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𝐶𝐴𝑃𝐼́𝑇𝑈𝐿𝑂 𝑋𝑋 -⭐𝑉𝑒𝑙𝑒𝑟𝑜𝑠 𝑦 𝐸𝑠𝑡𝑟𝑒𝑙𝑙𝑎𝑠⭐

Extra del capitulo anterior.

Tobías

La tarde ya había caído, faltaba poco para la cita con Stella, debo admitir que Adán tenía un gusto muy clásico pero elegante, en cuestión a la ropa, en definitiva me había gustado el atuendo que llevaría, se conformaba por una camisa blanca, una corbata negra, un suéter del mismo color de mi pantalón que era un gris oscuro y una gabardina del mismo tono del pantalón. 

Me puse un reloj plateado, era modesto para la ocasión, me peiné como de costumbre y por último me puse perfume para tomar las llaves de mi auto y salir al lugar donde sería nuestro encuentro.

No podía evitar sonreír esa niña tonta estaba provocando algo raro en mi, y de repente sentía que traía paz a mi ser.

Estaba a punto de abrir la puerta del auto cuando sentí que alguien por detrás me había dado leves golpecitos en mi espalda, en seguida me di la vuelta para ver de quién se trataba, pero al llevar a cabo aquella acción mis ojos se encontraron con el rostro de Lía, traía una gabardina blanca, y su cabello lo había teñido rubio nuevamente, su maquillaje era muy natural, sus mejillas estaban sonrojadas por el clima de invierno que se avecinaba.

—Creí haberte dicho que no me buscaras más—dije con frialdad.

—Tobías, necesito que me permitas hablar, nada de lo que parece ser es, por favor déjame explicarte—suplicó con voz cortada mientras hacía aquel gesto que siempre hacía cuando éramos novios.

—Lía yo no tengo nada que hablar contigo, y tampoco quiero escuchar una explicación después de 4 años, así que vuelve por donde has venido.—mi corazón dolía pero yo no podía perdonarla a pesar de que algo en mi aun se sentía vivo por ella, pero me sentía tan confundido que lo mejor para mi era alejarla.

—Te lo ruego Tobías, sé que aún me amas.

—Te equivocas, tienes tanta confianza en ti misma que piensas cosas que solo viven en tus sueños, así que si no tienes algo más de lo que hablar puedes irte, tengo un compromiso.

............................................Fin..............................................................................................................

"Si las estrellas hablaran, entenderías por qué decidí alejarme de ti, pues ellas testificarían a mi favor"

—Estúpido Tobías —dije molesta en mi pensar, mientras sonreía falsamente a las personas que pasaban por el lugar, impaciente miraba mi reloj una y otra vez mientras que la temperatura fría que había caído sobre aquel ambiente me congelaba los brazos—Soy una tonta, ¿Cómo pude caer en su trampa?, esto de seguro que es una broma de su parte—fruncí el ceño mientras hundías mis claviculas por la molestia que tenías.—Ash! Estúpido Tobías ¿Cómo te has atrevido?—pero justo al decir aquello último di un pisotón con mi zapatilla, más esta no cayó justamente contra el pavimento si no en el zapato de...

—Mierd!! Stella, ¿Así recibes a toda la gente?—expresó con molestia Tobías mientras se inclinaba un poco para verse el zápato.

—Tobías!—dije asombrada, en realidad esa no era mi intención.

—Sí ese mismo soy yo.

—Perdón, yo...no te vi, es más  ¿a que hora has llegado?—dije nerviosa y tartamudeando pero mostrando seguridad, es que ya saben antes muerta que sencilla, bueno no va la frase con el momento pero supongamos que si.

—Tuve un contra tiempo en el camino, perdona la demora—dijo mostrando aún dolor en el pie.

—Lo siento, solo ha sido un accidente, no ha sido premeditado.—dije apenada bajando la mirada.

—Stella, la próxima vez...¿Qué va a ser? un balde de agua fría, bueno la primera vez casi me das un paro cardiaco del susto—empezó a soltar una risita la cuál provocó que me sonrojara y sonriera también.

—Tonto—dije sacando levemente mi lengua con un gesto infantil de burla.

—Bueno en realidad no está mal si me quieres aplastar siempre el pie, solo necesito que me des un seguro por los daños—dijo en juego.

—Bueno, tal vez lo considere—dije siguiendo el juego para después inhalar algo de aire profundamente mientras frotaba con mis manos mis brazos por el frío.

