iii. las mentiras de alten

── ¿Relle? ¿Qué es eso que debes contarme? ── preguntó preocupada. Cyrelle realmente no sabía por dónde comenzar, no acababa de procesar lo que ese chico pelirrojo le había dicho sobre su propia madre.

¿Qué más mentiras ocultaba Alten?

── Mi madre no trabaja en la división de seres ── soltó sin siquiera mirarla a los ojos ──. ¿Ves a ese chico? ¿Ronald Weasley? Un completo desconocido me ha confesado que mi madre es un auror. ¿Por qué mi madre me mentiría? Y no, un extraño no sería capaz de andar diciendo ese tipo de cosas si no son verdad.

── Pero Relle... ¿Y si se equivocó?

── ¡Mierda Fleur! ¡Dijo su nombre! No hay que ser tan inteligente para darse cuenta de que alguien que no te conoce no va a saber el nombre de tu madre.

── Tienes razón, pero tal vez debas hablar con ella, mandarle una carta o hablar con Missandei.

── Alten nunca responde mis cartas y Missandei lleva días sin escribirme. Da igual, no me interesa lo que ella haga.

Pero es que era su madre, claro que eso le importaba y demasiado. No podía ignorarlo, no quería hacerlo, necesitaba respuestas y estando en Escocia no iba a conseguirlas si su madre se encontraba a miles de kilómetros lejos de él. Ya no solo tenía que lidiar con ser una veela, ahora debía de averiguar por qué su madre era tan mentirosa y qué era eso que tanto le ocultaba a él, a su padre y a Missandei. ¿Por qué siempre tenía que ser así?

Los Canaveris también eran unos mentirosos.

── ¿Qué ocurre? ── preguntó la pequeña Gabrielle. Para ser una niña, realmente entendía muchas cosas del mundo de los adultos y adolescentes, pero prefería vivir en un mundo de ignorancia antes que adelantarse a sufrir de la misma manera en que su hermana o Cyrelle sufrían.

── Nada, no está ocurriendo absolutamente nada. Cosas de mi familia, nada importante.

── ¡Cyrelle! ¡Claro que son importantes!

── Para mí, ustedes son mis amigas, están fuera de esto. No necesito que me ayuden, sé lo que hago. Lo siento chicas, pero no quiero que sean parte de la mierda de mi madre. Alten me está ocultando cosas y las averiguare por mi cuenta.

Fleur se cruzó de brazos, refunfuñando mientras parecía echar humos por las orejas. Era algo exagerado, pero su cara estaba colorada y denotaba enojo. Lamentablemente, las cosas serían así. No iban a meterse en algo que para elle era importante y en donde no quería que se entrometieran a menos que Relle les pidiera ayuda.

── No entendí nada de lo que dijiste, pero está bien ── Gabrielle estaba confundida ──. Te quiero Relle.

El chico sonrió ante sus palabras y le dio un pequeño abrazo. Ellas dos eran las hermanas que nunca llegó a tener, ni siquiera Missandei se sentía como un hermano para él siendo que compartían la misma sangre. A veces personas que no tenían el mismo ADN llegaban a considerarse familia, porque una no se conforma realmente con las personas de la misma sangre.

Los lazos familiares de vez en cuando llegaban a ser más que solo sangre.

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Esa noche, Cyrelle le escribió una carta a su madre, de alguna forma se las arregló para encontrar una lechuza. Rogaba por una respuesta, no importaba cuánto se demorase en llegar.

── Te voy a tirar una silla ── murmuró una somnolienta Gabrielle a las dos de la madrugada en medio de un bostezo ──. Duerme.

── Tú también duerme Gabri ── susurró.

Pero ni siquiera durmió. Su mente una y otra vez reproducía la misma pregunta.

¿Qué era eso que su madre no le dijo? Debía de haber una razón para mentirle con respecto a su trabajo, porque el hecho de decirle que trabajaba para la división de seres y nunca estar en casa, era ilógico, a menos que fuese un auror y tuviera misiones que cumplir, ya eso sí que era mucho más creíble que cualquier otra cosa.

Alten Canaveris era una mentirosa, quizás Cyrelle lo había aprendido de ella al igual que Missandei que siempre ponía falsas excusas para ver a su propio hermano; su padre, al contrario, era una persona honesta que siempre iba con la verdad por delante. Por eso pidió el divorcio, por eso le dijo a Cyrelle que elle no podría ir con él y que lo quería pese a todo, porque su padre realmente no estaba para aguantar las mentiras de Alten.

Era una pena que las mentiras los hayan unido en un pasado y en el presente los haya terminado de separar.

¿Por qué debía mentirles a sus hijos? ¿Missandei lo sabía siquiera? ¿Por qué Alten le mentiría al hombre que alguna vez amó? O una pregunta mucho mejor, ¿Alten en verdad amó a su ex esposo como prometió una vez en el altar o también fue una vil mentira como las demás? ¡Dios! ¡Es que era una gran posibilidad!

Cyrelle comenzaba a dudar hasta de su propia existencia con una simple mentira porque los seres humanos tienden a sugestionarse y a montarse falsas ideas, películas que tal vez no son ciertas cuando descubren una mentira que podría ser el comienzo de una red de verdades ocultas en la superficie.

¿Qué más iría a salir a la luz?

AUTHOR'S NOTE
Friendly reminder de que Cyrelle también usa pronombres neutros, así que pueden referirse a él tanto en masculino como con elle <3