13.
( CHAPTER THIRTEEN ! )
" our first time. "
[🍋]
"No hay sensación más delirante que recorrer y sentir la piel de la persona que más haz anhelado y que tanto adoras" Jungkook cubría con sus besos a Jimin escuchando de fondo como un sonido blanco sus leves jadeos de excites mientras sus cuerpos se movían ansiosos, era sorprendente la forma en que los movimientos de ambos se sincronizaban, el cómo sabían en qué partes besar y en qué partes tocar, siendo esa la primera vez que mantenían intimidad.
Jungkook yacía sobre Jimin tomando su cintura con sus largos dedos, había estado besándolo de forma apasionada y enloquecedora, sus lenguas colisionaron en una danza que avivó aún más la llama de la pasión, y cuando lo dejó sin aliento bajo a su cuello haciéndolo estremecerse, cada vello del cuerpo del pelirosa se erizó, esa era una de las zonas más erógenas de su cuerpo y no pudo evitar soltar un gemido bajo, pero enseguida se mordió el labio inferior y se aferró a los hombros del contrario buscando un soporte. Jeon por su parte se concentraba en besar y lamer lentamente la piel de su amado mientras que su mano se deslizaba por debajo de su ropa y recorría la piel de su torso con la palmaba abierta hasta llegar a su pecho y pasar su dedo pulgar por uno de sus endurecidos pezones.
Jimin estaba tan excitado como para solo quedarse quieto, así que les dio vuelta y ahora quedo él sobre Jungkook a horcajadas, primero se quito su camiseta y luego intentó abrirle la camisa desabrochado botón por botón, pero la desesperación le ganó y terminó reventándole todos los botones descubriendo su pecho voluptuoso y un abdomen bien tonificado que miró con fascinación mientras mordía su labio, y sin poder contenerse, pasó su lengua por su ligeramente piel broceada, justo en medio de sus pectorales y de allí subió hasta su cuello, lo besó y mordisqueó a su gusto mientras que al mismo tiempo su mano bajó por su abdomen hasta llegar a la hebilla de su cinturón, con agilidad se deshizo del cinturón, luego desabrochó el botón del pantalón para después bajar la cremallera y finalmente meter la mano dentro de su bóxer, con sus dedos buscó el miembro del pelinegro y enrolló su pequeña mano por toda la extensión de su erección.
—¡Ah! Ji-Jimin... —musitó Jungkook en un gemido ronco. El pelirosa sonrío, para entonces acercase a su oreja y murmurarle.
—Tranquilo, esto va a gustarte. —le lamió el lóbulo de la oreja y entonces procedió a bombear el miembro de Jungkook, su mano se movió de arriba hacia abajo por toda su largura, el líquido pre-seminal comenzó a salir tan pronto como aumentó la velocidad y sus dedos tocaron la punta de su sexo y la masajearon de forma erótica, Jeon echó su cabeza hacia atrás y abrió su boca dejando salir gemidos guturales.
Los movimientos aumentaron, los jadeos se volvieron gemidos y Jimin se sentía extasiado y poderoso al ver como causaba estragos en ese enorme cuerpo con tan solo su tacto. Cuando sintió que Jungkook estaba apunto de llegar al límite se detuvo e inmediatamente unió sus bocas en un delicioso y apasionado beso lleno de gratitud por parte del pelinegro.
—Te dije que iba a gustarte. —señaló Park lleno de orgullo, el contrario asintió con una sonrisa dandole la razón.
Entonces fue turno de Jungkook de volver a estar arriba. Se quitó por completo los pantalones y también la camisa lanzándolos hacia un lado, enseguida se dispuso a quitarle el pantalón y la ropa interior al pelirosa hasta dejarlo completamente desnudo ante sus ojos. El cuerpo de Jimin era tan perfecto, incluso mejor que el de cualquier mujer, mientras apreciaba cada una de las curvas de su grácil silueta observó algunas leves marcas que rozó con la yema de sus dedos, pero en vez de preguntar y hacerlo sentir incómodo se dispuso a besar cada una de ellas, ya habría tiempo para hablar sobre eso, en ese momento solo quería hacerlo sentir bien.
—Eres lo más bello que mis ojos nunca han visto. —musitó sobre su suave piel blanquecina.
A Jimin jamás lo habían tratado de una manera tan delicada y hermosa, ni tampoco lo habían hecho sentir tan especial. Y al ver a Jungkook besando las cicatrices de su piel como si tratara de cubrirlas con su amor, escuchar la forma en que lo llama y le decía todas esas cosas hermosas era algo inexplicable, jamás había sentido tanta pasión y amor al mismo tiempo dentro de su ser, ahí supo que ese hombre era el indicado.
