16.
( CHAPTER SIXTEN ! )
" la traición. "
—¿Terminaste con la mudanza? La última vez seguía todo en cajas. —preguntó Jimin mientras caminaban hacia el apartamento, tomados tiernamente de las manos.
—Me vi en la penosa situación de contratar una decoradora de interiores. —confesó Jungkook con una risita avergonzada—. Cuando se trata de decorar soy un desastre, pongo muchas cosas sin sentido y que no combinan, casi como un niño, así que al final termino estresándome. Además quería que fuera un lugar bonito y tranquilo para ti.
—Jungkook no tenías porque molestarte, si me hubieras pedido ayuda lo hubiera hecho con gusto.
—Esta bien, no fue nada en serio, y tampoco es que tuviera mucho tiempo. Últimamente el trabajo me ha mantenido ocupado, ya sabes, siempre hay nuevos delincuentes que meter a la cárcel. —replicó dándole una tranquila sonrisa—. En fin, te encantará tanto como a mí, todavía faltan algunos detalles pero son relativos. —mencionó poniendo la clave en la puerta.
—¿Olvidaste que vivo con otras dos personas que tienen gustos completamente diferentes a los míos? Se lo que es tener todo revuelto, así que no te preocupes. —chistó, la puerta se abrió y todo estaba oscuro.
—Espera, ven aquí. —Jungkook le cubrió los ojos con sus manos—. Camina lentamente, te llevaré a mi parte favorita, con cuidado. —las luces se encendieron por sí solas gracias al detector de movimiento—. En realidad no todo lo hizo la decoradora, hay algunas cosas que le pedí específicamente. —llegaron al lugar que el pelinegro mencionó.
—¿Ah si? Ahora estoy emocionado ¿ya puedo ver? —sonrió Jimin.
—Bienvenido a nuestro hogar. —finalmente Jungkook le quitó sus manos de sus ojos dejándolo divisar la sala donde se encontraban.
—Esto es... no puedo creerlo. —Jimin se llevó las manos a la boca, completamente asombrado.
Se encontraban en la estancia, aquel lugar donde habían hecho el amor hace unos días atrás, y ahora ya no era solo un gran salón lleno de cajas con un hermoso ventanal, parecía un lugar completamente diferente, se había convertido en una sala cómoda y que trasmitía paz; todo en suaves y neutros tonos otoñales, la estación favorita del año de ambos. La mayoría de los muebles eran de una madera clara, el sofá blanco y largo como las cortinas del ventanal, decoraciones discretas pero hermosas, había arte en las paredes y girasoles en jarrones de mármol por doquier. Un toca discos, un estante de vinilos y cds que seguramente le pertenecían a Jungkook, y ya por último pero no menos importante, justo a un lado del ventanal, un hermoso piano de cola.
—¿Te gusta? Le mencioné lo de nuestra estación favorita, que es otoño, también le dije que te gustan los girasoles pero creo que exagero un poco. —mencionó Jeon mirando a su chico quien observa todo con asombro y una sonrisa, se acercó al piano—. De niño tuve un piano de juguete que tocaba a espaldas de mis padres porque ellos preferían que estuviera memorizando los artículos de la constitución. —contó—. Y ahora al fin tengo un piano real que podré tocar cuando yo quiera.
—Es grandioso, todo esto es... es maravilloso. —Jimin lo miro sonriendo y se acercó para abrazarlo—. Me alegro tanto por ti, al fin tienes todo lo que siempre haz querido.
—Todo aún no —agregó para luego mirar a su chico—. Solo me faltas tú, por favor dime qué vas a aceptar venir a vivir conmigo.
—Eso quisiera, de verdad, pero aún no puedo. —respondió con una mueca triste—. Jin hyung todavía no está muy seguro de todo esto, necesito que él confíe en ti.
—¿Por qué? ¿Si él no confía en mí, entonces tú tampoco confías en mí? —le preguntó frunciendo levemente las cejas.
