Cap. 9
Le dedico éste capítulo a ShirayGaunt, usuaria de Fanfiction.
Espero les guste tanto como a mi y a mi querida Beta
Día: 30/12/2016. NOTA: Para nuevos lectores (y quien quiera releer) este fic esta LIBRE de OoC (Out of Character-Fuera de personaje) lo que significa que la personalidad de TODOS personajes es la misma que la de la serie.
Gracias por su atención.
~Moon Erebos~
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Cap. 9
No trates de derribarme
Tú y tus pequeños amigos
No me detendrán
Spirit Of Chaos – Aviator
Ford rueda los ojos ante los murmullos entre dientes de Stan que sube la cuerda por encima de él; llegar hasta allí fue más fácil de lo que habían planeado, el pueblo estaba inusualmente silencioso y no había rastros de ningún ojo-murciélago patrullando.
—Preferiría morir a hacer esto —murmura Stan deteniéndose a medio camino, respira entre dientes y mira hacia abajo y luego las otras dos cuerdas extendidas junto a la que él escala—, o mejor, vivir en este... ¿Raroarmagedón? No parece tan malo.
—Tío Stan —el adulto mira a su sobrina en la cuerda de al lado que también se detuvo, los ojos de Mabel brillan por las lágrimas y lo mira pesarosa—, estamos haciendo esto por Dipper, por favor ya casi llegamos.
Los otros jóvenes que suben la cuerda mascullan un asentimiento, molestos por tener que detenerse pues estar extendidos a quién sabe cuántos metros de altura no es para nada divertido.
—Bien —Stan retoma su ascenso— Por Dipper, mocoso engreído trabajará el doble en la tienda por esto.
Mabel ríe y también continua, Stanford en cambio rueda los ojos ante lo infantil que puede ser su hermano, echa un rápido vistazo dentro de su gabardina para asegurarse que tiene todo lo necesario para derrotar a Bill y continua tras Stan.
Cuando llega al borde de la entrada todos se sientan y se apoyan cansados contra los bordes, respiran hondo y, movidos por la curiosidad, observan lo que queda Gravity Falls; la vista no es agradable y les revuelve el estómago apretando su corazón, más el de aquellos que nacieron y crecieron en el pueblo.
No hay un solo edificio en pie, todos convertidos en escombros aunque algunos aún más estables que otros, no hay ni un solo ser humano a la vista y la rasgadura en el cielo ilumina el lugar de manera tétrica, dándole un aire casi infernal a lo que alguna vez fue un tranquilo pueblo. Ford se siente culpable porque en parte fue su culpa, él es en cierta forma responsable, de no haber creado el portal en primer lugar...
—Debemos continuar —dice Stan cortando la línea depresiva de sus pensamientos—, no podemos perder tiempo, estamos aquí para rescatar a Dipper y patear el triangular trasero de ese demonio.
Los chicos ríen poniéndose en pie, preparados para enfrentar lo que sea. Ford se levanta, limpia su gabardina y mira la enorme entrada triangular con una puerta a medio hacer, se pregunta vagamente que habrá pasado; no le da muchas vueltas al pensamiento y sigue a los demás.
Una vez dentro Ford observa el lugar con detenimiento y cautela, parecían estar en un enorme salón de fiestas, como de los antiguos castillos medievales; sus ojos recaen en una plataforma al final del ''salón'' y su cuerpo se estremece ante la visión de un montón de cráneos apilados allí, ¿qué demonios estaba haciendo Bill?
—¡Papá! —el jadeo de la chica Northwest lo distrae, la ve correr a una estatua de piedra del señor Northwest y no puede hacer más que sentir pena por la chica que se abraza a las piernas de su petrificado padre sollozando bajo.
—Pacifica —murmura Mabel mientras acaricia el cabello de la rubia—. Encontraremos una forma de...
—¡Abajo! —ordena Stan jalando a los jóvenes más altos al suelo tras uno de los pilares, Mabel, confundida, jala a Gideon y Pacifica por inercia tras la estatua del señor Northwest; Ford parpadea, se esconde tras el pilar más cercano y observa por el borde.
