14.-Dilemas.
Cabizbajo, Camus caminaba delante de Milo que parloteaba sin cesar, el fresco día no le ayudaba en absoluto. Su amigo ignorante a su estado, seguía hablando y hablando, soltando de vez en cuando alguna palabrota como parte de la narrativa, ese día el mayor de los dos no se sentía de lo mejor.
Apretó los dientes cuando oyó a una pareja de turistas italianos hablar con sumo interés sobre Venecia y su historia, algo de esa ciudad le incomodaba de sobremanera aunque jamás en su vida había ido a visitarla peor había leído de su historia.
-me duele la cabeza-murmuró Camus deteniéndose frente a una imponente construcción-necesito un descanso.
Milo posó su mano sobre la frente de Camus que la apartó de un manotón, se sintió rechazado. El otro se odió por hacerle ese gesto despreciativo a su amigo de la infancia.
-a ver-se paró frente suyo cruzándose de brazos escrutándole con severidad-¿ qué te pasa Camus? llevas media hora ignorándome y me rechazas por que me preocupo por ti.
Alzó la mirada topándose con que se hallaban fuera de una iglesia, un sacerdote cuya edad oscilaba entre los cincuenta y sesenta años, se acercó presuroso agitando sus hábitos sacerdotales. Milo se apartó con respeto al ver al hombre que tomó de los hombros a su amigo que no se opuso.
-los noto atribulados mis queridos jóvenes-los condujo al interior del templo-¿puedo ayudarles?
" El padre Poitiers no lo miraba con repulsión como lo hacían los demás, él veía a un joven que simplemente había nacido de un padre que era diferente a cualquier hombre que pisara la tierra....."
Se sentaron en las bancas de madera de la iglesia mientras el sacerdote caminaba lentamente hacia el altar, de repente Camus palideció.
"Tu padre tiene un don, un don psíquico que permite conocer más a fondo a las personas, no lo considero un mounstro, simplemente ha desarrollado algo que nosotros aún no podemos....."
-tengo miedo Milo-se aferró Camus a las manos de su amigo que se alarmó ante el repentino cambio-veo cosas-cosas que ni siquiera he vivido....
-¡ oiga!-gritó Milo al sacerdote que se volteó con expresión bondadosa-¡ mi amigo necesita ayuda!
" Tú eres mi vida..... destruiré a todo aquel que te lastime.....", luego sus labios se posaron en un beso lleno de amor paternal.
Aterrado miró a su alrededor buscando algo con qué o cómo escapar, esas malditas visiones, sueños que lo atormentaban aumentaban cada vez que se acercaba su cumpleaños número quince. Ese hombre sin rostro aparecía en sus sueños cual vil ladrón y ahora últimamente un sacerdote....
-¡ maldición!-exclamó Milo.
-¡ muchacho!-reprendió el sacerdote.
-¡ perdón!, pero es que no sé qué le pasa a mi amigo-Camus temblaba y balbuceaba-¡ ayudeme!
-tenemos que rezar-se aprestó a persignarse-está perturbado y muy asustado- a menos qué..... ¡ Dios mío.....!
Camus entornó los ojos y se irguió en el asiento, una mirada extraña se dibujaba en sus orbes.
-¡ padre Poitiers! ¿ es usted?
****************************
Regresó al cabo de un tiempo a ese sitio que su padre consideraba sagrado, el mármol impoluto del suelo que alguna vez fue rociado de su sangre brillaba ante los rayos del sol que graciosamente se colaban por las hendiduras del techo del antiguo palacio carolingio. Cerró los ojos tratando de recordar lo que hizo, pero la barrera que su mente se colocaba, lo obligaba a no rememorar.
Por un lado se sentía libre, aparte que había sacado su verdadero carácter ese que ocultó bajo espesas capas de silencio y que nadie ni su propio padre descifraba. Todos lo tenían por un joven que aceptaba todo sin chistar y cuyo don era las lenguas muertas y todo lo que tenía que ver con historia universal.
-a veces me pregunto, si hay más dioses o cada uno los inventa-sus palabras resonaron en el silencio del palacio-tal vez soy agnóstico, pero tanto tiempo viviendo entre cosas de diversas culturas, creencias.... mejor me callo.
-eres un humano muy especial Aioros Agnia-Enid se presentó con su vestido díafano, su sonrisa pura e hinoptizante. El joven bajó la cabeza señal de respeto ante la deidad que caminó dando saltitos hasta llegar ante él.
-¿ viene a fulminarme?
La carcajada de la diosa hizo temblar los cimientos del palacio, Aioros frunció el entrecejo sintiéndose ofendido, por muy diosa que fuera no tenía derecho a jugar con sus dudas.
-jamás querido-tomó entre sus largos y finos dedos la barbilla del joven, rozó con su uña la piel de esa zona-tu vida es tan valiosa como la de aquel jovencito que ahora sufre por su anterior vida.
-¿ entonces?
Ella soltó la barbilla y con sus manos libres hizo un movimiento mientras las ahuecaba, una niebla blanca surgió de ese movimiento, cuando todo se aclaró se pudo visualizar muchas burbujas, algunas casi vacías y otras casi llenas y unas cuantas por la mitad. Aioros pensó que era la representación de las almas de cada humano, estiró la mano tratando de palparlas pero estas se escabulleron como agua entre sus dedos.
-observa-Enid agitó la visión, una burbuja en especial la cual brilló hasta enceguecerlo-ese brillo que expele pertenece a tu alma, y si ves tiene menos de la mitad.
Eso significa que aún te falta mucho para dejar este mundo....
-¿ donde queda lo que hice a Radamanthys?
-te diré esto..... venciste al mal con tus propios medios, cuenta como una buena acción- su sonrisa se ensanchó-Lertes no te vió porque vive fisgoneando la vida humana que considera interesante, así que vive tranquilo mi pequeño Aioros, nada te pasará.
-esas lindas palabras no me quitarán el remordimiento-refutó algo decepcionado.
Enid enserió su habitual expresión benevolente, Aioros lejos de ponerse a temblar sostuvo la mirada y fue entonces que la deidad pensó que tenía carácter, no era ingenuo, era despierto; digno hijo de Sisifo Agnia.
" Va a matarme esta vez", pensó.
No dijo nada Enid, simplemente en completo silencio se apartó de la presencia del joven que apretó los dientes incómodo.
Desapareció dejando una estela de perfume y estas palabras.....
" Te has ganado mi respeto, vive bien y que los ancestros de tu madre te bendigan hasta tu último hálito de vida."
-viviré como debe ser-dicho esto abandonó el palacio al que por última vez pisaría.
******************
-el curita dijo que no era eso mamá-replicó Milo luego de traer a un inconsciente Camus a su casa-¿ qué hace tu novio aquí?-señaló a Aspros que se acomodaba su camisa de mangas largas-¿ lo hicieron?
-shhh-lo calló ella nerviosa-¿ quieres un megáfono?
Milo alzó los hombros señal de que no le importaba los alegatos de su madre adoptiva, eso si no quería saber dónde habían estado porque Camus estaba echado en el mueble grande completamente noqueado.
-¿puedo hacer algo?-preguntó hacendoso Aspros acercándose a Kardia que se apartó deliberadamente de él-mejor cierro la boca.
Camus se removió gimiendo.
-¿ ves? debes llamar a la señora Carrie-se sentó en el mueble y tomó la cabeza de Camus en su regazo apartando los mechones sudorosos de su frente-se puso así desde antes de que entraramos a ese lugar.
Antes de decir algo, Aspros le extendió su celular, Kardia llamó a su amiga que en un santiamén llegó con el cabello desarreglado y su bolso mal cerado atiborrado de papeles. Tuvo que dejar abandonado a un importante cliente con el que cerraría una venta de un seguro médico, como madre preocupada ahogó un grito al ver a su hijo en estado de indefensión.
-no es un mounstro-murmuraba en sueños, arrugó el ceño y prosiguió-si me hacen daño probarán su ira....
-Camus-Carrie se lo quitó a Milo que miraba impotente ya que eso estaba fuera de su alcance-Camus, despierta, eso no es real.
Quedó en silencio, exhaló largamente para después abrir de a poco los ojos y enfocarlos en su madre que dejó escapar un suspiro de alivio.
-¿ por qué estás llorando?-preguntó él estirando los brazos para limpiar sus mejillas.
Ella no se había dado cuenta, se secó de un tirón las lágrimas mientras se sorbía la nariz, todo lo que Dégel le había dicho apenas el cumplió diez años se cumplía como una espantosa profesía.... ahora que Camus estaba por cumplir quince años, esas visiones se tornaban constantes y sólo ella con su amor podía paliarlas hasta que lleguen los veinte.
-ese sacerdote se parece tanto al de mi anterior vida-murmuró afectado-morí tan de repente y de esa forma-se incorporó-¿ dónde está él.....?
Él no podía verlo aunque ya había roto con sus dioses, debía esperar el tiempo.
-se que es mi padre, pero su rostro se me hace borroso ¿ por qué?
Le hubiera gustado decirle que era por desobedecer al destino tan cruel e impetuoso quitándole la vida antes que supiera qué hacer con ella. Pero respondió....
-no es real.
Él la miró confuso. Los otros tres eran meros espectadores.
-de acuerdo-pronunció las palabras lentamente-sólo que me gustaría saber quién es mi papá.
-otro día te comento sobre él, ahora-lo ayudó a ponerse de pie-vámonos a casa, te prepararé una copa de fresas con crema.
El terror loco desapareció de los ojos del adolescente, dando paso a un brillo travieso que se manifestaba cada vez que le mencionaban su fruta predilecta. Al pasar a lado de Milo le regaló una deslumbrante sonrisa que lo desarmó y provocó que su corazón se paralizara en el acto.
" ¿ Qué es esto que estoy sintiendo......?", pensó el otro muchacho.
Hasta aquí....
Al parecer ya hay indicios de un CamusxMilo.
Abrazos y cuidense n.n
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro