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11.


(  CHAPTER ELEVEN ! )
" un vistazo en ti. "


Luego de esa noche tan llena de sentimientos y confesiones, todo dio un giro de ciento ochenta grados en la vida de Jimin y Jungkook, tanto que les era muy desconcertante lo rápido que una persona se había vuelto lo único que importaba.

Estuvieron viéndose casi a diario por pequeños momentos en el club, y cuando finalmente se le dio la oportunidad tuvieron su tan esperada primera cita real.

Jungkook se esmeró en preparar todo para que saliera como siempre lo imaginó y también para que fuera perfecto para Jimin. Pero a decir verdad, fue mejor de lo que esperaba; Primero, fue confortable para ambos haber estado alejados en todo momento del club. Para el bailarín todo estaba siendo bastante nuevo, desde el simple hecho de tener una cita romántica, hasta el haberle dado la ubicación de su lugar de residencia para que lo recogiese. No quería parecer un novato, pero es que había estado tanto tiempo alejado del amor que ya había olvidado la emoción de este mismo.

Aunque si de emociones hablamos Jimin no pudo controlar su gran asombro al ver el automóvil en el que Jungkook lo había pasado a buscar. Un mercedes último modelo de lustre pintura negra, que seguramente no podría pagar ni trabajando como esclavo toda su vida.

—Buenas noches, su carroza y su fiel lacayo estamos listos para trasladarlo hasta una muy romántica cena en el mejor y más agradable restaurante de Seúl. —dijo abriéndole la puerta con una sonrisa—. Adelante.

—¿Este es tu auto de verdad? —el pelirosa lo miró con maravilla—. Es muy asombroso... ¿acaso pretendes impresionarme con todo este lujo? —enarco una ceja mirándolo con una sonrisa.

—Si lo dices de esa forma suena muy pretencioso, y ese no es mi punto. —objeto Jeon para acercase a él y tomarlo de las manos mirándolo embobecido.

—¿Entonces cuál es tú punto?. —Jimin alzó la cara para poder alinear su boca con la del contrario gracias a la diferencia de estaturas, buscando ese saludo con sus labios.

—Mi punto es brindarte la mejor noche de tu vida, y si podemos meter un poco de lujo que mejor ¿no?... solo quiero que tengas lo mejor, sé que lo vales. —sonrió con sus dientes de conejo.

—Entonces apreciaré cada detalle, gracias. —colocó una de sus manos sobre la mejilla del pelinegro y le sonrió con sus mofletes color carmín.

—Esa es la actitud. —respondió para entonces darle un gentil beso en la muñeca y después llevarlo a su asiento y ponerle el cinturón de seguridad. Luego él rodeó el auto para subir y colocarse el cinturón también—. ¿Estás listo?. —le preguntó a lo que el bailarín asintió y entonces encendió el motor y se pusieron en marcha.

Para Jungkook, no es que fueran comunes ese tipo de planes románticos, a decir verdad estaba fuera de práctica desde hace un largo tiempo, pero era natural en él ser así de atento, detallista y romántico, aunque solo lo era con la persona que él realmente consideraba merecedora de todas esas bellas cualidades, sin en cambio eso no quitaba que también estuviera un poco nervioso, aunque la gran alegría que estaba sintiendo en ese momento no se le comparaba. Además, nada tenía punto de comparación, y no solo era por lo planificado, sino por lo que sentía por la persona con la que estaba, pues cuando volteaba a ver a Jimin se sentía el hombre más afortunado del mundo, algo que jamás había sentido con nadie.

—Y también una botella de Vino por favor, gracias. —pidió Jungkook al mesero entregándole la carta luego de que tomara las órdenes con atención y después se fuera por ello—. ¿Te gusta? No escogí este restaurante solo por lo lujoso que es, lo escogí porque sus platillos son exquisitos de verdad.

—¿De verdad? No puedo creerte eso. —chistó Park. El restaurante era sin dudas muy ostentoso, todas las personas de allí parecían gente muy importante y con clase, inclusive se sintió un poco intimidado al principio, pero después recordó que tenía el mismo derecho que ellos de estar allí, además se veía hermoso y con mucha clase también, incluso mejor que otros «de verdad hay gente rica que viste así de horrible?» se preguntó.

—Te estoy diciendo la verdad, además aquí no son tacaños con las porciones, puede ser un restauren lujoso y lo que tú quieras pero no olvidan que la gente viene aquí a comer, y tiene un buen vino también. —mencionó—. Además mira la vista que tenemos ¿no es hermosa?.

Jungkook había reservado la mesa con la mejor vista; en la segunda planta, justo al frente de la terraza donde había un gran ventanal con una vista admirable de la ciudad, lo cual le había encantado a Jimin.

—Si, es muy hermosa —el pelirosa volteó a ver el ventanal y sus ojos brillaron reflejando todas las luces de la ciudad en ellos—. Jamás había visto algo así...

—Si, yo tampoco había tenido una vista tan hermosa en mi vida... —murmuró Jungkook, se quedó mirando a Jimin embobecido, la vista de aquel ventanal perdió su importancia al tener a tan bello joven frente a él. Era extraordinaria la manera en que lograba robar por completo su atención, observaba cada parte con admiración desde su cabello rosado, pasando a su rostro esculpido por los mismos ángeles, hasta llegar a su cuerpo que era un monumento. Esa noche llevaba puesto una chaqueta de tweed Chanel de estampado negro y blanco, pantalones negros y joyería que lo hacía brillar aún más.

—Señor sus órdenes están listas. —el mesero colocó en la mesa frente a cada quien su respectivo platillo, sacándolos a ambos de su ensueño—. Aquí está también el vino que ordenó, que lo disfruten, con permiso. —dejó la botella ya abierta y luego se retiró tras una reverencia.

—Permíteme servirte. —Jungkook tomó la botella y sirvió del líquido carmesí en las copas de cada uno—. Haré un brindis, por nuestra primera cita. —alzó levemente su copa.

—Por nuestra primera cita. —el rosado dijo con una sonrisa y entrechocaron sus copas para luego beber.

—Disfruta de tu comida, buen provecho.

Lo que esa noche compartieron entre platillos y copas de vino no fue nada igual a lo poco que habían compartido aquellas horas de "privacidad" en el club. La conversación se sentía sin menos peso ni tensión, hablaban de anécdotas, compartían gustos, puntos de vista, algunos datos vergonzosos y por supuesto sobre sus sueños.

—Siempre quise ser compositor. —mencionó Jungkook—. La música siempre ha sido parte de mí desde que tengo razón, cuando estaba en la secundaria aprendí a tocar la guitarra y después el piano, luego escribí un par de canciones sin mucho sentido pero era algo que me apasionaba.

—¿Y luego qué pasó? ¿Por qué decidiste entonces ser fiscal? —preguntó Jimin mirándolo con sumo interés.

—Ser fiscal no fue algo que yo haya elegido del todo en realidad. —le explicó—. Mis padres quería que lo fuera, era su mayor anhelo, así que me negaron por completo el sueño de ser compositor y comenzaron a adentrarme en las leyes. —suspiró ligeramente con cierta nostalgia—. Por alguna razón a la mitad de la carrera comenzó a interesarme y cuando empezaba a ver casos de personas que sufrían cosas injustas y los ayudaba me sentía gratificado por su felicidad... así que decidí quedarme solo para seguir ayudado a más vidas inocentes. —sonrió.

—Ese es un propósito muy hermoso. —asintió Jimin con una sonrisa orgullosa—. Y deberías estar muy orgulloso de ti mismo, tu trabajo es muy reconocido y ya veo el porqué, eres un hombre gentil y honesto, te mereces todos esos méritos Jungkook.

—Gracias... escucharlo de ti se siente muy reconfortante. —le dio una cálida sonrisa llena de gratitud.

—Pero oye, no por eso tienes que abandonar tus sueños. —lo tomó de la mano—. Ya eres un adulto con una vida casi hecha, todavía puedes cumplir tu sueño si te lo propones, y si me dejas me gustaría apoyarte.

—Es una maravillosa idea, y que me digas que quieres estar a mi lado es... grandioso de verdad. —ambos soltaron una risita de emoción—. Yo también quiero hacer lo mismo contigo, quiero estar a tu lado cuando cumplas tu sueño. Dime ¿cuál es tu sueño? ¿También tus padres se interpusieron en el? Cuéntame...

De la nada, la expresión de Jimin cambió drásticamente; su sonrisa se había borrado por completo, la luz de sus ojos se había apagado y el color de su tes se había puesto pálido, su rostro reflejó terror de un momento a otro. Y esto desconcertó a Jungkook.

—Uhm... yo... —el pelirosa aclaró su gárgara, sus labios estaban secos de pronto y sus manos frías—. V-Voy al baño un momento —soltó la mano de su acompañante y se fue rápidamente.

—¡Jimin, espera!.

Jungkook decidió darle privacidad, aunque realmente no sabía porque, se encontraba muy confundido por su repentina actitud, y entonces al sentirse un poco culpable analizó lo que había dicho antes pues era obvio que una de las cosas que había mencionado lo habían puesto así, pensó aunque no encontró una respuesta clara, tal vez podía ser respecto a lo de su sueño o tal vez era algo sobre sus padres, no estaba muy seguro, pero quería saber, estaba preocupado.

Luego de diez minutos finalmente Jimin regresó a la mesa más tranquilo.

—Lo siento, no sé qué me pasó. Jungkook ¿será que ya podemos irnos? Necesito un poco de aire. —dijo en un tono doloso.

—Si claro no hay problema, vámonos. —sin más, luego de pasar a pagar la cuenta se marcharon.

En el transcurso del viaje Jimin bajó su ventana y recibió el aire en su rostro, tenia la mirada perdida y un semblante afligido. Jungkook no quería que la cita terminara así, algo le pasaba a su amado y necesitaba saberlo para tratar de ayudarlo o hacerlo sentir mejor, no toleraba verlo así de triste, así que se desvío y paró en un parque.

—¿Quieres salir por un momento? —le preguntó, Park volteó a verlo en silencio—. Escuché que en este parque algunas personas se reúnen a bailar ¿quieres intentarlo?. —trato.

