Capítulo cuatro
────────────────── ⋆⌘⋆
El Omega guarda los libros necesarios para sus clases en su mochila. Cuando va saliendo de la biblioteca, se despide de la encargada. Una de sus manos sostiene un hotdog, uno que Yoon Gi tuvo la decencia de hacerle después de dejarlo sin cenar la noche anterior. No sabe de dónde el Alfa saca dinero o comida, pero mientras tenga qué comer, está bien.
Quita el papel en el que está envuelto el hotdog. Está a punto de darle la primera mordida cuando un olor fuerte a Alfa lo rodea, desconcertándolo un poco; es a tierra húmeda, pero agradable para su nariz.
—¡Jung Kook, espera! —Ho Seok se acerca a él por sus espaldas. Es un primo de Yoon Gi y un año menor a ellos—. Tengo que darte esto.
—Hola, Ho Seok —le habla con una sonrisa correspondiendo a la leve reverencia que hizo el contrario.
Por lo que él sabe y ha escuchado hablar, Ho Seok era un Alfa amable y bueno, como Seok Jin, aunque un poco juguetón. Así que por eso Jung Kook se siente tranquilo de tenerlo cerca. Sus ojos son de un tono almendra y su cabello es teñido de un rojo cereza; haciendo un hermoso contraste con su piel. Sus facciones varoniles están bien marcadas, pero eso no evita que el aura de 'niño pequeño' que transmite el Alfa se pierda. Además de sus lindas y características perforaciones en sus orejas.
—Mira, la señorita Park te envía esto —le entrega un papel bien doblado—. Si aceptas, debes firmar ahí, en la línea de abajo.
Jung Kook lo abre y es una nota, donde la maestra le pide de favor al Omega de darle asesorías a Ho Seok en álgebra. Jung Kook tuerce los labios, mirando el rostro esperanzado del Alfa.
—¿Qué tanto lo necesitas? —muerde su hotdog y habla con la boca llena.
—Bastante. Éste no ha sido mi mejor semestre, Jung Kookie.
—¿Cuál es la calificación de tu último examen? —se apoya en una pierna, mirándole fijamente.
—Un... 25 de 100.
—Estás jodido.
—Lo sé, gracias —se ríe—. ¿Entonces?
—Está bien, lo haré. Amh... —se mueve, buscando donde dejar su comida—. Sostenme esto un momento.
—Claro —el chico lo toma, sonriendo.
—¿Tienes con qué firmar?
Ho Seok asiente, buscando en el bolsillo de su mochila. Saca un bolígrafo de tinta negra y se lo pasa a Jung Kook. Mira como el Omega firma con dificultad, apoyando el papel en la palma de su otra mano.
—¿Es todo? —Toma de nuevo su comida y pone una mano sobre su estómago. Sólo quiere llegar a casa y dormir.
—Ajá —mueve su cabeza de arriba a abajo, luego sonríe viendo el marcado vientre de Jung Kook—. ¡Wow! Está creciendo. Jamás pensé que Yoon Gi llegaría a tener cachorros. La tía Min está furiosa.
Jung Kook tuerce los labios. Lo sabía, porque el día que Yoon Gi le dijo a su madre, él estuvo ahí. Y lo trató como la peor basura del mundo. Dijo que era un Omega fácil y aprovechado.
—Créeme que lo sé... —murmura, luego de tragar el último bocado de su comida.
—Pero tranquilo, su padre está feliz de que su hijo haya encontrado a su Omega —Ho Seok asiente con una media sonrisa. Jung Kook no conoce al padre de Yoon Gi, pero sabe que es Omega como él, tal vez eso lo hace un poco más comprensivo.
Jung Kook oye un gruñido desde atrás y un brazo pasa por su cintura, sobresaltándolo. Mira a un lado y es Yoon Gi, con el ceño fruncido. Ya no huele más a hierbabuena. Ahora es un olor agrio que no sabe descifrar, además que hace que su nariz pique.
—¿No deberías estar en clases? —El Alfa a su costado le pregunta a su primo, apretando la cintura de Jung Kook y pegándolo más a su cuerpo.
—Horas libres, primo —sonríe grande, casi divertido por la situación—. Estaba hablando con Jung Kookie sobre mis asesorías.
—¿Qué asesorías?
—Me dará asesorías de álgebra.
—Jung Kook no sabe álgebra —gruñe Yoon Gi, contradiciendo.
