Capítulo 2: Convivencia
Dime a la cara que me quieres,
necesito eso más que tu abrazo.
Solo di que me deseas,
es todo lo que hace falta,
mi corazón se está haciendo girones por todos tus errores.
Porque no quiero enamorarme,
si tú no quieres intentarlo,
pero todo lo que he estado pensando
es que quizás tú sí quieras.
Cariño, parece como que
nos estamos quedando sin palabras que decir,
y el amor (o la palabra amor) se va flotando.
(Jessie Ware - Say you love me)
Kyungsoo se levantó de la arena, cansado por haber usado toda su fuerza en un arranque de ira. Miró al chico que estaba tirado en la arena, con su brazo sobre el rostro para que no le lastimara el sol.
Sin decir nada, se fue de ahí, no se sentía bien aún como para volver a convivir con él. Quería alejarse, no saber nada de Jongin, esconderse en su cama y comer mucho helado mientras lloraba en el hombro de su mejor amigo, porque eso se hace cuando hay una ruptura, sin embargo, estaban en una isla desierta y al parecer no podría alejarse.
***
Mientras comía en la cafetería de su facultad, vio al chico que llevaba observando desde hace días, sintiendo las ganas de ir a hablarle. No sabía cómo abordarle, quizá la billetera era una muy buena excusa, sin embargo, no quería dar lo único que les unía y que luego le ignorase, porque él quería acercarse más.
—Hey, Jongin — saludó su amigo Sehun sentándose a su lado en la mesa.
—Hola — regresó el saludo desanimado, miró su sándwich de jamón con cierto resentimiento.
—¿Estás bien? — Preguntó Sehun al verlo tan raro.
—Sí, bien — respondió totalmente desanimado.
—Ah, ahí está ese Luhan — cambió de tema, señalando con la mirada al castaño que estaba en la misma mesa que Kyungsoo.
—¿Los conoces?
—¿A ese grupito? Claro que sí, todo mundo sabe de ellos, sobre todo de ese castaño fácil, se la pasa de chico en chico, alguien debería darle una buena lección, no sé, darle unas buenas nalgadas para que se calme — Jongin alzó una ceja ante esas palabras de Sehun.
—¿Por qué no se las das tú?
—¡Já! ¿Y qué me pegue el herpes que debe tener por zorro? ¡No gracias! — el moreno se comenzó a carcajear, más lo pose de su amigo de diva.
—Bueno, ¿y qué me dices del otro chico, el de cabello negro? — Preguntó lo más disimulado, obviamente falló porque su amigo se dio cuenta de sus intenciones.
—Es alguien tranquilo, no sé mucho de él, creo que es un nerd y mayor que nosotros — fue lo poco que le pudo decir, pero para Jongin fue suficiente.
***
Recogió las pocas cosas que encontraba, juntando piedras, madera, hojas grandes que fueran lo suficiente resistibles por si llovía, tenía pensado hacerse una choza. Daba vueltas buscando algo comestible, comenzaba a sentir hambre y aquello de subirse en una palmera le parecía muy loco, demasiado.
Quizá Jongin podría subirse...
Se quitó la idea de inmediato, estaba más que molesto con él. Sin lugar a dudas no iría a pedirle ayuda, es más, no le hablaría, porque no se merecía ni que lo mirara. Apretó sus puños y mejor se adentró a la selva que había ahí, sólo rezó porque no se encontrara con algún aborigen.
De mientras el otro chico veía el cielo, debajo de una palmera, simulando que seguía en Hawaii en sus paradisiacas vacaciones, a lado de Kyungsoo. Ah, su hyung desnudo a lado de él, tan maravilloso que era hacerle el amor.
¿Por qué lo había arruinado tan feo? Luego de que le costara tanto acercarse en un principio, cuando le convenció de lo mucho que lo amaba, cuando obtuvo esa mirada llena de amor y que ahora él mismo convirtió en odio puro.
***
En los estantes de la biblioteca, observaba desde lejos al chico caminar entre libros, sacando y metiendo alguno, buscaba algo en específico. Él lo seguía de cerca, viendo desde los orificios que daban vista entre pasillos, justo cuando Kyungsoo iba a dar la vuelta, él la dio al mismo tiempo para que se toparan.
—Ah, perdón — dijo rápidamente, siguiendo su teatro.
—No, lo siento yo — se apuró a decir, cuando alzó la vista ambas miradas se encontraron.
—Oh, eres tú, el de la billetera — Kyungsoo sonrió al escuchar eso, también le reconoció enseguida — Te he buscado por días, que bueno que al fin te encuentro
—¿Ah sí?
—Sí, emm, no tengo tu billetera conmigo en este momento, pero ¿qué tal si quedamos en una cafetería al rato?
Por dentro el más bajo se reía del intento de ligar de ese chico, era tan obvio.
—Claro, ¿en dónde?
Jongin creyó que engatusó al más bajo y Kyungsoo le hizo creer eso.
***
Por suerte, había una arrollo a mitad de la pequeña isla, tendría por fin el agua potable, adiós cocos. Se preguntó si debía decirle a Jongin de eso, cuando aquello lo asaltó, esas consideraciones que seguía sintiendo por él, se golpeó.
—No, que se muera de sed — dijo en voz alta y siguió caminando.
Los pajarillos cantaban, una que otra telaraña, muchas hormigas y otros animalillos. Lo que si no quería ver era una serpiente, odiaba los animales venenosos o más bien, les tenía pavor.