—Ya me tienes —le susurró Jimin mirándolo a los ojos—. Soy todo tuyo... ¿podrías ser tú también mío? —le preguntó.
Jungkook no pudo evitar sonreír henchido de felicidad.
—Ya lo soy, desde el primer momento en que te vi, lo soy. —respondió y cerraron la promesa con un beso. Caricias, suspiros, risitas y gemidos acallados por besos durante los instantes de mimos. Se entregaron mutuamente no solo de forma física sino también de corazón.
Jungkook delineó con sus manos toda la figura de Jimin amando cada centímetro de piel que tocaba, pasó por sus caderas y terminó apretando sus muslos, sus dedos se adentraron acariciando con sus yemas sus muslos internos causando que su piel se erizará al sentirlo tan cerca de sus partes más sensibles.
—Quiero hacerte sentir bien también, dime cómo hacerlo. —susurró en los labios de Jimin.
—Prepárame para ti...
Volvió a guiarlo, casi de la misma manera de cuando bailaron en el parque. Primero Jimin metió sensualmente los dedos del pelinegro en su boca humedeciéndolos con su saliva, para luego conducirlos hacia su entrada. Jungkook cuidó sus movimientos haciendo todo de la forma más delicada y suave posible; bordeó su entrada tratando de no lastimarlo, estiró de a pocos y entonces metió uno de sus dedos dentro; lo metió y sacó, hizo círculos lentamente y miro la reaccionó de su chico ante sus estímulos. Tenía una vista majestuosa, Jimin tenía los ojos cerrados, la boca semi abierta y la espalda arqueada, sus manos apretaron sus hombros y rogó por más.
—¡Otro! ¡Mete otro! —pidió, y cuando otro se introdujo en su interior gimió con más fuerza.
Ambos dedos de Jungkook buscaron llegar a ese punto dulce que sabía que volvería loco a su contrario, se movieron en círculo y de arriba hacia abajo, y entonces en el momento en que sintió las uñas de Jimin encajarse en sus hombros y un grito de placer retumbar en sus oídos, supo que había tocado ese dulce lugar proporcionándole un primer orgasmo.
—¡Haaa, haaa, Jungkook! —jadeaba lleno de placer—. Estoy listo, te quiero a ti, te necesito. ¿Crees que puedas hacerlo?.
—Guíame, yo nunca...
—Lo se, es casi lo mismo, no te preocupes confío en ti. —asintió tomándolo de la mejilla, mirando sus bonitos y grandes ojos negros.
—Gracias lindo, te haré sentir bien —respondió y dejó un tierno beso en su frente.
Jimin abrió sus piernas como una clara invitación, Jungkook al ver esta acción se volvió loco de deseo, se acomodó sobre sus rodillas en medio de las piernas de chico, miró su miembro alineado con su entrada y lamió sus labios de forma lasciva, quería hacerlo suyo de manera vehemente, pero logró controlarse, era su primera vez y se encargaría de hacer todo especial y fantástico para ambos. Acomodó su miembro y empujó lentamente, Jimin abrió su boca dejando salir un prologando gemido sintiendo como su apretado interior recibía el pene de Jungkook de una forma deliciosa y gustosa, sus paredes encajaron a la perfección con su masculinidad.
—Haaa, mierda que rico. —gimió ronco Jungkook, su voz era tan jodidamente sexy. No podía describir como se sentía tener las húmedas y cálidas paredes de su chico apretando su miembro deliciosamente—. Joder —de pronto se detuvo.
—¿Qué pasa, qué pasa? —le preguntó desconcertado y con la voz agitada.
—El condón, no tenemos un condón.
—Está bien, confío en que no lo haz hecho últimamente con otras personas, y te aseguro que no saldré embarazado —chistó Jimin con una sonrisa.
Jungkook soltó una risita y asintió.
—No te preocupes, ha pasado un largo tiempo, tanto que creo que volví a ser virgen —ambos rieron—. Nos protegeremos la próxima vez, ahora por favor continuemos, no sabes lo bien que te sientes.
—Está bien, ven te quiero más cerca —pasó sus manos por sus hombros y lo pegó más a él sintiendo el calor de su cuerpo.
Pronto comenzó a moverse lentamente moviendo su pelvis en un balanceo.
Las manos de Jimin estaban sobre la ancha espalda de Jungkook, y sus uñas se clavaban en su piel corde el vaivén se volvía más rítmico y rápido, el calor aumentó en sus cuerpos, los gemidos, las respiraciones agitadas, se sentía como si una corriente eléctrica recorriera todo su cuerpo.
—¿Lo estoy haciendo bien? ¿Te gusta de esta forma? —le preguntó Jungkook sin perder el delicioso ritmo, mirando todos los gestos de placer que su chico hacía.
—Más rápido, Jungkook lo quiero más rápido ¡Haa! —gimió.
Como ordenó, los movimientos se hicieron más rápidos, la pelvis de Jeon chocaba contra el trasero del pelirosa, el sonido del choque entre sus pieles era erótico, el sudor comenzando a deslizarse por sus pieles y los gemidos sonoros que se escapaban, parecían que estaba apunto de alcanzar el cielo.
—¡Así! ¡Ahí justo ahí! ¡AH! —gimió con fuerza Jimin cuando lo penetró con más profundidad y alcanzó su próstata proporcionándole un segundo orgasmo.
Jungkook buscó las manos del pelirosa para colocarlas arriba de su cabeza y entrelazar sus dedos, volvió a besar sus labios sin dejar de moverse, mordió su labio inferior e introdujo su lengua dentro de su cavidad, apretaron el agarre en sus dedos, apuró el movimiento.
—¡Oh Jimin! Jimin por dios que rico —soltó el pelinegro en un gemido que ronco cerca de su oreja.
Jimin envolvió sus piernas en su cintura y se movió debajo de él, embestida tras embestida los acercaba cada vez más al máximo placer. Los gemidos y jadeos combinados con el sonido del choque de sus pieles inundaron la habitación. Y luego de un fantástico y delicioso vaivén, finalmente llegaron juntos al climax, liberaron en un fuerte y prologando gemido todo el placer que sentían.
Buscaron recuperar el aliento a bocanadas de aire mientras sus cuerpos eran azotados por los espasmos del orgasmo, unieron sus frentes y soltaron una risita llena de complicidad y satisfacción. Jungkook besó de nuevo los labios del chico dulce y lentamente, para luego pasar a besarle las mejillas, la frente, la barbilla y la nariz.
—Perfecto, no hay otra palabra que pueda definir mejor este momento. —murmuró mirando al pelirosado con devoción—. Gracias, me haces el hombre más feliz y afortunado del universo.
—Te quiero, Jeon Jungkook. —contestó Jimin.
—Y yo te adoro, Park Jimin. —replicó Jungkook.
Una mañana, Jungkook decidió poner todo de cabeza.
—¡Lleven todas esas cajas al camión! ¡Cuidado con las pintura! —gritó un hombre.
Heejin siempre se mostraba desinteresada hacia cualquier cosa que su esposo hiciera, incluso esa mañana había ignorado por completo los gritos y el desorden que se escuchaba fuera de su habitación, se concentró en prepararse para ir al trabajo, aunque no sin antes primero ir a tomar su cafe matutino. Pero entonces, cuando finalmente salió de su habitación se encontró en el pasillo a hombres llevando cajas provenientes de la habitación de su esposo.
—¿Qué significa esto? —se preguntó frunciendo el ceño confundida—. ¡Jungkook! ¿Qué está pa...? —chocó con uno de los hombres accidentalmente, causando que la caja que llevaba en las manos se le cayera y botaran algunas de las cosas que estaban dentro, los cuales fueron los discos de su cónyuge. «Él ama esas cosas ¿por qué querría llevárselos?» pensó.
—Lo siento mucho señora, no me fijé por dónde iba. —el hombre apenado hizo una reverencia y luego comenzó a recoger lo que se había tirado de la caja. La mujer inspeccionó el overol que él traía puesto y encontró el logo que tenía bordado, entonces sus ojos se abrieron un poco de más con sorpresa cuando leyó "servicio de mudanzas Uteun"
—Ese hijo de... —era obvio que el aludido no se encontraba en la planta alta, así que bajó rápidamente las escaleras y caminó hacia el recibidor encontrándolo hablando con otro de los hombres el cual parecía ser el que estaba a cargo—. Jeon Jungkook, en este preciso instante vas a explicarme qué significa todo esto.
—Discúlpeme, tengo algunos asuntos que atender, vuelvo en unos instantes. —apenado Jeon señaló al hombre para luego girarse hacia la mujer tras un suspiro pesado—. Buenos días Heejin...
—¿Una mudanza? ¡¿Te haz vuelto loco?! Tener habitaciones separadas es una cosa, pero mudarte es una exageración, así que regresa todo de inmediato y déjate ya de estupideces. —le ordeno furiosa.
—No, la decisión está tomada, me voy para siempre de esta casa. —contestó Jungkook serio y firme.
—¿Qué? No, tú no puedes irte de aquí, eres mi esposo y tu lugar está a mi lado.
—Te equivocas, después de hoy tampoco voy a ser más tu esposo, reanudaré los trámites del divorcio. —espetó.
—¿Qué dijiste? —hizo una mueca llena de rabia, haciendo rechinar sus dientes.
—¿Estas frustrada? Realmente pensaste que tu plan había funcionado. —resopló burlándose—. Solo detuve el proceso porque necesitaba hacer algunos movimientos antes, y ahora estoy más que seguro que esta vez lograré hacerte firmar esa demanda. —sonrió maliciosamente.
—¿Tan confiado estás? ¿Acaso vas a volverme a chantajear con infidelidades? Cualquier cosa que hayas planeado no funcionará contra las demandas que te he puesto, pero continúa, tal vez unos años en la cárcel te hagan reflexionar. —rabió.
—¿Yo? ¿O tu familia? —respondió Jeon lleno de confianza, confundiendo a la contraria.
—¿Qué carajo haz dicho? ¿Por qué mi familia iría a la cárcel?. —Heejin apretó sus puños hasta que la piel de nudillos se volvió amarilla.
—¿Tienes curiosidad? Ven conmigo, dejemos que estos hombres terminen su trabajo tranquilamente. —se dio la vuelta sobre su talones y se dirigió junto a la mujer hacia el despacho, una vez adentro cerraron las puertas.
—¡Ya vas a decirme de qué demonios estas hablando! —exclamó Heejin azotando las manos en el escritorio—. Te lo advierto Jeon Jungkook, no te metas con mi familia porque esto puede terminar muy mal para ti.
—¿Eso fue una amenaza? Bueno pues ahora escucha la mía. —el rostro de Jungkook se oscureció, fue como si de pronto apagara toda esa amabilidad y humanidad que tenía—. Tengo todas las pruebas necesarias para comprobar que tu familia y el bufete encubrieron un crimen a manos de tu tío Seo Lihan, sí, el mismo que no fue a la boda porque tenía que huir rápidamente del país.
Heejin abrió sus ojos con estupor y su rostro palideció como una hoja de papel al escucharlo, ni siquiera fue capaz de contestar, sus labios temblaron y su pecho comenzó a subir y bajar.
—Nuestra boda no solo fue por conveniencia, sino también sirvió como una cortina de humo para el delito que había cometido tu familia. —le hizo saber, disfrutando esa expresión de tormento que tenía en su rostro, tardó pero dicen que la venganza es un plato que se sirve frío—. Hace cuatro años tu tío drogo a tres jovencitas de diecisiete años en un club nocturno, una de ellas no pudo soportarlo y tuvo una sobredosis que la llevó a su muerte. ¿No me crees? Aquí tienes las pruebas.
Jungkook lanzó un sobre color rojo en el escritorio, Heejin inmediatamente lo tomó y lo abrió temblando aterrorizada, pero más la horrorizo todo lo que encontró en aquel sobre, eran sin dudas pruebas contundentes tanto del crimen como de la cortina de humo, no pudo soportarlo, cayó sobre sus rodillas al suelo al tiempo que sus ojos se llenaban de lágrimas.
—No te preocupes, nada saldrá a la luz siempre y cuando... —se arrodilló, recogió el sobre y miró los ojos lagriméantes de la mujer con una sonrisa victoriosa—... tú firmes esa demanda de divorcio. Se que serás inteligente, cuida la imagen de tu familia y déjame ser libre a mi. —se levantó y se dirigió a la puerta, pero antes de salir agregó—. El equipo de mi abogado te hará llegar el documento esta tarde, lo estaré esperando con tu firma. Adiós Seo Heejin.
—¡¡Maldito seas Jeon Jungkook!! ¡¡Jamás vas a ser feliz!! ¡¡Jamás!! —vociferó Heejin, tal vez como un acto de furia o tal vez como una amenaza.
[...]
Los amantes continuaban tendidos sobre la alfombra de la estancia, seguía recuperándose entre besos y caricias, cubiertos por las sábanas que Jungkook encontró en alguna de las cajas de la mudanza. Jimin abrazo el torso del pelinegro y recostó su cabeza sobre su pecho, Jungkook le acarició la espalda con una de sus manos y con la otra sujeto la mano del pelirosa, sus piernas estaban entrelazadas y los dedos de sus pies se acariciaban entre sí.
