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IV




    Otro día más en la aburrida escuela es igual a otro día en que a mi amiga no le aburría hablar acerca de lo "perfecto" que era mi hermano, lo único que pensaba cuando decía aquello era en Johan o cuando Elliot pensaba declarársele. Mis peticiones fueron escuchadas.

-Elliot tranquilo.-dije riéndome al verlo tan nervioso, estábamos parados en el pasillo llamando la atención de los alumnos.
Mi hermano estaba cargando un gran ramo de rosas, mientras que yo trataba de arreglarlo para que se viera mejor.

-¿Y si dice que no?-preguntó asustado mirándome. Reí negando con la cabeza.

-Ni de loca te dice que no, le gustas-Le apareció una sonrisa en el rostro- y mucho.

Volteé a mirar hacia enfrente y miré a Katherine caminando hacia nosotros a un lado de Johan, ella se estaba muriendo por dentro.

En cuanto llegó le di un pequeño golpe a Elliot para que reaccionara y se acercará más a la chica que le gustaba, ambos estaban ahí sin decirse nada.

No entendía como Elliot había tenido tantas novias si con ella no podía pronunciar ninguna palabra, le di otro pequeño golpe.

-Kat llevo conociéndote mucho tiempo gracias a Jema-quería reírme ahí mismo ya que se encontraba tartamudeando. Las chicas que estaban presentes miraban la escena con tristeza- y después de tanto tiempo al fin me atreví a pedirte que saliéramos por un helado-río de nerviosismo al igual que ella- y hoy quiero pedirte que seas mi novia.

Los ojos de Katherine brillaban de felicidad, no respondió nada por unos segundos haciendo que mi hermano se muriera ahí mismo, pero después lo besó, él la abrazo por la cintura y todas se morían de envidia al ver eso (a excepción de mí).

-Si-susurró cerca de sus labios en cuanto se separaron. Elliot colocó sus manos en la cintura de su novia y empezó a darle vueltas emocionado.

Ver aquello me ponía sentimental, mi hermano y mi mejor amiga eran novios, eso era algo maravilloso y que me ponía demasiado feliz, miré a Johan que sonreía caminando hacia mí.

-Al fin son novios ¿no?

-Me enteré que se gustaban cuando Elliot la invito a salir-dije riendo por mi idiotez.

-No entiendo como no te diste cuenta si era demasiado notorio-escuchar que dijo eso casi provocaba que le gritaba que también era demasiado notorio que a mí me encantaba él. Gracias al cielo tenía autocontrol aunque me encontrara junto a Johan.

Me miró he invito a ir a caminar mientras se terminaba el receso, tenía oportunidad de preguntarle lo que había estado queriendo.

-Johan-dije su nombre con delicadeza y sin mirarlo- aún quieres a Sonia ¿verdad?

Se quedó callado pensando que responderme duró tanto tiempo así que llegué a pensar que no obtendría una respuesta.

-Si Jema, pero teníamos que terminar-respondió mirándome. Ambos nos fuimos a sentar a una banca que por suerte estaba vacía.

-Lo lamento-sonreí colocando mi mano en su hombro intentando darle apoyo- , si tenía que suceder eso significa que encontrarás al alguien mejor.

Y casi le gritaba que la indicada estaba frente a él, que siempre la había tenido y que no se había percatado de eso.

-Gracias por el apoyo, algún día la superaré-respondió dándome una sonrisa sin mostrar su dentadura.

Tenía tantas cosas que decir respecto a ese tema, pero no podía hacerlo. Si abría mi boca se enteraría que yo enviaba esas cartas, que me había gustado desde la primera vez que Elliot lo llevo a la casa y lo llené del queso de nachos gracias a los nervios que causaba en mí, la amistad que tenia llegaría a su fin y eso no lo podría soportar, de la única manera que tenía su amor era como una hermana y tenía que conformarme con eso. Lo peor de todo si él se llegaba a enterar que me gustaba era que mi hermano prohibiría que lo viera y hasta me cambiaría de escuela. Elliot era un completo exagerado.

Nuestra platica transcurrió con normalidad y diversión. Desde que mi hermano empezó a tener algo con Katherine Johan y yo habíamos empezado a convivir más, donde solo fuéramos dos. No sabía si alegrarme de ello o ponerme triste porque eso provocaba que me ilusionara, penando que algún día el chico de mis sueños fuera algo mucho más que un amigo.

El timbre se escuchó por toda la escuela haciendo que Johan me acompañara hasta la entrada de mi aula, me despedí de él con la mano agradeciéndole no verme dejado sola y caminé para sentarme en la última fila donde mi amiga ya me esperaba con una gigantesca sonrisa.

-Dime la razón de ¿por qué Johan te vino a traer hasta tu salón?-habló emocionada haciendo que estuviera más.

-Pues como tú te largaste con Elliot a besarse a otro lugar hicieron que Johan y yo nos quedáramos solos y nos fuimos a platicar.

Dio un pequeño grito junto conmigo al escuchar eso.

-¿De que hablaron?

-De idioteces cómo es costumbre, pero todo empezó porque le pregunté si aún quería a Sonia-Mi rostro se puso un poco triste al recordar su respuesta- y dijo que si.

Kat de quedó en silencio poniendo una mano en mi hombro.

-Algún día tu gran sueño se cumplirá o lo dejaras de amar, una de esas dos cosas deben de pasar-dijo dándome apoyo, levanté mi mirada para sonreírle.

Nuestra charla siguió acerca de ella y su novio, me platicó lo hermoso que era tenerlo a su lado, lo bien que se sintió cuando se le declaró frente a todos y me agradeció que lo haya apresurado a que lo hiciera. Cuando hicimos cambio de clase la platica cambio acerca de Johan, pero nos detuvimos cuando la maestra llegó pidiendo la tarea que había encargado y que no reviso gracias a que faltó, como sabía que odiaba su materia y nunca entendía nada hizo que me levantara a exponer una parte de lo que encargó.
Bufé molesta y mi amiga negó con la cabeza suplicando para que me fuera bien.

Empecé a explicar todo haciendo que mis compañeros se sorprendieran al igual que la profesora, estaba por terminar cuando alguien tocó la puerta y tuve que ir a abrirla.

-¿Está la maestra?-preguntó y asomó la cabeza haciendo que todas las chicas de mi clase lo miraran.

-Si.

-Dile que te deje salir, porque el entrenador te está hablando-dijo dándome una sonrisa cómplice que no entendía- y también a Katherine.

Afirmé con la cabeza y confusa fui a decirle a la maestra, como me había ido muy bien ese día en su clase nos dio permiso sin rechistar.

Johan nos esperaba afuera y rápido me puse a su lado, Katherine se quedó atrás tomándonos fotos.

-¿Para qué nos habla?-dije cuando casi llegábamos al gimnasio.

-Iremos a un lugar donde nos premiarán por jugar muy bien-dijo sonriendo-, así que Elliot y yo dijimos que no pensábamos ir si no iban ustedes.

Escuchar que él haya dicho eso logró hacer que no me importara nada y me lanzara a abrazarlo provocando que nos detuviéramos de caminar para que él lo devolviera. 

Llegamos al gimnasio y vi a mi hermano esperándonos sentados observando su celular, lo vi sonriéndole y caminó hacia nosotros. El entrenador llegó enseguida y lo seguimos para subir a su auto, la parejita no quería separarse haciendo que enviarán a Johan al frente.

Cuando llegamos los chicos se retiraron a un lugar donde debían de estar junto a su entrenador, mi amiga y yo nos quedamos sentadas en los asientos esperando a que todo eso comenzará.

Ese día no tendrían entrenamiento a causa de que se encontraban en ese evento, así que saqué de mi mochila la nueva nota y con cuidado de que mi amiga no viera la guardé en el mismo lugar de siempre; la mochila de Johan.

Johan:
El día de hoy no se cual razón de tantas elegir, es complicado, pero veamos.
Razón No. 4
Tus ojos. Cada vez que brillan de felicidad hacen que yo me ponga igual o cuando se ven llenos de tristeza me lleno aún más. Son perfectos y únicos, para mí son algo que no encontraré en ningún otro lugar, algo que se llenan de sentimientos y palabras que no dices.
Eres perfecto para mis ojos, espero que algún día lo notes.
Sencillamente por eso te amo.

-Y ahora llegó el turno de mencionar a los mejores jugadores de toda la ciudad-El presentador dijo aquello y los nervios y emoción me inundaron- Johan Miller y Elliot Vance.

Me levanté del asiento a gritar y aplaudir llena de felicidad.
Los dos se acercaron al presentador y les pusieron una medalla al igual que les entregaron una placa.
Ambos se posesionaron para su fotografía y vi a mi hermano llena de orgullo con unas lágrimas resbalando por mi mejilla, luego miré a Johan que me miraba sonriendo con much felicidad.

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