—Te ves muy bien, bueno siempre te ves bien, solo que hoy un poco más—fue justo cuando noté que Tobías mostraba nerviosismo para coordinar con sus palabras pero de repente me ha dicho:

—¿Cómo es que una dama tan inteligente como tú olvida su abrigo si sabe que irá a un lugar donde la temperatura es baja? —dijo mientras se sacaba su gabardina negra y la ponía sobre mis hombros.

Pero cuando este se acercó a mi para arroparme, mi corazón sintió una extraña sensación, aunque no sabía si lo que me ocurría era un impulso momentáneo, o es que... ¿Acaso así es como se siente la sensación de la atracción? Creí que eso de sentir mariposas era como un cosquilleo en el estomago, pero lo que yo sentía era distinto.

—Gracias—he dicho con su gabardina puesta sobre mis hombros y una leve sonrisa, aunque a su vez sentía algo de pena, me causaba curiosidad la actitud de él.

—Es un lugar frío, eres descuidada con tu salud—reprochó.

—Si, quizá si alguien hubiera llegado a tiempo no habría necesidad de tantos reproches.—alegué a lo que había dicho, con mi ceño levemente fruncido.

—Bueno ya, no hay que discutir, mejor hay que apurarnos, ven conmigo—dijo esta vez con una expresión en su rostro más relajada, y dejándome ver sus hoyuelos al dibujar una sonrisa.

—Va—contesté con más confianza y me apresuré a ir con él pero de pronto él me sujetó de la mano, pocas veces había sentido la textura de una mano del sexo masculino, sin embargo me sentía bien ir con él.

Rápidamente bajamos por unas escaleras de piedra, él me ayudó para no tropezar y llegamos a un pequeño muelle, al estar allí vi muchas personas, en particular la mayoría en parejas, parecía que era un lugar muy romántico, por un lado habías personas con borbujeros, por el lado izquierdo había una terraza de piedras donde se cruzaban muchas luces suspendidas en el aire, era como estar en la historia de Rapunzel, por otro lado estaban los Morris Dance que con su música y alegría traían un ambiente aún más lindo al lugar, mi vista estaba pérdida en cada uno de los encantos que te ofrecía aquel sitio, era una mezcla de arte de todo tipo, los globos de cantoya en el aire, las luces de bengala y aquel aroma que provenía de la pequeña cabaña llamada:

—Luciérnagas—dije en voz alta.

—¿Qué?—cuestionó Tobías mientras desataba unas lías.

—El lugar—dije en dirección a la cabaña—Su nombre es...

—Lo sé, poco peculiar ¿No? pero dicen que todo en este mundo tiene un por qué, al igual que el nombre de ese café—agregó terminando de desatar las cuerdas.

—Y tú sabes el por qué de ese nombre—Pregunté por último.

—Si, pero, no te lo puedo decir hasta que tu misma vivas la experiencia.—dijo con una sonrisa, que de hecho era muy atractiva, era como si supiera destacar en la ocasión más oportuna sus mejores puntos característicos.

—Oh ya veo...—dije algo tímida mientras me llevaba la mano por el cuello con leve nerviosismo, es que su mirada era tan, profunda que era atractiva pero fuerte.

—Listo, Señorita, ¿Me permite?—dijo haciendo una reverencia y tendiendo su mano para subir a la lancha motora.

—Será un honor — sonreí y caminamos hasta el bote, primero me ayudó a subir y luego entró él, nunca antes había estado en uno, pero se sentía una sensación rara, era como estar tan cerca y a la vez limitada entre el cielo y el mar.—No sabía que sabías lidiar con uno de estos.

—Hay muchas cosas que no sabes de mi Stella—me miró y luego llevó su vista al frente y puso en marcha la lancha.

El sentir el aire fresco sobre mi rostro me hacía olvidarme de muchos de mis problemas, me hacía sentir que realmente habían muchas cosas las cuales aún quería disfrutar y conocer. En realidad la noche ya había embargado el panorama, pero no estábamos solos ya qué muchas más lanchas se aproximaban a buscar el mejor sitio de vista cuando el espectáculo nocturno iniciara, de repente el silencio se apoderó de nosotros, así que decidí tomar palabra.

—Oh cierto, casi olvidaba preguntarte algo.

—¿Que cosa?

—En realidad, ¿Cuántos años tienes? —pregunté curiosa.

—21 años—contestó tranquilamente.

—Oh ya, tú eres aún estudiante entonces...

—En realidad no, Entré de 16 años a la Universidad.

—Wow, pero que joven, parece que tenías prisa.

—No, en realidad me han obligado mis padres, así que por eso entré de 16, me he estudiado en un curso intensivo la preparatoria.

—Entiendo, aunque es ventajoso ¿No?

—Desde un punto económico lo es, desde un punto personal no lo es.—pero esto último lo ha dicho con molestia y con una mirada muy fría.

—Tobías...—estaba a punto de decirle aquello que tanta intriga me causaba cuando me interrumpió.

—Mira, allí, ese es el mejor lugar, el punto medio para ver la lluvia de estrellas, tendremos el asiento Vip para disfrutar de esta noche—sonrió mirándome como si de repente hubiera decidido olvidar lo último.

—Oh si, en realidad estoy ansiosa por verlo, oh cierto traje algo para ti.

—¿algo? y de que se trata...

—Cierra los ojos

—Ok, esto es algo infantil, pero por suerte estamos lejos de los demás

—Moví mi cabeza negando—tranquilo, no pienso ridiculizarte—Saqué de mi bolso una pequeña cajita negra y la puse sobre sus manos.—Un pequeño obsequio—sonreí—ya puedes abrir los ojos.

—¿Qué hay dentro?—preguntó  con mucha intriga.

—Míralo tú mismo.

De inmediato abrió la pequeña cajita, se trataba de unas mancuernillas plateadas que eran circulares y en el medio traían una nota musical, la verdad es que eran muy elegantes, y si algo las hacía especiales eran que se trataban de una edición limitada, mi abuela materna es una diseñadora de accesorios masculinos, y ella me ha ayudado a obtenerlos, por suerte no me los ha cobrado, pues ni siquiera mi ahorro me habría dado para pagarlas.

—Stella son muy lindas, nunca había tenido unas como estas y el diseño es muy elegante—dijo con una sonrisa, en su rostro se reflejaba que en realidad le había encantado.—Gracias, yo...en realidad no he preparado algo especial.

—¿Qué dices? esto es más que especial, me has invitado a ver las estrellas a bordo de un bote, y realmente es de los mejores obsequios que me han dado.

—Las usaré en mi próximo concierto.

—Espero tener la oportunidad de oírte.

—Esperemos que sí—dijo él, pero de repente la mini orquesta embargó el lugar con su suave melodía la cuál se unía al sonido de las olas del mar y el sonido emitido por el viento junto a las hojas de los altos árboles que se desprendían, muchas de las personas empezaron a acomodarse para ver el espectáculo que estaba a punto de iniciar.

—Tobías...te he buscado por muchos años—solté de repente mirándole

—¿Qué?—cuestionó con mucha duda reflejada en su rostro.

—Soy la chica que conociste en Dorchester, la niña de la feria que estaba ciega—Jalé de mi cuello la pequeña estrella que se sujetaba con una cadena y se la mostré—¿La recuerdas?

—Stella...yo...en realidad no puedo recordarte, en realidad no creo alguna vez haberte visto, venimos de dos mundos sumamente distintos.

—Lo sé, y en realidad te he conocido en la infancia, yo estaba vendada de los ojos, mi abuelo me llevó a la feria del pueblo, tenía un castigo por haberme cortado el cabello, tú me consolaste, y me invitaste a ver las estrellas, pero ese día sucedió una pelea en casa y mis padres me regresaron de nuevo a la ciudad, ese día te pregunté que si...

—Haber, haber, para, es mucha información, y aunque suene muy feo, Stella yo no te conozco, yo en realidad nunca te he visto.

—Tobías cuando te dije que me describieras como eran los churros lo has dicho tal cual lo dijiste en esa ocasión, tus palabras fueron las mismas.

—Stella, esa reseña está en Google—soltó de repente.

—¿Qué?

—Si, y puedo comprobarlo...

Mierda, como ha podido sucederme esto, Tierra trágame, no es posible que lo haya confundido, tiene que ser él. su cabello es crespo como el lo mencionó hace tiempo. tiene las test de piel igual, no entiendo...

—Que vergüenza—dije bajando la mirada.

—Realmente, lamento no ser el joven que buscabas, pero prometo hacer que veas las estrellas esta noche en recompensa de lo que no has podido ver en aquella ocasión—dijo con una sonrisa y golpeando levemente mi cabeza con su mano en forma extendida.

—En verdad lo siento Tobías, me he dejado llevar por una tonta intuición.

—¿Es tu amor de la infancia?—dijo como en burla.

—No, obvio no—dije ocultando que en realidad si lo era.

—Mmmm, entonces este regalo, quizá no me pertenezca ¿Verdad?

—Ah no, no, eso es algo que en realidad te estoy obsequiando muy a parte de no ser la persona que yo esperaba que fueras.

 —Stella, ¿en realidad cuantos años tienes?

—Ah pues... bueno tengo 17—dije con pena.

—¿Te digo algo?

—Vale.

—Tengo miedo—susurro.

—¿Sucede algo con el bote?—dije pensando que estaba roto o algo así. Pero inmediatamente él se comenzó a reír, como si yo le causara aquella risa.

—Tonta, me das miedo tú.

—¿Yo? ¿Es que acaso soy un monstruo?—dije molesta

—Mmmm, no, peor que eso.

—¿Qué? ¿Estás bien?—dije indignada e inmediatamente cruzándome de brazos.

—Eres menor de edad Bowen—dijo con un tono de alardeo.

Y en eso había algo de verdad, era muy mal visto que una persona mayor de edad saliera con alguien menor, por lo que probablemente se sentía con miedo, o tal vez solo bromeaba, pero entre bromas y bromas el tiempo se pasaba tan rápido que me sentía tan bien con su compañía, habían tantas cosas que compartíamos en común a como también cosas que eran sumamente desconocidas para mí, comimos botanas, brochetas, y brindamos con un vino de uva que no contenía alcohol. De pronto en el agua se empezaron a ver destellos de luces, como si fueran linternas marinas, y pasaban veloz mente formando figuras en el agua.

—Wow....que bonito ¿Qué es eso?—pregunté a Tobías—levantándome para ir a la parte baja del bote y poder asomarme de más cerca al agua.

—Son Luciérnagas Marinas—acotó el con una sonrisa, se puso justo a mi lado—y hay algo más

Trajo las luces de bengala y sacó su encendedor metálico y encendió una de las baritas—Ellas siguen las luces—susurró y sacó su mano al exterior del bote y comenzó a mover la barita—presta atención.

Aquel evento para mi era algo nuevo, nunca había oído hablar de luciérnagas marinas, y mucho menos haberlas visto, de repente me enfoqué en lo que Tobías hacía, y al observar algunos minutos me di cuenta que estas habían formado una estrella pues seguían la guía de la luz de bengala, enseguida saqué mi móvil del bolso y capturé aquella escena tan linda, en realidad todo esto era toda una locura que jamás imaginé.

Segundos después estas se volvieron a deformar, justo cuando la luz de bengala se apagó, ambos nos miramos, no pude evitar sonreí, saben es de aquellas ocasiones donde incluso tu sonrisa se siente tan involuntaria.

—Stella Bowen, tú eres una gran estrella el día de hoy—con delicadeza movió mi rostro hacia el cielo y justo la lluvia de estrellas inició, se veían tan cerca, que se sentía como si estas realmente cayeran sobre nosotros, era como sentir una gran conexión con ellas, pero lo mejor fue cuando Tobías puso la canción de "The Things  we did lad Summer" no sabía de sus gustos musicales pero este era bueno, y cuando parecía que era todo, a lo lejos aquella cabaña de madera salieron luciérnagas pero en realidad no eran las luciérnagas vivas si no pequeñas luciérnagas robóticas que se veían demasiado reales con campanitas que emitían un bonito sonido en el ambiente, no sabía ni siquiera a donde grabar, todo era tan bonito que hasta parecía sacado de un cuento de hadas.

—Es hora de que pidas tu deseo—agregó Tobías mirándome con una sonrisa.

En seguida miré las estrellas mientras el fuerte aire de la noche me envolvía y cerré mis ojos mientras podía percibir el aroma que venía en la brisa, no deseaba muchas cosas en realidad, pero mi deseo más urgente no era ambicioso más bien era emocional.

Una vez que terminé de pedir aquel deseo abrí mis ojos, y me encontré frente al rostro de Tobías, debo confesar que él provocaba una sensación extraña en mi que me era imposible controlar, no sabía en realidad que sentía él, pero creo que Tobías me gustaba a pesar de no ser el objetivo principal por el cuál había aceptado salir con él.

