09 | win or burn trying
ix. ganar o quemarse en el intento
La primera prueba del torneo estaba a pocos minutos de iniciar y Cyrelle no sabía cómo lo haría para que los amigos de Harry Potter vieran que era inocente de lo que se le acusaba, que él jamás había puesto su nombre en el cáliz de fuego y de ser así, no lo hubiera hecho a escondidas de sus dos mejores amigos, pero era complicado, porque Harry tenía razón cuando decía que Ron Weasley era muy, muy terco.
── ¿Y qué piensas hacer? ── inquirió Gabrielle. Su hermana se hallaba en la enorme tienda de campaña junto a los otros tres competidores del torneo, así que estaban solo ellos dos en las gradas, esperando el momento e ideando un plan para ayudar a Harry.
No se lo debían y tampoco lo prometieron, pero Cyrelle estaba bastante aburrido, así que todo eso podía suponer una entretención para él.
── Realmente no lo sé... creo que podría intentar entablar una conversación con él. Sé que me conoce porque mi madre es curiosamente, amiga de su familia o de su padre, no estoy muy seguro.
── ¿Vas a arriesgarte a ser su amigo? Porque por lo que nos dijiste a Fleur y a mí, ese pelirrojo parecía estar enamorado de ti en vez de admirarte como aseguró Harry.
Cyrelle abrió la boca, indignado y entornó los ojos. Eso era completamente absurdo.
── Ni siquiera nos conocemos y nuestra única interacción fue aquella vez que hablamos la primera semana que llegamos a Hogwarts ¿Qué idiota se enamora de alguien que con suerte ha visto de pasada?
Bueeeno... Cyrelle no estaba muy al tanto de las idealizaciones y de que, quizás el efecto que él causaba y que, debido a su cuarto de veela podía ocasionar ese tipo de reacciones en las personas. Pero, lo que Gabrielle insinuaba podía ser falso, ella podía estarlo malinterpretando.
── ¡Ahí están los amigos de Harry! ── chilló la niña viendo a una muchacha morena y a un pelirrojo sentarse a poca distancia de ellos.
Cyrelle suspiró temeroso, pero dispuesto a ayudar a Potter como le había dicho el día que se sentaron junto a él en el Gran Comedor. Se levantó en dirección hacía él que se suponía, debía ser Ron y la chica cuyo nombre desconocía.
Tenía cara de Sophia.
── ¿Adónde vas? ── preguntó al ver como Gabrielle no lo seguía, sino que iba en dirección opuesta.
── Pues al baño ── contestó obvia ──. Tomé demasiado zumo de calabaza y creo que voy a...
── ¡Demasiada información! ── interrumpió el mayor ──. Ve, yo te guardaré un lugar junto a nosotros.
Y ambos se fueron por direcciones diferentes. Cyrelle estaba solo en la misión que solito se encomendó por hacer un estúpido acto de solidaridad ¿En qué estaba pensando?
── ¿Puedo sentarme con ustedes? ── preguntó, sorprendiendo un poco a la muchacha. Supuso que era por su inglés, el cual no era tan decadente como el de su amiga Fleur.
── Sí, no hay problema ── respondió el pelirrojo, sin dejar que su amiga lo hiciera. Relle sonrió y se sentó junto a él, rogando a quién sea que Gabrielle volviera pronto o quedaría relegada en otro lugar, con desconocidos o gente rarita de Beauxbatons con las que ella no interactuaba como para conocerlas del todo.
Aunque los raros eran ellos.
── Así que mi mamá es cercana a tu padre, ¿no es así?
Bien Cyrelle, elegiste el peor tema de conversación con un desconocido.
── Es cierto, te lo dije la primera vez que hablamos. No tenía idea de que no sabías que tu madre trabajaba en el ministerio, supongo que mi comentario esa vez fue muy... desubicado. No lo sé... ¡Por cierto! Ella es Hermione Granger, mi mejor amiga.
── ¡Qué nombre más bello! ── escuchó en francés. Gabrielle ya había llegado y se sentó junto a la chica ──. Je m'appelle Gabrielle et je ne parle pas anglais*
── Ella dice que tu nombre es bonito, y que se llama Gabrielle, pero no sabe hablar inglés, así que... ¿seré un traductor? Supongo ── dijo Cyrelle, dirigiéndose a Hermione. La morena sonrió, sintiendo menos desconfianza.
No iba a decírselo a él, pero cuando el muchacho se sentó junto a Ron, no sintió una buena energía, pero ahora era todo distinto. Quizás había juzgado muy mal a Cyrelle Canaveris; y es que Hermione siempre pecaba por ello.
── ¡Ya inició! ── chilló Gabrielle.
Cyrelle quería desconectarse, porque la voz de Ludo Bagman le parecía insoportable, así que comenzó a entablar una conversación con Ron.
── ¿Cuántos hermanos tienes? ── el pelirrojo lo miró, extrañado por esa pregunta ──. Yo tengo uno, pero se mudó hace un tiempo.
── Bueno, yo tengo seis hermanos. Mi hermana Ginny es la menor de todos, es la consentida de la casa.
Relle no sabía si era afortunade por tener solo a Missandei, pero era mejor un hermano que seis con los cuales compartir todo, inclusive el amor de tus padres. Cyrelle ni siquiera tenía eso para repartir entre su hermano mayor y él.
── ¡Vamos Fleur! ── gritó Gabri, levantándose para mirar mejor.
Esa maldita prueba solo haría que salieran incinerados, sobre todo la falda de Fleur o la mejilla de Cedric.
── ¿Sabes? Harry no se enfrentaría a un dragón por voluntad propia, a menos que su vida dependiera de ello. Y este torneo, en definitiva, no era para arriesgarse.
── ¿Qué quieres decir con eso? ── inquirió Hermione, olvidando que Cyrelle entendía el inglés a la perfección.
── Él no puso su nombre en el cáliz... y le debo una disculpa enorme.
Y Cyrelle ni siquiera tuvo que esforzarse en lograrlo, pero ahora no sabía si debía mantenerse cerca de Ron o como su padre, desaparecer. A los Canaveris siempre se les había dado bien huir, solo había que mirar a Missandei.
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