Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

04



El omega de hebras castañas guarda los libros necesarios para sus estudios en su mochila. Cuando va saliendo de la biblioteca, se despide de la encargada. En sus manos tiene un hotteok, uno que Soobin tuvo la decencia de hacerle después de dejarlo sin cenar la noche anterior. No sabe de donde el alfa saca dinero o comida, pero mientras tenga qué comer, está bien.

Quita el papel en el que está envuelto el hotteok. Está a punto de darle la primera mordida cuando un olor fuerte a alfa lo rodea desconcertándolo un poco, es a tierra húmeda pero agradable para su nariz.

—¡Yeonjun , espera! — Felix se acerca a él, por sus espaldas. Es un primo de Soobin y unos meses menor al pelinegro—. Tengo que darte esto.

—Hola, Felix —le habla con una sonrisa correspondiendo la corta reverencia que hizo el contrario.

Por lo que el más bajo sabe y ha escuchado hablar,  Felix era un alfa amable y bueno, como TaeHyun. Así que por eso Yeonjun se siente tranquilo de tenerlo cerca. Sus ojos son mieles claros y su cabello es oscuro, haciendo contraste en su blanquecina piel. Sus facciones varoniles están bien marcadas, pero eso no evita que el aura de "niño pequeño" que transmite se pierda.

—Mira, la profesora Kim te envía esto —le entrega un papel bien doblado—. Si aceptas, debes firmar ahí, en la línea de abajo.

Yeonjun la abre y es una nota, donde la maestra le pide de favor al omega darle asesorías a Felix en álgebra. Yeonjun tuerce sus labios, mirando el rostro esperanzado del rubio.

—¿Qué tanto lo necesitas? —Muerde su hotteok y habla con la boca llena.

—Bastante. Éste no ha sido mi mejor semestre.

—¿Cuál es la calificación de tu último examen? —Se apoya en una pierna, mirándole fijamente.

—Un... 25 de 100.

—Estás jodido.

—Gracias —se ríe—. ¿Entonces, hyung?

—Está bien, lo haré. Mmh... —se mueve, buscando donde dejar su comida—. Sostenme esto un momento.

—Claro —Felix lo toma, sonriendo.

—¿Tienes algo para que escriba?

Felix asiente, buscando en el bolsillo de su mochila. Saca un lapicero de tinta negra y se lo pasa a Yeonjun. Mira como el omega firma con dificultad, apoyando en su pequeña mano.

—¿Es todo? —Toma de vuelta su comida y pone una mano en su estómago. Sólo quiere llegar a casa y dormir.

—Ajá —mueve su cabeza de arriba a abajo, luego sonríe viendo el marcado vientre de Yeonjun—. ¡Wow! Está creciendo. Jamás pensé que Soobin llegaría a tener cachorros. La tía Choi está furiosa.

Yeonjun tuerce los labios. Lo sabía, porque el día que Soobin le dijo a su madre él estuvo ahí. Y lo trató como la peor basura del mundo. Dijo que era un omega fácil y aprovechado.

—Créeme que lo sé — murmura, come el último pedazo de su comida.

—Pero tranquilo, su padre está feliz de que su hijo haya encontrado a su omega —El castaño asiente con media sonrisa. Yeonjun no conoce al padre de Soobin pero sabe que es omega como él, tal vez eso lo hace un poco más comprensivo.

Yeonjun oye un gruñido desde atrás y un brazo pasa por su cintura. Mira a un lado y es Soobin, con el ceño fruncido. Ya no huele más a hierbabuena. Ahora es un olor agrio que hace picar su nariz y no sabe descifrar.

―¿No deberías estar en clases? ―El alfa a su lado le pregunta a su primo, apretando la cintura de Yeonjun y atrayendolo hasta tenerlo pegado en su costado.

— Horas libres, primo ―sonríe grande, casi divertido por la situación—. Estaba platicando con Yeonjun sobre mis asesorías.

—¿Qué asesorías?

—Me dará asesorías de álgebra.

—Yeonjun no sabe álgebra —gruñe el alfa en contradicción.

—¿Qué? Yeonjun tiene el mejor promedio de toda su generación en álgebra y casi todas las materias.

El omega sonríe feliz de, al fin, ser apreciado por un alfa.

—No sabe álgebra para ti.