Escucha voces lo que le hace mirar a su hermano y a los chicos.
—No puedo creer que Bill sea tan poderoso —rumea uno de los demonios.
—¡Se los dije! ¡Les dije que no desafíen a Bill! —Reclama una voz femenina—. Me duele todo, ¡y es tu culpa Pacifier!
Antes de pisar el salón uno de los demonios se detiene provocando que los demás lo hagan por igual, estos lo miran con varios niveles de desagrado pero pronto las miradas cambian al sentir lo mismo que había sentido el primero: humanos. Silenciosamente se miran y se preguntan qué rayos hacían humanos ahí y como habían logrado subir, pero esa cuestión es prontamente dejada de lado cuando una sonrisa siniestra se dibuja en los labios de Pacifier. Si los humanos estaban ahí para enfrentar a Bill tal vez consiguieran deshacerse del humano y Bill no los culparía, o mejor aún, derrotar a Bill y así ellos solo tendrían que deshacerse de los humanos.
Mira a sus compañeros que, con idénticas sonrisas asienten y continúan su camino, emitiendo gruñidos y quejidos adoloridos.
Ford ve a los que supone son los esbirros de Bill entrar al salón, frunce el ceño al escucharlos quejarse, apoyados los unos en los otros y casi arrastrándose por el suelo, visiblemente heridos y en muy mal estado. ¿Qué había pasado?
—¡Es también culpa de Kryptos! —protesta Pacifier continuando con la discusión.
—No ganamos nada, pero seguimos enteros —dice Kryptos—, no como ese pobre humano.
—Si pobre, no creo que aguante mucho —continua Pacifier—, ¡es un humano! Y la manera en que lo tiene Bill —agrega con falso pesar.
Sus palabras hacen que los humanos se tensen y se miren entre ellos.
—Sí, me da algo de pena —dice Pyronica—, en ese estado tan deplorable.
—Seguro pronto Bill necesitará un nuevo juguete —dice otro demonio y suelta una carcajada para luego jadear y sostener su costado adolorido—, pero era de esperar, ¿qué humano puede aguantar todo el poder de Bill? Ni nosotros como demonios salimos exactamente impunes.
Atraviesan el salón y sus voces dejan de escucharse, una vez lejos de la vista de los humanos se sonríen, si ellos lograban deshacerse de Bill sus vidas estarían total y completamente resueltas, y ese universo sería suyo sin tener que seguir las ordenes de nadie.
Ford espera unos minutos para asegurarse de que ninguno de los demonios volviera por cualquier razón antes de hacerles señas a los demás y salir de su mini-refugio, su mente da vueltas en sus palabras, ¿a qué se referían con que el ''humano'' no aguantaría? ¿Estarían hablando de Dipper? ¿Habían llegado demasiado tarde para rescatar a su sobrino?; Stan lo mira confundido y mira por donde se fueron los demonios, su hermano se encoge de hombros no muy seguro de que responderle, ¿posiblemente Dipper esté muerto? No es algo que ni Stan ni Mabel quisieran escuchar en ese momento por lo que suspira y les señala el camino por donde habían llegado con la esperanza de que esa sea la dirección correcta para encontrar a Dipper y a Bill. Si lo que los demonios dijeron es verdad, deben apresurarse.
Los demás respiran hondo y con cautela siguen a Ford, más de uno se estremece ante la vista de los cráneos amontonados.
—¿Es un trono? Parece un trono —comenta Wendy con un ligero tono de asco. —¿Cómo puede Dipper ser parte de esto?
—¡Dipper no es parte de nada! —la chillona voz de Mabel se alza más de lo necesario y hace eco en el silencioso lugar. —¡Bill engañó a mi hermano! ¡Dipper no sería parte de esto nunca!
—Mabel baja la voz —pide Gideon a su lado mientras mira nerviosamente a su espalda como si alguno de esos horribles monstruos fuese a aparecer de la nada.
