Casi 100K (Especial)
Me prometí que no me pondría ñoña pero ¿qué más da? es mi bebé.
Estoy muy, muy feliz de que hayamos alcanzado tanto en tan poco tiempo. Debo decirles que estoy muy sorprendida pues esta cosita hermosa solo tiene 1 año al aire y está casi en 100K de leidas. Les juro que cuándo lo subí no esperaba que sucediera, en verdad un día me levanté y tenía como 1K, luego 2, luego 10. Como pólvora se esparció y explotó de una forma maravillosa. Me he enojado mucho este año con algunos comentarios, pero también he encontrado muchos comentarios hermosos que calientan mi corazón y acarician mi orgullo como a un gato mimoso.
Esto tal vez les suene un poco arisco pero este especial más que por ustedes es por nosotras. Es un regalo para mi y mi beta por haber alcanzado tanto en tan poco, y un extra para ustedes por hacerlo posible. Espero de corazón que lo disfruten y que tengan un muy bonito y feliz año nuevo.
PSD: Sigo esperando los sacrificios.
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—¿Qué diablos...? —Bipper se gira y frunce el ceño ante las ondulaciones de colores mientras se eleva y sale por la puerta.
Sus ojos caen en los demonios que se retuercen en el suelo como si hubieran sido electrocutados y luego van hacia arriba una vez más, de forma difusa puede ver algo similar a una sábana transparente cubriéndolos formando un domo. Mira a su alrededor y la misma estructura se presenta en cada esquina; se acerca a la parte más cercana, alarga una mano y toca la superficie.
En cuanto tocan la barrera siente una corriente eléctrica recorrerle traspasando su cuerpo, que se concentra en su mente y fractura el Escape Mental de Dipper haciendo el dolor mucho más físico para el demonio como nunca lo había sentido en su existencia. Algo malo ha pasado, pero no tiene explicación para la sensación de asfixia ajena a él que drena su energía hasta expulsarlo de golpe de la mente del castaño que cae inevitablemente ante la ausencia de los poderes del demonio. Bill se observa ignorando lo más posible el terrible dolor en toda su triangular forma, debe reponerse lo más pronto posible y sabe exactamente dónde.
Debe regresar a su universo sin duda, siendo un ser de caos el de Gravity Falls no lo sustenta ahora y desde el cuerpo de Bipper no había tenido la misma facilidad para extraer la esencia de lo que causaban sumado a que toda su energía estaba concentrada en el trato que había realizado con Dipper. Bufa molesto y baja la vista hasta encontrarse con la de Dipper que le observa desde el lomo de Zanthar.
Haciendo un enorme esfuerzo que requiere casi toda la energía que le queda regresa al cuerpo de Dipper dónde podría recuperarse lo suficiente para irse a su propia dimensión; siente a Dipper moverse por si mismo masajeando sus sienes, así como su conciencia dar un rápido vistazo al destrozado estudio, olas de molestia le sacuden y gruñe.
''Preocúpate por eso luego'' masculla apoyándose contra el escritorio, su ojo fruncido y su amarillo ser tornándose rojo.
''¿Qué demonios pasó Bill?'' el yo espiritual de Dipper se materializa frente a Bill con los brazos cruzados y el odio profundo hacia el maldito dolor que sacude toda su espina grabado en su rostro.
''¿Tengo cara de saberlo Pino?'' responde molesto componiéndose lo mejor que puede, su dolor sumado al de Dipper no parece estar ayudando en lo absoluto.
''Se supone que lo sabes todo'' Dipper camina hasta él recorriendo los libros en un muy inútil intento de olvidarse del dolor.
''Dame un minuto niño'' el demonio se sienta en el escritorio y masajea los bordes triangulares de su rostro ''Sea lo que haya sido eso, ha absorbido mucha de mi energía, debo volver a mi dimensión''. Los demás deben estar tan doloridos como él seguro, pero al ser inferiores a su ser no necesitaban la misma cantidad de caos que él sí; malditos zánganos, piensa, su inferioridad y el propio poder de Bill es la razón por la que podían mantenerse en su forma física en el lugar aún.
''¿Por cuánto tiempo?''
''El que sea necesario. ¿Debo decirte que estás a cargo?'' Bill flota y con la poca fuerza que le queda invoca su portal, debe averiguar qué demonios pasó y resolverlo rápido.
