sino dejaba de verme, entonces él para salvarme tuvo que... —su voz se cortó, el dolor lo ahogo—. ¡Maldita sea! —se levantó y estrelló el vaso contra el suelo—. Debí entenderlo y consolarlo, pero lo único que hice cuando me dijo fue... culparlo y actuar como un idiota.

—Por un demonio Jungkook... —Namjoon se pasó las manos por el rostro frustrado—. No sé qué decirte exactamente.

—Anda dímelo, di que soy un imbecil y que me merezco este sufrimiento y más.

—Sabes que no te diré eso. ¿Qué fue lo que pensaste en ese momento? —le preguntó.

—Me sentí tan... inútil, como si Jimin no confiara en mí lo suficiente para pedir mi ayuda, le dije que pudimos haberlo solucionado juntos si me hubiera dicho pero... ahora me doy cuenta que él estaba asustado y solo pensaba en salvarme ¡y joder no me lo merezco! —Jungkook apretó sus puños, quería dejar de llorar pero simplemente no podía, sus lágrimas eres voraces y dolorosas.

—Me pongo en los zapatos de ambos y es realmente difícil discernir entre que estuvo bien y que estuvo mal. —el moreno exhaló con pesadez—. No debiste hacerlo sentir culpable, porque eso fue lo que hiciste, pudiste haberte calmado y meditarlo pero... ¿por qué fuiste tan impulsivo?.

—Porque fue inevitable que mi maldito ego se hiriera, en ese momento no lo vi con claridad, pensaba que solo era porque no confiaba en mí pero, luego de estos días concluí que también fue por mi maldito ego de macho heterosexual como dijo Jimin, no soporte la idea de verlo con otro hombre, y me dolió que no necesitara de mi ayuda. —admitió con la cabeza gacha.

—Y gracias a eso toda la culpa recae en ti, te dije que no te lo iba a decir pero creo que es necesario. —se levantó de su asiento y se acercó al pelinegro—. Si esta bien, eres un imbecil con el ego de un hombre heterosexual promedio, pero también eres fuerte y sé que puedes superar esto y cambiar, si es que tú realmente... amas, a ese chico.

Jungkook levantó la cabeza y miró a su mejor amigo a los ojos con lágrimas en los suyos.

—Así es, y es por eso que tengo tanto miedo de perderlo.

—Tal vez lo hagas, no solo porque lo heriste, sino porque Seokjin está más que furioso contigo y puede influir. —le hizo saber—. Pero tienes que intentar, si solo te dejas morir con la idea de que no va a perdonarte, él pensará que no te importa y ahora si lo perderás enserio.

—¿Entonces debería ir a buscarlo?.

—Primero debes dejar de beber, luego rápidamente ducharte y cambiarte de ropa, dormir bien para quitar esas horribles ojeras y luego ya puedes verlo, no puedes ir luciendo y oliendo así. —le aconsejó.

—Hay un detalle, choque mi auto. —confesó.

—¡¿Qué hiciste que?!

—Manejaba ebrio, fui a la licoreria porque no tenia más botellas en mi casa, era de noche y no vi ese poste, lo siento.

—Ay maldición ¿qué penitencia estaré pagando? Está bien, llevaré tu auto al taller por ti, tú haz las cosas que te dije y ve cuando esté todo listo ¿entendiste?.

—¿Pero en cuanto será eso? Quiero ir a verlo ya, no puedo esperar tanto. —dijo Jungkook desesperado.

—Cálmate, él también está viviendo su propio duelo en este momento, cuando sea el momento las cosas se alinearán y tú lo sabrás y podrás ir. Tranquilízate ¿bien?.

—Gracias Joon, y perdón por no acudir a ti, es que creí que...

—Esta bien, te perdono pero para la próxima ve y llora y grita y rompe todo lo que quieras, pero junto a mi. —lo abrazó con un poco de fuerza y Jungkook se desahogó en su hombro—. Siempre estaré allí para ti, siempre.

[...]

Las largas manos de piel morena que paseaban sobre su piel se sentían como llamas que dejaban marcas ardientes a su paso. El peso del cuerpo que lo oprimía lo sofocaba, los mechones de cabello rubio que rozaban contra su rostro se sentía como rasguños y los jadeos que escuchaba eran un martirio. Jimin se sentía paralizado, incapaz de moverse o emitir un solo sonido, solo las lágrimas caían silenciosas sobre su rostro. Se habían convertido en un muñeco de trapo solo por aquellos que amaba.

Y entonces, de pronto, una figura familiar apareció a su lado, observándolo con una mirada inquietante y los brazos cruzados, como si disfrutara de su sufrimiento.

—Mírate Jimin, solo para esto fuiste traído al mundo, nunca nadie logrará amarte de verdad porque solo sirves para ser el trapo que todos utilizamos —una sonrisa larga y tétrica se dibujó en el rostro del hombre.

—N-No, basta, por favor ¡para! —masculló con su respiración agitándose, y se trató de remover aterrado, pero su cuerpo no le respondió.

—¡Cállate! ¡Quédate quieto! —exclamó el moreno encima suyo, le colocó las manos sobre la cabeza y las presionó contra el colchón para inmovilizarlo y seguir arremetiendo contra él.

—Si Jimin no te muevas, recuerda lo que te dije, quédate quieto y se un niño obediente. —se acercó a él para acariciarle el cabello de la frente.

—Por favor... no más, deténganse —Jimin cerró sus ojos con fuerza tratado de despertar de la pesadilla en la que se encontraba.

—¡¿Crees que alguien va a escuchar a un trapo usado como tú?! —el moreno había desaparecido y ahora el otro hombre se encontraba encima suyo aprisionando sus manos, gritándole con dureza a la cara—. ¡Este es tu destino Park Jimin! ¡Ser un vendedor de caricias! ¡Maldito vendedor de caricias! ¡Vendedor de caricias!

—¡BASTA! —la garganta de Jimin se desgarró al soltar ese fuerte grito que finalmente lo despertó de su pesadilla. Su respiración acelerada y los latidos de su corazón le causaban vértigo. Enseguida se levantó y caminó hasta la cocina para tomar un vaso de agua y beberlo con desesperación buscando alivio en el agua fría, pero fue inútil, en la oscuridad la voz de aquel hombre resonó de nuevo en su cabeza como un eco y entonces se desmoronó rompiendo en un intenso llanto agónico—. Sal de mi cabeza, vete, vete por favor...

—¿Jimin? —desgraciadamente, una vez más Jin se encontró con esta imagen de su hermano destrozado en el suelo y no dudó en ir a ayudarlo—. ¿Qué pasa? ¿Estás bien? —lo tomó de los hombros y lo miró preocupado.

—Es él... Jin mi padre estaba, él está en... ahora está en mi cabeza, él está... —abrazo a su hyung con fuerza aferrándose a su camisa con las uñas.

—Tranquilo, solo fue una pesadilla, ese hombre ya no está en este mundo, él ya no te puede hacer daño, yo te protejo tranquilo —le acarició la cabeza y sujetó su mano temblorosa.

—Él tiene razón, solo soy un trapo sucio que todos utilizan, por eso Jungkook se alejó de mí, nunca nadie me querrá por lo que soy. —sollozó con el corazón roto.

—Eso no es cierto, lo único que haz hecho son sacrificios para sobrevivir y para proteger a los que amas, tú no eres un trapo usado. —trató de hacerlo entrar en razón—.  Y si Jungkook no pude amarte, yo si te amo y Hoseok también, nosotros te amamos y te aceptamos tal cual eres.

—¿Y qué soy? ¿Acaso estoy condenado a ser solo un sucio vendedor de caricias? —miró a su mayor con angustia.

—Por supuesto que no. Eres Park Jimin, un hermoso joven inteligente y fuerte, que vive una vida tranquila con personas que ama y lo aman también. —acuno su rostro entre sus manos y lo miró fijamente a los ojos—. Todo eso que te atormenta quedó en el pasado, ahora tienes una vida nueva.

—¿Nueva? ¿Cómo pude ser nueva si sigo haciendo lo mismo?... decidí engañar al hombre que quiero, pude haber hecho algo más que entregar mi cuerpo pero yo... sigo repitiendo patrones. Y ahora tengo que afrontar las consecuencias de mis actos.

—¿Cómo fue que reaccionó Jungkook cuando le contaste lo que había pasado con Taehyung? —le preguntó frunciendo levemente el ceño, a lo que Jimin solo bajo la mirada y dejó salir más lágrimas por el recuerdo—. ¿Fue decepcionante no es así? ¿Actuó como el macho heterosexual que te dije que seriá, cierto? Maldición ¿cómo puede ser tan mal agradecido después de que tú...?

—No comiences, él tiene razón en quererse alejar de mí, fui yo la persona decepcionante.

—Claro que no ¿qué quería que hicieras, ah? Que te negaras y que ese lunático nos matara uno por uno, es un idiota Jimin date cuenta, él no te merece. —espeto molesto—. Pero por suerte se largo por su cuenta. No te preocupes vendrán más chicos que te amen y...

—De ahora en adelante prefiero vivir sin saber nada sobre hombres. —dijo desanimado.

—No tienes porque amargarte, mírame a mí, yo creía lo mismo hasta que conocí a un hombre tan maravilloso como Namjoon. Jungkook no es el único tipo que hay sobre la tierra, afortunadamente.

—Pero es el único que me demostró que si me quería.

—En su cama como muchos otros. ¿Acaso quererte es hacerte sentir miserable luego de que le salvaste la vida? Pues qué querer más maldito. —contrario con dureza.

—Jungkook es diferente a los demás, él me escuchaban, me veía con humanidad, realmente me quería y hasta había comprado apartamento para los dos... —justificó.

—Claro, para verte cuando quisiera o cuando pudiera y no pagarte por hora porque le saldrías carísimo. Deja de mentirte a ti mismo, él no valoró tu sacrificio ¿acaso crees que va a valorarte como ser humano? Realmente te tenía muy cegado.

—Duele Jin, este amor duele mucho —sollozó dejando caer su cabeza.

—Lo sé, es difícil... pero solo el amor puede doler así —lo abrazo con cariño dejando que llorara sobre su hombro.

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