—No lo veas de esa forma, velo como si fueras a pedir la aprobación de mis padres. —el pelirosa le dio una mirada socorra—. Para mí es importante que mis seres amados confíen en ti, Jin hyung es como mi hermano mayor, siempre ha cuidado bien de mí y de Hoseok. Imagina que es mi padre.
—Si lo entiendo, haré lo que haga falta, si quieres que vuelva a ganarme la confianza de tu hyung lo haré, me esforzaré para que se sienta seguro de dejarte en mis manos. —respondió Jungkook sonriendo.
—Eres maravilloso, gracias. —lo tomó de la mejilla, se subió en su puntas y le dio un pequeño beso en los labios—. ¿Puedo ver las demás habitaciones?.
—Desde luego, está es tu casa, no oficial aún pero lo es, así que adelante. Yo iré preparando los fideos y los camarones.
—Iré contigo, comenzaré por la cocina.
Ambos se trasladaron hacia la cocina, también era muy bonita y espaciosa, todo hecho con lustre mármol y madera, los mejores electrodomésticos y por supuesto mucha comida en la alacena y el refrigerador.
—¿Tuviste tiempo de hacer las compras? —preguntó el pelirosa cerrando una puerta de la alacena.
—Namjoon fue mi ángel de la guarda en ese aspecto, él quería hacerme un regalo por la mudanza pero no sabía qué darme, así que solo le pedí que hiciera las compras de la cocina por mi, pero creo que también exageró un poco. —le explico Jungkook sacando las ollas y sartenes que ocuparía más los fideos y los camarones.
—Ya veo... ¿Namjoon es un buen amigo cierto? Jin siempre me ha dicho cosas buenas de él, y vaya que mi hyung es una persona muy difícil. —acotó.
—Es el mejor, siempre hemos estado el uno para el otro, en los mejores y peores momentos. Joon para mí es un gran ejemplo a seguir, lo admiro mucho. —mencionó el pelinegro con una sonrisa.
—Seguramente lo es. ¿Te molesta si sigo viendo la casa? Prefiero hacer eso, porque si me pides ayudarte prepárate para un incendio o una explosión. —bromeó el rosado.
—Está bien ve, te dije que yo quería hacer la cena, solo espero que tengas mucha hambre.
—Siempre. Entonces regreso en un momento.
Jimin como un niño emocionado y curioso miro todas las habitaciones y busco lugares ocultos, seguía sorprendiéndose con las decoraciones, el lujo y todos esos detalles pequeños pero que tenían mucho sentido y significado. En la planta alta como lo supuso estaban las habitaciones, solo había tres, dos de ellas eran habitaciones normales, claro que una se distinguió por ser la principal, o sea más grande y con un enorme armario y baño que la otra no tenía. La tercera habitación le dio curiosidad pues no creyó que detrás de esa puerta hubiera otra habitación común, tal vez un despecho o una sala de instrumentos para Jungkook.
Estuvo apunto de girar la perilla cuando Jungkook apareció de la nada detrás de él y le sujetó la mano deteniéndolo, tenía la respiración un poco agitada, al parecer había corrido para detenerlo.
—Aún no puedes entrar allí, va a ser una sorpresa. —le dijo.
—¿Por qué? ¿Piensas tener tu propio cuarto rojo? —bromeó Park con una sonrisa ladina.
—¿Acaso me crees Christian Grey?.
—Mmm no estaría para nada mal. —mordió su labio inferior y el pelinegro rio.
—Pues lamentó desilusionarte pero no es un cuarto rojo como el de las cincuenta sobras de grey. —aclaró y el pelirosa hizo un puchero decepcionado—. No hagas pucheros, te gustará más que un cuarto rojo, estoy seguro. Además, no necesitamos una habitación personalizada para pasarla bien cuando hacemos el amor ¿o si?.
—En eso tienes razón, esa noche el piso fue más que suficiente.