Caminó pensando en muchas cosas, en si saldría de ese lugar, en que todo parecía una buena broma del destino y que todo había cambiado tanto desde hace cinco años atrás cuando por primera vez fue a tomar un café con Jongin.
***
—Así que estás a la mitad— murmuraba mientras bebía de su taza, él asintió haciendo lo mismo — ah, así que eres mi hyung
—Parece que sí — le sonrió — aunque pareces mayor que yo
—¿En serio?
—Quizá por mi estatura
—Me gusta tu estatura — se aventuró a decir.
En vez de dejar un silencio incómodo, ambos sonrieron con complicidad. Era más que obvio lo mucho que se atraían, que se gustaban, aquella chispa que se sentía entre ellos y que lo comenzó todo.
—A mí me gustas tú — confesó Kyungsoo — Y no sólo tu estatura
Ese día, al llegar la noche, ambos entraban en un torbellino de besos al cuarto del más bajo ya que les quedaba más cerca. Tan pasional, fácil y sin pensarlo demasiado, porque sentían eso que movía al mundo, amor. Si era una ilusión o muy apresurado, eso qué importaba en ese instante.
Estaban disfrutando del momento, luego se arrepentirían.
***
Tensó todo su cuerpo, el recuerdo le hizo temblar. Recordaba a la perfección las manos de Jongin en su desnudez, la manera en que le hacía el amor y como susurraba su nombre en su oído.
En ese momento salió corriendo de ahí, yendo hacia donde se encontraba el moreno para saltar a sus brazos y que le hiciera el amor de una buena vez sobre la arena.
Antes de llegar, su pie se atoró en algo y cayó al suelo, golpeando su cabeza. Tirado en el piso, se sintió estúpido, si no fuera porque se tropezó, estaría ya cediendo ante los brazos del moreno como lo venía haciendo desde que lo conoció.
Se hizo bolita sintiéndose tan solo en ese momento, con el corazón roto y aunque no era el momento para preocuparse por esas cosas, porque su vida pendía de un hilo, no pudo evitar sentirse así, como un chico destrozado que acaban de dejar.
Y es que lo venía sabiendo, desde la primera vez que Jongin lo dejó, debió darle un alto a esa extraña relación.
***
Caminaba por los pasillos de la facultad, buscando a su novio ya que no le contestaba los mensajes, no había nada de él, si no lo encontraba iría a buscarle a esa fraternidad a la que pertenecía. Se topó con Sehun en los pasillos y le jaló del brazo.
—¿Dónde está Jongin? — Quiso saber de inmediato, el más alto le miró extrañado.
—¿Cómo que dónde está?
—Sí, no me contesta los mensajes...
—Kyungsoo, Jongin se fue a Estados Unidos a terminar sus estudios, ¿no te lo dijo?
Frunció el ceño, eso que le decía obviamente era mentira, si su novio se fuera a ir seguramente se lo diría, ¿no?
No dijo más y se fue corriendo a donde vivía Jongin, entró sin pedir permiso directo a su cuarto y al entrar lo sintió más vivo que nunca. No quedaba nada de sus cosas, excepto una, la carta.
"Querido Kyungsoo hyung:
Lamento haberme ido sin decirte algo, créeme que no quería que las cosas fueran así, simplemente que pensé que lo mejor sería apurarme con esto y poder regresar de inmediato para que podamos seguir juntos. Prometo no tardar, cuando regrese ambos estaremos graduados y viviremos juntos como llevamos planeado desde hace tiempo.
Con amor, Jongin."
—¡SERÁS IMBÉCIL, JONGIN! — Gritó con toda la fuerza que poseía su pequeño cuerpo.
Rompió la carta en miles de pedazos y salió de ahí azotando la puerta.
—¡Hasta crees que te esperaré, capullo, me acostaré con la mitad de la facultad! ¡Seré más puto que Luhan! — Sentenció mientras salía de esa horrible fraternidad.
***
Ah, si es que lo sabía, que el idiota ese le volvería a hacer daño, que perdonarle semejante cosa no fue buena idea, debió mandarlo al demonio a la primera. Se fue levantando de la tierra, sintiendo algo en su pierna, bajó la vista y cuando lo vio se le salieron los ojos.
—¡Una puta serpiente! — gritó pirándose de ahí, retorciéndose mientras caminaba y salía de la selva — ¡Ayuda! — Repetía, sin darse cuenta que el único que le ayudaría sería él.
—¡Hyung! ¿Qué pasa? — Apareció Jongin al escuchar los gritos.
—¡La serpiente! ¡Quítala! — Señaló su pierna, el chico miró al reptil enrollarse y tragó duro.
—Emm, yo...
—¡No seas zacatón! ¡Al menos se hombre para esto! — Le gritó histérico.
Jongin tomó un palo del piso e intentó sacarla, con cuidado, temblando. Parecía aquel chico que le intentó asaltarlo. Hasta que al fin logró hacer que se enrollara en el palo y luego lo aventó lejos sintiendo repelús al animal.
Ambos se observaron cuando estuvieron liberados de esa cosa, en ese momento de histeria habían olvidado lo que pasaba entre ellos.
—Jongin, te odio tanto en estos momentos que créeme que sin dudar te usaría de balsa para salir de aquí, pero he de admitir que necesitamos trabajar juntos para que esto funcione
El moreno asintió aceptando el desprecio en los ojos de Kyungsoo.
—Entiendo
Pactaron pues, en silencio, que deberían trabajar juntos para sobrevivir en esa pequeña isla. Dejando a un lado esos sentimientos que los tenía tan confundidos.
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