4
Heedo dejó su teléfono a un lado
confundida, caminando hasta la puerta
de su casa para abrirla y encontrarse a
Yeji del otro lado.
—Hola. —Saludo sonriente, logrando que
la de flequillo le correspondiera el gesto.
La menor se hizo a un lado y señalo la
camioneta a sus espaldas. —Traigo las
latonas.
—No me gusta la cerveza.
—No es para ti.
Heedo le lanzo una mirada molesta mientras
abrian la cajuela. —Muy graciosa.
Eran aproximadamente las 12 de la noche y ya habían muchas latas de cerveza en la mesa de su comedor, sin contar las dos botellas de vodka y la de whisky que están ya casi vacias.
—Yo digo.—Empezó Yijin, medio
borracho. —Que Eunji chingue su madre.
—Estamos chupando tranquilos, no
empieces. —Eunji le respondió, con el ceño fruncido y un poco altanera.
—Que alguien se lance por la coca. Ya no
hay. —Todos miraron a Jimin, quien
miraba el refrigerador desde diferentes
ángulos buscando el refresco que
claramente no hay.
—Vas. —Seungwan le tendió dinero a Heedo.
La de flequillo la miró indignada,
entreabriendo la boca. -Están tomando
en mi casa, ¿y me mandas a comprar a mi?
—Si.—Seunwgan respondió con indiferencia, no viendo el problema.-Ve y te compras algo.
—Va.—Heedo aceptó de inmediato,
parándose y tambaleándose al marearse.
Jiwoong se levantó y siguió a una medio
consciente Heedo. —Ahorita volvemos.
—¡Me compras unos cacahuates!
Heedo y Jiwoong caminaron en silencio por las calles. Probablemente no era muy seguro salir a altas horas de la noche, solos, pero no es están conscientes y claramente ya les vale madre.
Vieron las luces de la tienda y una pequeña fila salir de ella.
Heedo se emocionó al ver el establecimiento y troto hasta el lugar, pero Na torpe Heedo se tropezó con una piedra.
Ya veía venir el golpe, pero
afortunadamente cayó en un cuerpo que fue bastante amable al atraparla entre sus brazos.
—Cuidado.
Alzó la cabeza y sonrió ampliamente.— ¡Yurim!
La mencionada sonrió divertida, un poco confundida, pareciendole tierno como Heedo lucia bastante eufórica.
—Hola, Heedo. —Saludó educadamente, aún manteniendola en sus brazos. -¿Por qué luces tan feliz?
La de flequillo soltó pequeñas risitas, acercándose de imprevisto al rostro de la
bajita, dejando nerviosa por primera vez a Yurim, quien no sabía como reaccionar.
Sonrió tontamente por unos segundos. — Por nada.
Yurim pudo sentir el olor del alcohol en su boca. Sonrió un poco al descubrirla.
El silencio perduró a su alrededor por unos momentos, ninguna quería decir nada y Yurim no tenía intenciones de soltar a Heedo aún.
—Ya vamos. —Jiwoong apareció de la nada, con las compras en las manos.
Ambas parecieron reaccionar y Heedo de mala gana se despegó de los brazos ajenos.
El chico miró a Yurim y le sonrió amablemente, agitando su mano de forma forzosa gracias a las cosas en sus brazos.
—Hola, soy Jiwoong.
—Me llamo Yurim.
—Oh, eso lo se, Heedo ya lo había comentado.
La bajita alzó una ceja, sonriendo divertida. —¿No es bastante tarde para que esten andando solos? —Decidió cambiar el tema, metiendo las manos en los bolsillos de su short.
Jiwoong se encogió de hombros. —Ya nos vale madre. —Yurim negó con la cabeza mientras reia. —Aunque, si no te molesta, ¿podrías ayudarme con mi borracha amiga? —Hizo una seña con la cabeza.
Ambas miraron como la de flequillo se apoyaba en el hombro de Yurim con dificultad por la diferencia de estatura, con los ojos cerrados.
Miro de vuelta a Jiwoong con una sonrisa. —No hay problema.
Ambos mantuvieron una corta y amable charla mientras la alta procuraba que Heedo no tropezara y se mantuviera despierta, tomándola de los hombros o cintura y sacudiendola para que se mantuviera consciente.
...
He cambiado algunas cositas para que se acople más a ellas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro