Capítulo dieciséis
Maratón 1/3
Han pasado toda la mañana en casa, viendo películas. Todas han sido elección de la omega, y para la alfa son aburridas. Tratan sobre amor y esas cosas. Jennie sólo las aguanta porque a Lisa le gustan y cuando las ve, no se está quejando de los dolores que el embarazado le ha dejado. Hoy cumplía los 8 meses y su estómago parecía querer reventar. Por la noche irían a casa de sus padres al Baby shower, gracias al cielo Lisa era buena actriz e hizo como que no sabía nada. Incluso lloró un poco para hacerlo más real.
Jennie mete una mano dentro de la camisa de la menor, ella está sobre su pecho, disfrutando el calor y la película. Acaricia su panza, sintiendo los movimientos que el bebé da. Bajo su mano, siente a Lisa removerse incómoda. Va subiendo, con tal de sentir más a su bebé, pero la rubia le para.
—No lo hagas.
—¿Tocarte?
—Muy arriba.
—¿Por qué? —frunce su ceño—. Siempre lo hago.
—Sí pero, ya no quiero.
—Tú tienes algo, dime —Lisa niega, pegándose más a Jennie y cruzando sus brazos sobre el pecho—. Vamos, Lili. Puedes decirme.
—Es vergonzoso, déjame.
—¿Es por el embarazo? —ella asiente—. Entonces no lo es.
—Nini... me da pena.
—Amor, está bien. Dime —acaricia su cabello, suave para darle confianza.
—Yo... yo tengo de esos protectores para el pecho por.... tú sabes.
—No sé.
—¡Nini! —chilla y le pega.
—Okay, okay —se ríe—. ¿Era eso?
—Sí, es horrible.
—Es tierno. Y hasta sexy.
—No lo es y estoy harta. Tengo 8 meses y casi no puedo ni respirar.
—Tenemos la cesárea programada en dos semanas.
—Estoy nerviosa, no quiero que nada salga mal...
—... No estás marcada.
Jennie la suelta, tomando asiento en la cama y tirando de sus cabellos.
—Tranquila, Jen.
—Si no estás marcada puedes hasta morir, Lalisa. ¿Cómo voy a estar tranquila?
—No va a pasar nada, ¿okay?, perdón por decir eso —sin contestar, Jennie vuelva a recostarse, abrazando y besando la cabeza de la omega—. Estará bien.
—No quiero que te vayas.
—No me voy a ir. Aquí me voy a quedar.
—Te quiero —confiesa, apretándola contra su cuerpo.
El corazón de Lisa bombea fuerte en su pecho, tanto que cree que se saldrá. Trata de mantenerse al margen y contesta de igual manera.
—También te quiero.
Lisa le sonríe a la gente que llega a la casa de los padres de Jen. No conoce a nadie y le da nervios cuando alguien se acerca a saludarle. No sabe donde se ha metido la alfa, probablemente esté platicando con sus primas, pero Lisa la quiere aquí.
—Hola —una niña, de al menos 5 años le tira de su camiseta. Es de Jennie y por su estómago ya no le queda tan grande.
—Hola, nena —le acaricia el cabello.
—¿Tú eres la novia de Jennie?
—Eh, sí, creo.
—¿Por qué mamá dice que tienes un bebé dentro? —rasca su barbilla—. ¿Cómo siquiera lo metiste?
—Bueno... yo-
—Niña, vete con tu madre.
—¡Jennie! —ella se abraza a las piernas de la alfa y esta le acaricia el cabello.
—Tu mamá te está buscando.
—¿Cuál?
—Averígualo.
Ella se va corriendo hasta donde dos mujeres están, una es más alta. Y la que es más baja, se nota más delicada y es la primera en abrazar a la niña.
—¿Estás bien? —Jennie pone su mano detrás de su espalda.
La omega asiente con una mueca.
—Estoy bien pero no conozco a nadie.
—¡Chicas! —Sehun entra del patio, sonriéndoles—. Al fin las encuentro, en especial a ti, Lisa.
—Hola, papá —Jennie se acerca a Sehun, envolviéndolo en un abrazo.
—Hola, hija —acaricia su mejilla—. Ven aquí, Lis —la lleva por las escaleras hasta una habitación—. Aquí dormía Jennie —Sehun dice, buscando algo—. Quiero darte algo que Jen usó hasta que tuvo como, 4 años —busca debajo de su almohada—. Después lo puso... debajo de la almohada —alza más almohadas y lo toma. Camina a Lisa, sonriendo—. Ten —se lo pone en las manos—. Es su cadena. Siempre la tuvo consigo, creo que es como de la suerte y es especial para ella.
Es una cadena de oro, con una plaquita y su nombre grabado en ésta.
—Es muy linda, gracias.
—De nada, ahora ven aquí.
Otra vez, toma su mano y la lleva a otra habitación. Ésta es más grande y huele demasiado fuerte a Naeun. Entre sus cajones, el hombre rebusca.
—¿Tienes estrías?
—Mmmh sí —Lisa se sonroja.
—¿Jennie sabe?
—Sí, y dijo que eran lindas.
—Lo sé. Así son las alfas, aman todas las marcas que el embarazo te deja.
—¿Sí?
Sehun asiente, dándole un bote de crema.
—Cuando tengas la cesárea no sabes como se va a poner —se ríe—. Es para las estrías, pueden ser lindas para Jennie pero a veces duelen, eso te ayudará.
—Muchas gracias —lo abraza con bastante trabajo por su grande panza.
—También quiero que sepas que aunque Naeun sea muy tosca, es buena y te quiere. Está feliz de que estés con ella, después de lo de-
—Yeri, lo sé. Jennie me dijo.
Sehun sonríe, asintiendo.
Bajan y ahora todos los invitados están ahí. Jennie presenta a Lisa como su omega, y ella no podía estar más feliz de eso.
Los regalos fueron buenos y les cayeron bien porque ellos no tenían nada. Ésta semana debían de ir por una cuna o su bebé dormiría en el aire. Lisa se siente feliz, la familia del rizado fue muy amable y dulce con ella, también conoció los padres de Nayeon y le agradecieron por lo que hizo. Naeun tampoco hizo algún comentario fuera del tema, hasta se mostró amable y le ayudó varias veces cuando no podía más.
Estaba bien, Lisa se sentía feliz de estar rodeada de gente buena.
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