El rosado sonrió levemente, escuchar la palabra bailar era muy reconfortante para él, esa era su zona de confort, su momento de paz y de libertad, así que aceptó. Ambos bajaron del auto y Jimin buscó con la mirada a aquellas personas de las que había hablando, pero el parque estaba completamente solo.

—Uhm Jungkook, aquí no hay nadie ¿de qué personas hablas? —preguntó volteando a verlo y se lo encontró con la mano extendida hacia él.

—Hagámoslo solo nosotros, bailemos. —le invitó con una dulce sonrisa.

—¿Aquí? Pero no hay música.

—Eso lo puedo arreglar. —rápidamente Jungkook abrió una de la puerta del auto, hizo algunos movimientos en la pantalla táctil del auto y luego regresó hacia él dejando la puerta abierta—. Listo...

De pronto, desde las bocinas del auto se comenzó a escuchar "Versace on the floor" el volumen estaba alto así que era lo suficientemente fuerte para que se escuchara como un eco por el parque solitario.

—Entonces ¿si aceptas bailar conmigo? —volvió a preguntarle tendiéndole la mano, Jimin sonrió enternecido y asintió—. Por favor guíame, soy un poco torpe en esto.

—No te preocupes, solo suéltate. —la mano de Jungkook fue recibida, ambos acercaron sus cuerpos al otro, la muñeca del más alto fue colocada por el pelirosa en su cintura, y por simple inercia la deslizó por su espalda buscando una dirección—. Para esta canción está bien si solo bailamos algo de vals, porque es lenta. —le dijo en un susurro deleitado por la música, Jungkook asintió, entonces el brazo izquierdo de Jimin se estiró con sus dedos entrelazandose con los ajenos, y su mano derecha la colocó sobre el hombro del pelinegro—. Listo, ahora solo trata de seguirme.

Empezaron moviendo sus pies, Jungkook lo hacía bastante torpe, no podía si quería saber si en el siguiente paso lo pisaría, pero aún así se esforzó y continuó teniendo cuidado y poniendo atención a los paso de Jimin. Y aunque sus cuerpos se movieran lentamente de lado a lado, había algo que no se movió en todo el baile...

Sus miradas hipnotizadas, las cuales se derretian sobre la otra, no se les permitía despegarse, el vaivén siguió, con el pasó perfeccionándose.

Sus pies finalmente se lograron acomodar al compás del ritmo de la canción y de la hermosa y enérgica voz de aquel talentoso intérprete.

Jimin quiso ampliar sus movimientos alejándose del cuerpo de Jeon, dio uno paso hacía atrás con su brazo estirado dandole una señal para que le diera un giro, él lo entendió y con una sonrisa lo hizo girar para luego juntarse de nuevo en su vaivén único, donde Jimin había roto las reglas del baile pasando sus manos alderedor del cuello de Jungkook dejándolos más cerca.

Por su lado, Jungkook mantuvo sus manos en el dorso de su espalda y luego sus dedos subieron acariciando la columna vertebral hasta masajear la piel del cuello y orejas del pelirosa quien sintió un cosquilleo por el palpar sensible en esa zona, ambos soltaron una risita por lo bajo para enseguida mirarse a los ojos perdiéndose en el brillo que desprecian estos quedando dentro de una burbuja de pasión que los llevó a juntar lentamente sus labios en un dulce beso.

Aquellos labios que amaban tocar, unos que adoraban con devoción deleitar, unos que los llevaban del la tierra al cielo, soltaron un leve suspiro en la exploración de sus bocas y el deleite que les causaba esto.

La música siguió inundando el aire romántico, con su tonada magnífica. Mientras el amor se manifestaba de forma especial. Los vínculos no solo son físicos, sino sentimentales.

La pieza finalizó, entonces se separaron del beso y continuaron mirándose completamente hipnotizados, embelesados, simplemente hechizados por la magia del amor.

—Lamento si hace un rato me porte raro —mencionó apenado—. Pero hay cosas duras de mi vida que aún no puedo contarte, entre tú y yo apenas se está formando algo, así que necesitaremos tiempo para contar aquello que nos atormenta... ¿podrías esperar hasta que me sienta preparado para contarte? —preguntó Jimin juntando las cejas con angustia.

—Ni si quieres tienes que preguntármelo, entiendo perfectamente y claro que puedo esperar no te preocupes, jamás te haría decir o hacer algo que no quieres. —respondió con una voz leve y serena—. Pero quiero que sepas que... sea lo que sea eso que te angustia, te prometo que haré lo que sea para ayudarte y ver siempre una sonrisa en este bonito rostro.

—Jungkook tú... ¿de verdad eres real? —murmuró para una vez más juntar sus bocas en un beso, acariciaron sus labios con suavidad, moviéndolos en una perfecta sintonía. Y como si de una escena de una Romcom se tratara, Jimin alzó uno de sus pies durante el beso, y una vez más ambos sintieron ese chispazo dentro de sus pechos.

nuestro Jimin de este episodio, he knows how dress 👏⭐️

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