06
Han pasado sólo 10 minutos desde que había empezado con las asesorías y gracias a Dios, Soobin no ha hecho nada más que gruñir cuando el omega y su primo quedan demasiado cerca o se sonríen entre si. Para Yeonjun, se sentía agradable. Estaban debajo de un árbol que les daba sombra, la fresca brisa hacía que sus ramas chocasen y producieran un ruido relajante.
—¿Cuánto tiempo van a tardar aquí? —interrumpe mientras está escribiendo algo en su celular.
―Como... una hora o un poco más —Yeonjun mira el reloj que adorna una de sus muñecas.
―Bien. Me voy ―se pone de pie―. Ten esto, si quieres puedes comprarte lo que sea para comer ―deja unos billetes dentro de la mochila del omega y se comienza a ir.
―¿Irás a trabajar?
El alfa sólo enconge sus hombros pero nunca detiene su paso.
―¿Es difícil tratar con él, hyung? ―Felix pregunta, una vez Soobin ya no se encuentra en su campo de visión—. No sé por qué actúa así contigo. Muchas de nuestras tías lo aman por ser protector.
―Desde siempre ha sido así conmigo.
―¿Así cómo?
―Como hostil e idiota.
Felix asiente riendo por lo bajo, copiando unas cuantas cosas en su libreta.
La asesoría va bien, el alfa aprende bastante rápido al parecer. Felix siempre fue amable con él y en ningún momento insinuó algo o dijo cosas subidas de tono. Al contrario, dijo que estaba feliz de tenerlo en su familia y aún más feliz de que pronto sería tío. Dijo que de entre sus primos, Soobin era el primero en emparejarse y tener un hijo. Bueno, igual el alfa era de los más grandes de entre sus primos, su familia era joven aún.
Con el dinero que Soobin le dio, vio que era el justo para poder ir a comprar algunas cosas en el supermercado. Eso sería mejor, porque así con eso comerían los dos. En el pequeño lugar compró algo de beber, pan, ramen instantáneo y un poco de helado, porque sabía cuánto el alfa amaba eso. También recargó su celular con algo de saldo.
El tiempo pasó rápidamente y ya eran cerca de las 6pm, y todavía tenía que esperar por el autobús que lo llevara a casa. Caminando a la estación, pasó por una tienda de artes donde compró una lata pequeña de pintura en aerosol, blanca. Tenía un trabajo con BeomGyu el viernes, así que mejor lo compraba de una vez.
En el camino, suspira feliz, sólo quiere llegar a casa y comer algo, para después tomar una ducha y dormir hasta el día siguiente.
Cerca de las 7pm está abriendo la puerta de su hogar. Huele a cigarro y otras cosas que revuelven su estómago, por la entrada de la cocina puede notar apenas salir una finísima capa de humo. Dentro está Soobin, acompañado de dos alfas más y a esos Yeonjun no los conoce. Hay botellas vacías en la mesa, también vasos sucios y una botella de whisky barato a medio tomar. Yeonjun entra con las bolsas y las asienta en la meseta, al lado del lavatrastes, atrayendo la atención de los tres alfas situados a su costado.
―¿Es tu omega, Soobin? ―Un alfa en completa ebriedad y tal vez drogado, pregunta. El más joven no contesta―. Tiene buen culo.
El castaño abre su boca pero no sale nada, sólo mira con incredulidad a Soobin asentir, y después reírse. Los otros le siguen.
Yeonjun se prepara un sándwich, bajo la mirada burlona de los tres alfas. Cuando termina se va sin decir nada a su habitación. Ahí pasa todo el tiempo, encerrado. Más tarde, se ducha rápido y con el cabello húmedo, se duerme. No durmió bien, se despertaba a cada rato, siempre oyendo risas provenientes de afuera, y un poco de música. La última vez que despierta, un olor desconocido y nada agradable llega hasta sus fosas nasales desconcertándolo, rueda su cuerpo y choca con algo, o mejor dicho, con alguien. Se para a prender la lámpara, y el alfa a su lado no era Soobin, lo sabía pero quería confirmarlo. Mira la hora y ya es de mañana, incluso se ha pasado la hora de ir a clases.