''Obviamente, no''
Asiente a las palabras del castaño y desaparece por su portal; casi inmediatamente siente una mejora por lo que se deja llevar por la propia energía de su universo carente de cualquier tonta dimensión o ley física como en el universo humano. Ah, tontas criaturas, piensa para sí mismo riendo ante algunos seres creados por el caos innato del lugar, los humanos no podían comprender la belleza y libertad que ofrece el caos, de hacerlo rogarían de rodillas que tomara su mundo. Idiotas pedazos de carne, salvo unos pocos como su Pino que son lo suficientemente inteligentes para verlo, pero siente lástima por otros como Ford que rechazaron lo que les ofrecía.
Se detiene en medio del todo y la nada para chasquear sus dedos e inmediatamente un enorme espejo ovalado de marco metálico ennegrecido, en cuya cima hay un triángulo con un ojo, aparece frente a él. Se observa unos instantes satisfecho al notar que su forma física estaba prácticamente restaurada y estable.
—Te ves fatal amigo —comenta su reflejo sentándose en el aire y cruzando las piernas riendo.
—Más respeto, yo soy tú —le recuerda Bill frunciendo su ojo.
—¡Ya quisieras! —su reflejo deja escapar una risotada—, entre los dos, yo soy el más guapo.
—¿Sí? ¿Quieres pelea? —sin esperar respuesta Bill mete una mano en el espejo sacando a su reflejo; ambos se ponen en posición de pelea y están por entrarse a los golpes cuando perciben la presencia de algo más.
—Esperaba que tu fiesta durara algo más, pero veo que aún eres un niñato —una voz rasposa y pesada llena todo el lugar. Sus palabras son lentas como el goteo de aguas podridas que envía un estremecimiento por todo el cuerpo de los dos Bill que logran ocultarlo.
Observan la figura como un pegote negro totalmente deforme del viejo, muy viejo, demonio amorfo; jamás les había interesado un ser tan patético, en su opinión y no tienen mucho interés en perder el tiempo con él. En verdad, preferirían seguir con su pelea pues es una forma mucho más interesante de pasar el tiempo en su dimensión que escuchar la perorata de un ser tan despreciable.
—¡Ja! Además de débiles, ¿mudos?, que lástima —la sombra, por llamarle de alguna forma, se acerca a ellos rodeándolos dejando tras de si un rastro pestilente de baba grumosa y negra que gotea a la nada y el todo. Los Bill están por responder algo cuando la sombra alza algo que parece ser una mano—. Antes de que me interrumpan, tengo una ligera idea de que fue lo que les ocurrió.
—¿Y tú que podrías saber que me interese? —pregunta uno cruzándose de brazos, el otro le golpea haciéndole gruñir—. Bien, bien, que nos interese.
El otro demonio deja escapar una carcajada que francamente es mucho peor que su propia voz, la sombra se agita perturbada por los espasmos de risa y más de la masa babosa que lo conforma cae de él. En lo que parece ser el rostro de la figura amorfa se extienden dos líneas revelando una larga hilera de dientes amarillentos y puntiagudos en una sonrisa que los perturba, no entienden que es tan gracioso y está empezando a molestarles esa sensación de no saber nada. No les gusta en lo absoluto.
—Más sabe el diablo por viejo que por diablo dicen los humanos —tratan de ocultar la sorpresa por sus palabras, pero aún así el viejo demonio la percibe—, no has... han sido los primeros ni mucho menos serán los últimos en interesarse por ese mundo humano.
—Mundo —prosigue luego de unos segundos de silencio—, donde impera el caos disfrazado de orden; tan atrayentes para nosotros.
El demonio se repliega nuevamente hasta estar frente a ellos y con un chasquido de dedos ambos Bill se unen nuevamente; Bill quisiera molestarse, pero le parece ver una expresión de nostalgia en el ''rostro'' de la sombra y aunque no lo admitirá en voz alta le intriga lo que tiene que decirle.
—Una vez estuve en la posición que estás, tuve un humano, nos fusionamos en un solo cuerpo y mi poder aumentó increíblemente —la que antes fue una sonrisa malvada se transforma en una mueca nostálgica—. Pero mi humano murió, su cuerpo empezó a pudrirse muy lentamente a causa de mi poder, antes de darme cuenta —se señala a si mismo con cierto deje de desdén.
—Lo que te pasó es sólo el comienzo, si el alma de tu humano se pierde, si permaneces más tiempo en su cuerpo de nada servirá tu poder que por cierto es paupérrimo.
—Muy bien viejo, estoy soportando tu patética historia, pero no voy a permitir que me insultes —Bill enrojece aumentando del tamaño, pero esto solo arranca otra espantosa carcajada del ser.
—Mi intención no es insultarte, demasiado —el demonio ríe—. No, yo quiero darte un regalo. Te cederé todo mi poder.
—Nada es gratis —dice Bill volviendo a su tamaño original mirándolo con suspicacia, —¿Qué quieres a cambio?
El demonio se queda quieto unos segundos, como si hubiera cerrado sus ojos, antes de dejar escapar un cansado suspiro. La masa negruzca parece encogerse unos segundos antes de volver a su tamaño original y dos puntos luminosos aparecen en su aparente rostro.
—Quiero reunirme con mi humano, hace milenios que busco a alguien digno de darme mi muerte —el demonio le sonríe con algo similar a la amabilidad, cosa imposible en alguien de su clase—, y si sigues mi consejo, tendrás mejor suerte que yo en tu conquista y en la preservación de tu humano.
Bill se resiste por unos segundos a la idea de escuchar más, sin embargo, es consciente de que ese es el demonio más poderoso en toda su dimensión, incluso más que él simplemente por el tiempo de existencia que tiene. Que un demonio desee su muerte también es algo que le sorprende, no conoce a ninguno que conscientemente la busque, pero por todo el poder que el demonio tiene a su disposición algo tan simple no le parece un problema.
—Bien —Bill extiende su mano que se enciende en llamas azules—, acepto tu trato.
El demonio sonríe extendiendo su propia mano segundos antes de que todo su cuerpo amorfo se expanda envolviéndose alrededor del de Bill engulléndolo. Por instinto el demonio lucha dejando sus flamas envolverlo, pero no consigue hacer absolutamente nada; el demonio más viejo se adhiere a él como si quisiera estrangularlo y cuando Bill está por usar su último recurso para deshacerse de él lo siente. Puede sentir el poder gotear como hilos negros de la sombra mientras este susurra palabras que no puede comprender en un principio. Se queda quieto permitiéndole al demonio hacer lo que sea que estuviese haciendo y poco a poco el agarre de la masa empieza a aflojar mientras Bill se siente más y más poderoso.
Por fin el demonio le suelta quedando reducido a nada más que un montón de polvo que a penas es capaz de respirar.
—Debes hacer un cuerpo que se amolde al universo que será tuyo —dice con las pocas fuerzas que le queda—, regresale su cuerpo a tu humano y tu corazón será la llave de tu poder —susurra antes de desvanecerse esparciéndose por la nada y el todo arrastrado por una brisa inexistente.
Bill se deja caer de rodillas flotando agitado aún por el escozor del poder en todo su cuerpo. Mira sus manos concentrándose para seguir las instrucciones dichas y susurradas en su oído tratando de ignorar las últimas palabras del demonio pues, ¿desde cuándo los demonios tenían corazón?
Bill había escuchado toda la conversación y le estaba costando enormemente contener su sonrisa de orgullo ante el juego de Dipper, estuvo a muy poco de intervenir al escuchar lo del arma de Ford pero justo cuando entró en la habitación Mabel había empujado al hombre para desviar el disparo cuyo rayo impactó en su querido trono. Su trono, idea de Dipper y que tanto que les había costado conseguir los materiales, es insignificante junto al alivio que le embarga pero que oculta perfectamente de saber que Dipper no fue lastimado por esa arma.
—¡¿En serio?! ¡Acabo de construir ese trono! —grita llamando la atención de todos—. Incluso le incluí un porta vasos.
—Puedes hacer uno mejor —sugiere Dipper sonriéndole ampliamente con una alegría que sorprende a los presentes y al mismo Bill; pero su sorpresa pasa a ser soberbia al notar la mirada apreciativa que le regala el castaño a su nuevo aspecto. Camina hasta él mirando a sus invitados con desagrado.
—Que descorteses nuestros invitados —comenta deteniéndose junto al castaño para luego pasar un brazo por su cintura sonriéndoles con descaro a los humanos atrayéndole a su costado—, no respetan la propiedad ajena, y ahora hay que limpiar este desastre. Chop, Chop, manos a la obra, ¿qué esperan?
Las miradas aún estupefactas de los humanos le hacen reír. Oh, todo se había vuelto mucho más divertido.
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