Mi primer dia sin ti
P.O.V. Kylian
No tenia idea de si era una buena idea o si estaba equivocándome. Bueno, en realidad era lo que menos importaba en toda esta situación. Quería hacer mi vida de una buena vez, quería cambiar de una buena vez todas las estupideces que había hecho en el pasado.
Mi madre desde el otro lado de la habitación me miraba con cierto grado de culpa y pena en su mirada. No podía decirme nada, no podía hacerme cambiar de opinión puesto que yo era una persona muy obstinada y además mi vacante a la universidad me estaba esperando, estaba lista para que la recogiera y listo. La habitación la había conseguido en menos de un segundo por los amigos que había hecho en el centro.
-¿estas seguro de lo que harás? – pregunto mi madre con la voz entrecortada. Tenia un pañuelo blanco en la mano, llevaba los mismos lentes de hace dos años y tenia la misma manía de clavar las uñas a sus palmas.
¿realmente quería hacerlo? ¿realmente estaba dispuesto a arriesgar todo lo bueno que había hecho en mi vida?
Ella me habia sacado adelante, ella habia hecho de mi vida una mejor, ella me habia dado la oportunidad de nacer una vez mas.
-necesito un respiro de todo esto – dije sin más. Me levante del sillon y salí de la casa. En otra oportunidad habría estado mas que alegre al pisar un pie fuera de casa, sentir aquel aire de que ella se encontraba junto a mi, que nada le pasaría. Las cosas habían cambiado demasiado desde la ultima vez que había puesto un pie fuera de la casa por ejemplo la ultima vez que habia salido de casa por mi cuenta habia terminado encerrado por dos años en un centro de rehabilitación. Ahora era diferente.
Detuve mi caminar ante la primera grada y simplemente observe lo que tenia delante. Sentir el aire a libertad era una de las cosas que me encantaban, sentirme otra vez vivo era lo que aun practica e intentaba, pero en aquellas alturas de mi vida estaba conforme con sentirme libre después de dos largos años.
Una pequeña sonrisa se asomo en mi rostro, levante la mirada al cielo y grite lo mas fuerte que pude. No me importaba que la gente escuchara, quería que ella lo oyera donde sea que estuviera, donde sea.
-¿hermano? ¿eres tu? – pregunto alguien sacándome de mis pensamientos. Aquella voz la conocía a la perfección. La sonrisa en mis labios creció aun mas al confirmar que en realidad si era Jace.
Corri a su alcance. No entendía porque rayos se encontraba allí.
-¿Cómo estas? – pregunte acercándome a darle un abrazo. Había cambiado demasiado, ya no era el puberto que me ayudaba en todas mis aventuras para conquistarla.
- pensé que no te volvería a ver ¿Cómo estas? – pregunto sonriendo.
-tuve algunos problemas, pero bueno ya volví después de tanto. – respondí tratando de sonar no tan alividado. Aun no estaba preparado para decirle toda mi historia.
-tu madre me dijo que te habías ido por una beca. No lo podía creer, después de todo lo que habia pasado, pero bueno, esas oportunidades no se aparecen dos veces – dijo Jace sonriendo.
- ¿Qué? ¿Cómo te enteraste? – pregunte sin entender un carajo de lo que me hablaba.
- como cada sábado fui a tu casa a buscarte para salir a jugar o caminar con el grupo, pero tu madre me dijo que no estabas, al sábado siguiente fui y recibí la misma respuesta. Me tardo seis meses saber donde estabas – dijo Jace soltando una carcajada. Le di una palmada en la espalda con una sonrisa de lado.
Al parecer mi madre se habia encargado de hacerme el trabajo mucho mas fácil. No me gustaba mentirle a uno de mis mejores amigos, pero emocionalmente no me encontraba dispuesto a contar lo que me habia sucedido.
La mentira de la beca no era un completo disparate. Tenia algo de lógica en realidad.
-¿Qué haces? ¿vives por aquí ahora? – pregunte cambiado de tema. Jace asintió.
-soy tu vecino en realidad, me mude hace un año a la casa de mis tios, pero sin mis tios. – respondió señalando la casa de color azul que se encontraba al lado de la mía.
- ¿asi que ahora somos vecinos? – dije sin poder creerlo. Asintió.
- ¿adivina que? Las chicas aquí se ponen cada vez mas buenas. Imagínate que Naty ya no es la niña que te perseguía con todos los frenos salidos y ese aparato que tenia para mejorar la dentadura. – dijo Jace señalando la casa de Naty. Ella era menor que yo, tenia la edad de Jace y a pesar de ser pequeña estaba obstinada con que quería ser mi pareja de baile de promoción. Era una niña y yo no me fijaba en ella. La historia típica.
- ¿Cómo esta? Espero que mejor. – respondí al recordar las cartas que enviaba cada semana sin falta contando donde me había visto.
- ahora nos juntamos con ella. Seria bueno que vayas para ver a todos y contarnos como es eso que te fuiste a Berlin – dijo dándome la mano para despedirnos.
-¡ire! – grite al verlo alejarse.
- ¡todos los días a las nueve, en el mismo parque! – grito justo antes de entrar a su casa.
Volví a la mía una vez que estaba mas calmado. Joder, tenia que ir a la universidad, pero esta noche definiría si me quedaba en casa o me iba a las residencias.
Mi madre al verme se limpio las lagrimas, odiaba verla llorar, me sentía mal por ello y me culpaba siempre por ello, pero no había forma que pudiera evitar ello. Bueno si, pero siempre era el mismo circulo vicioso.
-¿Qué haces aquí?- pregunto ella mostrando una sonrisa temblorosa. Algo se revolvió dentro de mi.
-ya termine de caminar- me limite a responder. Me senté a su lado y la abrace.
- me encontré con Jace. – dije al cabo de unos segundos. – me dijo para encontrarme con él en la noche como antes. –
-¿jace? Es un buen chico, pero sus amigos no solo son tanto. – dijo ella.
Era mentira. No sabíamos. Ninguno de los dos había tenido noticias de Jace por más de un año así que no lo conocíamos, de experiencia propia sabia que las personas cambian en menos de un años.
-pero ire, todo será como antes mamá y al parecer me quedare a vivir aquí, pero quiero asistir a la u – dije esperando que ella respondiera. Los ojos de mi madre se iluminaron como si le hubiera dado la idea mas genial de todo el mundo.
- ¿de verdad? – pregunto ella sin poder creérselo.
- hoy conoceré a los nuevos del grupo y creo que será mejor que me aclimate aquí que es un lugar conocido a que vaya a otro sin conocer absolutamente nada. – respondí. Ella asintió.
-era lo que te estaba explicando. – dijo ella soltando una pequeña risita.
-ire en unas horas, pero podemos hacer lo que tu quieras mientras me quede aquí – dije dándole un beso en la mejilla.
Ambos nos levantamos y fuimos a la cocina. Odiaba cocinar, pero de pequeño a mi madre y a mi nos gustaba hacer postres mientras esperábamos que mi padre volviera de trabajar. Es obvio que el volvía mas que tarde alcoholizado, pero el momento previo era una de mas mejores sensaciones del mundo.
La tarde transcurrió mucho más rápido de lo esperado y de un momento a otro la noche llego. Nos encontrábamos en el comedor comiendo las galletas que acabábamos de comer riendo de nuestras vidas. Solo la tenia a ella y la cuidaría con mi vida entera.
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