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Cap. 11

Día: 30/12/2016. NOTA: Para nuevos lectores (y quien quiera releer) este fic esta LIBRE de OoC (Out of Character-Fuera de personaje) lo que significa que la personalidad de TODOS personajes es la misma que la de la serie.
Gracias por su atención.
~Moon Erebos~
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Cap. 11

Los rayos del sol se cuelan por la triangular ventana de la habitación acariciando el lugar con parsimonia, como si disfrutara de despertar lentamente a las personas que allí descansan; un pajarillo azul se posa en el marco y canturrea batiendo sus alas, el trinar de un águila y otro par de pajarillos logran, por fin traer al mundo de la consciencia a los durmientes, sumado al olor de un delicioso desayuno claro.

Mabel es la primera en sentarse, adormilada frota sus ojos, el cabello revuelto cae alrededor de su rostro maquillado, lleno de dulce y palomitas, parpadea varias veces y mira a su alrededor. Se estira bostezando mientras se levanta, sacude su cabeza y sonríe contenta al ver a sus amigas aún dormidas, su sonrisa se vuelve maliciosa y con sigilo se acerca a su baúl; busca dentro hasta sacar una corneta de aire y una pistola de confeti.

Toma ambos implementos en sus manos para luego acercarse a la puerta, la abre con cuidado, se lleva la corneta a la boca y sopla con fuerza disparando la pistola sobre sus amigas que se levantan asustadas por el fuerte ruido; deja caer la pistola riendo, sale corriendo cuando Candy y Grenda reaccionan y se levantan para seguirla riendo por igual, más divertidas que enojadas por despertarse tan de golpe.

Abajo Mabel corre hacia la cocina donde ya están sus tíos desayunado, Stan niega y revuelve su cabello señalándole un asiento sirviendo un prominente plato de waffles y frutas, recordándole que debía terminar de preparar su maleta le sirve un plato igual a cada una de sus amigas.

Las tres comen aprisa, entre bocados hablan y discuten sobre los planes de ese día, le prometen a Mabel ayudarla a preparar su maleta y acompañarla a dar una última vuelta al pueblo, es en ese momento que la castaña recuerda que no ha comprado ni un solo recuerdo de sus vacaciones por lo que, una vez termina, corre escaleras arribas para prepararse y salir.

Convencer a su tío Stan de que dejara la estafa a inocentes turistas ese día para más tarde y las llevase al pueblo no fue tan difícil, con un par de ojitos de cordero degollado por parte de Mabel y las suplicas por parte de sus amigas estuvo lo suficientemente fastidiado como para negarse; por supuesto que no admitirá en voz alta que prefiere pasar sus últimas horas con su sobrina favorita a hacerse rico, tiene una reputación que mantener.

El hombre las deja en el centro del pueblo, a regañadientes le da algo de dinero extra a la niña y le advierte que si al atardecer no está ahí tendrá que regresar a la cabaña caminando, advertencia que la chica no llega a escuchar por completo pues sale corriendo con sus amigas para realizar sus compras.

Mabel mira a su alrededor, como si viera el pueblo por primera vez, como su primer día; respira hondo y piensa que, al fin todo había vuelto a la normalidad, el pueblo se había puesto raro los últimos días...

—¡Hey Mabel! —la voz de Wendy desvía sus pensamientos, le sonríe a la pelirroja y saluda a sus amigos a espaldas de esta antes de dirigir nuevamente su atención a ella. —¿Qué tal estás amiga?

—Muy bien, tuvimos una pijamada increíble.

—Eso es bueno —la sonrisa que Wendy le regala se derrite en sus labios y en su lugar deja una mueca de preocupación—, y, ¿cómo sigues? Ya sabes luego de que él...

Las lágrimas llenan los ojos de Mabel, esta carraspea agitando su cabeza en un intento por detenerlas, sin embargo la tristeza la abraza y su garganta se cierra por lo que tarda en responder.

—Estoy bien —dice e intenta sonreír pero solo consigue hacer una mueca.

