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Ariel

«¿Cómo me quebré el brazo?» piensa Ariel mientras camina a su casa «te acuerdas Ariana de ese sujeto que te dijo un piropo en el bar la otra vez, bueno me lo cruce a él y sus amigos, le di su merecido, pero sus amigos me pagaron, y así me rompí el brazo. Que genial hubiera sido eso, seguro que después ya no me vería como un simple amigo, pero no, me tuve que caer al pisar el jabón mientras me bañaba en el trabajo».

Ariel sigue caminando, dobla en la esquina a la derecha, en la próxima esquina a la izquierda, sigue recordando todo lo que habló con Ariana, hasta que ella vió la hora y se marchó. «Me encanta pasar la noche hablando con ella, lástima que amaneció, Ariana no le gusta perderse de ninguna clase por más que haya dormido una hora»

—Creo que perdí una oportunidad cuando la despedí, podría haberla besado— se lamenta, se detiene en seco, levanta los brazos y los baja de golpe, se queja, su brazo roto le da una punzada de dolor—¿por qué no me puedo animar a declararle mi amor?—Se mete en sus pensamientos de nuevo «creo saber la respuesta, es por Marcos, sé que aunque él no esté presente, todavía vive en la mente de Ariana, "brilla por su ausencia"»—debo parecer un loco parado en el medio de la vereda hablando solo—Ariel camina de nuevo. Su casa está más cerca, de pronto se queda hipnotizado viendo como abren un taller de autos, algo llama su atención, un sujeto, alto y muy flaco de overol azul manchado de grasa negra, le parece muy familiar. Este lo ve y se queda quieto.

Ambos se quieren reconocer, Ariel ve que el extraño dejó lo que estaba haciendo, camina en su dirección y le hace una seña a uno de sus compañeros que está preparando el taller para comenzar la jornada, a medida que él se acerca a Ariel, comienza a reconocerlo, debería tener 1.80 metros pero está un poco encorvado, pelo negro y largo, y sus ojos azules «Marcos ¿qué le pasó? se ve muy mal, Ariana cuando lo vea le dará un ataque»

—Hola Ariel, ¿Cómo estás?—dice Marcos extendiendo la mano, una mano descuidada y muy lastimada por el trabajo, ve también que sus brazos están delgados.

Ariel estrecha su mano y sintió el apretón—Hola Marcos, estoy bien y ¿vos?—suelta su mano y con mucho disimulo limpia su mano en el pantalón.

—Me alegra mucho verte Ariel, todo este tiempo estuve buscando una razón para vivir, y entre mis pensamientos siempre estuviste vos y te quiero agradecer el esfuerzo que hiciste en su momento.

—Para nada—lo interrumpe Ariel—Que bueno volver a verte amigo!! Aparte gracias a vos, conseguí trabajo y el departamento, por el mismo precio más espacio o no lo recuerdas, cuando nos conocimos no tenía nada, apenas podía pagar un alquiler de mierda.

—Todo lo hice por Ella, Ariel—hace un silencio doloroso—Ella te quería mucho, esto no quiere decir que no seas mi amigo también, pero cuando te conocí no lo eras.

—Ella Martínez—dice Ariel apartando la mirada de Marcos, mira el suelo y suspira —Fue una gran persona, siempre dispuesta a ayudar a todos, la voy a extrañar siempre, Marcos.

Marcos hace una sonrisa forzada—dímelo a mí, si no fuera por Ella no sería nadie, también es por Ella que hoy intento ser mejor que ayer.

—Todos lo intentamos, al menos yo lo intento. Pero dime Marcos, ¿Dónde estuviste todo este tiempo? — pregunta Ariel poniéndose serio.

— Eso te lo voy a responder a su tiempo, si quieres paso después de las 20 horas por tu casa, si es que seguís viviendo en el mismo lugar.

—Sí, sigo viviendo en el mismo Departamento, te paso mi número para que me avises cuando vas—dice Ariel y saca de una forma graciosa su celular del bolsillo.

—No tengo celular, Ariel, lo siento—interrumpe Marcos—Tengo pensado comprarme uno, cuando me den los números...— sigue Marcos con una sonrisa ahora un poco más natural— Mejor te voy dejando, tengo que ir a trabajar.