Con temor, camina a la cocina y, ¿qué mierda, Soobin?, se pregunta en su interior. En la pared más grande de la cocina, está escrito, con el aerosol que Yeonjun compró, "Soobin y Yoongi son putos". Yeonjun supone que yoongi sería uno de los alfas, pero en verdad no le importa.
―¿Qué es ésta cosa, Soobin? ―El omega pregunta, pasando sus dedos por la pared arruinada.
―No te pongas así ―el alfa desconocido dice―. Es un juego.
―¡Esto no es un puto juego! ―Le grita, colérico―. ¡Tal vez tu vida sea un puto juego pero la mía no!
Rápido, va a donde dejó las bolsas del super y... no hay nada más que bolsas vacías.
―¿Dónde está lo que compré ayer?
―Teníamos hambre ―esta vez es Soobin quien contesta, con obviedad.
Yeonjun sale de la cocina, buscando su celular. Marca el número de TaeHyun, no se acuerda como lo consiguió y tampoco le importa ahora.
―¿Si? ―La voz del alfa pregunta, confundida.
―¿Tyun? soy Yeonjun.
―Oh, Yeonjun, ¿algo va mal? Ni Soobin ni tú vinieron a clases hoy.
―¿Estás en clases justo ahora?
―No, estoy con kai en el receso. ¿Necesitas algo?
―Yo... ¿puedes- p-puedes venir? ―Solloza.
―¿Te hizo algo Soobin? ―Oye unos susurros pero no son entendibles―. Estoy yendo con kai, no tardamos nada.
Yeonjun sale de la casa, sentándose en la puerta a esperar por el alfa y el beta. 10 minutos después, ellos llegan, sudando y agitados. Al parecer habían corrido desde la escuela hasta aquí.
―¡Yeonjun! ―Kai se acerca, ayudándole a que se pare. El omega rápidamente se abraza a él, ignorando su cuerpo sudoroso―. Tranquilo, está bien...
―N-No lo soporto ―dice entre lágrimas―, quiero irme a casa —TaeHyun se acerca y acaricia el cabello de Yeonjun.
―¿Nos dirás que pasó?
―Cuando llegué ayer, Soobin estaba con dos alfas tomando y bueno, los dejé para no molestar. No dije nada y me fui a la habitación. Me dormí cerca de las 11 y ellos aún no se iban, pero pensé que lo harían y para cuando despertara ya no habría nadie... ―sorbe su nariz―. Hoy desperté y había un tipo durmiendo a mi lado, no tengo idea de quien es. Y cuando fui a la cocina en la p-pared... ―su voz se quiebra sin dejarlo terminar y llora enterrando su rostro en el pecho de TaeHyun, el beta de cabello castaño oscuro sólo acaricia su espalda, calmándolo.
―Tranquilo, Yeonjun. Iré a ver ―TaeHyun dice, entrando―. Quédate aquí con kai.
Los dos asienten, quedándose justo donde están.
El alfa entra a la casa, sintiendo el olor a alcohol, cigarro y marihuana. Gruñe molesto. Camina a la cocina, donde siguen Soobin y el otro tipo, riéndose de absolutamente nada. Mira la pared y niega, ¿qué mierda estaba mal con Soobin?, él no lo conocía así―. ¡¿Qué mierda es esta, Soobin?!
―¿Qué?
―¡Eso! ―Apunta la pared, y el pelinegro sólo encoge sus hombros.
―¿Qué mierda, hombre? ―El otro tipo habla―. ¿Tú quién eres para venir a casa de Soobin y gritarle?
―¿Y tú quién eres para venir a casa de Soobin y su omega para hacer puras estupideces? ―TaeHyun se acerca a él, enfrentándolo―. ¿No tienes casa o qué pedazo de mierda?
Yeonjun oye toda la pelea desde afuera, junto a kai. A pesar de ser un beta, se siente más protegido con él que con Soobin.
TaeHyun saca a dos alfas de la casa, literalmente a patadas. Sus ojos estaban oscuros y gruñía demasiado audible. Lo gentil había desaparecido.
