Capítulo trece
Mark se recuesta en la cama, quitando su propia camisa. Johnny quiere tirarse sobre él y besarle hasta que sus labios sangren, pero se recuerda que necesita calmarse.
Pronto, el Omega siente como su ropa interior se moja, quedando húmeda por su lubricante. Johnny se posiciona sobre él, apoyándose en sus brazos para no lastimarlo.
—Quiero...
—Haz lo que quieras —le dice acariciando sus mejillas.
Le quita los pantalones de pijamas, ya húmedos, casi arrancándolos. Hace lo mismo con los boxers del rubio, dejándolo desnudo. Mark se queja al sentir el frío aire, pidiendo por el calor del Alfa.
—Johnny, ah —jadea.
Una mano traviesa del Alfa se abre paso entre sus glúteos, llegando hasta su entrada. Está caliente y mojada. Johnny gruñe, con el pensamiento de estar ahí dentro. Él también se quita la ropa sin cuidado y lo más rápido que puede.
—Tranquilo —Mark dice, acariciando los brazos del azabache.
Parece no escucharle. Sus ojos son rojos y sus dientes se han convertido en colmillos.
—Hum.
Johnny abre las piernas del Omega, metiendo sus dedos y apretando sus muslos. Mark toma la sábana que está debajo de su cuerpo. Mira aún lado, viendo al Alfa tomar su miembro entre sus manos. No lo recordaba tan grande.
El azabache cae sobre sus labios, besándolos con gusto y gruñidos incluidos. Mark envuelve sus brazos en el cuello del Alfa cuando lo siente entrar en él.
—Mmm, sí —murmura y el azabache comienza a moverse en su interior.
Johnny mordisquea su cuello, quiere romper la piel del Omega hasta hacerla sangrar, pero su Alfa le recuerda que podría ser malo.
—Me alegro de que seas tú quien haya aceptado mi nudo —el Alfa habla, sin dejar de moverse—. Me alegra saber que llevas a mi cachorro dentro —gruñe al sentir que pronto se vendría—. Mío.
Mark no aguanta mucho y se corre. No tarda tanto y el nudo de Johnny comienza a hincharse.
—Shhh —seca sus lágrimas—. Sólo espera y no te muevas —lame las marcas que le dejó, buscando curarlas.
.
.
.
Para las 9 a.m., Johnny ha anudado a Mark unas 4 veces más. Éste era el primer celo donde no se le hacía tan doloroso, pero sí se sentía más necesitado. Ni siquiera en el anterior estuvo así.
—Tenemos que comer, Johnny —el Omega habla en susurros con el Alfa temblando a su lado.
Hace al menos 3 minutos su último nudo se había deshinchado y aún seguía bajo los efectos de la excitación.
—No quiero comer.
—Debes comer.
—No. Quiero estar aquí, contigo.
—Al menos agua.
—Dije que no. Quédate aquí —aclara su garganta—. Por favor.
—Está bien —se recuesta a su lado, entrando en los calientes brazos del Alfa. Coloca su oreja sobre su pecho, oyendo el fuerte bombeo de su corazón—. Johnny...
—¿Qué?
—Cuando... cuando decías que yo no era tu Omega, ¿no lo sentías?
—Sí. Mucho.
—¿Entonces?
—Ya lo había sentido antes, pero resultó no ser mi Omega.
—¿Creíste que sería lo mismo esta vez?
—Sí.
—Y... ¿Quién era?
—Alguien.
—¡Johnny! —Dice con voz cansada, luego bosteza—. Dime.
—Fue hace dos años, déjalo pasar.
—No quiero.
—Que odioso eres.
—Así me quieres.
Johnny no contesta a eso, pero sonríe.
—Fue hace dos años, cuando aún estaba en la otra escuela. Una cerca de mi casa. Bueno, a los 16 pasé mi primer celo y estuve sólo, fue el peor —aclara su garganta—. Después de eso conocí a alguien, se llamaba Yoonah, estaba en mi clase y me gustó.
Innecesariamente, Mark siente celos y más de que fuese mujer.
—Yo sentía que era mi Omega, a pesar de que mi Alfa nunca me dijo nada sobre ella. Para mi segundo celo lo pasé con ella y yo había cumplido los 17—aprieta más a Mark contra él, para rascar sus brazos mejor—. Nunca la marqué, porque todavía éramos muy jóvenes. A las dos semanas ella me dijo que estaba embarazada. Le dijimos a mis padres y a los de ella y se molestaron, diciendo que aún éramos muy pequeños, al fin acabaron por aceptarlo.
—Y-
—Déjame terminar —rueda los ojos, besando la cabeza del Omega con cariño—. Sólo aguantó dos meses y tuvo un aborto natural. No pudo resistir porque no estaba marcada y... no era mi Omega.
—Lo siento mucho, Johnny.
—Está bien —dice, pero no lo está. Aún sigue doliendo, no tanto como antes, pero lo hace.
Mark no vuelve a hablar, se queda callado, escuchando como la respiración del Alfa comenzaba a calmarse y se quedaba dormido, poco a poco.
Se aleja, parándose. Necesita tomar una ducha y comer algo. También traería agua y unas pastillas para aliviar el dolor del celo para Johnny. Busca una camisa grande del Alfa para ponérsela después de la ducha.
Abre la regadera y el agua cálida moja su cabeza, recorriendo su cuerpo con rapidez.
Entonces, ¿Es por eso Johnny era tan cerrado? Mark se pregunta. Y lo entendía, tenía miedo a volver a caer en lo mismo y que al final, tampoco sea lo que esperaba. Estaba feliz de ser el Omega de Johnny. Él lo era, siempre lo supo y lo sintió.
Y estar embarazado de seis meses y sin una marca, lo confirmaba.
La puerta del baño se abre, revelando al Alfa con los ojos oscuros y el cuerpo sudado de excitación.
Mierda.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro