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14.


(  CHAPTER FOURTEN ! )
" ataduras. "

Hoseok se había vuelto el único confidente de Jimin base a su "relación" con Jungkook, siempre necesitaba a ese alguien para ir a contarle enseguida todo sobre las citas y las eufóricas emociones que se despertaban en él. Anteriormente siempre eran los tres escuchando las emocionantes aventuras de sus vidas, pero debido a que Jin continúa receloso con el adorado fiscal de Jimin, estaba siendo temporalmente excluido, al menos hasta que tuviera algo mejor que decir sobre el tema.

Pero con lo que no contaban ninguno de los jóvenes de la casa es que Kim Seokjin no tenía ni un pelo de estúpido.

—¿Qué? No te lo puedo creer. —completamente sorprendido murmuró Hobi al saber de la nueva noticia que tenía que ver con un lujoso apartamento en un condominio de Gangnam-gu—. Un verdadero hombre cumplidor, no cabe duda que te adora Jimin ¿estás feliz?.

El pelirosa se sentó en su cama soltando un suspiro con pesadez, señal de que algo no andaba bien.

—Yo... lo estoy solo que... hay algo que me preocupa —mencionó.

—¿Qué puede ser? Todo está yendo muy bien, incluso lo del divorcio que era el mayor problema entre ustedes ¿qué es eso que te preocupa Minie? —le preguntó preocupado.

—Hicimos el amor —confesó, y la reacción de sorpresa de su hermano más pequeño lo hizo sentir peor—. Si lo se, metí la pata, soy un bruto carajo.

—No espera, mi sorpresa no es de manera negativa, me sorprendí porque es la primera vez después de mucho tiempo que haces el amor. —aclaró—. ¿Por qué debería estar mal? Lo disfrutaste ¿no es así?.

—Si por supuesto que sí, incluso más de lo que debería y eso es lo que me preocupa. Tengo miedo...

—¿Miedo de que?.

—De que... después de haberme tenido él... simplemente me deseche —miró sus manos y sintió como su corazón se apretujó dentro de su pecho con dolor—. También dije que cosas en un momento de placer de las que ahora no estoy muy seguro porque... ese hombre es demasiado bueno para ser real, y uno no puede olvidar quién es y... cómo es el mundo.

—Ven aquí. —Hoseok lo sujeto del brazo y lo levanto de su cama para llevarlo frente al espejo de cuerpo completo que tenían en una esquina—. Mírate bien ¿quién eres tú?... Jimin, él se enamoró precisamente de lo que eres, y no hablo solo de la cosa divina que ves en el espejo, sino de lo que hay aquí adentro —le puso la mano sobre pecho—. Jungkook te adora, y no veas el entregarte a él como un error, velo como un acto de amor que él seguramente atesora.

—¿De verdad crees que él lo atesora? —cuestionó Park con ojos socorros.

—Por supuesto, Jungkook no es el tipo de hombre que solo toma lo que quiere y luego se va. No seas tan inseguro, apuesto que lo hiciste tan bien que lo convertiste en un adicto, pícaro máquina del amor —le pico juguetonamente el estómago sacándole una risita.

—Sucio, no hables de eso —rieron.

—¿Qué tanto cuchichean ustedes dos? —de la nada Jin apareció recargado en el marco de la puerta asustando a los menores.

—¡Hyung! —exclamaron los dos nerviosos—. ¿Nosotros? ¿Cuchichear? Para nada, hablábamos bajito porque pensábamos que estabas tomando una siesta, como anoche hiciste doble turno. —excuso Hoseok.

—Exactamente, y como hice doble turno y llegué en la madrugada me di cuenta que alguien hacía falta en esa cama —señaló con la mirada la cama del pelirosa—. Y no traten de mentirme porque lo hacen terriblemente y terminaré descubriéndolo. Hablen par de cómplices.

—Jimin creo que ya es momento de decirle a Jin hyung lo que pasa. —musitó el pelirojo asustado.

