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Cinco

Pollo a la plancha, verduras al vapor y puré de papa. Jungkook mira su plato, suspirando. Toma el tenedor y pica un brócoli, llevándolo a su boca y masticando lento. Seokjin está hablando con sus padres, quisiera saber qué es pero no está prestando mucha atención. El cubierto pasa por el puré de papa, apenas lo mancha y también se lo lleva a la boca. Tenía hambre, sí, pero prefería dormir y no pasar tanta incomodidad. SunNi no es tan dura con su hijo, le habla con cariño e incluso cuando le regaña es dulce.

—¿No tienes hambre? —Dae le pregunta susurrando. Está sentando justo a su lado.

—No mucha —sonríe de lado.

—No tienes que comer si no quieres. O también puedo decirle a Seokjin que te compre otra cosa.

—Estoy bien, de verdad.

—Y... Jungkook, ¿verdad? —El omega asiente—¿Piensas seguir estudiando después de que el bebé nazca? —La alfa pregunta, apoyando sus codos en la mesa.

—Creo que si, espero poder hacerlo

—¿Alguna universidad en especial?

—Aún no he pensando que estudiar.

—Te queda poco tiempo.

—Mamá, no presiones.

—Si, SunNi, deja al niño un rato.

—No, está bien. Tiene razón, pero primero quiero acabar la prepa con buenas calificaciones.

—Seokjin me contó que eres de los mejores —el padre de Jin dice, sonriendo—¿Es eso verdad?

Los ojos de Jungkook brillan un poco, ¿Seokjin ha hablado de él con su papá?, ¿es eso bueno?

—Eh, si. Podría decirse que si.

—Diles que si y ya —Seokjin se mete, sonando aburrido—Es el puto cerebro de la escuela, ¿ya?

—¡Kim Seokjin! —Su padre golpea su brazo—Eres un grosero.

—No tanto así, pero sí, me gusta tener buenas calificaciones.

—¿Para qué? —El alfa lo mira, interesado.

—Me hace sentir bien, creo.

—Raro —susurra y recibe otro golpe.

—Y, Seokjin también nos contó sobre tus padres betas, ¿no?

—Si. Los dos lo son.

Puede ver a SunNi sonreír.

—¿Quién es tu madre?

—Jeon MiHyang.

—Si, la conozco un poco.

Jungkook no le vuelve a hablar en toda la noche. Termina su cena con mucho trabajo. En realidad sabía muy bien. Los padres del alfa se van cuando el sol se ha ocultado, diciendo que volverían pronto. Jungkook espera que no, o al menos sin SunNi.

—Me ducharé —el alfa se quita la playera, y Jungkook muerde sus labios.

—Seokjin...

—¿Qué?

—¿De dónde sacaste el dinero para comprar la cena?

—No importa. El caso es que ya comiste y deberíase estar feliz de eso.

—Yo... ¿no estás haciendo nada malo, verdad?

El azabache lo mira incrédulo.

—Si crees que soy un puto vendedor de Crack estás muy equivocado. Y de ser así, no viviríamos aquí.

—Entonces, ¿no es nada malo?

—No, y ya deja de preguntar. Duerme o algo, no fastidies.

El omega entra en la cama. Ha prendido el aire -gracias y tienen uno- para sentirse bien. Al principio Seokjin se quejó pero lo dejó cuando le dijo que no podía controlar su calor. Oye la puerta del baño ser cerrada. No sabe que hacer, para dormir ya era tarde y temprano a la vez. No tenía saldo para enviar mensajes a Jimin o revisar alguna red social, y en la tv... no siempre habían cosas entretenidas. Aún así, la prende y como siempre, nada bueno había. La regadera para y la puerta de baño se abre, así que se pone de pie para ir y lavarse los dientes.

Abre la puerta y el alfa está sentando en el inodoro, viendo algo de en su pierna, Jungkook cierra rápido, tapando sus ojos.

—¡Perdón! —Grita desde afuera.

—Estoy vestido, no jodas —la voz de Seokjin suena divertida—Puedes pasar.

El omega entra despacio. Toma su cepillo y la pasta dental, unta un poco de ésta sobre las cerdas luego lo remoja bajo el agua y comienza a cepillar sus dientes con cuidado. Todo lo hace bajo la mirada del alfa.

—¿Qué te pasó ahí? —Pregunta, secando sus labios con un toalla blanca.

—Me corté —encoge sus hombros.

—¿Con qué?

—Un vaso de cristal.

—¿No te duele?

—No.

—¿Te dolió?

Seokjin alza la mirada, asintiendo.

—Un poco, sí.

—¿Lo has curado ya?

—Cuando me bañé, con el jabón y eso.

Jungkook asiente y se da vuelta para salir.

—Jungkook, ven aquí —muerde su labio y palmea su regazo.

—Pero yo-

—Ven.

El omega obedece, sentándose frente al alfa, en su regazo. Casi gime cuando una mano, grande, de Seokjin le sostiene la espalda para que no se cayera. Con la otra, acaricia el estómago del más bajo. Alza la camisa de Jungkook y lo toca. La mano de Seokjin se siente caliente, parece quemarle, pero es una quemazón agradable.

—¿Todavía es muy pequeña? —Susurra, pasando la yema de su dedo al rededor.

—No sé, creo que está bien para el tiempo que tengo.

—¿Cuánto tienes?

A Jungkook no le sorprende ni un poco que no supiese de cuánto estaba.

—Un poco más de 16 semanas. 17 quizá.

—Dímelo en meses.

—Como cuatro.

Seokjin asiente. Ahora mira para arriba y sus cejas se juntan.

—¿Es lo de la mañana?

—¿Qué?

—Mueve la cabeza para un lado.

Jungkook mira para la izquierda y los dedos que antes estuvieron en su estómago, ahora están en su mandíbula. Seokjin presiona leve y Jungkook sisea.

—Mi papá me regañó cuando fuiste al baño. No creas que no las vieron, sólo se hicieron a los tontos para no hacerte sentir mal.

Los ojos del castaño se nublan.

—Dijo que debía pedirte perdón. ¿Quieres que lo haga?

Jungkook, con trabajo, mueve su cabeza de arriba a abajo, con miedo de la reacción que el alto tendrá. Su corazón se para cuando siente la nariz delgada del alfa chocar contra su mandíbula magullada. Oye como inhala y tiembla.

—Perdón, entonces.

—Pero no cuenta, porque es obligado. Debes sentirlo de verdad —su voz se quiebra en la última oración.

—¿Cómo sabes que no lo hago de verdad? —Aprieta su agarre en la espalda del omega, acercándolo más.

Más. Su alfa ronronea de gusto al sentir el dulce aroma a coco con vainilla del omega.

Jungkook mueve su rostro para mirarlo de frente. Sus narices chocan y los ojos de Seokjin están cerrados, degustándose con el aroma del castaño. El alfa balancea su cabeza para rozarlas, y de pronto sus ojos se abre, luciendo oscuros.

—Deberías ir a dormir, mañana tienes clases —hace que el más bajo ponga los pies en el piso y quede parado.

Decepcionado, Jungkook sale del baño. Vaya rechazo. Su pecho se siente oprimido y su corazón estrujado.


Para la siguiente semana, Jungkook se está sentando en unas mesas que hay en el jardín de su escuela. Hoy empezaba sus asesorías con Yoongi, el primo de Seokjin.

Seokjin... Con él no ha hablado casi nada después de lo del baño, ha vuelto a ignorarlo y ahora con más frecuencia. Odia el rechazo y sus cambios de humor repentinos. No sabía por qué su actitud era tan arisca con contra él, pero ahora debía concentrarse en otras cosas, como por ejemplo, enseñarle lo más que sabe a su primo.

Agradece que el día sea fresco y la temperatura de su cuerpo haya vuelto a la normalidad. Tiene puesto un suéter del alfa, él mismo se lo había dado hoy por la mañana, no sabe la razón pero Jungkook está feliz de eso. Sus suéteres eran bastante anchos y cómodos.

El de hoy es uno lila, y parece estar tejido a mano. Sus pantalones son negros y duda que le sigan quedando para el próximo mes, o semana tal vez. Sus pies están enfundados en unos tenis, también negros. Arregla su cabello que el viento fuerte ha despeiando y alguien toma asiento a su lado.

—¿Qué haces aquí?

—Estar —Seokjin contesta, amarrando su cabello en una coleta.

—¿No podrías "estar" en otro lado? —Pide, haciendo comillas—Tengo que darle asesorías a tu primo.

—Por eso estoy aquí, tengo que cuidar que no le haga nada a mí cachorro.

—No le hará nada. Es tu primo, Seokjin, no creo que sea una amenaza para el bebé.

—¿Has visto como te ve?, no dudo que también te pida pasar su celo contigo.

—Aunque quiera ayudarle no puedo —apunta su panza con una sonrisa sarcástica—Además no me mira de ninguna manera. Soy un omega embarazado. Nadie quiere a uno así.

—A él parece no importarle, creo que es como un fetiche o algo. Hasta yo lo creo sexy —bebe su café.

—No me mira de ninguna manera, deja de hablar así —le regaña—. De todos modos, creo que todos los alfas miran a todos los omegas de la misma manera.

—Yo no.

—Tu no miras a nadie, eso es diferente.

—¿Cómo que no miro a nadie? —Luce verdaderamente ofendido—Yo si miro, y mucho.

—¿Ah, si? ¿a quién, tu reflejo en el espejo?

—No te hagas al gracioso conmigo, Jungkook —su mirada volvió a endurecerse cuando ve a Yoongi caminar en dirección a ellos, sonriente.

—Hola, Kook. Hola, Seokjin —les saluda, sentándose y sacando sus libretas.

El alfa azabache mira la sonrisa que el omega tiene en su cara y gruñe muy alto.

Jungkook sabe que será una tarde larga y para nada agradable.

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