—¿Lo ves? Ahora, si ya terminaste de ver la casa, regresemos a la cocina y ayúdame al menos a darme las especias, no te preocupes hay banquillos por si no alcanzas. —chistó Jungkook tomándolo de la mano y llevándolo de nuevo abajo.
—¡Oye! ¿Acaso estás burlándote de mi estatura? No a todos nos bendijeron con un metro ochenta como a ti. —de nuevo hizo otro puchero pero esta vez enojado, y Jeon solo rio en voz baja divertido.
—Solo necesito un poco de pimienta ¿podrías pasármela? Está en la segunda alacena. —pidió una vez más Jungkook removiendo la cremosa pasta en el sartén.
Jimin se estuvo moviendo por toda la cocina pasando los complementos de la cena como un ayudante, estaba un poco cansado ya que tuvo que saltar algunas veces o traer un banquillo para alcanzar las especias, ponerse de puntillas no era suficiente aveces.
—Aquí tienes, se ve bien ¿está listo?. —le preguntó mirando la pasta con camarones que soltaba un delicioso olor.
—Ya casi, uno minutos más, te encantará. —respondió con una sonrisa mirando su creación orgulloso—. Oye ¿no querías decirme algo importante?.
—Oh si si, puedo decírtelo después de la cena, no te preocupes. —Jimin se puso muy nervioso en cuanto le recordó eso que tenía por decirle.
—Esta bien puedes hacerlo ahora, yo también tengo algo importante que decirte, o más bien darte. —bajo la flama en la estufa, le coloco la tapa al sartén y entonces se dispuso a escuchar a su chico—. ¿Está todo en orden? Tu rostro se ve más pálido de lo normal —Jungkook notó algo extraño en su expresión.
—No es fácil lo que voy a decirte, pero es importante que lo sepas, incluso si... después de eso me odias. —dijo casi en un susurro, angustiado.
—Bueno ahora estoy preocupado ¿qué es eso tan malo que me haría odiarte, Jimin?.
La pregunta del millón y que lo llenaba de miedo. Sabía que era el momento preciso para decirle, pero no se sentía preparado, todo estaba yendo tan bien, parecía incluso un sueño del que estaba apunto de despertar por convertirse en pesadilla. Buscó concentrarse en su idea de ese Jungkook maravilloso y gentil que lo apoyaría, solo así pudo comenzar a hablar...
—Hay un cliente del club, su nombre es Kim Taehyung...
—Si, se quien es —Jeon habló con una seriedad inusual, y en el instante en que pronunció ese nombre, supo que una bomba de revelaciones estaba a punto de estallar sobre ellos—. Lo conocí el segundo día que fui al club, luego lo vi más veces y después... tuvimos un pequeña charla.
Jimin pudo notar cierto recelo en su expresión y en su tono de voz al hablar de este otro hombre. Que lo conociera y no le agradara ponía las cosas aún más difíciles.
—¿Qué hay con él, Jimin? —lo miró con el ceño fruncido.
—Para nadie, incluso creo que para ti, no era un secreto que ese hombre estaba interesado en mí. —comenzó—. Tan pronto y como llegó al club se volvió un cliente frecuente en cuanto a privados. Al principio no le tomé mucha importancia, parecía como cualquier otro cliente que hubiera atendido, pero luego de un tiempo todo se comenzó a poner extraño... —jugo con sus dedos nervioso, relamió sus labios secos y continuó—. En una de nuestras charlas en la suit hablamos sobre su profesión, claro que ya había sacado mis propias conclusiones desde antes pero quería confirmarlo, y cuando pregunté él sin pena alguna dijo que era...
—¿Un mafioso? —terminó Jungkook con una sonrisa perspicaz—. Si, no es difícil de adivinar, ni siquiera se esfuerza en ocultarlo, le gusta que lo sepan y le tengan miedo por eso, es un idiota.
—Si, es un idiota, un maldito idiota muy peligroso para personas como yo. —exclamó con impotencia, lo cual dejó confundido al otro—. Las personas como yo no tenemos ningún tipo de protección, vivimos al alba, teniendo que cuidarnos y siempre con miedo.
—¿Qué estás tratado de decir? ¿Acaso ese maldito te hizo algo? —miró a su chico preocupado pero a la vez furioso de solo pensar que ese hombre le había hecho algún daño.
—Déjame terminar de hablar —pidió mirándolo con ojos socorros—. Por un tiempo logré "domarlo" —hizo comillas con los dedos—. Se lo que a tipos como él les gusta escuchar, me adapté para sobrevivir, pero nunca me obligó a hacer nada, inclusive seguía las reglas del club, hasta que... apareciste tú. Al principio cuando solo ibas para verme bailar todo seguía normal, pero cuando comenzamos a tener privados... allí se desató su furia. —su respiración comenzó a agitarse.
—¿Cómo que su furia? Jimin ¿por qué no me mencionaste nada? Pude haber hecho algo desde ese momento, si estaba causándote problemas yo... —Jungkook tomó las manos del pelirosa y lo miró angustiado—. Dime por favor que no te hizo daño.
Y allí estaba, ese Jungkook cálido y protector que lo tenía embelesado, que se preocupaba por él y que seguramente mataría por él. Pero solo había escuchado la mitad del asunto, no quería que ese hombre maravilloso desapareciera, incluso sus ojos se llenaron de lágrimas de solo imaginarlo, pero tuvo que continuar para poder ver con claridad.
—Tal vez fui demasiado condescendiente y gracias eso comenzó a obsesionarse conmigo, llegando al punto de creer que le pertenecía. Cuando tú y yo comenzamos a salir tuve un presentimiento, creí que él lo sabia de alguna forma y entonces recordé todas sus amenazas. —una lágrima escurrió por su mejilla.
—Así es, en la última charla que tuvimos él me amenazo —le hizo saber—. Pero no me importan sus amenazas, sé cómo hundir ese tipo de escoria, solo necesito que tú me digas si te hizo daño...
—Jungkook yo... —la voz se le cortó—. Quiero que sepas que... todo lo que hice lo hice por amor, porque no solo tú estabas en peligro, también Jin y Hoseok lo estaban, ese hombre es un lunático —vocifero lleno de dolor.
—Jimin... —aquella palabras inyectaron miedo en Jungkook. Todo era una bomba de tiempo y el tiempo se estaba agotando, era como si escuchara el sonido del reloj retumbar en su cabeza—. ¿Q-Qué hiciste?.
Jimin tomó aire, su corazón latía vertiginosamente. El momento había llegado.
—Para salvarlos yo tuve que... tuve que acostarme con él. —confesó.
Todo se quedó en silencio.
La confesión fue impactante, tan inconcebible y tan jodidamente dolorosa.
Jungkook soltó las manos de Jimin como si hubieran sido quemadas por un fuego ardiente, y se dio la vuelta con una expresión de atónito horror que parecía congelar el tiempo. Pasó sus manos temblorosas por su rostro, como si intentara borrar la realidad que se le venía encima, pero las palabras de Jimin resonaban en su mente como un eco torturante. Su mente era un torbellino de confusión, sorpresa y rabia, tratando desesperadamente de asimilar y justificar el doloroso golpe, pero era imposible. No podía mirarlo, no podía creer que la persona que más confiaba, su refugio y su seguridad, le hubiera clavado una daga en el corazón de esa manera. La tristeza y el dolor se mezclaban en su pecho, como un veneno que se extendía por sus venas, dejándolo sin aliento y sin palabras, sumido en un mar de desolación y traición
—Jungkook por favor di algo —pidió Jimin asustado, él no decía nada y todo estaba comenzando a desmoronarse.
—Tú... pudiste... habérmelo dicho. —soltó pasmado—. Yo pude haber hecho algo, si me lo hubieras dicho yo... ¿por qué tomaste esa decisión tú solo? —preguntó agachado la cabeza.
—Porque me sentí acorralado, tenía miedo de que algo les pasara, no tenía otra opción ¡Jungkook mírame! —vociferó Jimin lleno de ansiedad.
—¡Pero pudiste habérmelo dicho! —replicó Jungkook volteando a verlo, tenía el ceño fruncido y la respiración agitada, no soporto ese sentimiento de dolor y se dejó carcomer, pronto las lágrimas comenzaron a salir.
—¡Te protegí Jungkook! No me hagas esto, no me hagas sentir más culpable de lo que ya me siento, no quise involucrarte porque sabía que algo malo iba a pasar, por favor...
—¿Acaso no me crees capaz de protegerte? ¿No confías en mí?.
—¡Estoy harto de que todos traten de protegerme! ¡Me hacen sentir como un jodido inútil! —gritó Jimin molesto.
—¡Y por eso tienes que hacer ese tipo de cosas! —vociferó devuelta Jungkook—. Pudimos haber encontrado juntos una solución, pero no, preferiste darle lo que él quería ¡maldita sea Jimin!.
—Entonces Jin tenía razón... —dijo—. Tú ego de estúpido macho heterosexual se siente herido y por eso ahora ¡me haces sentir miserable!
—¿De qué estás hablando? Esto no se trata de ningún estúpido ego, se trata de que fuiste egoísta ¿qué esperabas que dijera al respecto? ¿Qué te agradeciera? Esto no hubiera pasado si hubieras tenido la consideración de decírmelo, pero ya está hecho. —trago grueso tratado de eliminar el nudo en su garganta—. Creo que... necesitamos separarnos por un tiempo.
—¿Qué? No estás hablando enserio ¿verdad? —preguntó Jimin, incrédulo. Jeon respondió con su silencio y seriedad—. No no, este no eres tú, este no es mi Jungkook... —se acercó a él y lo tomó del rostro mirándolo con lágrimas en sus ojos—. ¿Dónde estás?.
—Lo mejor es que te vayas Jimin. —se quitó las manos del chico del rostro y volvió a darle la espalda.
Jimin se alejó con una expresión de perplejidad y dolor, como si el mundo se hubiera derrumbado a sus pies. Sin decir una palabra, recogió sus cosas y se fue, dejando atrás un rastro de tristeza. Mientras caminaba, las lágrimas nublaron su vista, y un dolor agudo le desgarraba el pecho, como si le hubieran arrancado el corazón y lo hubieran triturado sin piedad. La confusión y el dolor se entrelazaban en su mente, y no sabía qué sentimiento era más fuerte, si el dolor lacerante o la decepción que le corroía el alma. Pero todo eso el mismo se lo creo, por haber tenido expectativas, por haber idealizado a un hombre. Si tan solo no se hubiera aferrado a esa idea del príncipe azul, en ese momento no se sentiría tan jodido.
La cena se convirtió en un desastre, los fideos estaban carbonizados y el humo negro se elevaba como un velo de desesperación. Jungkook apagó la estufa con un golpe seco, pero su frustración no se disipó. En un arrebato de ira y desesperación, lanzó todos los utensilios y platos por el aire, como si intentara exorcizar el dolor que lo consumía.
—¡Maldita sea! —gritó con una voz que se quebraba de rabia y tristeza. Luego, como si las fuerzas lo abandonaran, se desplomó en el suelo, abatido por el llanto que brotaba de un sentimiento sombrío y profundo.
Si tuvieron curiosidad por mi carrera, estoy estudiando para TSU Sobrecargo de Aviación. Sin dudas siempre ha sido mi sueño convertirme en una sobrecargo o/y azafata de vuelo. Estoy trabajando arduamente para lograr finalmente subirme a una avión y viajar mientras sirvo con inteligencia y elegancia. Quien sabe, tal vez corra con una suerte maravillosa y me toque tener un vuelo con los mismísimos bts, siempre pido al universo para poder correr con tal suerte.
Espero les haya gustado el episodio, los quiero!!💓🧑✈️
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