—Oh lo siento amiga —acaricia su cabello tratando de consolarla—. Nadie lo imagino, se vieron tan unidos todo el verano...

—Sí, al parecer no lo estábamos tanto ¿no?

—Bueno, lograrás superarlo lo verás, solo dale al tiempo la oportunidad de actuar —la mira con seriedad y calidez, mantiene al margen sus propias lágrimas y la mirada de pena que le quiere dedicar a la castaña—. Eres fuerte, saldrás adelante, y tu familia te apoyará siempre.

—Sí, tío Ford lo quería mucho, y tío Stan también, sé que me dan su apoyo —asiente sonriendo—, bueno, debo comprar recuerdos para mis padres, nos vemos mañana antes de irme, ¿sí?

—Claro que sí amiga, hasta luego —ambas se despiden agitando sus manos, toma un respiro sintiéndose a punto de romper a llorar pero antes de derrumbarse Mabel siente a sus amigas abrazarla con fuerza como muestra de su apoyo.

Pocos tenían conocimiento de lo que sucedió ese verano entre él y ella, y aunque solo esos pocos la apoyaban ante todo no podía evitar sentirse triste a veces, especialmente cuando los recuerdos juntos danzan en su mente.

—Vamos a comprar —Candy le sonríe abrazándola fuerte y ella asiente. Respira hondo limpiando su rostro, no dejaría que eso arruinara su día.

Debe conseguir todo lo que quiere llevar y no pensar más en cosas tristes.

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Las compras fueron geniales, pero terminaron comprando cosas a la carrera pues decidieron detenerse por un helado antes de cualquier cosa, entre un helado y hablar de cómo se comunicarían, ver las tiendas de ropa y otras tonteras las horas se les fueron volando y, fiel a su palabra, poco antes de que empezara el atardecer su tío Stan estaba esperándola en el lugar que acordaron.

Cansada y prometiéndose arreglar todo a la mañana siguiente antes de ir a tomar el autobús, Mabel se sienta en su cama: toma un portarretrato donde había una foto suya y un chico castaño a su lado abrazándose con cariño.

Cierra sus ojos acariciando la foto y suspira, todos los que conocían su historia durante todo el día le habían preguntado cómo estaba y eso no hacía más que remover su corazón, lo peor fue cuando Pacífica Northwest tuvo el descaro de echarle en cara lo que pasó; eso fue lo único que empañó su último día en Gravity Falls.

Se deja caer en la cama de espaldas abrazando el portarretratos contra su pecho, se permite derramar unas cuantas lágrimas más, como una manera de decir adiós y cortar la cuerda invisible que la ataba al dolor de su corazón.

Apaga la luz y se cubre hasta la cabeza sollozando en silencio.

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La despierta la voz de Stan gritándole que se levante y se vista, se remueve en la cama decidida a ignorarlo hasta que este menciona que son las 10:30 de la mañana, se levanta de golpe y baja de la cama casi cayendo. Su autobús saldrá a las 11:30 y si no estaba en la parada para esa hora no conseguiría volver a California hasta la semana próxima, cosa que haría a sus padres enojar.

Recoge su ropa corriendo al baño, se da una ducha rápida y regresa a su habitación para ponerse algo en los pies, saca sus maletas de debajo de la cama, empieza a echar todas sus cosas de manera desordenada, busca las bolsas de regalos y como puede las acomoda antes de cerrarlas, no sin algo de dificultad.

Toma un par de respiraciones antes de tomar las agarraderas de las maletas y sale corriendo de la habitación, con esfuerzo baja las escaleras, deja su carga junto a la puerta, se dirige con rapidez a la cocina para obtener algo que comer y comunicarle a su tío Stan que ya estaba lista.

Ambos ancianos la miran con sorpresa, no esperaban que se apurara realmente, Stan le da un par de sándwiches instándola a caminar aprisa para ir al auto y llevarla a la parada, seguidos de Ford que lleva el equipaje de su sobrina. Se suben al auto luego de acomodar todo y arrancan para ir a toda velocidad, Stan al volante y Ford regañándolo por exceder los límites de velocidad del pueblo, cosa que su gemelo desestima ignorándolo.

Llegan a tiempo, para alivio de Mabel, que corre a pagar por su boleto mientras sus tíos bajan sus maletas, al volver se encuentra con Soos, Grenda, Candy y Wendy parados junto a sus tíos sosteniendo un enorme cartel de despedida. Les sonríe con cariño y los abraza a todos con fuerza, agradecida por el gesto.

Mientras esperan a que llegue el autobús Mabel aprovecha para hablar un poco más con sus amigas, confirmar los números telefónicos y prometerse unas mil veces entre ellas que se llamarán o enviarán mensajes, que no se olvidarían la una de las otras.

Cuando escucha el sonido de un claxon Mabel piensa que el autobús había llegado demasiado pronto, que el verano se había acabado demasiado pronto, suspira y con unas últimas palabras de despedida toma sus maletas y camina hacia su transporte de vuelta a su hogar.

—¡Mabel! —la niña se paraliza al escuchar su nombre pronunciado por esa voz que no creyó volvería a escuchar en mucho tiempo, suelta las maletas y se gira para observar pasmada como un chico castaño de su misma edad corre hacía ella sosteniendo la gorra en su cabeza.

—¿Qué estás...?

—Lo siento Mabel —dice llegando hacia ella y abrazándola fuerte, sus amigos y familia observan la escena consternados—. Lamento haber terminado todo tan de golpe yo... estaba enojado porque te ibas y no te quedarías aquí conmigo... y yo solo...

La niña sonríe, los ojos llenos de lágrimas y toda la tristeza de sus últimos días desapareciendo de un plumazo, devuelve el abrazo con toda la fuerza de la que es capaz.

—Está bien, no estoy enojada Daniel —se separa y sonríe contenta—, ¿sabes? Todos estuvieron preguntándome por ti, ¡incluso dijeron que parecía de luto! —ríe y luego lo mira con toda la intensidad y seriedad que es capaz. —¿Qué estás haciendo aquí?

—¿Creíste que te irías sin mi Mabs? —pregunta y sonríe ante la estupefacción en el rostro de Mabel.

—¿Qué? ¡No! Tú debes... tú debes quedarte aquí, es tu hogar —dice alarmada, no podría arrastrar a Daniel fuera del lugar que lo vio crecer. El chico le sonríe, se quita su gorra y la pone en la cabeza de la niña.

—Está bien, era una broma —mete las manos en sus bolsillos y retrocede unos pasos, algo inseguro—. ¿Prometes escribirme siempre?

—Claro que sí Daniel, ¿prometes nunca olvidarme?

—Lo prometo —el chico sonríe y la ayuda a subir sus maletas. La abraza una última vez y suspira.

—Volveré el próximo verano —asegura la niña desde las escaleras del autobús. Agita su mano y termina de subir para ir a su asiento.

—¡Yo te esperaré! —escucha a Daniel gritar cuando el autobús empieza a moverse, se alza en su asiento y agita su mano despidiéndose de todos.

Cuando los pierde de vista se acomoda y sonríe ampliamente, feliz, todo había salido bien, vería a sus padres pronto, empezaría tranquilamente su vida como adolescente. Alza la mirada al cielo azul apoyando su cabeza en el cristal de la ventana, tal vez, se dice viendo las nubes y los pinos, el próximo verano sería mejor que ese.

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Muchas gracias por haber disfrutado de este fic tanto como mi beta y yo lo hicimos. El video que les prometí pueden verlo*

*Nota 12/8/2021: No sé si podían ver el vídeo pero a mi me sale error. Voy a revisarlo y republicarlo.

*Nota 18/8/2024: Me tomó 3 años resolver el asunto del vídeo (porque me había olvidado por completo). Resulta que por copy-right el vídeo no puede ser linkeado a Wattpad y no se reproducirá. Si tienen curiosidad pueden buscarlo como ''Secretos de Vcfk Od Wmm''


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