Repasaba con mi irada su rostro detallando cada uno de rus rasgos hasta que antes de poder decir algo más su rostro se acercó al mío, nuestras miradas seguían fijas, que antes de poder hacer alguna acción más, mis ojos se cerraron involuntariamente cuando Tobías rozó sus labios a los míos, no sé si lo que está sucediendo ahora mismo sea algo bueno, malo o juzgable pero la realidad es que no había marcha atrás.

Una de sus manos se direccionó a mi rostro mientras que su otra mano se posaba en mis músculos lumbares, el tiempo era como si fuera solo para nosotros, no puedo ni siquiera explicar como sucedió, simplemente fue algo que pasó como si nuestras almas se hubieran buscado por mucho tiempo atrás, segundos después abrí mis ojos y nos alejamos levemente, mi mirada inmediatamente se direccionó al horizonte tratando de no encontrarme con la suya pero me fue imposible pues el silencio lo rompió diciendo.

—Stella—dijo nervioso, tratando de encontrar alguna justificación quizá

—Tu deseo! aún no has pedido uno—dije tratando de desviar el tema para romper la tensión momentánea.

—Cierto, lo he olvidado—dijo nervioso y con una leve sonrisa que en realidad se notaba un poco fingida.

—Encenderé una bengala para ti—dije para disimular

—Oh si, eh, aquí tengo el encendedor.

—Gracias—dije tomándolo para encender la bengala, una vez que esta comenzó a destellar aquellas luces mágicas le dije—bien, cierra tus ojos y pide tu deseo—comenté con el rostro relajado tratando de darle confianza.

Pero de repente se ha quedado mirándome y ha dicho:

—Stella...¿Quieres ser mi Estrella?

La pregunta me dejó pasmada, en realidad no sabía a lo que se refería, e incluso me he quedado en silencio y mis labios se han separados de repente por la impresión que la pregunta me ha causado.

—¿Tu Estrella?

Cuando lancé mi pregunta él se río discretamente, me preguntaba si solo era una tonta broma o que le causaba tanta gracia.

—Quiero que seas mi estrella en el evento musical que habrá en un mes, ese es mi deseo—acotó mirándome.

Dios, por un momento sentí que la vida se me iba con tal propuesta, si, admito que me imaginé que era como algo tipo "¿Quieres ser mi novia"? Pero por suerte no lo a sido, pero estaba tan perdida en las conjeturas de mis pensamientos que he dicho.

—Si, acepto.—pero segundos después me he dado cuenta de mis palabras—Es decir acepto la invitación al musical, claro—dije con nerviosismo.

—No te habrás imaginado otra cosa ¿Verdad?—alzó una de sus cejas.

—No, para nada, no, cómo crees, en realidad estaba pensando en que—de repente miraba hacia abajo para distribuir mejor mis ideas cuando miro la hora en mi reloj—santos cielos, es la 01:00am!!—digo exaltada—mis padres me van a colgar.

—Cielos, si es cierto, es muy tarde, las horas se han ido demasiado rápido que ni siquiera lo he notado.

—Debo volver a casa antes de que mi madre ponga a todo el FBI distribuido en la ciudad.

—Tranquila, ya vamos.

El evento de las estrellas ya había incluso terminado, aunque las lanchas seguían allí, muchos pasarían una velada hasta el amanecer, pero no era nuestro caso, Tobías puso en marcha el bote y nos dirigimos nuevamente al puerto, en menos de  20 minutos estuvimos allí, justamente estaba bajando cuando una voz me ha sorprendido por detrás.

—Stella!!

—Ok, aquí fuimos ya.

"Tu mirada me ha sucumbido el alma, las estrellas lo han testificado y mis poemas al fin te han encontrado"-Tobías.

.

.

.

Hola mis Estrellitas, perdonen la demora, últimamente he estado muy saturada de tareas pero aquí está el capitulo 20, diganme.

¿Será que en realidad Tobías se ha olvidado de algo en su infancia?

¿Creen que ese beso a sido solo un impulso?

¿Y quién se esconde detrás de aquella voz al final del capitulo?

Los estaré leyendo, recuerden seguirme apoyando con sus votos y dejando unos comentarios sobre sus teorías. Los quiero mucho, nos vemos pronto, Saludos desde mi pequeño Ríncon,


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