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—¿Estás listo?

La voz del Alfa suena a sus espaldas. Es gruesa y siente su olor intensificarse con cada segundo que pasa. Jung Kook tiembla con sólo oírlo. Voltea a verle y está sin camiseta, con el torso marcado al aire.

—Y-Yo —Yoon Gi alza una ceja, totalmente impaciente—. S-sí, está bien.

Con los ojos vidriosos, el más bajo se le acerca y los latidos de Jung Kook se aceleran. Le quita la camiseta con mucho cuidado, besando su hombro desnudo.

—Tienes que estar seguro.

—Lo estoy —aclara con voz quebrada.

—Puedo hacerlo sólo si estás seguro.

—Te dije que sí.

Rondando los ojos, el Alfa lo recuesta en la pequeña cama de su habitación. Jung Kook gime al sentir el calor del Alfa cubrirle, se siente seguro ahora.

—¡Yoon Gi! —chilla al momento de que el nombrado pasa sus labios por su estómago plano.

Los besos que el azabache le da por todo el cuerpo hacen que se pierda, fijándose únicamente en lo bien que se siente.

—Ah~ Yoon Gi —vuelve a decir su nombre, en un gemido ahogado.

Yoon Gi ha comenzado a prepararlo con los dedos, evitando gemir cuando toca la húmeda entrada del Omega. Muerde su cuello suavemente, tratando de no romper la piel, por más que quiera.

—¿Listo?

Jung Kook asiente.

—¿Seguro?

Traga saliva, pero vuelve a asentir.

Yoon Gi sisea, entrando en Jung Kook y él quiere gritar de tan bien que se siente. El Omega sólo abre los labios en grande, nada saliendo de ellos.

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Tae Hyung seca las lágrimas de su amigo, sonriendo triste.

—Tienes que decirle, Jung Kookie.

El Omega niega repetidas veces.

—Me da miedo.

—No debería. Es su hijo. Es un Alfa, Jung Kook, no sabes cómo se va a poner cuando se entere de que no le dijiste.

—Pero-

—Mira, ahí está él —apunta con la cabeza, hacia donde el azabache estaba con su propio Alfa, Seok Jin—. Tú dile y si él no te quiere escuchar, entonces eso ya es problema de él.

—Tae Hyung, no-

—Ve, Jung Kook —le empuja, tirándole un beso a Seok Jin.

El Alfa de cabello castaño camina con una sonrisa hacia Tae Hyung, viendo a Jung Kook pasar a su lado.

Jung Kook camina hacia Yoon Gi y éste, sin darse cuenta del más alto, avanza hacia la cafetería. A Jung Kook no le queda más que seguirle. Observa al azabache sentarse en una mesa, solo, ve a Nam Joon acercarse, pero él niega con la cabeza, por lo que el Beta tuerce la boca y se aleja, sin insistir más.

—Umh —se sienta en la silla del frente.

El Alfa ni siquiera se molesta a alzar la mirada, con el aroma sabe perfectamente quien es.

—H-Hola —con nerviosismo, Jung Kook dice. No sabe cómo empezar.

Yoon Gi prosigue comiendo la fruta con yogurt de su plato, el que trajo de casa.

—Yoon Gi... yo...

Otra vez, parece no hacer caso. Pero lo que no sabe, es que toda su atención está sobre él, desde que lo olió, entrando a la cafetería.

—Quiero hablar contigo...

—¿Y qué estás haciendo? —Con una ceja alzada, bebe de su botella de agua.

—Es... importante.

—Defínelo.

El Omega no entiende a que se refiere con eso. Mueve su cabeza de un lado a otro.

—Es en serio...

—Entonces sólo dilo.

—Pero no sé cómo.

Suspirando, Yoon Gi tira su cabello hacia atrás.

—Sólo dilo, rápido. Lo que sea que vayas a decir, no me importa.

Mentiroso. Su Alfa interno se burla.

—Estoy... estoy emba-

Yoon Gi se levanta, acomodando sus cosas lo más rápido que puede, ni siquiera termina de escuchar al Omega

—¡Yoon Gi! —Lloriqueando, corre detrás del Alfa. Se siente humillado porque todos lo están viendo—. ¡Es serio! —Le grita.

—Lo que sea que vayas a decir, no me interesa.

—¡Sólo déjame decírtelo y ya! —Ve al Alfa detener su paso y él lo hace también, quedando cerca.

—No quiero oírlo —mira a otro lado, mordiendo sus labios.

Si Jung Kook no lo hacía, se sentiría culpable después y la culpa le seguiría por el resto de su eternidad. Y si eso pasaba, él no iba a disfrutar a su bebé cuando naciera -si es que tenía suerte-.

—Sólo hazlo y vete.

—Estoy embarazado —baja la mirada, apenado. Cuando la levanta, el Alfa ya no está ahí.

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Jung Kook se muerde las uñas, golpeando la prueba sobre su rodilla. Positivo. Vuelve a posar su vista sobre las dos rayas azules y maldice internamente. ¿Cómo le diría a Yoon Gi?

