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Capítulo nueve

     En los días siguientes, Johnny había comenzado a comportarse más tranquilo con Mark. En algunas ocasiones, sin ser consiente le había levantado la voz, pero siempre terminaba disculpándose inmediatamente. En la escuela, toman sus desayunos juntos, a veces acompañados y otras completamente solos. El menor le mantiene informado con todos los cambios y movimientos que sentía del bebé. A Johnny le agradaba ver cómo el Omega se lo notaba más tranquilo por la manera en cómo estaban llevando las cosas y esperaba que todo siguiera así con tal de que él no pasara malos momentos.

     El Alfa pica la fruta de su plato, llevándola a su boca. Mark está frente a él, comiendo una hamburguesa. Sabe que no es saludable, pero tenía antojo de eso. Sus ojos brillan cuando muerde la jugosa carne.

     ―Dios, está muy buena ―limpia las orillas de sus labios con la servilleta que Johnny le ofrece.

     ―No se me hace saludable ―le dice, haciendo una mueca hacia su plato.

     ―No empieces, Johnny ―rueda los ojos.

     Como por arte de magia, Ten, Jaehyun, Doyoung y Yuta aparecen, tomando asiento. Johnny suspira, ya se habían tardado.

     ―Mira que te traje, Markie ―Yuta le pasa un pastelito de chocolate y el Omega chilla.

     ―¡Muchas gracias! Quería comprar uno, pero con el dinero que me dio mi madre no alcanzó ―le sonrió, mientras lo dejaba sobre la mesa, a un lado de su 'desayuno'.

     ―¿Por qué le das eso? ―Johnny frunce su ceño―. Es mucho dulce para él y-

     ―Shh ―su primo lo calla metiendo un trocito de manzana en su boca, que había sacado de su plato―. Deja que el niño disfrute.

     Johnny mastica la fruta con molestia y recelo.

     ―Bueno... el baile se acerca ―Ten dice, desenvolviendo un hotdog que había sacado de su mochila.

     ―Tres semanas, síp ―concuerda Mark, asintiendo―. ¿Aún no tienes con quien ir, Ten?

     ―No. Tú tampoco, ¿cierto?

     ―Podemos ir juntos, si quieres.

     ―¿De verdad? Por mí está bien ―dice el Beta, sonriendo ante la idea de ir junto a Mark.

     ―No.

     ―¿Mmh? ¿Por qué? ―el Alfa con japonés pregunta, divertido―. ¿Por qué Ten no puede ir con Mark? Son amigos, no veo nada de malo en eso, primito.

     ―Porque Mark va a ir conmigo.

     ―¿Qué? ¿Desde cuándo? Que no estaba enterado ―Mark frunce sus cejas, mirando expectante al Alfa a su lado.

     ―Desde ahora y te estás enterando.

     ―Eres un tonto, Johnny ―Doyoung se mete―. No debes estar celoso y menos de Ten. Podrías ser al menos un poco romántico, ¿tal vez?

     ―¿Para qué ser romántico si al final va a decir que sí?

     ―¿Cómo puedes estar tan seguro? ―el Omega con dentadura de conejo le reta en un gruñido, acercando su rostro a él.

     Johnny está a punto de mostrarle sus colmillos, pero Jaehyun ha jalado a su Omega contra su pecho y Johnny sólo mira hacia otro lado cuando escucha el gruñido de advertencia por parte del Alfa contrario.

     —Apuesto que a Markie le gustaría que hicieras algo especial para que le pidas ir al baile, Johnny —Yuta opina, guiñándole un ojo al azabache—. Si no lo haces tú, yo lo haré.

     —¡Aló, sigo aquí! ―el rubio ondea su mano, pero nadie parece prestarle atención.

     —Yo puedo ser romántico —Johnny espeta, mirando a todos.

     ―Sí, como no —Ten rueda los ojos, una risa por lo bajo escapando de entre su brillante sonrisa.

     La situación había comenzado a molestarle al Alfa azabache.

     ―¿No? ¡Se los probaré! ―fastidiado, se levanta de la mesa.

     ―¿A dónde vas, Johnny? ―Mark pregunta con la boca llena.

     ―A planear algo para ti ―responde recogiendo sus pertenencias, dispuesto a no perder más tiempo.

