10.
( CHAPTER TEN ! )
" oportunidad de oro. "
Jungkook lleno de ansiedad volvió todas las noches, los siete días de la semana al club, buscando al bailarín de nombre Baby J para poder saber su respuesta sobre su invitación, o mínimo sólo para hablar, pero no pudo hacerlo, ya que durante todos esos días el bailarín se negó a verlo, pues cuando trato de pedir un privado o tan solo verlo en su mesa por un instante, se lo negaron. Tal vez era Jin en su papel de padre sobre protector influyendo en él luego de que le contara sobre su falta, o tal vez sólo era él queriendo castigarlo por la decepción y el enojo.
Si de Jungkook dependiera, seguiría yendo todos los días esforzándose al máximo de todas las maneras posibles para poder recuperarlo, pero tampoco quería llegar al límite de asfixiarlo ni mucho menos hacerlo sentir acosado así que, aunque le pese, decidió que esa sería la última noche que iría al club.
Como siempre trajo consigo un ramo de flores, y estas eran siempre girasoles ya que en alguna de sus tantas pláticas el bailarín le menciono que su color favorito es el amarillo, esperaba que con ese mínimo detalle se diera cuenta que realmente le interesaba. Namjoon estuvo con él por un momento pues esa noche tenía una cita con Jin, pero aún teniendo a su mejor amigo con él los nervios no disipaban, al contrario fueron en aumento junto al miedo y la angustia, realmente no quería que todo terminara y menos así.
—¿Llevarlo a una cita? Oh amigo, pides demasiado y más en tu situación. —acotó el moreno.
—¿Y debido a quién sigo en esta situación? En vez de estar teniendo citas deberías continuar con la obtención de las pruebas faltantes. —increpó Jeon moviendo su pie aceleradamente, ansioso.
—Tengo mes y medio sin ver a mi novio, creo que tengo el derecho a querer tomarme un momento para poner atención a mi relación ¿dónde quedó tu responsabilidad afectiva?. —bufó y puso los ojos en blanco—. Además eso está casi listo, sabes que la última pieza siempre es la más difícil de encontrar.
—Lo sé, lo lamento, estos días han sido horribles para mí —suspiró con pesadez.
—Lo sé, también para mí lo han sido pero...
—Joonie cariño estoy lis... —hubo una sonrisa en el rostro de Seokjin, pero esta se borró en cuanto vio al fiscal—. Oh... Jungkook, otra vez tu aquí, no me digas que vienes a buscarlo una vez más.
—Jin ¿no crees que ya ha sido suficiente de tu desprecio hacia mí? Yo no te he hecho nada, no puedes odiarme para siempre.
—Adivina qué, si puedo. Si le haces daño a los que amo automáticamente me lo haces a mi. Realmente te creí un buen hombre, pero ya veo que no es así y es decepcionante. —espeto mirándolo con desdén.
—Amor ¿no crees que estás siendo muy duro con él? Jungkook de verdad lo está intentado, no es su culpa que esa mujer no quiera firma el divorcio, yo como su abogado se lo difícil que está siendo, dale un respiro ¿si?. —agregó Namjoon sujetándolo de la cintura.
—Pues respira y respira profundo porque está va a ser tu última oportunidad, y mira que yo no soy de dar segundas oportunidades. —respondió Jin con la barbilla en alto—. ¿Nos vamos?.
—Si. Koo nos vemos después en mi despacho ¿está bien? Yo te llamo. —le tomó del hombro, le brindó una sonrisa que fue respondida de la misma forma y luego se fue con su chico.
Jungkook soltó un largo suspiro y siguió esperando, esa noche a diferencia de las demás, estaba decidido a quedarse hasta que el club cerrara. Esa noche tampoco hubo show del bailarín estrella de cabello rosado, era como si se estuviera ocultado de él y dolía. Pero no perdió las esperanzas, siguió allí y no se movió ni un centímetro.
Pero de pronto alguien de se sentó junto a él, y cuando volteó a ver lleno de esperanza, lamentablemente se encontró con el hombre rubio y de tez morena que estaba empezando a tenerle cierto recelo.
—Kim Taehyung —murmuró—. Buenas noches ¿la estás pasado bien?.
—Más que tú seguramente si. —chistó—. Haz estado viniendo diariamente a sentarte aquí con una ramo de girasoles y una cara ansiosa toda la noche ¿qué pasa? ¿Alguien te mando al demonio?.
Jeon lo miró de soslayo con encono, era demasiado evidente que estaba burlándose de él, que disfrutaba ver la situación tan desgraciada en la que se encontraba, pero no le daría la satisfacción de verlo caer en sus provocaciones.
—No te preocupes demasiado, son mis asuntos, ya sabré como solucionarlos. —contestó estoico.
—Pero que genio, yo solo trataba de levantarte un poco el ánimo. —rió, se acercó un poco a él y le murmuro con sigilo—. Sé cuáles son tus intenciones con Baby J, pero escucha con atención, yo llegué aquí antes que tú, yo lo desee antes que tú, así que... olvídate de él o te mataré. —soltó una amenaza que enseguida hizo fruncir el ceño con molestia al fiscal—. Espero que mis palabras hayan sido lo suficientemente claras.
—Todos los de tu clase son igual de rastreros e inmundos ¿tú de verdad crees que ese chico querrá estar con alguien como tú? Lo dudo mucho. Siempre va a preferir a vivir en paz, que vivir amenazado, además yo me encargaré de protegerlo de ti. —contraatacó Jungkook sin una pizca de miedo.
Taehyung rió entre dientes.
—Eso que me dijiste me recuerda a una canción que dice... todos los chicos buenos van al cielo, pero los chicos malos traen el cielo para ti. —se levantó y miró con aires de grandeza al pelinegro—. ¿Tú cuál crees que él preferirá? Ya termine por hoy aquí, hasta luego Jeon Jungkook.
Luego de que Taehyung le dijera eso una duda se sembró en su cabeza causándole aún más ansiedad: ¿Baby J lo habrá preferido a él?. No era algo muy loco de imaginar pues, el hombre también se había esforzado y por mucho más tiempo que él, es muy probable que hasta ya haya habido algo entre ellos antes de qué incluso Jungkook lo conociera, después de todo Taehyung es un hombre libre, guapo y rico, era doloroso de aceptar pero era una posibilidad bastante asertiva.
Dos horas habían pasado ya, el reloj en su muñeca marcaba las diez de la noche, todavía era bastante temprano pero sus esperanzas estaban comenzado a desmoronarse para entonces. Llevando por el aburrimiento y la tristeza Jungkook tomó uno de los muchos girasoles que había en el ramo y comenzó a quitar pétalo por pétalo diciendo en voz baja "Me quiere, no me quiere" hasta que llego al último pero antes de que lo arrancara algo sucedió...
—¿Qué es? ¿Lo quiere, o no lo quiere?.
Jungkook abrió sus ojos como platos palideciendo, esa voz, esa dulce y hermosa voz podría reconocerla donde fuera, su corazón comenzó a bombear rápidamente como siempre lo hacía cuando estaba con él, y cuando giro la cabeza se encontró con aquel bello bailarín que había esperando ver durante días, sus grandes y oscuros ojos se llenaron enseguida de brillo y en su labios surcó una gran sonrisa de alegría. Rápidamente se levantó y lo miró aún sin poder creerlo, incluso parpadeo un par de veces comprobando que no era producto de su imaginación.
—Tú...
—Shh —el pelirosa puso su dedo índice sobre los delgados labios del contrario mientras lo miraba a los ojos—. ¿Estos son para mí? —miro el ramo en la mesa y lo tomó con una sonrisa—. Que bonitos ¿cómo supiste que mis flores favoritas son los girasoles?.
—Si pudiera... te tomaría entre mis brazos en este instante —vaticinó Jungkook mirando con ensueño al chico que lucía como un verdadero ángel; con esa chaqueta rosa, la playera a rayas morada y esos jeans ceñidos a sus piernas.
El pelirosa sonrió.
—Necesito ir a comprar un par de cafés para un compañero que se pasó de tragos ¿me acompañarías? La cafetería está cerca, es en la próxima calle. —le preguntó dejando el ramo en la mesa.
—Pero ¿acaso tú...?
—No es una respuesta a tu anterior propuesta, es una pequeña oportunidad, así que vámonos ahora antes de que me arrepienta, hay un par de cosas de las que tenemos que hablar Jungkook. —acotó el rosado con obviedad.
—Si, las hay... pero oye —relamió sus labios nervioso y le preguntó—. ¿Por qué tardaste tanto?.
—Mi compañero comenzó a vomitar y tuve que...
—Sabes que no me refiero a eso.
—... Hablaremos de eso estando afuera, eso es lo que querías ¿no? Entonces vámonos. —el bailarín dio la vuelta sobre sus talones y junto a Jungkook caminó hacia la salida.
Salir del club, con él, fue sumamente extraño. Jungkook imaginaba que su primera cita, o salida del club sería espectacular; teniendo una reservación en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, vistiendo sus mejores galas, alegres y enamorados saliendo por la puerta grande, pero no, no tenían nada de eso y en cambio tuvieron que salir por la puerta trasera.