—¿Entonces fue así como finalmente pudiste mudarte aquí y obtener el divorcio? —murmuró Jimin luego de que Jeon le contó cómo había logrado lidiar con aquella mujer de apellido Seo—. Vaya... seguramente no fue fácil para Namjoon obtener esas pruebas, ahora me siento culpable por presionarte tanto.
—No tienes porque sentirte así, tú no lo sabías, así que no te preocupes cualquiera en tu posición lo hubiera hecho. —repuso Jungkook acariciado sus regordetes y pequeños dedos con los suyos—. ¿Puedo confesarte algo?.
—Claro adelante, con que no sea nada extraño, está bien. —chistó junto una pequeña risita.
—No sé cómo sentirme al respecto, y no hablo sobre el divorcio, en ese sentido me siento aliviado y feliz. —mencionó mirando hacia el techo pensativo—. Hablo de las tácticas que utilicé para lograr mi cometido, cuando lo estaba haciendo me sentí victorioso porque en parte fue una venganza, pero ahora... por alguna razón me siento mal conmigo mismo porque yo no soy así, te lo juro.
—Hiciste lo que tenías que hacer, esa mujer quería enviarte a la cárcel por delitos que tú no cometiste, y eso es peor Jungkook, escúchame. —Jimin se apoyó en su antebrazo para poder mirar al hombre—. No hay nada de malo en luchar por tu felicidad y tampoco en querer vengarte, si una persona no se tienta la mano para hacerte daño ¿porque tú si? Que importa la moral, lo importante es que paguen todo el mal que hacen.
—Esa mujer me hizo mucho daño Jimin, se casó conmigo solo porque era el modelo perfecto de hombre que su familia buscaba para su imagen familiar, nunca me amo, ahora me doy cuenta que solo peleaba conmigo por diversión, se aprovechaba de mi cariño, me engañaba con otros hombres mientras yo trataba de reparar nuestro matrimonio, solo me veía como un accesorio y eso... duele. —contó con el rostro lleno de angustia y dolor.
—Me rompe el corazón y al mismo tiempo me hierve la sangre escuchar como un hombre tan maravilloso como tú fue tratado y timado de esta manera. —manifestó Jimin frunciendo el ceño y con la mirada llena de tristeza—. No merecías nada de eso, y ahora entiendo porque hiciste todo lo que hiciste, si te soy sincero yo hubiera hecho algo peor pero tú eres tan bueno que hasta fuiste benévolo, tienes una alma tan hermosa...
El pelirosa lo tomó de la mejilla, le sonrió y se acercó para unir sus labios en un dulce y suave beso. No se lo había hecho saber, pero esa era una de las cosas que habían enamorado a Jimin de Jungkook, su buen corazón, era increíble que en un mundo lleno de hombres aún hubiera un caballero, se sentía tan afortunado de poder tenerlo.
—De ahora en adelante quiero ser feliz... pero a tu lado, tu representas una enorme parte de mi felicidad, me regresaste a la vida, por favor quédate a mi lado para siempre —le pidió Jungkook al chico mirándolo a los ojos.
—Estoy aquí, no me iré a ningún lado —respondió Jimin dándole de nuevo otro suave beso.
—Dime una cosa ¿tú trabajo te hace feliz? ¿Eres feliz bailando en ese club? —le preguntó.
—Amo bailar, el baile es donde me encuentro a mí mismo, es una parte de mi ser, pero... eso no significa que me guste hacerlo desnudo y mucho menos para la satisfacción morbosa de otros. —contestó.
—Entonces deja de hacerlo, renuncia al club.
—Aunque sea lo que más quiero no puedo hacerlo ¿cómo voy a vivir? Tengo responsabilidades de las que me tengo que encargar, además ¿qué hay de Jin y de...?
—Eso es algo que solucionaremos juntos, puedo hacerme cargo mientras buscas otro trabajo, o si quieres no lo hagas, puedo dártelo todo, quiero hacerlo porque te adoro Park Jimin —acarició el rostro del mencionado con adoración, le dio un beso en la frente y luego le dio otro en la mejilla—. Solo quiero que seas feliz también.
—Si supieras lo feliz que soy cuando estoy contigo. —reveló en un murmuró casi inaudible, para luego unir de nuevo sus labios en un beso tierno y lleno de cariño, movieron sus labios con delicadeza y disfrute, se abrazaron haciéndose uno, sus corazones bombearon rápidamente queriendo salirse de sus pechos para entregarse uno al otro en busca de funcionarse como acto de amor.
¿Les gustó? De ahora en adelante habrá más de esto, gracias por la paciencia. Love u 💓💓
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro