vi. debía ser una broma

── ¡Lo logré! ¡Fui seleccionada!

Los resultados del cáliz de fuego habían sido un tanto... caóticos y desastrosos debido a todo el alboroto que la gente hizo cuando el nombre de Harry Potter salió en un papel al poco tiempo de que se diera por finalizada la jornada de selección, pero no se podía esperar menos del chico que había estado en el ojo público desde que no era más que un bebé de poco menos de un año. A Cyrelle no le hacía ninguna gracia, pero no era ningún juez, no estaba allí para castigar a nadie y si Potter había puesto o no su nombre en el cáliz, era su maldito problema.

No era Cyrelle quien podía morir de forma trágica en un torneo mortal en medio de Escocia. Aunque lo peor que le podría pasar era que Fleur lo obligara a escuchar a Noir Désir cuando él prefería mil veces a Muse. Lo suyo no era lo nacional, por eso siempre estaba oyendo a Black Sabbath constantemente, porque si iba a ir en contra de su propio idioma en cuanto a música se refería, lo haría en grande.

── Eso es asombroso Fleur, si te soy sincero, estoy orgulloso de ti ── y sus palabras eran genuinas, no era de extrañarse. Todo lo que tenía que ver con las Delacour era muy real e importante para él.

Sí, Fleur era mucho más mayor que él y Gabrielle muy pequeña, pero la balanza se equilibraba con él, que era quien estaba en el rango de edad adecuada para unir a dos hermanas separadas por los años.

── ¡Gracias! ── su sonrisa se ensanchó mucho más y por primera vez en muchos años, ella se sintió feliz.

Una felicidad tan real y genuina que le sorprendía mucho, y a su vez, le aterraba porque lo malo siempre sucedía después de un instante tan llenador y alegre como ese. Típico de géminis esperar siempre lo peor.

── ¿Qué opinas acerca de lo de Harry Potter? ¿Crees que en verdad colocó él su nombre dentro del cáliz? ── aquello borró la sonrisa de la rubia.

── Bueno, para serte franca, es imposible al ser él menor de edad y dudo que alguien mayor haya sido su cómplice.

Cyrelle también creía que era poco probable, pero ninguno tenía pruebas para demostrar lo contrario y eso dificultaba más probar que Potter era inocente.

── Supe que su amigo pelirrojo estaba enfadado con él, tuvieron una pelea muy fuerte ── comentó Gabrielle, quien se había mantenido callada durante un lapso bastante extenso ──. Creo que siente envidia, por su forma de actuar al respecto sin creer una palabra de lo que Harry dice, es evidente que siente un poco de celos. Claro, si es el famoso Harry Potter que nuevamente se encuentra en las portadas de todos los periódicos, sobre todo en El Profeta. Cualquiera estaría celoso de su fama, pero ¿qué le envidian exactamente? ¿Qué es huérfano y que siempre pretenden matarlo?

── Les gusta la atención ── dijo Relle ──. Les encanta ser salvados y luego adoran quemar en la hoguera a su salvador, igual que en Salem cuando condenaron de forma injusta a muchas curanderas por envidia y otras barbaridades. Aquí en Hogwarts y en el mundo mágico nadie es distinto a los muggles de aquella época.

── Quizás tengas razón ── sopesó Fleur ──, quizás aquí les encanta jugar a la cacería de brujas y puede que Harry Potter sea Bridget Bishop.

── Por mi parte, creo en la inocencia de Harry, no importa que ni siquiera su mejor amigo piense que es un desgraciado y poco considerado. Los celos dentro de una amistad o cualquier otra relación no llevan a nada bueno.

Y lo decía la persona que se sentía celosa de que sus amigas sí tuvieran un padre presente en sus vidas, y que su existencia no fuera constantemente cuestionada por los demás.

── No entiendo cómo es que su mejor amigo no cree en su palabra, ni siquiera merece llamarse así cuando es incapaz de razonar y darse cuenta de que su amigo no haría algo como eso sin avisarle ── Fleur estaba enfadada con alguien a quien ni siquiera conocía ──. Gabrielle, ¿no fuiste tú quién dijo que oyó cuando el mismo Harry dijo que no estaba interesado en el torneo? Ahí está una prueba de ello, a él ni siquiera le llamaba la atención, así que esto es una estafa.

── O peor aún ── susurró Cyrelle ──, una trampa.

── Cyrelle, la señora que está allí se parece un poco a ti ── señaló Gabrielle, mientras su dedo índice apuntaba a una mujer pelinegra, alta y con mirar cansado. Unas diminutas pecas adornaban su rostro, igual que en el de Relle, como si siguieran una especie de patrón.

── Debe de ser una maldita broma ── farfulló el chico ── ¿Qué demonios hace Alten aquí?