II
Química era la peor materia existente en todo el mundo y la maestra Roberta lo sabía, por eso nos había encargado demasiados deberes los cuales se encontraban arriba de la mesa,mientras intentaba entender algo, pero nada, cada vez que leía parecía que me estaban hablando en Japonés.
-¡Jema!-El gritó de mi hermano hizo que saliera un poco de mi mundo y subiera a su habitación.
Mientras iba camino por las escaleras me preguntaba para que me había llamado, pero luego recordé que Johan aún estaba en nuestra casa y tal vez la carta ya la había leído. En ese momento preferí volver con la química y aprender acerca de los electrones.
Estando frente a la puerta de la recámara sentí las náuseas llegar y querer salir corriendo al baño para vomitar. Abrí la puerta sin pedir permiso ya que eso era lo que siempre hacíamos y encontré a ambos acostados en la cama con la nota en sus manos. Esa situación no podía ser peor.
-¿Qué pasa?-pregunté sentándome a un lado de ellos-Necesito hacer mi tarea.
-Como si te importara tanto Química.-dijo burlón Johan quitándole la carta a su amigo y mostrándomela. Me hice la que no entendía, llegué a pensar que ya sabían que la autora de esa hoja era yo.
-¿Qué es eso?
-Una nota que apareció en la mochila de Johan.-respondió mi hermano sentándose bien al igual que el otro chico. Sentía que estaba sudando por los nervios, no existía forma que supieran que yo la escribí a menos de que hayan visto que la guardé en su mochila.
-Parece que las admiradoras ya te empezaron a llegar más rápido de lo normal-dije tratando de actuar normal y tomando la hoja en mis manos para leerla- , está chica si que te ama.
Lo miré a los ojos, esos ojos color
cafe que siempre me habían fascinado y después recorrí todo su rostro, para mí él era perfecto.
-El problema es que no dice quien la escribió ni nada, ni si quiera está escrita a mano para intentar averiguar la letra.-dijo Johan confundido y esas fueron una de las razones por las cuales no lo escribí a mano, Johan conocía muy bien mi letra al igual que Elliot.
-La chica es inteligente-dije sonriendo de que no me hayan atrapado- , suerte en encontrarla.
Cuando dije eso caminé para salir de la habitación y volver a terminar las tareas de la horrible materia que más odiaba, estaba por llegar al comedor cuando se me ocurrió una grandiosa idea para poder estar más tiempo con Johan (aunque casi siempre estaba con él).
-¡Johan! ¿Me ayudas con la tarea?-grité ya sentada en la mesa.
Él siempre me había dicho que cuando necesitará ayuda con alguna tarea y más con Química le pidiera ayuda y con gusto lo haría, que mejor oportunidad para que me ayudara que esa.
Escuché que alguien bajaba dándome a entender que era él, sonreí para mis adentros.
-Se me estaba haciendo raro que no pidieras ayuda-Se río y tomó asiento a un lado mío para empezar a explicarme todo y poder hacer los trabajos.
En cuanto terminé la tarea se despidió de nosotros para irse a su casa. No teníamos nada que comer y Elliot tuvo que mandar a pedir pizza, esperando a que llegara la cena empecé a preparar agua de sandia.
El repartidor llegó y nos sentamos en la sala viendo el mejor partido de nuestro padre en la televisión, cuando él tenía la edad de mi hermano, luego de ver eso decidimos ver la boda de nuestros papás. Era demasiado triste verlo, pero de esa forma los recordábamos.
Al llegar las once de la noche cada quién se retiró a su habitación porque al día siguiente tendríamos clases.
Como cada mañana de siempre, deje que mi cabello se secara a lo natural ya que era lacio por completo, me maquillé un poco y coloqué mi mochila en los hombros para ir a subir al auto donde me esperaban los chicos.
-Te pusiste el labial que me gusta-dijo Johan mirándome por el espejo, le sonreí afirmando con la cabeza.
Saqué de mi mochila unas manzanas que traía he hice que los chicos se las comieran porque nunca desayunábamos.
En cuanto llegamos los tres entramos juntos por la puerta principal, pero ellos dos se alejaron a su respectivo salón, mientras que yo caminaba con lentitud para llegar al mío solo porque la primera clase era química y aunque llegué a comprender todo lo que nos puso seguía odiando la clase.
-Jema ¿adivina quién me pidió salir?-dijo Katherine cuando yo estaba dándole un largo trago a mi botella de agua-Tu querido hermano.
No solo me ahogué al escuchar eso sino que escupí el agua al suelo salpicando nuestros zapatos y llamando la atención de las personas que iban entrando al salón.
-¿Qué?-hablé confundida sin creer lo que acababa de escuchar.
-Elliot me invitó a salir-dijo por segunda vez emocionada.
Eso sí que era una grande sorpresa para mí, nunca me imaginé que eso sucedería alguna vez. A mi amiga le había empezado a gustar Elliot en cuanto entramos ese año, pero no estaba loca por él del mismo modo que yo por Johan, solo que le atraía un poco o eso era lo que me había contado, pero al verla tan emocionada decirme aquello hizo darme cuenta que le gustaba y bastante.
-No lo puedo creer-dije mostrándome súper sorprendida. Sin decir nada la deje ahí y salí del salón sin importarme que la maestra ya estuviera por llegar. Saqué mi celular para ver en que aula se encontraba mi hermano-porque tenía guardado su horario-y en cuanto supe cual era salí en busca de él.
Llegué y todos se me quedaron viendo, era extraño cuando iba su salón, eran los más grandes de la escuela lo que provocaba que me incomodara. Lo localicé platicando con Johan y Connor, me quedé pensando que estaría bien hacer para que viniera hasta donde me encontraba.
Marqué su numero y se vio sorprendido al ver quien era la persona que le llamaba.
-Sal ahora-Le dije y se giró a verme dándose cuenta para que me encontraba ahí.
-Puedo explicarlo-Se defendió en cuanto nos alejamos del lugar.
-Pues hazlo.
-Katherine siempre me ha parecido muy linda-Me miró suplicando que no lo obligará a hablar-, así que ayer la llamé para decirle que si quería ir por un helado saliendo de la escuela y después pasear un rato por el parque.
-¿No me lo ibas a decir?-dije poniéndome una mano en mi pecho, actuando como si me hubiera dolido.
-No sabía cómo ibas a reaccionar-habló dándome una sonrisa- , estará bien, no te preocupes por ella.
-Más te vale Elliot, porque si le haces algo te mato-dije poniendo cara de ángel-, por cierto ¿quién me llevará a casa?
El maldito de Elliot faltaría a su entrenamiento de hoy para irse con mi mejor amiga a una cita y lo único que se me ocurría era que me iría con Johan a verlo entrenar y después me llevaría a mi casa, de tanto tiempo conocerlo nunca nos habíamos quedado solos a causa de que mi hermano era un sobre protector, pero al parecer ese día se le había olvidado todo.
-Con Johan-traté de esconder mi sonrisa- , de una vez lo amenazaré.
Cuando dijo eso Johan apareció caminando hacia nosotros como si lo hubiéramos invocado.
-Dice el profesor que ya entres a clases.
-Johan hoy saldré con Katherine a dar un paseo así que tú llevarás a Jema a la casa, ni se te ocurra hacerle algo-amenazó mi hermano a su amigo.
-Por supuesto que no le haría nada-dijo este sonriéndome divertido, negué dando una sonrisa del mismo modo.
Se despidieron y caminaron juntos a su clase. Cuando llegué a la mía la profesora seguía sin llegar y era gracias a que ese día faltaría.
Mi amiga me llenó de regaños por verla dejado ahí sola sin saber a dónde me había ido. Le platiqué todo y solo sonreía como una loca enamorada.
No entendía como no llegué a percatarme que ambos se gustaban si era más que obvio, pero siempre que estábamos los cuatro juntos solo podía mirar a Johan.
Del mismo modo que el día anterior la escuela terminó y caminé al gimnasio para ver y esperar a que Johan terminara de entrenar.
En cuanto me vio camino hacía mí para entregarme su mochila he irse a hacer lo que más le gustaba, no podía quedarme otra vez en las gradas porque se vería muy sospechoso, así que saqué la carta de mi mochila para meterla en la de él.
Johan:
Aquí estoy yo de nuevo...
Razón No. 2
Eres una persona que ayuda sin esperar nada a cambio, cualidad que muy pocas personas tienen. Tú la muestras y vas ayudando a cualquier persona que la necesité, por eso las chicas te aman, pero nadie más que yo.
Entré a la cancha para sentarme a un lado del entrenador que los miraba calentar y empezó a platicar conmigo.
Terminando, Johan se despidió de todos con rapidez y llegó a mi lado, tomó su mochila agradeciéndome por cuidarla y ambos nos encaminamos hacia su auto para que me llevara a su casa.
Eso parecía como si fuera su novia y me emocionaría, pero al darme cuenta que eso era una tontería me caía de la nube.
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