—Mabel tiene razón —asiente Ford—, Bill es un demonio engañoso y ciertamente Dipper cayó en sus redes. Ahora, Mabel, has silencio o seremos descubiertos y no podremos rescatar a Dipper.
La niña hace un puchero y se cruza de brazos, desvía la vista molesta y retiene sus lágrimas todo lo que puede; no fue su intención alzar la voz de esa manera, pero realmente le molesta que piensen que su hermano había hecho todo eso. Dipper, a sus ojos, es demasiado ingenuo y bueno para realmente estar del lado de Bill, asiente para sí y respira hondo, tío Ford tiene razón, Bill tiene toda la culpa.
Ford entra al pasillo por el que salieron los demonios y se detiene observando pasmado a su alrededor, el lugar está lleno de un enramado de escaleras de todas formas y en todas formas. Mira de una a otra y frunce el ceño, ¿cuál los llevaría hacia Bill?
—Siendo Bill —Stan se para a su lado y observa las escaleras con atención—, sugiero que vayamos por esa —señala unas que están de cabeza y parecen ir hacia abajo.
—Stan no creo que...
—¿Serías tan amable de confiar en mi por una vez en tu vida? —Stan lo mira mal y camina hacia las escaleras pensando en cómo subirlas, Ford lo observa y niega, tal vez su hermano tenga razón se dice antes de seguirlo.
Miran por largos segundos los escalones, ¿será que podrían escalarla?
—Uh estamos perdiendo tiempo —Mabel se acerca a ellos, los rodea y salta para aferrarse al primer escalón.
—No creo debas hacer eso —Gideon la mira preocupado—, podrías caerte.
—Tonterías —Mabel logra subir al primero y se alza un poco para aferrarse al segundo—. Es cuestión de tener cuidado, habilidad y...
Sus palabras se cortan cuando se levanta por completo y cae estrepitosamente al suelo, Gideon y Wendy corren a ayudarla, mientras que Robie y Pacifica dejan escapar una risilla.
—Serás idiota, debiste hacerle caso a Gideon —dice la rubia ganándose una mirada airada por parte de la castaña.
—Esto es culpa de Dipper —masculla entre dientes. —¿Por qué no podía ser un hermano normal? Un geniecillo tal vez, pero normal.
Todos parpadean sorprendidos por sus palabras, incluso Stan abre la boca para contradecir a la chica pero decide callar y agitar la cabeza, Mabel pedía que Dipper fuese normal y ella misma estaba siendo irracional al echarle la culpa a alguien que no estaba presente para defenderse.
—Mabel no creo qué... —Ford alza su mano a punto de decir algo para hacer entrar en razón a la niña cuando está lo mira.
—También es tu culpa tío Ford —sus palabras dejan a todos con la boca abierta—. Si no le hubieras metido esas ideas estúpidas a Dipper esto no habría pasado —aprieta sus manos y frunce los labios—, estaríamos muy felices en California.
Ford mira a Mabel sorprendido y su corazón se encoge mientras la tristeza lo inunda, no esperó que la dulce niña rara que conoció cuando atravesó el portal fuese capaz de actuar de esa manera, frunce el ceño y su tristeza se convierte en enojo.
—No niña —dice con fuerza—. Esto también es tu culpa. No estaríamos pasando por esto si tu no hubieras hecho tu berrinche —Mabel abre la boca, dispuesta a protestar—. Tienes que aceptar que tu hermano va a crecer sin ti, no siempre estarán pegados a la cadera.
La niña aprieta sus manos y enrojece por la rabia, nada de eso era su culpa, su tío no tenía ningún derecho a echarle la culpa por sus acciones.
—Desearía haber presionado ese botón —grita a todo pulmón, las mejillas encarnadas por la rabia—, así tu nunca hubieras aparecido.
Ford no encuentra palabras ante eso y el silencio que los cierne es tan pesado que casi pueden sentirlo como una capa cubriéndolos, Mabel respira agitada y sus labios tiemblan pero no dice palabra alguna y mucho menos se retracta, no piensa hacerlo.
—Bien —la voz de Stan rompe la tensión—, creo que debemos calmarnos. Mabel, no te dirijas así a tu tío.
—¡Pero tío Stan! —Mabel dirige sus ojos castaños a los del mayor con indignación—, él es la razón de nuestros problemas. Él y que Dipper es un tonto.
—Más respeto niña —Ford la interrumpe—, yo también soy tu tío aunque no te agrade.
—Oigan, no me gustaría interrumpir está hermosa charla familiar —la voz cargada de sarcasmo de Robie hace que todos lo miren. —¿Por qué no usamos estas cosas ya que las tenemos? —continua mientras alza la pistola de gancho que tiene, apunta al escalón más alto y dispara, el gancho se ancla en el escalón y dándole a otro botón Robie es alzado cuando la cuerda empieza a retraerse.
Los demás se miran por unos segundos para luego imitarlo y con cuidado escalar las escaleras; Robie es el primero en llegar a una especie de pasillo lleno de puertas de diferentes colores y texturas.
—Amigo, ¿qué es esto? —la voz de Soos lo sobresalta, mira al hombre de mala manera.
—¿Tengo cara de adivino?
—Hey, tranquilo —Soos alza sus manos y niega acomodando su gorra murmurando algo sobre adolescentes hormonados y mal educados.
—¿A dónde vamos ahora? —Pacifica limpia sus manos con desagrado observando las puertas.
—¿Y si nos separamos? —Wendy mira a todas partes—. Podríamos cubrir más áreas si nos separamos.
—No creo sea buena idea —Ford niega y se estira—. Tal vez si seguimos derecho por el pasillo...
Mabel pasa junto a ellos hacia la primera puerta, la abre y luego la cierra para luego pasar a la segunda y a la siguiente, los demás parpadean y la siguen abriendo puertas al otro lado y cerrándolas al instante, la mayoría de las ''habitaciones'' estaban vacías, literalmente solo espacio en blanco como un lienzo listo para ser pintado, y otras contenían cosas tan extrañas y espantosas que les cuesta no salir corriendo.
Mabel abre una puerta y se sorprende al ver una habitación completamente a oscuras, da un paso dentro y luces estrambóticas se encienden de la nada dejando a la vista unas largas escaleras retorcidas simulando las escaleras de caracol.
—¡Más escaleras! —exclama llamando la atención de los demás—. Seguro nos llevaran hacia Bill.
Gideon es el primero en acercarse a ella.
—Mabel no creo sea buena idea...
Pero la niña no hace caso, salta al primer escalón y corre por los demás cuando estos empiezan a moverse, Gideon la sigue de inmediato, preocupado, y luego los otros. El barandal que rodea las escaleras se desliza hacia abajo convirtiéndose en algo muy similar a una serpiente, por lo que se sostienen entre ellos para no caer por las sacudidas de los escalones; cuando Mabel está por llegar arriba, el escalón que tiene en frente se vuelve completamente liso provocando que, al pisarlo, resbale y caiga hacia atrás llevándose a todos los demás consigo. Entre quejidos y maldiciones por el fuerte golpe se ayudan unos a otros a levantarse.
—Chicos, creo que es por aquí —la voz de Soos los hace parpadear y miran hacia el pasillo, ¿el hombre no estaba con ellos antes?
Wendy es la primera en salir y mira a Soos, algo contrariada porque se haya alejado del grupo.
—¿Por qué lo dices?
—''No Molestar'' —lee Soos en voz alta un cartel colgado en la puerta obteniendo toda la atención de los presentes—. ''Hablo en serio idiotas. Si vuelven a molestar los destruiré''.
Se observan los unos a otros, sorprendidos por el cartel y algo confundidos, ¿era un mensaje de Bill? ¿Para sus secuaces?
Mabel chasquea la lengua, frustrada y molesta por sus dos caídas por las escaleras, se adelanta y pone su mano en el pomo de la puerta.
—Estamos perdiendo el tiempo, si Dipper está aquí, vamos a rescatarlo.
—¿Y si no? —Pacifica alza una ceja.
—Seguiremos buscando —y sin esperar alguna otra excusa Mabel abre la puerta y se adentra en la misteriosa habitación seguida por los demás.
Miran a su alrededor sorprendidos y un escalofrío los recorre, el lugar es aterradoramente elegante, solo iluminado por una enorme chimenea de un material similar al bronce, o al menos es el efecto que las llamas le dan; sobre está cuelga un cuadro enorme de Bill como el ''rey'' del mundo.
Avanzan observando a su alrededor, un piano de cola en una esquina, un reloj enorme con cuernos y colmillos, un tapete con el rostro de Bill y varios muebles que parecen haber sido recosidos varias veces pero no desentonaban con el ambiente; si fuera una situación normal podría ser la oficina de alguien rico y poderoso, con muy buen gusto.
Mabel mira de arriba abajo y de un lado al otro, buscando a su hermano y sus esperanzas de encontrarlo parecen desinflarse hasta que el sonido metálico de unas cadenas y un brillo azul brillante llama su atención; busca con los ojos el lugar exacto de donde proviene dicho brillo y abre la boca sorprendida al encontrar a Dipper en una esquina, hecho un ovillo y encadenado a un sofá. Sabe que es su hermano Dipper porque viste su ropa y no un traje como el del cumpleaños.
—¿Dipper? —llama en voz baja acercándose, las cadenas vuelven a sonar y su hermano mueve la cabeza.
—¿Mabel? —se escucha ronco y su corazón se estruja, no quiere imaginar los horrores que su hermano ha vivido esos últimos días. —¿Mabel eres tú?
—Sí Dipper, soy yo, nuestros tíos y amigos, ¡incluso Pacifica y Gideon! —Esto último le gana una mirada fulminante por parte de ambos, mirada que ella ignora—, vinimos para salvarte.
Dipper se remueve y deja escapar un sollozo.
—¡Mabel! ¡Tíos! Ayúdenme por favor —su sollozo aumenta de volumen y el corazón de todos se aprieta, pobre chico—. Bill me obligó... yo... no... —sus hipidos cortan sus palabras.
—Tranquilo hermano —Mabel se acerca a él y se arrodilla a su lado acariciando su espalda—, te sacaremos de aquí y venceremos a Bill.
—Bill se aprovechó de ti porque tu voluntad fue muy débil —dice Ford con un tono de regaño pero a la vez preocupación, ve el pequeño cuerpo de su sobrino temblar y suspira—. Tranquilo, ya estamos aquí para salvarte —comenta revisando entre sus cosas algo con que abrir las cadenas.
Los sollozos del niño se vuelven bajos y más dolorosos, cosa que hace que el estómago de Mabel se revuelva, su pequeño y tonto hermano menor, muerde sus labios y acaricia las castañas hebras de cabello sin saber cómo consolarle.
—Tenías razón Mabel —hipa y pasa sus manos por su rostro limpiando sus lágrimas—, siempre la tienes, tú también tío Ford.
El mayor no dice nada y se arrodilla junto a él con un artefacto similar a una pinza e intenta cortar las cadenas, Dipper sesea y se encoge adolorido, el sonido emitido por el joven provoca una mueca en él que vuelve a intentar cortar las cadenas. Maldice en voz baja a Bill, a sus ojos Dipper se ve algo cansado y mal nutrido, no es algo que pueda decir a ciencia cierta pues no ve su rostro pero lo supone puesto que un cuerpo humano no puede soportar el nivel de poder del demonio, el mismo aún tiene leves secuelas y no pasó tanto tiempo como Dipper; intenta nuevamente cortar las cadenas y al fallar vuelve a maldecir a Bill, cierra sus ojos y respira hondo tratando de calmarse mientras se jura que hará pagar al demonio por lo que le hizo a su iluso sobrino.
Bill no quedaría impune, de eso se encargará él.
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No olviden que aún pueden seguir haciendo preguntas!
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Que tengan lindo día
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