—¿Qué? Jeon Jung Kook tiene el mejor promedio de toda su generación en álgebra y casi todas las materias.
El Omega sonríe feliz de -al fin- ser apreciado por un Alfa.
—No sabe álgebra para ti.
Ho Seok rueda los ojos, y se ríe leve.
—Sí, como digas. Nos vemos después, Jung Kookie para acordar horarios y todo eso.
—Claro, Ho Seok. Será un gusto trabajar contigo.
El Alfa con las perforaciones se va por la izquierda, palmeando el hombro de su primo.
Yoon Gi suelta la cintura de Jung Kook, posicionándose frente al Omega.
—No lo harás, ¿verdad?
—¿Por qué no? Me darán puntos extras.
—No lo necesitas, tienes las calificaciones al límite.
—Wow, gracias por darte cuenta —dice, sarcástico.
—Además, ¿qué es esa mierda de 'será un gusto'? —Trata de imitar la voz del Omega en un tono agudo pero irritado—. ¿Ahora trabajas de puta? Porque yo quiero, ah no, espera, ya me has dado el servicio y gratis, qué detalle —se burla de él.
El labio inferior de Jung Kook tiembla sin poder creer lo que el contrario le está diciendo, no quiere llorar frente a él. Restriega sus ojos, pero eso sólo hace que sus lágrimas salgan. Tapa su rostro y suspira fuerte, sus fuerzas para detener su llanto se han ido.
—Se le dice ser a-amable, ¿sabes? —alza el rostro, bañado en lágrimas. —Al parecer es algo que a ti no te enseñaron a ser.
Molesto, el azabache lo toma de la mandíbula acercándolo a él para mirarlo fijamente, haciendo que el Omega chille de miedo.
—¿Estás diciendo que mis padres no me educaron? ¿Y qué me dices de ti? ¿Tus padres no te enseñaron a no entregarle el culo al primer Alfa que tocara tu puerta, literalmente? Oh, espera, ¿también eso es ser amable? —Aprieta su agarre y Jung Kook grita, esperando que alguien lo escuchase y detuviera a Yoon Gi.
—¡Yoon Gi, suéltalo! —La voz de Seok Jin ruge a un lado de ellos. Es gruesa y suena bastante molesto.
—No te metas en esto. Tú ve con tu Omega, a mí déjame con el mío —gruñe, mostrándole los dientes al otro Alfa.
—¡Por la puta, Min! —lo jala a un lado bruscamente, apartándolo de Jung Kook, quien corre rápido a los brazos de Tae Hyung—. Tú no eres así, Yoon Gi.
Los ojos oscuros de Yoon Gi ahora están rojizos de furia, su respiración es pesada y sus colmillos tocan su labio inferior. Aprieta la camisa de Seok Jin, buscando calmarse.
—Tranquilo, Yoon Gi. Estamos bien. Somos amigos y no vamos a pelear.
Asiente, inhalando hondo y mirando al Omega llorar de reojo. Tae Hyung también luce molesto, y si no fuera porque está abrazando a Jung Kook, ya estaría sobre Min. El Omega de Seok Jin era algo... rebelde.
Mío. Mío. Proteger. Cachorro. Su Alfa araña y gruñe en su interior, él solo niega con la cabeza, en desacuerdo.
—Ven, vamos a otro lugar para que te calmes —el Alfa de cabello castaño le hace una seña a su pareja y éste asiente.
Seok Jin se lleva a Min lejos de Jung Kook, y Tae Hyung se queda con él, sentándose en la banca más cercana.
—Todo está bien, Jung Kookie. Estamos solos.
Limpia sus lágrimas, pero éstas no dejan de salir. Tose en su mano y solloza.
—T-Tenía miedo —su voz y cuerpo tiemblan inevitablemente. —Pero no por m-mí —aprieta la tela de la camisa que cubre su estómago.
—Lo sé, yo también tenía miedo. Seok Jin se volvió loco cuando sintió el olor de Min tan pesado. Sabía que algo malo pasaba.
—¿Por qué me trata así? —Pregunta al aire—. ¿Yo qué le he hecho?
—No sé, Jung Kookie —suspira, acariciando la espalda del Omega contrario, buscando calmarlo—. Sólo es un Alfa estúpido que no sabe valorar al Omega que tiene en frente.
—Fui muy estúpido al pasar su celo con él. No sé cómo acepté, yo-yo era...
—Virgen, también lo sé. Creo que te gustaba mucho y confiaste en él.
—Soy un tonto
.