—Oh así que se trata de Jimin, tan predecible, no me digas, todo esto tiene que ver con ese fiscal de nombre Jeon Jungkook ¿no es así? —Jin era demasiado inteligente, ni siquiera tuvo que esforzarse, lo supo desde el primer momento.

—Déjame explicarte... —habló rápidamente Jimin.

—Te dije que no quería verte más con ese hombre, pero al parecer estoy pintando en esta casa. ¿Qué vas a explicarme? ¿Qué te estás rebajando a ser un simple amante? Si es eso no quiero escucharlo Jimin. —increpó.

—¡No soy el amante! —objeto Jimin ofendido—. Jungkook está apunto de divorciarse e incluso ya tiene un departamento donde viviremos de ahora en adelante.

—¿Qué dijiste? ¿Acaso escuché viviremos? —cuestionó Seokjin interrumpiéndolo—. Si pensabas mudarte con él olvídalo, porque no te dejaré ir a ningún lado. ¿Qué fue lo que te dijo esa noche? Lo dejé quedarse porque pensé que tú serías más inteligente ¿haz estado saliendo con él todo este tiempo, cierto? —Jimin desvió la mirada culpable y Jin miró a Hoseok enojado—. Y tú lo sabías todo y no me lo dijiste.

—Hyung es que...

—¡Suficiente! —exclamó—. Lo único que hago todo el tiempo es preocuparme y protegerlos, pero parece como si ustedes todo el tiempo quisieran lanzarse por un precipicio.

—Jin él me habló de sus sentimientos, se sinceró y me habló de sus intenciones también, Jungkook no es malo, él de verdad me quiere y me lo ha demostrado. —objeto Jimin angustiado.

—¡No es suficiente! ¿Acaso no te haz visto Jimin? Eres un joven tan hermoso y valioso, pero parece como si no lo vieras porque te conformas con cosas tan mínimas como esas. —lo contradijo Jin causando que el pelirosa bajara el rostro triste—. Hasta que no te de esa acta de divorcio firmada por él y por su mujer, no irás más lejos con él, esa es mi última palabra.

—¡Jin no puedes retenerme! No soy un niño puedo hacer lo que yo quiera, ¡por dios tengo veintidós años! —se defendió Jimin.

—¡Y ese hombre tiene veitiocho! ¡Y que tengas veintidós años no significa que tengas la suficiente madurez como para decidir algo como esto! —aseveró Seokjin mirándolo autoritariamente—. Comportándote así solo me dejas ver lo estúpidamente enamorado que ya estás de ese hombre, y más a mi favor, no te irás de esta casa, pero si sigues insistiendo entonces solo te diré que... —se acercó a él y le murmuró a la cara—... si quieres irte vete, pero olvídate de Hoseok y de mi para siempre.

—Jin por favor no me hagas esto... —la voz de Jimin se entrecortó por el nudo que se formó en su garganta, y sus ojos se cristalizaron.

—Lo hago por que te amo, espero puedas entenderlo. —le rompía el corazón verlo así, alguna vez él también estuvo así y el verse como en un espejo en una de las personas que más quería dolía como el carajo—. Tienes que ver las cosas con más claridad Jimin, no puedes abandonar todo por una persona.

—Pero no estoy abandonando nada, sigo aquí y está bien no me iré pero... por favor déjame seguir viéndolo, déjame demostrarte que no es malo y que realmente me quiere, por favor hyung —le rogó con los ojos llenos de lágrimas.

—Jimin... —Jin era tan débil cuando se trataba de sus hermanos—. Carajo está bien, pero juro que si te hace el más mínimo daño lo mataré, y no estoy hablando figuradamente. —concedió y entonces el pelirosa lo abrazó—. Quiero que entiendas que me da miedo dejarte ir y más con una persona que está en esas circunstancias, no quiero que vuelvas a sufrir Minie, ni tú ni Hoseok.