     ―Pero... yo sí quiero ir contigo ―Mark lo toma de la muñeca antes que Johnny se alejara, mirándolo con ojos lastimeros a través de sus finas pestañas y Doyoung gruñe, realmente desea golpear a su mejor amigo por ser tan idiota.

     ―Lo sé, pero haré que sea especial.

     Mark lo suelta y sonríe, asintiendo.

     Johnny comienza a caminar a la salida, pero en medio de su caminata se detiene y vuelve a la mesa. Jala a Jaehyun de su camisa y éste se levanta a tropezones.

     ―Y tú vienes conmigo, Jaehyun.

     El Alfa no se queja, sólo sigue a su amigo.

     ―Cinco billetes a que no lo hace ―Yuta pone el dinero sobre la mesa, con una sonrisa divertida en su rostro.

     ―Vamos, Yuta, ¿es todo lo que tienes? ―Ten se burla.

     Mark rueda los ojos. Está emocionado, espera que Johnny sí haga algo especial y que valiera la pena. Así que él apuesta 2 billetes a que Johnny sí lo hará.

.

.

.

     ―Bueno... no tengo nada en mente, Jaehyun ―Johnny arregla su cabello.

     ―Yo no sé de estas cosas, Johnny. Doyoung es el que hace todo —chasquea sus dedos—. Ya sé, Doyoung es mejor amigo de Mark, podríamos preguntarle a él que es lo que le gusta.

     —No voy a pedirle ayuda al idiota de Doyoung —Jaehyun le gruñe—. Está bien, lo siento.

     —Si quieres puedo hacerlo discretamente.

     —¿Lo harías?

     El Alfa menor asiente, posando un brazo alrededor de los hombros de Johnny, o bueno, intentando.

     —Tampoco es la gran cosa —palmea su hombro despreocupado y se va.

     Johnny gruñe cuando se encuentra solo, sin saber a quién acudir y a la vez, sin un plan en mente.

     En medio de su debate metal, donde finalmente la frustrada resignación lo tenía al borde de un colapso nervioso, la voz de Mark junto a su dulce aroma invade sus sentidos desde del otro lado del pasillo. Caminaba con pesadez, una mueca malhumorada acompañaba a su rostro y apenas logra escucharlo mascullar palabras por lo bajo. Los demás alumnos que se encuentran alrededor miran al Omega quejarse, divertidos.

     —¿Estás bien? —Velozmente, el Alfa se acerca a él.

     ―¿Johnny, eres tú? ―a pasos vacilantes se acerca hasta alcanzar su rostro, palmeándolo en cada extremo. Johnny está a punto por preguntarle a que se debe su manera de actuar, pero el Omega sin previo aviso le da una cachetada y luego se ríe―. Perdón, llevaba tiempo deseando hacer eso.

     Johnny niega, sobando su mejilla.

     ―¿Qué tienes?

     ―Estoy cansado. Tu hijo absorbe todas mis energías.

     Johnny sonríe por la mitad, acariciando el vientre del Omega. Le molestaba aún no poder sentir los movimientos del cachorro.

     ―Se está moviendo ―le dice, como si hubiera leído sus pensamientos―. Pero creo que no lo sientes. ¿Crees que ya pueda escuchar? Se me olvidó preguntarle al doctor.

     ―¿Por qué lo dices?

     ―Cuando hablas, se mueve más de lo normal. ¿Puedes acompañarme a casa o tienes que ir al trabajo?

     ―Tengo que ir, pero si quieres puedo llevarte.

     ―Oh, no quiero causar problemas.

     ―No, está bien, vamos ―le quita la mochila al rubio, yéndose a la salida.

.

.

.

     Es tarde cuando Jaehyun entra al bar donde Johnny le dijo que trabajaba. Sus ojos no tardan en dar con él. Lo ve detrás de la barra, atendiendo a cada cliente con expresión neutra y vestido de negro, su cabello está hacia atrás, mostrando su frente y sus ojos oscuros, para no molestar y entorpecer su trabajo.

     ―Hey ―el Alfa saluda, sentándose en un taburete.

     El azabache lo mira desinteresado y asiente en manera de saludo mientras prepara una bebida.

     ―Hablé con Doyoung, quien habló con Mark y dijo que no le gustaba nada fuera de lo normal. Dice que Mark se emociona por todo, así que hagas lo que hagas, a él le gustará.

