o. un torneo y un año no normal.

En la vida siempre hay cosas que son un poco más importantes que otras, según los adultos, pero cuando eres protagonista, eso no es así. Las cosas que son más relevantes de acuerdo con los adultos, pasan a segundo plano en el momento que pasas a ser el personaje principal; Cyrelle Canaveris nunca creyó que el torneo de los tres magos sería su cosa importante que dejaría de lado debido a su cuarto de veela. No lo malinterpreten, él ansiaba poder ver como alumnos de otras escuelas y, probablemente alguno de la suya, competían entre sí; pero saber que tus cualidades innatas son un problema mayor que ha traspasado las paredes de Beaxbatons no es lo mejor.

Y de vez en cuando decía la hermana mayor de Gabrielle Delacour ──Fleur── tenía varias consecuencias que podían afectarle de manera psicológica y física solo por un capricho de las personas que caían ante sus encantos, ella sabía lo complicado de su condición; tanto Cyrelle como la muchacha y la hermana de la susodicha, poseían un cuarto de veela en su ser.

Fleur había hecho una pequeña lista de contras que tenía ir a Hogwarts para el torneo siendo mitad veela:

A) Las personas comenzarían a alabarte como si de un culto se tratase, uno molesto, no sangriento como el de Charles Manson. B) Te ganarías enemigos solo por algo con lo que no pediste nacer, que era claramente, la magia de las veelas, su belleza y poder. C) Las miradas punzantes. Sabían que no era algo que se podía controlar con facilidad, pero era inevitable sentir incomodidad con todos esos ojos pegados a ellos.

Solo eran tres consecuencias. El único pro del que podían sacar ventaja era que, con su belleza sobrehumana, lograban manipular a las personas. Y no es que las hermanas Delacour lo hayan hecho, ni mucho menos Cyrelle, pero era algo a lo que podían recurrir si la situación lo requería.

── Ya saben, deben comportarse y dar una buena imagen para mantener la reputación de la academia ── Madame Maxime era un poco insoportable, pero no se podía hacer mucho ──. Ya si llegasen a entrar en confianza, podrían mostrar su verdadero ser.

── Me parece una idiotez ── susurró Cyrelle. No era como si a los alumnos de Hogwarts y Durmstrang les importase el comportamiento de los alumnos. Iban a un tonto y peligroso torneo, claro que la reputación no era lo importante.

── No te atrevas a decirlo en voz alta, sabes lo temperamental que puede llegar a ser Madame Maxime ── le recordó Fleur.

── Típico de aries ── murmuró Gabrielle.

Y se hubiesen reído, pero no querían recibir regaños por parte de la directora. Les agradaba, siempre le habían tenido un poco de cariño pese a su carácter un tanto explosivo, por así decirlo.

── ¿Es muy tarde para decirle a mi madre que me retire de Beauxbatons por un año? ── inquirió Cyrelle.

── No será tan malo, quiero decir, nos divertiremos mucho en Hogwarts. Además, está el famoso Harry Potter, es una oportunidad casi única para conocerlo y ver si es tan genial como dicen ── planteó Gabrielle entusiasmada. Tenía entre unos ocho o nueve años de edad, estaba realmente extasiada de viajar junto a la academia, su hermana y el chico que compartía un cuarto de veela como ellas.

── A veces creo que estás enamorada de él ── confesó Fleur con burla y añadió ─: ¡oh, mi hermanita se ha enamorado!

── No es cierto.

── Espero que realmente no lo sea, es un poco perturbador que tenga la misma edad que Cyrelle.

Las mejillas de la niña estaban rojas, pero por la furia que le causaba el hecho de que dijeran semejante estupidez. Ni siquiera conocía bien a Harry Potter como para decir que estaba enamorada.

── A veces eres tan patética, Fleur.

── ¡Gabrielle!

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De vez en cuando Cyrelle pensaba en una vida donde no era veela, se veía mucho más sencilla y normal dentro de lo que cabía. A menudo sentía que sus cualidades eran una maldición que, si te pones a analizar con detenimiento era también una bendición a medias. Su belleza podía usarse para la manipulación y si utilizara su persuasión para convencer a las personas, Cyrelle y cualquier otra veela sería un arma letal.

Porque manipular era algo placentero, no es que él lo haya hecho (y no quiero decir que yo lo haya llegado a hacer), solo había que mirar con más claridad para ver lo divertido que era jugar con la debilidad de las personas. Cyrelle creía que era una abominación, otros pensaban de manera distinta.

── ¿En serio tengo que ir?

── Sí, debes ir ── respondió Fleur ──. Necesito más apoyo del que me dan mis compañeras. Tú eres mi amigo, qué importa si no gano el torneo, sé un buen amigo y apóyame.

Y no estaba siendo exigente, Canaveris le debía muchas cosas a la muchacha, así que ir a ese tortuoso viaje en dirección a Escocia no era más que uno de tantos favores que debía de realizar para saldar todas las cuentas pendientes que tenía con la mayor.

── De acuerdo, está bien ── suspiró en señal de rendición ──: y sé que es tu último año, así que con mayor razón tengo que pagar todo lo que te debo.

── Tienes toda la vida para hacer eso ¿O piensas dejar de hablarme cuando yo termine mis estudios en la academia?

── No, claro que no. Eres muy despistada y torpe como para perder el contacto contigo, así que tienes que tener a alguien muy inteligente en tu vida.

── Por supuesto, necesita a alguien como yo ── afirmó Gabrielle causando una risa sin gracia por parte de su hermana ──. ¿De qué te ríes?

La mayor solamente negó moviendo la cabeza de un lado a otro. Era una relación de hermanas tan bonita y adorable. A Cyrelle le hubiese encantado tener hermanos, pero su padre se divorció de su madre y ella no volvió a hacer su vida. Honestamente, al chico le importa tres pepinos lo que esté haciendo su padre, ni siquiera tiene el mínimo contacto con su madre, de milagro y se ven en las vacaciones cuando Cyrelle no se queda en Beauxbatons para Navidad ──o alguna otra festividad importante── y cuando la mujer no está trabajando turnos dobles en el ministerio de magia francés para el departamento de regulación de objetos muggles. ¡Ni que fuese Arthur Weasley! Oh, espera, ¿quién es ese tipo?

En fin, parecía ser otro año más en la academia, pero si recordamos el torneo de los tres magos, realmente no lo era.