—Lo sé, pero también tienes que aprender a confiar en mí, no soy estúpido, si lo fuera ya me hubiera ilusionado de todos esos hombres del club que me prometen el Sol, la Luna y las estrellas. —le explicó Jimin mirándolo.

—Hablando de eso, Jimin ¿qué harás con Taehyung? Ese hombre es muy peligroso, a invertido mucho en ti y no te dejará ir tan fácil, puede ser capaz de lo que sea incluso hasta de... —no quiso vaticinar así que cayó y relamió sus labios—. Kim Taehyung es un mafioso, esos hombres son de mucho cuidado.

—No te preocupes, creo que sé que hacer...

El miedo, la histeria y la furia son emociones que nunca deberían combinarse ya que podrían llevar a un estado emocional inestable, o que es es casi lo mismo, a la pérdida del control, obteniendo como resultado escenarios deshonrosos. Lamentablemente para todos los que se encontraban a su alrededor, estas eran las emociones que controlaban a Seo Heejin en ese momento.

—Señorita Seo ¿se encuentra bien? —la ama de llaves inquirió preocupada, siguió los pasos rápidos y duros de la mujer que buscaba a sus padres.

—¿Dónde están mis padres? —él tono de su voz se había vuelto más terrorífico de lo común y su rostro tenso lleno de rastros de lágrimas daba miedo, en ese momento parecía una persona desquiciada.

—E-En el comedor, están tomando e-el desayuno. —respondió con miedo.

Heejin se dirigió hasta ese lugar, entró sin previo aviso y solo azoto con fuerza sus manos en la mesa sorprendiendo a sus padres quienes la miraron ofendidos por tal falta de respeto.

—¡Seo Heejin! ¿Qué crees que estás haciendo actuado de esta forma cuando tú madre y yo estamos comiendo? Ni siquiera avisaste que venías, eres inoportuna, vete. —increpó su padre.

—Ustedes dos... ¡tienen la culpa de todo esto! —gritó haciendo un eco en toda la sala la cual quedó en completo silencio—. ¿Cómo fueron capaces de ocultarme algo de esa magnitud? ¡Estoy jodida por su culpa!

—¡Heejin, ya es suficiente! —exclamó su madre levantándose abruptamente—. ¿Cómo te atreves a hablarnos de esa forma? Niña insolente, ¿acaso haz bebido? ¿Qué significa esta escena absurda?.

—Jungkook descubrió que... utilizaron nuestra boda como cortina de humo —dijo con nuevas lágrimas brotando sobre sus mejillas, y sus padres al escuchar esto se miraron estupefactos.

—¿Qué dijiste? —preguntó con temor el hombre.

—¿Por qué lo hicieron? ¿Ah? ¡¿Por qué?! ¿Por qué a mi?, ahora gracias a tu hermano enfermo cocainomano padre ¡Jungkook me están amenazando! Mejor dicho, esta amenazado a toda la familia. —les hizo saber.

—¿Jungkook descubrió lo de Lihan? ¿Como lo hizo? No eso no puede... ¿te mostró pruebas? ¡¿Qué fue lo que te dijo?! —exclamó el señor Seo nervioso.

—Si padre, lo hizo, vi todas las pruebas tanto del crimen como de la cortina de humo y... todas son pruebas contundentes, no sé cómo lo hizo el hijo de puta pero... si no firmo la demanda de divorcio estaremos arruinados. —se recargó en las sillas vacías sintiendo sus piernas flaquear.

—Lo sabía, sabía que tener a un hombre así de brillante en la familia tendría su precio y ahora lo estamos pagando. —suspiro pesadamente agachando la cabeza, sabiendo bien que no había nada que hacer ante esa arma tan letal para los Seo.

—Firma el divorcio Heejin. —acotó su madre, que a diferencia de su esposo e hija seguía con la cabeza en alto aún ante las circunstancias. Al menos alguien debía mantener la compostura—. Es lo mejor para la familia, no solo porque podría delatarnos, sino también porque después de su última amenaza... lo hemos estado investigado.

La mujer llamó a uno de los sirvientes el cual enseguida le entregó un carpeta. Heejin se acercó a ella y la miró confundida.

—Quería obtener municiones para defenderte por si continuaba con sus amenazas, pero lo que logré descubrir por desgracia, también es algo que podría destruir nuestra imagen. —dejó la carpeta en la mesa para que su hija la abriera, aunque esta la miró con algo de miedo.

—Madre ¿qué hay allí dentro? —su pulso se aceleró y su ceño se frunció con preocupación—. Padre ¿tú sabías sobre esto? —le pregunto a lo cual el hombre asintió.

—Abre esa carpeta Heejin. —ordenó la señora Seo.

Heejin acercó sus manos temblorosa a esta y con miedo la abrió lentamente hasta que descubrió lo que había en su interior y entonces abrió los ojos con estupor.

—Estos últimos meses tu esposo se ha estado reuniendo con un joven de un burdel gay. ¿Sabías eso? ¿Sabías que tu esposo es homosexual?.

—¿Qué? —Heejin estaba anonadada, no podía creer lo que veía; múltiples fotografías de Jungkook con un chico de nos más de veinte años de cabello rosa, paseado de la mano, abrazados, en restaurantes y besándose. De pronto su estómago se revolvió—. No esto... no puede ser cierto, Jungkook no es...

—¿Un marica? Pues lo es —agregó su padre—. Recuerda, no todo lo que brilla es oro, sin duda ese hombre era demasiado bueno para ser verdad, que desperdicio. —resopló en forma de burla.

—Es preferible que firmes el divorcio y decir que la causa de su separación fue por cuestión de sus agendas de trabajo, antes de que salga esto a la luz y caigamos en el escándalo de que se divorcian porque tu esposo te es infiel con un hombre. —insistió su madre—. Retenerlo solo traerá problemas a la familia, representa una amenaza de cualquier forma, así que... lo mejor es deshacernos de él.

—Pero ¿qué hay de mí? ¿Qué hay de mi orgullo? ¡Ese desgraciado se está burlando de mí! —exclamó sin poder parar de llorar.

—Tu orgullo no importa cuando tu apellido y su legado están en juego, recupera tus sentidos Heejin. Tienes que firmar ese divorcio.

En la guerra como en el amor una mujer es mil veces más despiadada que un hombre, y cuando se trata de una mujer con su orgullo herido... es aún peor, porque no hay nada más peligroso que el rencor y la venganza de una mujer herida. Y Seo Heejin tenía clara una cosa...

No dejaría ir ileso a Jeon Jungkook.

[...]

—Miren a quien tenemos aquí, Baby J ha pasado un tiempo. —Taehyung lo saludó con su sonrisa cuadrada de pokar, la cual nunca sabía si era real o venía con sarcasmo.

—Taehyung viene hablar contigo sobre...

—Shh, shh —lo callo haciendo un ademán para luego ordenarle a sus hombres con un moviento de mano que cerraran la puerta y se quedaran ahí custodiándola—. De ahora en adelante, no vas a hablar si yo no lo permito ¿entendiste?.

La atmósfera cambió completamente, todo se sintió terriblemente tenso y Jimin se sintió amedrentado por el depredador que tenían frente suyo.

—Responde, y no quiero ninguno de tus estúpidos jueguitos. ¿Qué haz estado haciendo? Mejor dicho ¿con quién haz estado estos últimos meses?. —cuestión mirándolo fijamente, serio.

—Voy a renunciar al club, he estado ocupado buscando otros empleos y yo no...

—¡Ahhg carajo! —Taehyung se levantó y de forma abrupta tomó al pelirosa de la quijada apretando sus mejillas con fuerza, furioso—. Te juro que si no me dices toda la jodida verdad voy a matarte aquí mismo ¿haz entendido?.