—Sí, bueno — Ariel guarda el celular de nuevo y le da un abrazo a Marcos y se sorprende por el olor a vino que lleva encima — Entonces te veo luego Marcos.

Marcos se aleja caminando y ahora se hace evidente el estado alcohólico que va llevando, que se aleja caminando entre tambaleos. Ariel piensa «ya no es tan atlético como lo recordaba, debe pesar unos 65 kilos, está muy flaco» lo mira hasta que ingresa al taller.

— ¿Estas son horas de llegar?— reprocha Micaela, hermana de Ariel, de 15 años de edad, sentada en una silla en el living/comedor, viste un short corto azul y una musculosa blanca, lleva su larga cabellera negra recogida tipo chongo, detrás de unos anteojos de grueso marcos negros, sus ojos azules y piel morena— No te olvides que prometiste llevarme de compras hoy— le reclama a Ariel y le ofrece un mate.

—Claro que no me olvidé Mica, después podemos comer algo por el camino— termina su mate en dos sorbos y lo devuelve—Tus cuidados me están saliendo muy caros hermanita—«está muy rico»— ¿Desde cuándo tomas mates?

Después de tomar mates y conversar con Micaela, Ariel se ducha como puede, todavía no se acostumbra al yeso. al terminar y ya vestido va a la cama y duerme dos horas. Lo despierta lo que él considera una pesadilla donde Ariana se olvida por completo de él.

Se levanta y va a la cocina, en el living/comedor se encuentra a Micaela mirando televisión sentada en el sillón con los pies cruzados, comiendo palomitas, cuando se miran, se saludan con una sonrisa.

—Dice mamá que mañana va a venir a comer—grita Mica antes que Ariel entre al baño.

—Espero que ya estés lista para salir y que tengas hambre— responde Ariel.

Ariel después de haber pasado toda la tarde con Micaela ya está a unas cuadras de su casa y recordó el encuentro con Marcos, lo mal que se veía y se lamenta de su penosa situación.

Decide ir al taller, siendo un poco más de las 17 horas, está seguro de encontrarlo trabajando. Primero deja a su hermana en la casa y se dirige al taller.

Cuando llega, no ve a Marcos por ningún lado, pregunta por él, a los que serían los compañeros, les molestó la pregunta y se les nota en la cara. Se acerca el dueño del taller, un hombre de unos 56 años, de pelo corto y cano, se para frente a Ariel y se quita sus anteojos, quedan colgando de unos hilos.

—Hola soy Julio, el dueño del taller, ¿Hay algún problema por el que estás buscando específicamente a Marcos?.

—Soy su amigo — responde Ariel— Lo vi ésta mañana en la esquina, y hace mucho que no lo veía— Mientras señala la esquina con la mano y ve que Julio se alegra.

—Sabes que conocí a Marcos en unas vacaciones en Brasil, mendigando por las calles, sé que está mal que te cuente ésto, pero es la verdad, resultó que solo quería regresar para Argentina—dice Julio y le hace una seña para que lo acompañe hasta el fondo del taller— No parecía tener amigos, me dio mucha tristeza, tampoco tenía donde vivir. Si eres el amigo conocerás el drama que vivió por culpa de su tío, ¿no?—Ariel asienta con un movimiento de cabeza—Pero cambió mucho, al mes de traerlo a Argentina, casi no trabaja, mis empleados creen que vende drogas para vivir todo el tiempo borracho—toma de los hombros a Ariel—espero que puedas hablar con él y que pueda ser más responsable, mira, pasa por esa puerta y al final hay una casa, es donde él vive por el momento. Tiene un casilla en Boulogne por lo que me dijo, aunque decide pasar las noches acá, para ahorrar en viaje, para mi esta bien, es como tener un celador en el taller.

—Que gran problema—dice Ariel sorprendido y se dirige a la puerta que Julio le señaló por donde vive Marcos.

El patio trasero del taller se encontraba muy descuidado, y en un rincón lo que parecía un galpón convertido en una precaria casilla. Ariel se acerca, el sol estaba en lo más alto, son las 18 horas, ya comenzaba a transpirar, quería volver a su casa y prender el aire acondicionado, pero la pronta aparición de su viejo amigo desaparecido hace más de un año, no lo deja cambiar de decisión, se acerca a la puerta de chapa verde muy estropeada por el óxido, al ver que no tiene picaporte y en su lugar una cadena con un candado colgando. Golpea suave la puerta, «¿Marcos estará durmiendo?» La segunda vez que golpea, la puerta se abre y un olor a humedad golpea su rostro haciendo que gire para buscar aire fresco, respira profundo y entra a la pequeña casa. Ve a Marcos durmiendo en una vieja cama de madera, la cual le falta una pata y en su lugar cuatros ladrillos, la casa solo tiene una ventana, con los vidrios sucios y una cortina de plástico mal cerrada, da dos pasos más adentrándose en la casa y siente que al olor a humedad se le suma el vino y la comida echada a perder, bajo la cama se ven varias botellas y cajas de vino, también un gran charco carmesí.

«no sé por qué entré, Marcos está viviendo muy mal acá» Ariel se estremece al ver que Marcos se mueve, se gira en la cama y da la espalda a Ariel, en ese momento cae una foto de la cama, Ariel se acerca en silencio para poder ver bien, en la foto se ve a Marcos y Ella abrazados, recuerda a Ella .... «esta foto la tomé a la salida del boliche, en nuestra primera salida como amigos, estaba Ariana también esa noche, debo tener la otro foto donde estamos los 4» donde conoció a Marcos y toda su facha, muy amigable «en ese momento yo no trabajaba y me ayudaban mis padres, recuerdo haberle contado eso, y él me dijo que me daría una mano, que Ella siempre le contaba lo maravillosa persona que soy y por eso me quería conocer, también Ariana quedó fascinada con Marcos y la escuché decir a Ella que es muy afortunada de tener a un novio como él, tan caballero, no recuerdo bien, pero... Marcos le hizo un piropo a Ariana con respecto a su belleza».

Ariel vuelve de sus recuerdos, siente la habitación fría y decide marcharse. Ve a su derecha, unos libros y periódicos sobre una mesa, bajo la única ventana, se para frente a la mesa, y lo que parece un gran desorden, se queda helado y con miedo, no puede creer lo que ve. Gira para asegurarse que Marcos siga durmiendo y ve que todavía se mantiene igual, « ¿Qué te pasó todo ese tiempo ausente amigo? "lo encontré durmiendo en una avenida en Brasil" si no fuera por Julio, el seguiría perdido en Brasil, Marcos no tiene ningún pariente cercano y su tío quien lo crió, todavía sigue prófugo por estafarlo».

Marcos sigue durmiendo, Ariel vuelve a prestar atención a los libros, y ve que son sobre rituales vudú, satanismo, magia negra. Ve recortes de periódicos que hablan sobre zombies y rituales satánicos. Ariel siente que todos los bellos de su cuerpo se erizan, toma un respiro y se compone, por un momento todos los olores habían desaparecido y un frío recorre su cuerpo, no lo piensa más y se marcha del lugar, sale de la precaria casa, cierra la puerta mientras mira a Marcos y recuerda el rostro amable y dulce de Ella.

—Si te viera Ella, en lo que te has convertido querido amigo—dice Ariel muy apenado « ¿Qué pasará con Ariana? ¿Le cuento sobre Marcos?, sé que tarde o temprano se cruzarán y le contará que me vió» pensó Ariel y siente culpa.

El día lo toma por sorpresa, no puede creer el cambio de clima que acababa de vivir, ahora un hermoso día de primavera y dentro de la casa de Marcos parecía el invierno más crudo.

Ariel casi sale del taller, hasta que lo toman del hombro, Ariel se voltea asustado y al ver que es Julio, vuelve a relajarse— ¿Pudiste hablar con Marcos?—toma un respiro—¿Viste la forma en la que vive?

—Disculpe, pero...—Ariel hace una pausa—Se encontraba durmiendo y no lo quise despertar—dice y ve como Julio saca su brazo.—Hace 4 meses que regresamos de Brasil, pero este último mes y medio no ha hecho nada productivo y espero que lo hagas recapacitar, que se ponga las pilas, si no, no me va a quedar otra opción que despedirlo.

—Apenas pueda hablaré con él, tenga paciencia, por favor—dice Ariel. Conoce a Marcos trabajando y sabe que él cuándo se lo propone, trabaja muy bien.

—Tiene pocos días para hacer las cosas bien. Desde hace poco tiempo se corre el rumor de que usa el local para vender drogas, o hasta de MOTEL.

Interrumpe Ariel—Gracias por todo lo que ha hecho por Marcos en estos meses señor, ya hablaré con él para que recapacite y haga las cosas mejor— dice y se marcha ante las miradas de todos los del taller.

Ariel ingresa a su casa y su hermana está en el sillón comiendo pochoclos mientras mira un programa de chimentos, la mira y sonríe.

La visita a Marcos los dejó fatigado, volvió caminando pensando en todo lo que vió y sintió, se sigue lamentando por la situación de Marcos y si no lo hace recapacitar, él perderá su trabajo y es más, se da cuenta que esto puede ser impactante para Ariana, que está triste por la separación de sus padres, sabe que tiene que postergar el encuentro entre ellos, hasta que Marcos esté mucho mejor y centrado en el progreso de su vida.

Son las 20 horas, en el departamento de Ariel, está Micaela cocinando unas tartas, y Ariel mira el resumen del partido de Boca, que es su equipo favorito, se encuentra en el sillón verde del pequeño living y provisoriamente su cuarto por las noches. sigue la melodía de la canción que tararea Micaela desde la cocina.

Suena el timbre del departamento, y de la forma en que pocas veces tocó Marcos cada vez que lo visitaba, Ariel se sorprende y decide contestar antes que lo atienda su hermana.

Micaela lo ve cruzar por la puerta de la cocina y solo levanta los hombros para seguir pendiente del horno. Se encontraba vestida con un jardinero verde militar y una remera negra, y el cabello recogido con una cola de caballo.

Marcos entra en el departamento.

—Me gustaría que dejes de llamarme Marcos, ahora llámame Vector— le dice a Ariel — ¿Ok? ya no soy Marcos, si no, Vector — Ariel ve que se molestó rápido. Pasan por fuera de la puerta de la cocina, Marcos sigue con la vista firme hacia adelante y no nota a su hermana frente al horno. En el living de paredes blancas, con un piso de cerámicas que simula a la madera, Ariel le ofrece sentarse en el sofá, Marcos lo mira pero decide seguir recorriendo todo con la mirada como si estuviera buscando algo, hasta que toma lugar en el sillón.

Ariel siente que Marcos se encuentra molesto por algo— ¿Cómo estás?

—Me encuentro bien—responde Marcos sin mirarlo «La frialdad de Marcos es muy incómoda»—en unos minutos Micaela va a terminar de cocinar unas tartas, ¿quieres comer con nosotros?—dice Ariel sonriendo.

Desde la cocina se escucha a Micaela—Mi tarta va ser la mejor que hayan probado en la vida— sale de la cocina y va a saludar a Marcos.

—Hola, yo soy Micaela la hermana de Ariel—dice muy amablemente Micaela, con una gran sonrisa.

—Él es mi amigo Marcos—lo presenta Ariel.

—Hola Micaela, soy Vector—responde Marcos muy serio mirándola fijo.

—Bueno, hola Vector ¿quieres agua?—dice Micaela, Marcos asienta con la cabeza.

Micaela se dirige a la cocina por el vaso de agua para el amigo de su hermano.

—Ariel, yo estoy de pasada, solo vine a preguntarte un par de cosas. Dale las gracias a tu hermana, pero no tengo hambre, te puedo aceptar unos mates si quieres.

Ariel asiente con la cabeza y se dirige a la cocina.

Mientras se dirige a la cocina, sale Micaela con un vaso de agua— ¿Qué vas a hacer en la cocina? —pregunta.

—Voy a calentar agua para unos mates— responde Ariel.

Pone la pava al fuego, nunca le gustó mandar y por eso lo hace él, en vez de pedirle a la hermana que ya se encontraba en la cocina.

—Bueno, espero que sea eso y no te metas con mis tartas— dice Micaela carcajeando.

Ariel se queda esperando a que se caliente el agua, piensa que cada día es más fácil usar sus manos, a los pocos segundos entra Micaela nuevamente a la cocina.

—¿Le pasa algo a tu amigo? — pregunta Micaela y lo aparta con la mano para mirar por la ventana del horno.

—Es Marcos, al que se le murió la novia hace más de un año y que después estuvo desaparecido del radar de todos.

—Me da un poco de miedo— dice Micaela muy bajo— Me preguntó si conocí a Ella.

—¿Qué le respondiste? —dice Ariel sorprendido.

—Le respondí que no se de quien me habla—dice Micaela, y que se cruza de manos y mira al horno— Hay tantas chicas en el mundo que no se a quien se refiere, ¿habla de Ariana?.

—Ella era el nombre de su difunta novia, y si, suele ser un poco confuso al principio, vos no te preocupes hermanita, solo está un poco cambiado.

—¿Y que, no piensa quedarse a comer?—pregunta Micaela sacando la tarta del horno.

—Ah, me dijo que está de pasada, tomamos unos mates, mientras tanto esperamos a que se enfríe y comemos ¿qué te parece la idea? —. Ariel sale de la cocina con el termo bajo el brazo del yeso y con el mate en la otra mano. Marcos lo mira fijo.

—Me contaron que me fuiste a visitar al taller— dice Marcos.

Ariel queda sorprendido, disimula tomando un mate hasta ir y sentarse frente a Marcos, se relaja, ceba otro mate y le ofrece a Marcos, éste lo sujeta y lo bebe. Marcos también se relaja. Y se recuesta en el sillón.

—Si hoy te fui a ver, pero me dijo Julio que vivías al fondo del taller «en una casilla» cuando fui para tu casa, golpeé la puerta varias veces y como no respondías me fui— ve que Marcos sonríe aliviado.

—Disculpas Ariel que no estaba disponible, fue una noche larga y cuando te crucé a la mañana iba directo a trabajar, pero estaba destruido.

—¿En qué estás pensando Marcos?—dice Ariel y espera una respuesta, lo que recibe es el mate y una mirada vacía.

Ariel se ceba otro mate, bebe en silencio. Marcos lo mira pensativo, se para y va a la ventana, sigue en silencio. Ariel le ofrece otro mate.

—No sabría por dónde empezar a contarte amigo, pero... no me llames mas por ese nombre, por favor—dice Marcos que mira por la ventana en todas direcciones y luego voltea para quedar de frente a Ariel —Fueron tiempos difíciles, sentí que estaba solo en el mundo, pero estabas vos, ayudándome y aconsejándome, el dolor era terrible y la angustia eran enorme—Queda en silencio, su mirada se pierde en la habitación.

Ariel lo mira «pobre y aun así siguió con su vida» — ¿Qué pasó Marcos?— terminó de decir el nombre y Marcos cambió la cara por completo, ahora Ariel lo vio muy serio y su mirada se concentró en él. Ariel sentía que su mirada pesaba y mucho «como me puede olvidar que ahora se hace llamar Vector, ¿Por qué le dije Marcos?» Ahora ya no está serio, pero su cara muestra que está disgustado, sus hombros se tensan, Marcos le da la espalda, queda frente a la ventana.

—Estuve recordando a Ariana, todo lo que tuvo que sufrir ¿todavía son amigos?—dice Marcos con angustia en la voz.

—Si... todavía somos muy buenos amigos—dice Ariel y ve que Marcos se pone la capucha del buzo, y gira.

—Debo irme Ariel— Ariel se apura porque Marcos se va directo a la puerta como huyendo de alguien.

—Espera no te vayas todavía, ¿hay algo en lo que pueda ayudarte?—dice Ariel.

—No te preocupes, voy a mejorar, nos veremos en la semana—Ambos salen por la puerta directo a la escalera y en total silencio, llegan al pasillo del edificio que los conduce a la puerta principal, Ariel se adelantó para abrir la puerta, cuando quiere saludarlo, Marcos sale apurado. Ariel va por detrás intentando seguirle el paso. Marcos toma a su derecha. Ariel lo mira desde la verdad y cuando se gira a su izquierda ve que está Ariana parada a unos 10 metros de ahí.

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