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El señor Choi baja de su auto, está saliendo del trabajo y vino lo más rápido que pudo desde que TaeHyun le habló. No dijo mucho, sólo que Soobin había hecho una estupidez, demasiado grande. Camina a la puerta una vez atraviesa el jardín de la casa y está abierta. Con cuidado, entra y la sala está vacía, no hay ruido de nada hasta segundos después cuando Yeonjun sale de una habitación, llorando y con sus hombros temblando ligeramente, quien se asusta cuando lo ve.
―Dios, Yeonjun... ―se acerca al chico y lo mira con pena, realmente se veía mal―. ¿Donde está Soobin?
Yeonjun apunta a la puerta. El hombre la golpea suave y el alfa sale, aún tiene la mirada perdida.
―¿Qué es esa mierda que dijo TaeHyun que hiciste?
Soobin no contesta, pasa de su padre y Yeonjun y va al sillón.
―Te estoy hablando, Choi Soobin.
―No lo sé... ―su voz se escucha ronca y forzada.
―Dijo que no se acuerda de nada ―Yeonjun interviene.
―¿Nada? ―Soobin no contesta, su mirada se mantiene pérdida en algún punto de la habitación, ajeno a la situación que estaba ocurriendo. El omega sin obtener respuesta se acerca a grandes zancadas hasta estar frente a su hijo―. ¡Te estoy hablando, Soobin! ―Le tira del cabello, para alzarle la cara.
― No ―contesta, mirándolo fijamente con sus ojos inyectados en sangre.
Su padre camina a la cocina a ver la estupidez de la pared. Con decepción y rabia, vuelve a donde el omega castaño y el alfa están. Yeonjun está sentando en el sillón, alejado de su hijo y aún sollozando detrás de sus manos.
Soobin siente el aroma agrio de su padre sofocar el ambiente y tiembla suave. Él le tenía miedo, y no porque fuese a golpearlo, no. Tenía miedo de decepcionarlo y no ser suficientemente bueno para que se sintiera orgulloso.
―No entiendo que mierda pasa contigo ―revuelve en un bufido sus cabellos bien peinados―. Tienes 19 putos años y necesitas madurar ahora, ¿entiendes? Ésta casa no es jodido bar ni un puto casino. Ésta es la casa donde vives con tu omega y pronto tu cachorro. ¿Y qué? ¿Cuándo él llegue harás lo mismo?
Soobin niega, rascando sus brazos.
―¡Mira como tienes al pobre chico ―Apunta a Yeonjun―. Tú mismo decidiste esto. Tú mismo quisiste sacarlo de su casa para traerlo contigo, bien él pudo quedarse con su familia. ¡Tratalo bien! Es tu jodida responsabilidad. ¡Ponte los putos pantalones de una vez, Soobin! ¡Eres un hombre, no un niño!
El pelinegro parece no escuchar, pero lo está haciendo, y muy bien.
―¿Quiénes fueron?
―Unos... unos amigos.
―¿Amigos? No juegues. Tus amigos no vienen a tu casa y la joden. Tus amigos vienen a tu casa y la respetan por lo mucho o poco que tengan —Yeonjun sigue sollozando silenciosamente, con el rostro guardado entre sus brazos.
―¿Qué pasa si los padres de Yeonjun se enteran? Podrían demandarte por no ser un buen alfa y posible maltrato psicológico ―el omega mayor suspira cansando―. Tienes dos opciones, Soobin. La primera: es hacerme sentir orgulloso de ti, que hagas las cosas bien con tu omega y lo trates bien. Y la segunda: es que me des vergüenza, que no pueda siquiera verte y sentir pena por ti, casi como ahora. Tú decides.
―Quiero q-que te sientas orgulloso.
―¡Pues no parece!
El castaño se levanta de su asiento, caminando al baño.
―Yeonjun, cuando vuelvas nos vamos. Te llevaré unos días a casa hasta que te sientas mejor y Soobin aclare su mente.
―¡No! ―aquello pareció hacer click en el alfa, porque inmediatamente estaba parado y con la respiración agitada, mirando a su padre asustado―. No te lo lleves, por favor no.
—Tú cállate. Estarás solo estos días, espero que así abras los ojos y te des cuenta de cuanto la has jodido —Yeonjun asiente, volviendo a retomar su camino―. Creo que tu madre y yo nunca te dimos éste ejemplo, hijo.
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Nuestra parejita van a estar separados unu
Soobin. Soobin. Soobin -suspiró-
Xd
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