
𝐶𝐴𝑃𝐼́𝑇𝑈𝐿𝑂 𝐼𝐼- ⭐𝑀𝑢𝑛𝑑𝑜𝑠 𝑃𝑎𝑟𝑎𝑙𝑒𝑙𝑜𝑠⭐
Sugerencia de música para leer este cap: Wallows-Are you bored.
Inglaterra, 2016. Tarde lluviosa en Oxford.
Tobías B.
"De cenizas están cubiertas las heridas que nunca logré sanar, y solo ellas, me devuelven al origen"
Volver a Inglaterra, es sentir una linda calidez con la que mi linda ciudad Inglesa me acoge, y aunque volver me hace bien, también es una tormenta interna, que me hace enfrentarme a mi mismo.
―Puedes detener el auto aquí―Le ordeno a Otoniel, quién es mi chofer desde algunos años.
El sabe bien que siempre que vuelvo del extranjero tengo una rutina. Aunque esta se ha vuelto casi una terapia, en los últimos tres años.
―¿Desea que espere por usted, o prefiere que le mandemos su auto?―Cuestiona ante mi última orden, mientras estaciona el auto.
―No hace falta, solo envía mi auto, voy a demorar un rato aquí―Dije finalizando nuestra breve charla para bajar del auto.
En el ambiente aún se percibía una leve llovizna, tomé el paraguas negro junto con algo más que traía para el lugar en el que me encontraba, ajusté las gafas negras que traía puestas y un suspiro fue mi impulso.
Bajo del auto, y acomodo la botonadura media de mi saco azul marino, y es entonces cuando Inglaterra me da la Bienvenida al dejarme abrazar por aquella brisa que acariciaba mi rostro, el aroma tan fragante de las magnolias que adornan los andadores de la avenida, eran un total deleite, aquella combinación creaba un armonico ambiente.
Pero la realidad es que a pesar de lucir lindo, solo era un campo lleno de los recuerdos de aquellos que se han ido un poco antes que nosotros.
Me adentro en las avenidas del Kensal Green, hasta que llego al lugar por el cuál estaba aquí.
―Ha pasado un largo tiempo, pero las cosas no han cambiado mucho por aquí <<Pensé con una pequeña sonrisa que en el fondo aguardaba tristeza>>
Bajo el paraguas, dejandolo a un lado, y me ínclino ante aquella lápida donde descansa el cuerpo de mi madre.
Repaso una y otra vez, la pequeña fotografía de su tumba, trayendo su rostro, recuerdos buenos a mi memoria.
―Esta vez, volví y resurgi de las cenizas, prometo que ahora; nunca más me apagaré―Deposité el pequeño ramo de Azaleas lilas que había traído como adorno, a la tumba, mientras un par de lagrimas se deslizaron por mis mejillas.
vagos recuerdos invaden mi mente, y aunque parecieran una eternidad solo han sido parte de unos breves minutos.
Me quedo un rato más meditando, hasta que el estruendo de un relampago es quién me alerta que una nueva lluvia comenzará.
Me coloco en pié para esta vez marcharme, hasta que mis pupilas se chocan con unas finas y delgadas ondas doradas y castañas que brillan con los leves destellos del sol que se oculta por las oscuras nubes que invaden el cielo.
<<¿Quién es ella?>>―me cuestiono para mi mismo, tratando de encontrar su rostro.
Sin embargo, me era imposible mirar más allá de su faz blanquecina.
Es el ladrido de Copo quién me ha sacado de mis pensamientos para hacerme recapacitar. Desvío mi mirada y mi travieso canino es quién esta vez me acapara.
―¡Hey Amigo! Ven acá―Me ínclino levemente para recibirlo, mientras este galopa con entusiasmo hacia mi.
Copo es un canino de raza Alaska, lleva tres años y medio conmigo, lo tengo desde que era un cachorro, y aunque al principio los perros no eran muy de mi agrado, Copo terminó adueñandose de mi corazón.
―¿Tu abuela te ha tratado bien?―emito acariciando sus orejas mientras que el me ladra y descarga su felicidad correteando a mi alrededor.
―La próxima prometo desheredarte niño malcriado―Es la voz de mi segunda madre, básicamente quién me crió, y me adopto, para darme la oportunidad de tener una familia después de que mi madre falleció.
―Perdón por no avisarte, quería que fuera sorpresa, pero ya veo que Otoniel no me ha guardado el secreto―me acerco a ella para ofrecerle un cálido y fuerte abrazo, depositando un beso en su frente.
―Casualmente, lo he pillado sacando tu auto de la cochera, por supuesto iba a darme cuenta.—dice con un gruño.
―Quería pasar antes a dejarle flores―bajo mi rostro, sé que ella es la mujer más comprensiva y amorosa que conozco, pero a veces es tedioso lidiar con la situación.
―Y eso me alegra mucho, a ella le encantaban las Azaleas―sonrié abrazandome por la cintura.
Después de unos breves minutos es Copo quién nos envuelve nuevamente en un lío, pero para mi buena o mala suerte, me ha traído hacia ella, la joven de los cabellos dorados.
―¡Copo! oye, muchacho travieso, suelta eso.―sentencio a Copo quién se ha robado el pequeño canasto de la chica.
Su rostro y semblante, reflejan una dulzura espampanante, su piel es como un terciopelo, y de aquellos labios gruesos y rosas, surge una sonrisa encantadora, que más tarde se vuelven palabras.
―Descuida, es inocente como un niño―emite para al fin atraparlo, y tomar de regreso su pequeño canasto.
―Perdona, de verdad, que esto nunca había pasado, Copo no suele ser tan indisciplinado con los desconocidos―digo avergonzado, sugetandolo de la correa.
Ella emite una leve risa pacifica para luego; acariciar la cabeza de Copo.
―Es muy lindo.
Su mirada se desvía hacia la salida, donde un auto blanco la parece esperar.
―Mucho gusto―extiende su mano hacia mí con una dulce sonrisa.
―Igualmente―contesto ante su cortesía.
―Portate bien niño lindo―acaricia una vez más su hocico―hasta pronto―sus delicadas manos emiten un adios para finalmente irse por la misma vereda por la cuál entró.
Pero por alguna razón su semblante empalagoso te dejaba con ganas de conocer lo que sus lindas pupilas probablemente escondían.
No sabía ni siquiera quién era, o si acaso era real, pero si de algo estaba seguro, era; que ella tenía algo especial.
―¿Todo bien Tobías?―preguntó mi madre quién se acercó a mí, minutos después.
―Sí, todo bien. Ha sido Copo, ha robado la canasta de una joven.
―Este perrinieto mío―hace una mueca molesta a Copo.―No tendrás regalos extras hoy.
―O tal vez sí― Una sonrisa se escapó de mis labios.—mirando a Copo para desviar una última mirada hacia el auto.
"La vida es muy misteriosa, y en ocasiones puede ofrecerte más de una versión que podría traerte felicidad, o el inicio de una nueva pesadilla"
La tarde se pasó muy rápida después de llegar a casa, mi madre ordenó que prepararan Enchiladas Suizas, mi platillo favorito, ella y yo conversamos un poco sobre mis nuevos planes en la empresa en la que estaba haciendo mi sevicio.
Y sí aunque mi personalidad puede parecer la de alguien normal, amable y cariñoso, la realidad es que, no todos la conocían.
Mi único propósito actual era; sentir placer, al devolver todo lo que me hacen a mí, sea bueno, malo, presente o pasado. Soy firme con mis promesas, no soy un hombre aleve con lo que prometo.
El amor y yo no somos buenos amigos, considero que mis actitudes caritativas solo se hacen presentes cuando realmente me conmueven el corazón las circunstancias que hay de fondo, aunque; admito, no suelo ser considerado con nadie, solo con mi madre, y aquellos que se ganan mi plena confianza.
Detesto que el mundo intente, saber todo sobre mí, pero es parte del precio que la fama y las riquezas te cobran, constantemente sacan notas sobre mí, así que mi reputación tiene dos personalidades; Uno, la que poseo por ser uno de los jóvenes empresarios más ricos e innovadores del año en Inglaterra, y sí, es un logro muy alto para solo tener 23 años.
Dos, la sociedad me odia, en su mayoria todos aquellos que en su momento tuvieron alguna relación conmigo y recibieron algún desaire de mi parte, justo así, se hicieron presidentes de mi club de haters.
Llegar a esta posición, me ha costado algunos sacrificios, de hecho no soy tan diferente al resto, creo que incluso tengo otras dos personalidades, la que realmente me pertenece, y la que demuestro; para encajar con las personas de mi alrededor.
Sin embargo, no me arrepiento de nada, ya que en el trabajo y el dinero, el amor no es una opción.
Acepto, no siempre fui así, y esto muchos lo relacionan con un lado oscuro, incluso es uno de los apodos que me han puesto, pero mi pasado en verdad no es tan oscuro, como parece.
Parte de ese abismo, tiene nombre, y se delimita en 3 letras: Lía.
Después de ella, mi filosofía de no caer en los enredos del amor me ha mantenido en píe.
Juré no volver a enamorarme como idiota, y prometí; que antes de abrir nuevamente mi corazón, cobraría toda mi ira, de lo que un día me hicieron, con la primer chica que se cruzara en mi camino. Entonces; sabrían, que Tobías Bowker nunca más, sería el mismo.
8:00pm Casa de los Hermanos O.―Sunmmertown, Oxfordshire
Mi lugar seguro sin duda era mi madre, pero el segundo era mi castillo invencible que compartía con mi hermano Adán, no de sangre, pero la vida nos juntó. Después de estar más de 8 meses fuera de Oxford, olvidé que mi oficina seguía con recuerdos viejos que debía tirar, iniciando por el maldito álbum rojo de fotografías que conservaba con Lía.
―Considero que deberías deshacerte de ello.―Es Adán quién esta vez se ha aparecido en mi oficina.
―Creí que te habías desecho de la basura―digo con un poco de serenidad.
―Quería hacerlo pero necesitaba esperarte para prenderle fuego.
Y sí, es un tonto igual que yo, amante del sarcasmo, mujeriego por defecto, rey de las mentiras y ambicioso hasta los huesos, así que no hay imposibles para él, mucho menos estando conmigo.
―Te extrañé un poco tonto―Esta vez nos estrechamos un abrazo fuerte mientras palmeamos nuestras espaldas.
―Yo también modelito de Garaje.
―¿listo para los nuevos planes?
―Ansioso, pero con miedo.
―El miedo no es una opción Adán.
―Lo sé, pero el miedo no es por mí, si no por tí, te necesito fuerte.
―Todo está superado―suelto con algo de frustración.
―Hermano, sinceramente, creo que necesitas curar tu alma y dejarla ir, no sé si este empeño tan arraigado con tu promesa, te sea eficaz o perjudicial, recuerda que si no sabes remar te hundirás.—Manifestó, Adán quién ahora sostenía una copa de vino, sentado en el sofá , mientras su vista se fijaba en los documentos que revisaba en su laptop.
―Adán, ¿Sabes la razón por la que aún no tienes novia, a pesar de tener un auto de último modelo, usar ropa de buen gusto y ser rico?—Cuestioné con una ceja levantada mientras fijaba mi pesada mirada sobre él.
―En realidad, lo sé, y para ser sincero, nuestra situación es similar, demasiado, para ser más exacto.—Confesó, con mucha seguridad, esta vez me enfrentaba con la mirada.
—De hecho hay una diferencia abismal, por qué yo no sigo atrapado en el tiempo como tú. ―enuncie con amargura mientras direccionaba mi vista y rostro levemente hacia la ventana que nos ofrecía una linda vista.
—Sí, de hecho tienes razón, no he logrado olvidar completamente a Isabela, y no me recrimino como un idiota, pensando en una tonta venganza, sabes perfectamente que Lía sigue siendo importante para ti, y aún así solo te empeñas en vengarte de ella—Esta vez sus palabras me habían herido.
Escuchar ese maldito nombre me ha hecho hervir, por qué después de todo, era una verdad que no me gustaba aceptar.
―No vuelvas a mencionar ese nombre frente a mí―Refuté furioso. Me he puesto en pie, de inmediato, y he arrojado la copa, aquella que tenía en mano, haciéndola trizas por el impacto que ha tenido contra la pared.
―Puedes hacer el berrinche que quieras, pero; al menos yo, no me ando por las ramas como tú.―Manifestó Adán.
―Sabes cuanto odio oír el nombre de ella―contesté, con algo de vergüenza, y arrepentimiento, pero a la vez mantenía el resentimiento.
―Ojalá, recapacites a tiempo, sabes que la respuesta está en ti, pero tu orgullo te ciega, sé que he metido la pata, pero tú también lo has hecho.― Emitió por último y salió de la oficina.
Odio discutir con Adán, por qué realmente es más que un mejor amigo, pero a veces los temas sentimentales, me hacen un loco compulsivo. Odio discutir, pero ya está hecho.
Me decido volver a casa de mi madre, para regresar cuando Adán y yo estuvieramos más relajados.
...
Conduzco a casa y al llegar, quién me recibe con algarabía y jugueteo es Copo, parece que aún fue ayer cuando corría haciendo destrozos por toda la casa, su nombre lo recibió por lo blanco que es, Copo es la única mascota que he tenido, y aunque su presencia me trae malos recuerdos, le he tomado mucho cariño.
―¡Ey!, muchacho, estás muy juguetón hoy.―expresé acariciando su trompa. Finalmente es Copo quién esta tarde me ha sacado una sonrisa.
―¿Qué es eso que traes allí?―detallo su collar con más atención.―¿Quién te colocó esto?―cuestino al encontrarme con un pequeño pasador color azul, como su color favorito.
Pero es inutil cuestionarle más, él no responderá.
Estuvimos un rato frente al televisor, como dos señores veteranos, mientras el comía su plato de croquetas, y yo un vino fuerte.
La sala de mi habitación se impregno con el aroma de mi bebida, pasando las 11:00pm subí a mi habitación, Copo, también se relajó mucho que se fue a su cama, una ráfaga de viento que me ha envuelto, es quién me ha hecho fijarme en que la ventana seguía abierta, y justo cuando me he acercado a cerrarla, me he topado con el pequeño buró, que contenía sobre su base, retratos donde aparecía con Lía, no evito más salir mi impulso, tomo los 5 cuadros y los arrojo al bote de basura que hay en mi habitación.
―Nuestros caminos, ya no son los mismos.―enuncio entre dientes con dolor.
La noche fue eterna. Pero por suerte, hay un sol que nunca decepciona.
Stella.
Al volver del cementario, subí a mi cuarto para darme una ducha refrescante cuando al comenzar a quitarme las prendas que llevaba puestas, me percaté de que mi broche azul, lo había perdido.
—Ay no— expresé en queja—perdí mi broche.—agregué arrugando un poco mi frente.
Día genial para perder el broche que tanto me gustaba, no era su valor lo que lo hacía especial, si no su significado.
—Ok Stella, ya sabes que a ti la sal te persigue. — <<Pensé>>
Vamos a pensar que no está del todo perdido, y ser positivos, mi padre siempre ha dicho; "Lo que es tuyo, tarde o temprano volverá a tí, aún estando al otro lado del universo"
Dejé salir un suspiro y me acerqué a mi ventanal, tomando entre mis manos una pequeña taza de café, que desprendía un aroma muy chocolatoso, y el sereno de la noche me envovlvía, para una sonrisa involuntaria surgir de mis labios, haciendome recordar, lo sucedido en el cementerio.
Por alguna razón, sentía que de algún lugar, conocía a ese joven, pero no lograba concluir en quién podría ser.
Solo puedo decir; que él realmente tiene un aura fuerte y fría que no puedes evitar querer indagar. Sin embargo la llovizna de esta tarde me impedía levantar con firmeza mi mirada hacia su rostro, y de igual forma, sus negras gafas, me lo impedían en gran parte.
Pero quizá este sea mi adecuado "Orión, el guardían de las estrellas" que tanto estaba buscando para describir en mi nueva historia, uno nunca sabe, quizá hoy he conocido una estrella, en un mundo totalmente paralelo al mío.
Sea o no real, estoy segura, que nada, ha surgido por casualidad.
"Hay corazones que aún buscan sanarse por sí solos, sellando toda brecha de luz esperanzadora que sea capaz de ayudarlos a salir de su propio mundo oscuro, sin saber, que todo el tiempo, lo que en realidad han estado buscando es una estrella, que los haga mirar nuevos universos"- Gab's
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