Cuando fue de Soo Bin, estuvo terrible, acepta que tiene miedo de la reacción del Alfa. Aunque, llevan siendo pareja algunos años, no sabe cómo hacerlo. Tira todo a la basura, envuelto en papel de baño para no dejar rastros de nada. Sale y Soo Bin está acostado en el sillón, adormilado con la cabeza sobre el hombro de Ye Rim. Ya están grandes, pero Jung Kook los consciente dejándolos tomar biberón por las noches. Así que ambos toman la leche, con la mirada fija al televisor.

—¿Ya casi viene papá? —Ye Rim pregunta, quitando la cabeza de su hermanito -ya dormido- de sobre su hombro—. Dijo que hoy terminaría de contarnos la historia del mono Ho Seok y la rata Nam Joon.

—Estará pronto aquí, amor. No te preocupes.

—Estoy seguro de que hasta Ye Rim sabe hacer una ecuación con dos incógnitas —la voz del Alfa se oye, entrando por la puerta.

Jung Kook sonríe al verlo. En el cabello tiene algo de nieve y su chaqueta también.

—El estúpido de Ho Seok hoy fue a la oficina. Ni siquiera sabía que existían las ecuaciones de dos incógnitas —camina hasta la sala, besando la cabeza de sus dos hijos—. Eres un mal maestro, Jung Kook.

—¿Papá es maestro de grandes? —La pelirroja restriega su ojo, escuchando atenta—. Pensé que sólo era de bebés.

—Le di clases a Ho Seok hace años.

—No sirvieron de nada, al parecer —carga a Soo Bin, burlándose de su Omega.

Jung Kook sonríe a medias. Y no es que no le hubiese causado gracia, sólo que aún pensaba en cómo decirle.

—Vamos, Ye Rim, se hace tarde y mañana es sábado —dice Jung Kook.

—Mejor, puedo dormir hasta tarde.

—Es sábado y tienes que dormir temprano porque yo lo digo, Ye Rim.

La niña bufa, pero camina hasta su padre, tomando la mano que él le ofrecía. Jung Kook los sigue tranquilamente. Sabe que Ye Rim pediría, no, exigiría que le contaran la otra parte del cuento, así que quería estar ahí.

Jung Kook ya comenzaba a sospechar sobre su embazado desde hace ya unas cuantas semanas atrás. Sentía que su Omega sufría cada vez que se tenía que separar de Yoon Gi, quería sentirlo cerca y aun teniéndolo cerca parecía estar lejos. Disfrutaba mucho del calor que su Alfa le daba por las noches, cuando se acostaban a mirar una tonta película romántica -como el más bajo las llama-.

Piensa en distintos escenarios sobre cómo decirle, unos son mejores que otros, pero en ninguno acaba bien la cosa. Mientras Yoon Gi contaba el cuento, nota a Jung Kook bastante distraído, ya que casi siempre está pendiente de que, si dice algo ofensivo, él lo calla, porque dice que ese vocabulario no es correcto para la niña.

—¿Estás enfermo? —El Alfa le pregunta a su Omega, acariciando el cabello que cae por su frente. Lo siente negar desde su pecho. —¿Entonces?

—Estoy bien, no tengo nada —encoge sus hombros, reacomodándose en el sillón.

—Hueles raro —hunde su nariz en la cabellera castaña del más alto.

—Yo... no-

—Coco con Piña... —sigue olfateando, con su Alfa chillando de gusto en el fondo de su pecho sabiendo de que se trataba.

—No sé de qué hablas, ¡deja de hacer eso! —Lo aleja, consiguiendo una postura recta en su asiento.

Yoon Gi suspira, pasando las manos por su cara.

—¿De cuánto estás?

—No lo sé —juega con sus dedos—. Apenas hoy me enteré.

—¿No te habías dado cuenta?

Jung Kook mueve su cabeza de un lado a otro, entre sí y no.

—Hasta yo ya sabía y tú no.

Los labios del Omega se abren, sorprendido al ver la sonrisa en los labios de su Alfa.

—¡Yoon Gi! —riendo, se tira sobre él a abrazarlo, el Alfa lo recibe, apretándolo entre sus brazos. —Pensé que te molestaría, como cuando fue lo de Soo Bin-

—Lo de Soo Bin era diferente, amor —besa su cabeza. Olía muy bien y su Alfa estaba agradecido de sentirlo—. Ahora estamos bien y estoy feliz, Jung Kookie.

El Omega alza el rostro, acercándose tímidamente al Alfa y éste, sin esperar más, une sus labios en un suave beso. Ambos sonriendo mientras lo hacen.

—Te amo —Yoon Gi suelta, oyendo el ronroneo de su Omega desde el hueco de su cuello—. Mucho.

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F I N

Oh, realmente espero que les haya gustado esta adaptación, como a mí me gustó adaptarla al YoonKook.

Gracias por sus comentarios y votos. Y nada, espero pronto vuelva con otra historia YK y leerlos por ahí. <3

Aquí, Jor.