Pero aunque no era como lo imaginaba, aún así Jungkook estaba feliz con el simple hecho de estar afuera con él y ganar un momento a solas con más intimidad, sin cámaras, ni seguridad, solo ellos dos caminando por la avenida bajo el cielo estrellado.
Hasta ese momento habían permanecido callados, pero fue Jungkook quien decidió romper el hielo pues no toleraba un paso más de silencio entre ellos.
—¿Por qué desapareciste? —le preguntó mirándolo de reojo, nervioso.
—Necesitaba pensar algunas cosas. —respondió el chico mirando hacia el piso.
—¿Y qué pensaste?
—Jungkook yo... —soltó un suspiro antes de comenzar—. Primordialmente estuve pensando en mi, porque puedo estar interesado en ti, pero siempre me voy a poner como prioridad. —contestó—. Pero... antes que todo, quiero hacerte una pregunta. —volteó a verlo.
—Si, pero antes me gustaría decir que, lamento haber sido tan egoísta contigo...
—Jungkook tú no...
Lo interrumpió—. Si, fui egoísta. Solo pensaba en mis problemas y en el como yo me sentía al respecto, jamás me detuve a pensar como te sentirás tú con todo esto y de verdad lo siento. Desde ahora todo eso cambiaría, te lo prometo.
—Si... a esto me refiero cuando digo que me niego a creer que eres igual a todos esos hombres que van al club. —señaló el pelirosa—. Todo este tiempo contigo todo ha sido tan diferente, y es normal, todo lo diferente te hace sentir, pero no me voy a permitir continuar sin antes preguntarte...
La cafetería ya hacía justo frente a ellos, así que tuvieron que hacer una pequeña pausa. El pelirosa entró por los cafés y gracias a que era un poco tarde no había mucha gente, así que no se demoraron mucho en darle su orden, luego de tener los cafés consigo volvió donde Jungkook.
—Déjame, yo los llevare por ti. —se ofreció y tomó la caja donde estaban los envases. Entonces ambos comenzaron a caminar de regreso, aunque esta vez caminaron más despacio a propósito—. ¿Me decías...? ¿Cuál es esa pregunta que quieres hacerme?.
—Basándome en lo que ha estado pasando durante todo este tiempo, donde me has buscando con gran empeño durante tres meses, viéndome bailar en cada uno de mis shows, teniendo múltiples privados conmigo, que me hayas dicho que quieres ser importante para mí y buscándome a diario cuando me alejé, lo que quisiera saber es... —de pronto se detuvo y volteó su cuerpo hacia el pelinegro para quedar frente a frente. Tomó aire armándose de valor y entonces preguntó—. ¿Cuáles son tus intenciones? ¿Qué es lo que quieres conmigo? Te pido claridad Jungkook.
En ese instante Jungkook supo que el momento había llegado.
—Por donde debería comenzar...
—Por la verdad Jungkook.
De forma delicada y un poco tímida Jeon tomó la mano del chico con su mano desocupada, se sintió maravilloso poderlo tocar finalmente sin ninguno miedo.
Lo miró directamente a los ojos y comenzó—. Nunca había sentido lo que sentí cuando te vi por primera vez, fue un momento lleno de emociones encontradas y no voy a mentirte me asusté y mucho —confesó—. Y me asusté porque además de vivir toda mi vida como un hombre heterosexual, después de un largo tiempo de vivir en la monótona donde me sentía estancado y sin vida... finalmente sentí un chispazo de emoción y euforia, fue como si regresara a la vida. Y no, no se trata de deseo, yo también lo llegué a pensar, pero no es eso...
—¿Qué es entonces? ¿Por qué quieres estar conmigo? Necesito saberlo. —miro el rostro del mayor con desesperación y angustia.
—Porque eres especial —respondió con una leve sonrisa—. He conocido a muchas personas, pero nadie como tú. Eres apasionado, inteligente y muy diligente, tienes unos ojos soñadores que aveces se apagan por alguna razón, tienes un rostro precioso que posee una historia que me encantaría escuchar, tienes partes sensibles, pero también eres feroz y perspicaz. Y solo me bastaron tres meses para darme cuenta de todo eso, no me imagino las demás cosas maravillosas que puedo encontrar en ti si me das la oportunidad de conocerte.
—Jungkook yo... —el rosado se quedó sin palabras luego de haber recibido aquellas palabras tan hermosas, nadie nunca se había tomado el tiempo para conocerlo como persona, todos siempre lo había estado mirando como un objeto que poseer, pero él no.
—No te fallaré, quiero estar contigo de verdad. —lo miró con ojos socorros.
—Debo confesarte que cuando te vi la primera vez entre el público creí que eras como los demás, pero todo comenzó a cambiar en los privados, cuando no me trataste como un pedazo de carne, cuando me escuchaste, me hiciste reír y... simplemente me veías. —su corazón palpitó con fuerza al decir todo eso—. Y todo esto me parece tan irreal, tal vez son todas mis carencias tratando de alejarme pero... yo no quiero. Pensé que este sentimiento se me pasaría, que solo estaba ilusionado, pero cuando me alejé y solo pensaba en volver a verte me di cuenta que... tu también fuiste mi chispazo de euforia Jeon Jungkook. —replicó con una brillante sonrisa y los ojos llenos de ilusión.
—Haré las cosas correctamente para poder estar contigo, porque lo mereces y lo vales muchísimo. Así que voy a luchar con más empeño para obtener ese divorcio lo más pronto posible, solo ten un poco más de paciencia, no tienes idea de cómo deseo ser libre para ser todo tuyo. —le dijo en murmuró lleno de intimidad.
—Estaba tan preocupado porque no sabía cuáles eran tus sentimientos ni tus intenciones, pero ahora que las sé... estoy más tranquilo, así que esperaré, pero no tardes demasiado por favor —le pidió rogoso.
—No lo haré. Por el momento permíteme invitarte a salir en una cita real, aunque antes... ahora que dijimos lo que sentimos, quisiera saber... ¿cuál es tu verdadero nombre?.
El pelirosa lo miró tímidamente sobre sus pestañas y mordió su labio inferior nervioso, esa sería su primera vez diciendo su nombre real a otra persona que no fueran sus amigos cercanos o familia. Para él su nombre es como... compartir una parte real de él, como cuando vas a entregar tu cuerpo por primera vez, así lo sentía él.
—Soy Jimin, Park Jimin. —confesó con la voz llena de timidez, y de pronto sus mejillas se colorearon de un leve rosado que se notaba bajo la luz de la luna.
—Jimin... —repitió Jungkook en un resuello mientras sonreía, al tiempo que subía su mano hacia la mejilla del chico para colocarla sobre su mejilla y acariciar su piel con su dedo pulgar—. Es un precioso nombre, para una preciosa persona, Jimin... Park Jimin... —volvió a repetir en un murmuro acercándose a los pomposos labios del contrario.
—Jungkook... —dijo el pelirosa en un mismo resuello y entonces sintió los labios de Jungkook contra los suyos haciendo presión, disparando sus emociones y quitándoles el poco aire que ambos tenían acumulado en los pulmones. El alma se les había salido del cuerpo y ahora flotaban en una burbuja disfrutando del perfecto roce que uno sentía en su rostro más el agarre que tenía en su cintura luego de que Jeon dejara caer la caja de cafés para poderlo tomar con su otra mano.
¿El paraíso? Los labios de Park
Jimin definitivamente lo eran. Jungkook beso los labios carnosos de forma desenfrenada y abrumadora, su lengua invadiendo la boca del contrario dejándolo sin aliento. Jimin gimió cerrando los ojos para dejarse llevar y permitir que Jungkook manejara el beso, y este estaba siendo el beso más delicioso que nunca habían dado, pero de pronto se separaron casi sin aliento.
—Espera —Jimin tomó aire—. Vamos allá, ven. —lo tomó de la mano y lo llevó al callejón del club donde la oscuridad los cubrió—. Listo, aquí está mejor.
—¿Qué tenía de malo allá? —le preguntó confundido—. Mierda tire los cafés, perdona...
—Olvídalos, ven aquí... —Jimin se pegó a la pared y jaló al pelinegro de su corbata para pegarlo a él y que terminara acorralándolo con sus manos a los lados de su cabeza—. Besas muy bien Jeon —miró sus labios.
—Tú no lo haces para nada mal —replicó Jungkook con una sonrisa—. ¿Seguimos?.
—Si, pero ahora yo guiaré el beso porque tú estabas apunto de arrancarme los labios —ordenó Jimin con una risita y el pelingro asintió estando de acuerdo.
El pelirosa acercó sus bocas de nuevo dándole un suave beso primero, para después comenzar de nuevo esta vez tomándose el tiempo para disfrutarlo. Movieron sus labios lentamente, se saborearon y acariciaron. Quien sabe cuanto tiempo duraron besándose pero les importaba muy poco. Ahí en la oscuridad del callejón y el silencio de la noche, sin ninguna distracción lo único que les importaba era disfrutar de la sensación tan reconfortante que les regalaba el estar allí besándose luego de haberse confesado con toda la sinceridad.
Nota: ¿se dieron cuenta que yo también evité poner antes el nombre de Jimin? Quería que todo fuera así de especial, idk saben que estoy loquita. En fin los dejo con el Jimin que inspiró el ofni de hoy:
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