     ―No me ayuda ―masculla entre dientes pasando un trapo por la barra. El tiempo se le hacía cada vez más corto y las ideas que en algún momento creyó que eran lo suficientemente eficaces para sorprender al Omega, terminaron por ser descartadas al notar lo simples y clichés que eran.

     ―Digo que con una rosa y que se lo pidas frente todos será más que suficiente.

     Distraído, el azabache asiente poco convencido y absorto en sus pensamientos. Todo pareció ponerse en su contra aquel día. El cambio de su temperatura corporal de a ratos le era inquietante, la constante presencia del sudor en su rostro y cuerpo comenzaban a incomodarle y hacérsele muy molesto y la necesidad de su lobo por la presencia del Omega se volvía lenta y tortuosamente persistente a tal punto donde creía que llegaría a enloquecer. Habían ocurrido tantas cosas en esos días que dejó en el olvido un tema importante y se maldijo por haberlo hecho y no saber cómo lidiar con ello.

     ―Oye, Johnny, ¿estás bien?

     ―Sí, Jaehyun, no te preocupes.

     Jaehyun asiente, casi puede creer que todo está bien y son sólo exageraciones suyas, pero aquello cambia cuando ve a Johnny rascar sus brazos y morderse los labios de manera ansiosa, no muy consciente de sus acciones.

     Algo no andaba bien.

     Jaehyun sabía de antemano que, si Johnny rascaba o pellizcaba sus brazos, estaba nervioso.

     ―Sé que algo te preocupa. Somos amigos, ¿recuerdas? Puedes decirme.

     El Alfa azabache niega, moviendo una mano levemente temblorosa para quitarle importancia al asunto. El nerviosismo cada vez es más notorio en el aroma de Johnny, que se había vuelto más pesado y sabe que no falta mucho para que se lo diga.

     ―Johnny...

     ―Mi celo se acerca y no sé qué haré, ¿está bien? Una cosa más a la lista junto a las demás que debo resolver.

     ―¿Cuál es el problema? Tienes a Mark, él es tu Omega y-

     Un fuerte gruñido lo desconcierta y detiene sus palabras.

     ―Mark no es mi Omega, para con eso, Jaehyun.

     ―¡Por Dios, Johnny! Claro que lo es, todos lo sabemos.

     ―¿Ustedes qué van a saber sobre lo que siento?

     ―¿Realmente no lo sientes? ―Jaehyun pregunta con calma para no alterar al contrario, pero Johnny no contesta, sólo voltea a ver a otro lado―. Johnny... Mark es tu Omega. Y si no lo fuera no estaría embarazado, ya tiene casi 4 meses, además de que no está marcado.

     ―Jaehyun-

     ―No ―su puño se estrella contra la barra en un golpe seco y el azabache se queda rígido en su lugar, siendo escrutado por aquella mirada, ahora rojiza que lo observaba con furia. Desde un principio, Jaehyun no encontraba respuestas al enigma de la insistente negación del mayor cada vez que se hablaba sobre Mark siendo su Omega; pero ahora, las cosas se habían hecho más claras ante sus ojos―. No volverá a suceder, Johnny, haz que eso entre en tu maldita cabeza. Ella no era tu Omega.

     ―¡Cállate! ―explotó, sin importarle haber usado su voz de Alfa.

     Jaehyun se levantó de su asiento, mostrándole sus filosos colmillos al azabache y éste hace lo mismo. El tiempo corre. Sabe que ha tocado un tema delicado, pero no le importa, debía arrancar de una buena vez ese recuerdo que seguía atormentado al Alfa menor antes de que las cosas empeoraran cuando menos se diera cuenta.

     ―¡Hey, hey! ―El dueño del lugar, un viejo Beta de baja estatura, se acercó cuando el bullicio de la gente había comenzado a hacerse alarmante y el lugar se infestó con las feromonas de algunos Omegas asustados―. ¿Qué está pasando, Johnny? Desde ayer estás distraído. Será mejor que vayas a casa a descansar y vuelvas mañana.

     Los dos Alfas siguen respirando fuerte, desafiándose, viéndose fijamente con las pupilas dilatadas y oscuras. Jaehyun cierra la boca, guardando sus dientes y poco a poco, sus ojos se van aclarando. Sale del lugar, sin decir nada más.

     Johnny realmente era un idiota.

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