.
.
Se sienta sobre la cama, secando su cabello y suspirando. Tiene puesta su ropa interior y una camiseta sencilla, es su segunda ducha de la tarde. En realidad, los últimos días han sido frescos, pero sus hormonas alocadas habían decidido dejar su cuerpo caliente y sudoroso. Cuando cree que es suficiente, vuelve al baño para colgar la toalla húmeda ahí. Se acerca al espejo y hace una mueca. Mueve su cabeza a la izquierda y ve leves marcas moradas y rojas alrededor de su mandíbula, del lado derecho está igual. Las toca y se sienten calientes, pero no duelen tanto como creyó.
Busca por toda la casa alguna crema para el dolor, pero es inútil, no hay nada que sirva.
El cómodo silencio en la casa es interrumpido por el sonido del timbre, eso lo obliga a ponerse unos pantalones holgados cómodos y salir a abrir. El olor a Alfa que siente detrás de la puerta es fuerte, dulce, pero no masculino.
—¿Sí? —Abre la mitad de la puerta, sólo su cabeza se asoma y su cuerpo queda detrás de la madera.
La señora Min lo empuja con todo y puerta, abriéndose paso dentro de la casa, con la mirada en alto mostrando superioridad. Ella siempre viste elegante. Hoy traía un vestido rojo, adherido a su estilizado cuerpo y unos zapatos de tacón negro. Su cabello azabache caía delicadamente sobre sus hombros en ondas perfectamente formadas.
—¿Dónde está mi hijo? —Pregunta, analizando cada rincón de la casa con una mueca de desprecio.
—Trabajando, supongo. No está aquí.
—¿Y tú qué? —le mira con la ceja alzada—. ¿Te quedas todo el día aquí, de flojo?
El Omega rápidamente niega.
—Yo quiero trabajar, pero Yoon Gi no me deja, señora Min.
Ella sonríe de lado, satisfecha.
—Me alegra saber que mi hijo tenga poder sobre ti.
Jung Kook muerde sus labios, evitando decir algo indebido.
—¡Sun Mi! —La mujer se altera, caminando veloz a la puerta. Ahí aparece su Omega, ella se acerca rápidamente a él para confirmar que no tuviera ningún problema—. Estoy bien, tranquila. Le llamé a Yoon Gi y dijo que no está aquí, pero creo que ya te has dado cuenta.
—Sí, sólo está este chiquillo, al parecer.
—Buenas tardes, Jung Kook —El señor Min saluda al Omega joven, amable, quien rápidamente se inclina hacia él—. Mucho gusto, soy Ki Bum, el padre de Yoon Gi.
—Mucho gusto.
Sunmi gruñe y pone un brazo en la cintura de su Omega, el cual se apega a su lado.
—Yoon Gi no está, pero, si gustan esperarlo pueden pasar y sentarse, no es ningún problema para mí.
—Claro. Eres muy amable, Jung Kook —El Omega le sonríe, jalando la mano de su Alfa para sentarse en los viejos sillones.
Jung Kook sonríe triste.
—Yo... les ofrecería algo de tomar, pero-
—Estamos bien, tranquilo. Ve a descansar si gustas, luces cansado.
A Jung Kook le empezaba a agradar el padre de Yoon Gi. Era bueno y lo trataba con delicadeza.
—No, eso no es educado. Irme y dejarlos aquí.
—A mí no me molesta —admite el hombre.
—A mí sí —la Alfa suena dura y recibe un codazo por parte de su pareja.
—Cuando estaba embarazado de Yoon Gi, todo lo que quería era dormir con mi Alfa —se pega sonriendo a la mujer y ésta lo recibe gustosa.
—Sí, yo también quiero dormir. Pero solo.
—Oh sí. A algunos les parece molesto y agotador tener a su Alfa cerca.
Quisiera cuando menos tener uno. Piensa, asintiendo a lo que el Omega contrario dice. Segundos después, Yoon Gi entra a la sala, luciendo apurado y con una bolsa de comida en la mano.
—Lamento llegar tarde —les dice a sus padres—. Jung Kook, ve a la habitación.
El Omega para no causar problemas, asiente a la orden del Alfa y comienza a caminar en dirección a la habitación.
—¡No! —Escucha chillar al padre de Yoon Gi—. ¿Por qué no dejas que el chico coma con nosotros? Debe tener hambre.
Yoon Gi suspira, pero al final asiente, indicándole al Omega que fuera a la cocina.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro