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XI




La cabeza me dolía demasiado, pero no había dicho ninguna palabra para no preocupar a Elliot, si lo hacía él impediría que fuera al entrenamiento y en verdad tenía unas inmensas ganas de asistir.

Pestañeé de nuevo por el sueño que tenía ganándome la mirada de mi amiga preguntándome que me sucedía, ni si quiera yo lo sabía y lo más probable era que estaba enferma.

En cuanto salimos de la clase Kat llegó a mi lado tocando mi frente y haciendo que me detuviera con una mirada de regaño a lo que yo no sabia qué responder, no entendía lo que trataba de decirme.

—Tienes demasiada calentura, así que será mejor que vayas a la enfermería. —ordenó y negué con la cabeza.

Existían dos razones por las cuales no podía ir y eran porque tenía  entrenamiento y en ese momento era cuando guardaba la nota en la mochila de Johan, si yo me encontraba con la enfermera no iba a ver nadie que la guardara.

—No puedo, tengo entrenamiento y si Elliot se entera me lo prohibirá. —respondí caminando a la siguiente aula intentando evitar a mi amiga, ella era capaz de convencerme de que tenía que ir, pero no podía.

—¡Jema Vance! —gritó captando la atención de todos los del pasillo, me giré para mirarla suplicando que no dijera nada. — Vas a ir a enfermería ahora o le diré a tu hermano.

Si alguien necesitaba obligarme a hacer algo esas eran las únicas palabras necesarias para que lo hiciera de inmediato. Elliot me controlaba también sin que él se diera cuenta.

Rodeé los ojos y empecé a caminar a donde me indicó Kat, iba acompañada por ella, pero no le dirigí la palabra en ningún momento y en cuanto llegué no pedí que la dejaran acompañándome, así que la enviaron a clases.

Por primera vez Johan no recibiría ninguna carta, eso me deprimía demasiado y en verdad no existía ninguna manera de que me dejaran ir a verlo, estaba demasiada molesta con Kat por eso.

No tenía idea de que podía hacer, miraba de un lugar a otro buscando con que distraerme, quería usar mi móvil pero para mi mala suerte lo había dejado guardado en la mochila, suspiré fastidiada por encontrarme en ese lugar y por estar enferma.

Decidí dormir un poco ya que no existía otra cosa que pudiera hacer, tenía un paño helado en mi frente y ya me habían dado el medicamento, solo era necesario que la calentura se me bajara.

En cuanto abrí los ojos la idea seguía en mi mente, pero tenía miedo de hacerla, podía ser que Katherine me matara por eso o de burlara de mí ya que había leído las notas y sabía que la chica que las enviaba estaba sumamente enamorada de Johan.
Seguí pensando si era algo bueno hacer lo que tenía en mente, era la única opción que veía.

Miré hacia los lados y estaba sola en la camilla, toqué mi frente y se bajo la fiebre que tenía, aún así seguía sintiéndome mal y solo quería estar tirada en una cama para dormir.
Fui por mi celular y vi la hora, solo faltaba una clase para que la escuela terminara ese día, tenía que llamar a Kat en ese momento. Así lo hice y no tardo mucho para llegar asustada y preocupada por su gran amiga.

—Necesito tú gran ayuda amiga que amo. —dije intentando dar mi mejor sonrisa con mi rostro todo machacado, estaba segura que salió horrible.

—¿Qué quieres? —preguntó rodando los ojos y dándome una sonrisa pequeña, mientras tomaba una silla para sentarse frente a mí.

Tomé aire empezando a temblar, tenía miedo hacerlo, pero era algo tonto porque Katherine era mi mejor amiga, ella sabía todo acerca de mí y seguía a mi lado apoyándome, tenía que hacerlo en esos momentos y no existía forma de retractarme.
Tal vez recibiría una cara de sorpresa para después escuchar sus carcajadas o que no lo creía, ni amiga era tan extraña que no tenía forma de saber cómo reaccionaría cuando se lo dijera.

—Yo soy la que le envía las notas a Johan... —empecé a hablar cuando Kat se levantó y empezó a brincar y cubrirse la boca para no gritar.

Imaginé que reaccionaría de muchas formas, pero jamás de esa, estaba paralizada y con una sonrisa en el rostro.

—¡Lo sabía! —gritó y la enfermera llegó a nuestro lado, diciendo que guardáramos silencio.

—¿Qué? ¿Cómo es que lo sabías? —interrogué curiosa y preocupándome que fuera muy obvia, volví a sudar y no porque estaba enferma.

—Jema te encanta Johan desde que eres pequeña y de repente él termina con su novia, una chica le envía notas y tú no te molestas para nada, eso es demasiado extraño. —dijo volviendo a sentarse donde estaba y yo seguía sin creerlo— , pero tranquila, solo yo lo noté, nadie más sabe.

En cuanto escuché esas palabras se relajó de nuevo mi cuerpo.

—Necesito que hoy en el entrenamiento guardes la nota en su mochila ya que no estaré ahí. —dije y apunté mi mochila para que la sacara de ahí, ella se dirigió al lugar y la buscó.
En cuanto la tuvo en sus manos la tomó como si fuera algo demasiado valioso, Katherine se encontraba demasiado emocionada al hacer eso y reí un poco al darme cuenta.

Johan:
El día de hoy no va para nada bien y me siento terrible, pero ¿sabes que es lo que lo mejora? Tú, escribir esta nota hace que aparezca una sonrisa en mi rostro.
Razón No. 11
Transmites felicidad en mí al solo ver una fotografía tuya o pensar en algo que viví contigo (y vaya que si me han sucedido), no se como lo logras, pero lo haces y es hermoso, tú siempre tan lleno de alegría que llenas a los demás de la misma forma o hasta más.

Tuvo que retirarse en cuanto la campana sonó indicando el fin de ese día de estudios, me abrazó diciendo que no me preocupara, que la carta le llegaría a Johan sin ningún problema.
No pasó mucho tiempo para ver cómo llegaban ambos chicos corriendo para verme preocupados, al parecer mi amiga no les había dicho hasta que salió de la enfermería.

Les sonreí, para tranquilizar a Elliot y decirle que me encontraba bien.

—Tenemos que ir a casa. —habló decidido mi hermano, pero él en verdad no podía faltar al entrenamiento porque era el encargado del equipo cuando el profesor estaba ocupado y ese día lo estaría.

—No, tú tienes que quedarte, yo te esperaré aquí. —dije acostándome en la camilla para demostrarle que no había problema en esperarlo.

—Jema no te pregunté, tenemos que ir a casa para que descanses mejor...

—Yo la llevo a la casa y me quedo ahí hasta que llegues, sabes que si no te quedas a entrenar el profesor te asesinara. —Johan decidió hablar por primera vez quedándome sorprendida por lo que sucedía, guarde silencio mientras que Elliot y su amigo discutían que iban a hacer, aproveché para enviarle un mensaje Katherine para que llegara rápido y guardara la nota en la mochila del chico.
Estaba segura que me iría a la casa con Johan y así sucedió.

Fuimos directo a mi habitación donde sin siquiera decir algo Johan encendió la televisión y buscó entre mis películas una para ver, yo solo lo observaba con mi rostro de enamorada sin si quiera poder quitarla.

En cuanto encontró una la puso y llegó a mi lado para verla juntos.
No tenía fuerzas de nada, por lo cual en unos minutos me quede dormida en el hombro del chico.

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