—Tae-Taehyung por favor, su-suéltame... —Jimin tembló aterrorizado. El hombre estaba loco, no le importaba un carajo, él sabía el poder que poseía y era verdad, todo este tiempo se estuvo conteniendo pues esa era la primera vez que le había puesto una mano encima estado el la suit.

—¿Piensas que soy un estúpido? Te lo advertí, te dije que si te atrevías a mirar en otra dirección que no fuera la mía ibas a lamentarlo. —lo soltó aventándolo bruscamente—. Todo estaba yendo tan bien entre nosotros, pero ese maldito hijo de perra tenía que meterse en medio —menciono sirviéndose vodka en su vaso—. Dime ¿qué tiene ese puto fiscal que no tenga yo? ¿Es el dinero? ¿Te parece más apuesto? ¡Qué diablos es!. —exclamó para luego tomar hasta el fondo su trago.

—Hay que hablar tranquilos ¿si? Y-Yo puedo explicar todo...

—¡¿Qué mierda vas a explicarme?! Vas a decirme cómo demonios coges con ese imbecil, lo bien que te hace sentir, cómo es el único que no te ve como el puto objeto que eres. —espeto Taehyung mirándolo mortíferamente.

—Ese es el problema Taehyung... que siempre me haz visto como un objeto, como otro trofeo que quieres poner en tu vitrina y yo no soy eso —objeto Jimin con sus ojos llenándose de lágrimas—. Yo solo quiero ser amado, y él me hace sentir amado, él me ve y me entiende aunque no le diga nada.

—Yo quería amarte, pero no me dejaste hacerlo, siempre tenías esa barrera que no me permitía entrar, y sabes porque... porque jamás te interese, solo era uno más de tus malditos clientes —rio entre dientes sarcásticamente—. Yo Kim Taehyung, uno más del montón, pero que jodida situación.

—Lo siento yo...

—No te atrevas a ser condescendiente conmigo, ya he tenido suficiente de esa mierda. —se sirvió otro vodka y volvió a beberlo de una sola—. Mejor porque no me dices a qué carajo haz venido.

—Yo... —una lágrima se escurrió por la mejilla del pelirosa, aunque enseguida la limpió—. Taehyung te ruego que nos permitas a mí y a...

—No quiero escuchar como pides piedad por otro hombre eso es patético. —lo interrumpió—. Sé a dónde quieres llegar y... te tengo una propuesta. —se sirvió un último vodka, lo bebió por completo y luego dejó el vaso en la mesilla—. Tú no quieres que yo mate a tu estúpido noviecito ¿cierto? —se acercó a él—. Dime Baby J ¿qué estás dispuesto hacer para salvar la vida de este imbecil?. —le acarició el brazo con sus dedos mientras mordía su labio inferior.

—¿Qué es lo que quieres de mí? —Jimin lo miró, su cuerpo temblaba de impotencia y de miedo a la vez.

—Oh tú sabes que es lo que quiero. —sonrió con malicia—. Por lo que veo no puedo tener tu corazón, pero por otro lado tu cuerpo...

—¿Qué quieres que haga? —un nudo se formó en su garganta y su voz se hizo un hilo. Estaba claro lo que Taehyung quería de él, tenía mucho miedo, no quería hacerlo, pero no tenía otra opción. Ese hombre le producía asco y ahora solo quería matarlo con sus propias manos, termino siendo un abusador como todos los demás, y como odiaba a los de su clase.

—Salgamos de aquí primero, vamos a la comodidad de un hotel ¿te parece? Y allí fingirás que te importo un poco, que me pones atención, fingirás escucharme, que me conoces y que no soy solo una noche más. Vas a fingir que soy todo para ti, que me quieres mucho, que conmigo eres muy feliz, fingirás que esto es diferente a con los demás, que yo soy tu todo y que no existe nadie más. —demandó el rubio mirándolo fijamente a los ojos—. Y espero que fingías muy bien, maldito vendedor de caricias.

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