Felix rueda los ojos, y se ríe leve.

—Si, como digas. Nos vemos después, Hyung, para acordar los horarios y todo eso.

—Claro, Felix. Será un gusto trabajar contigo.

El alfa más alto se va por la izquierda, palmeando el hombro de su primo.

Soobin suelta la cintura de Yeonjun, posicionándose frente al omega.

—No lo harás, ¿verdad?

—¿Por qué no?, me darán puntos extras.

—No los necesitas, tienes las calificaciones al límite.

—Wow, gracias por darte cuenta —dice, sarcástico.

—Además, ¿qué es esa mierda de 'será un gusto'? —Trata de imitar su voz aguda, pero irritada—. ¿Ahora trabajas de puta? Porque yo quiero, ah no, espera, ya me has dado el servicio. Y gratis, que detalle —se burla de él.

El labio inferior de Yeonjun tiembla sin poder creer lo que el alfa le está diciendo, pero no quiere llorar en su presencia. Restriega sus ojos pero eso sólo hace que sus lágrimas salgan. Tapa su rostro y suspira fuerte, las pocas fuerzas que tenía para detener el llanto se habían esfumado.

―Se le dice ser a-amable, ¿sabes? ―Alza la cara, bañada en lágrimas―. Al parecer es algo que a ti no te enseñaron a ser.

Molesto, el pelinegro lo toma de la mandíbula acercándolo hacia él para mirarlo fijamente, haciendo que el omega chille de miedo.

—¿Estás diciendo que mis padres no me educaron? ¿Y que me dices de ti? ¿Tus padres no te enseñaron a no entregarle el culo al primer alfa que tocara tu puerta, literalmente? Oh, espera, ¿también eso es ser amable? —Aprieta su agarre y Yeonjun grita, esperando que alguien lo escuchase y detuviera a Soobin.

—¡Soobin, suéltalo! —La voz de TaeHyun ruge de un lado de ellos. Es gruesa y suena bastante molesto.

—No te metas en esto. Tú ve con tu omega, a mi déjame con el mío —gruñe, mostrándole los dientes al otro alfa.

—Y tu puta madre —lo jala a un lado bruscamente, apartándolo de Yeonjun, quien rápidamente corre a los brazos de BeomGyu—. Tú no eres así, Soobin.

Los ojos negros de Soobin ahora están rojizos de furia, su respiración es pesada y sus colmillos tocan su labio inferior. Aprieta la camisa de TaeHyun, buscando calmarse.

—Tranquilo, Soobin. Estamos bien. Somos amigos y no vamos a pelear.

Asiente, inhalando hondo y mirando al omega llorar de reojo. BeomGyu también luce molesto, y si no fuera porque está abrazando a Yeonjun, ya estaría sobre Soobin. El omega de TaeHyun era algo... rebelde.

Mío. Mío. Proteger. Cachorro. Su alfa interior le pide a gritos, él sólo niega su cabeza.

—Ven, vamos a otro lugar para que te calmes —el alfa moreno le hace una seña al menor y éste asiente.

TaeHyun se lleva a Soobin lejos de Yeonjun y BeomGyu se queda con el castaño, sentándose en la banca más cercana.

—Ya, todo está bien, Yeonjun. Estamos solos.

Limpia sus lágrimas, pero éstas no dejan de salir. Tose en su mano y solloza.

—T-tenía miedo —dice con la voz entrecortada—. Pero no por m-mí —aprieta la tela de su camisa que cubre su estómago.

—Lo sé, yo también tenía miedo. TaeHyun se volvió loco cuando sintió el olor de Soobin. Sabía que algo malo pasaba.

—¿Por qué me trata así? —Pregunta al aire—. ¿Yo qué le he hecho?

—No le has hecho nada, Yeonjun—suspira dando leves caricias en la espalda de su amigo—. Sólo es un alfa estúpido que no sabe valorar al omega que tiene enfrente.

—Fui muy estúpido al pasar su celo con él. No sé como acepté yo-yo era...

—Virgen, también lo sé. Creo que te gustaba mucho y confiaste en él.

—Soy un tonto.


⋆ ✧ ⋆ ✧ ⋆

Se sienta sobre la cama, secando su cabello y suspirando. Tiene puesto un ropa interior y una camiseta sencilla, es su segunda ducha de la tarde. En realidad los últimos días han sido bastante frescos, pero sus hormonas alocadas habían decidido dejar su cuerpo caliente y sudoroso.

Cuando cree que es suficiente, vuelve al baño para colgar la toalla húmeda ahí. Se acerca al espejo y hace una mueca, inclina su cabeza a la izquierda y ve las leves marcas rojizas, casi moradas, alrededor de su mandíbula, y nota que del lado derecho está igual. Las toca y se sienten calientes, pero no duelen tanto como imaginó.

Busca por toda la habitación alguna crema para el dolor pero es inútil, no hay nada que sirva.

El silencio en la casa es interrumpido por el timbre siendo tocado un par de veces, eso lo obliga a ponerse unos pantalones holgados cómodos y salir a abrir. El olor a alfa que aflora por detrás de la puerta es fuerte, dulce, pero no masculino.

―¿Si? ―Abre la mitad de la puerta, sólo su cabeza se asoma y su cuerpo queda detrás de la madera.

La señora Choi lo empuja con todo y puerta, abriéndose paso dentro de la casa, la mirada en alto mostrándose superior e intimidante. Ella siempre viste elegante, hoy traía un vestido rojo adherido a su esbelta figura y unos zapatos de tacón blancos. Su cabello negro caía sobre sus hombros delicadamente en una hermosa cascada de ligeros espirales.

―¿Dónde está mi hijo? ―Pregunta, escrutando cada rincón de la sala con una mueca de desprecio.

―Trabajando, supongo. No está aquí.

―¿Y tú qué? ―Le mira con la ceja alzada―. ¿Te quedas todo el día aquí, de flojo?

El omega niega, rápido.

―Yo quiero trabajar, pero Soobin no me deja, señora Choi.

La mujer sonríe de lado, parece estar satisfecha con la respuesta.

―Me alegra saber que mi hijo tenga poder sobre ti.

Yeonjun muerde sus labios, evitando decir algo inapropiado.

―¡Irene! ―La mujer se alerta, caminando veloz a la puerta. Ahí aparece su omega, ella rápido se acerca a él para confirmar que no tuviera ningún problema―. Estoy bien, tranquila. Le llamé a Soobin y dijo que no está aquí, pero creo que ya te has dado cuenta.

—Sí, sólo éste chiquillo está, al parecer.

—Buenas tardes, Yeonjun—El señor Choi saluda al omega joven, amable, quien rápidamente reverencia ante él―, soy Suho el padre de Soobin.

―Mucho gusto.

Irene gruñe y pone un brazo en la cintura de su omega, el cual se pega a su costado.

―Soobin no está pero, si gustan esperarlo pueden pasar y sentarse, no es ningún problema para mí.

―Claro. Eres muy amable, Yeonjun―El omega le sonríe, jalando la mano de su alfa para sentarse en los viejos sillones.

Yeonjun sonríe triste.

―Yo... les ofrecería algo de tomar pero-

―Estamos bien, tranquilo. Ve a descansar si gustas, luces cansado.

Al castaño le empezaba a agradar el padre de Soobin. Era bueno y lo trataba con delicadeza.

―No, eso no es educado. Irme y dejarlos aquí.

―A mí no me molesta ―admite el hombre.

―A mí si ―la alfa suena dura y recibe un codazo por parte de su pareja.

―Cuando estaba embarazado de Soobin, todo lo que quería era dormir con mi alfa ―se pega sonriendo a la mujer y ésta lo recibe.

―Si, yo también quiero dormir. Pero solo.

―Oh, sí. A algunos les parece molesto y agotador tener a su alfa cerca todo el tiempo.

Quisiera cuando menos tener uno, piensa, asintiendo a lo que el omega contrario dice. Segundos después, Soobin entra a la sala, luciendo apurado y con una bolsa de comida en la mano.

―Lamento llegar tarde ―les dice a sus padres―. Yeonjun, ve a la habitación.

El omega, para no causar problemas, asiente a la indicación del alfa y comienza a caminar en dirección al cuarto.

—¡No! —Escucha chillar al padre de Soobin ―. ¿Por qué no dejas que el chico coma con nosotros? Debe tener hambre.

Soobin suspira pero al final asiente, indicándole al omega que fuera a la cocina.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro