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Capitulo 3 - La Gardevoir y el Humano

Las palabras del humano llenas de confianza en mi calaron en lo mas profundo de mi pecho, era una sensación extraña de explicar. Solté su mano y sonriendo dulcemente me dirigí a la puerta, sin dudarlo salí y cerré la puerta, me que un momento parada recargándome contra la misma. Podía sentir mi rostro ardiendo, mi corazón latia con fuerza y mi mente estaba confusa, ¿Por qué me sentía de esta manera?, ¿Qué desencadeno este cambio tan brusco?

-Ahhh... no debí haber ido a la playa-

Pensaba para mi misma, aunque no entendía que había desencadenado esto, si sabia cuando empezó. Aquel momento cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez en la playa algo había pasado, algo extraño sucedió en mí. No solo esto que siento de repente apareció, sino que también mis habilidades psíquicas se vieron afectadas. No lo comprendía, se que mis habilidades psíquicas me permiten compartir los sentimientos de los demás, pero el sentirlo de un extraño era....

-Esto es extraño -murmure para mí misma.

-Lo que es extraño es que llevas cinco minutos cortando la misma baya -

Esa voz me saco de mis pensamientos, solté el cuchillo asustada, este cayo sobre la tabla de corte y miré hacia atrás, mi madre estaba junto a mí. Mirando sobre mi hombro mientras cortaba.

-Mamá... ¿Qué estás haciendo? -cuestione asustada.

-Creo que esa pregunta debería hacerla yo -contesto mirándome fijamente- me causa curiosidad porque necesitas tan urgentemente papilla de baya para un caldo.

-Yo ahhh~ me refiero... ¿a qué haces aquí? -conteste aun aturdida, mientras limpiaba el desastre que había hecho con la baya.

-Vine porque escuche que esa cosa había despertado -respondió mi madre asustada, tomando mis manos- ¿acaso esa cosa intento hacerte algo hija?

Me encontraba tan confundida por las palabras de mi madre, obviamente a mi mente vinieron todos esos sentimientos extraños, pero simplemente negué con la cabeza.

-Mama no es una cosa...es un humano -respondí de manera directa, sin dejar espacio a malas interpretaciones- y él no me ha hecho nada, es un buen humano.

Mi madre no se veía muy convencida por mis palabras, por lo que pensé un poco. Era difícil que mi madre me creyera sin conocerlo, aunque eso también se aplicaba para mí, por lo que tuve una idea.

-El humano ahora esta muy cansado madre -dije algo agobiada- ¿Qué te parece si dentro de unos días, cuando se sienta mejor, vienes a visitarlo y lo conoces?

El rostro de mi madre se encogió en una mueca dudosa, realmente se notaba lo difícil que era para ella realmente confiar en el humano, en cierta manera la envidiaba. Ya que, a diferencia mía, podía explicar certeramente la desconfianza que había hacia él, mientras yo seguía dudosa de porque le había ayudado.

-Está bien-

Las palabras de mi madre me sorprendieron, la mire un momento tratando de averiguar que había escuchado bien.

-Conoceré al dichoso humano que tanto te empeñas en defender y cuidar -reprocho mi madre- Y cuando demuestre lo equivocada que estabas sobre él, hare lo que sea necesario para salvarte de esta locura.

-Como tu veas conveniente, mamá -respondí de manera tranquila.

Mi madre se retiro en ese momento, dejándome confusa y alterada.

-Como si no fuera suficiente el lio en el que estoy, ahora también debo lidiar con mamá -me reproche molesta.

Traté de calmarme un poco, me dirigí a la sala y me recosté sobre el cómodo sofá de paja que tenía. Al sentarme note que lo había hecho sobre algo, al levantarme note que se trataba de aquella cosa extraña que traía el humano en la espalda, parecía un tipo de bolso que se ponía en la espalda. Curiosa lo mire, habían pasado días agotadores en lo que cuidaba el humano sin prestar atención a las cosas que traía con ella.

-Ummm~ espero que no se moleste si rebusco un poco -comente para mí misma.

Obviamente la duda era mas fuerte que yo, abrir con cuidado el bolso, me tomo varios intentos lograrlo, pero pude hacerlo. Al abrir la bolsa más grande encontré algunas cosas, primero encontré lo que parecía ser un libro con una tapa de un hermoso color rosa. Estaba algo mojado, pero por suerte no estaba tan dañado, si lo ponía a secar podría ser interesante de leer.

-Mi amor no correspondido, suena interesante -comente para mi.

Me levante para dirigirme a la cocina y colocar el libro en un lugar cerca al fuego, solo lo suficientemente cerca para poder ponerlo a secar. Una vez listo eso regresé al bolso, encontré algunos objetos extraños, al tomar uno que parecía un cilindro metálico de color verde me dio curiosidad. Comencé a jugar un poco con el recorriéndolo con mis dedos, hasta que de pronto un gas salio disparado de la parte superior. Ese gas tenia un olor sumamente asqueroso, tanto que solté aquella cosa para cubrir mi nariz.

-Agh~ que asco, huele peor que un Muk -

Rápidamente me levanté dejando caer el bolso, fui directo a abrir las ventanas para disipar el olor, por suerte para mí, el aroma no duro mucho. Después de un momento cuando el terrible olor desapareció respire aliviada, fui a tomar esa cosa asquerosa y la arroje por la ventana, muy lejos de donde me encontraba.

-Eso es problema de otro -dije para mi misma mientras limpiaba mis manos.

Mire un momento el bolso notando que las cosas del interior se habían esparcido, rápidamente comencé a guardar todo como estaba, aunque creo que había roto algunas cosas, lo averiguaría después. Mientras recogida algunas cositas que se habían escurrido hacia abajo del sofá, note algo. Era pequeña, de un hermoso color rosa y tenía un pequeño corazón dibujado.

-Umm~ ¿y esto? -

Me pregunte mientras observaba esto, mientras toqueteaba con mis dedos de pronto ese pequeño objeto no mas grande que una piedrecilla creció de golpe haciéndome asustarme. Dejé caer el objeto al suelo mientras la miraba fijamente, al caer pude notar totalmente de que se trataba. Esa forma circular con un pequeño circulo blanco en el centro era...

-Una pokeball-

Mi corazón latia con fuerza sentía que mis piernas temblaban lentamente, me sentía asustada y nerviosa. Había escuchado muchas historias de estas cosas, objetos malignos que los humanos usaban para atrapar a los pokemon y prohibirles su libertad, esclavizándolos hasta el final de sus días. Podía sentir como mi respiración se agitaba con fuerza, tenia miedo, mucho miedo... ¿acaso el humano venía a capturarnos?, ¿acaso él?

-¡Oye...Gardevoir! -

Ese grito me saco de mis pensamientos, era el humano, su voz me hizo sentirme nerviosa. Por un momento pensé que debería hacer, ¿acaso debería informarle a mamá?, no no podía, si lo hacia era probable que a este humano le pasara algo terrible. Lo único que me quedaba era tener cuidado con el humano y descubrir sus intensiones

-¡V-voy, dame un momento-

Exclame un poco nerviosa, me calme lo mejor que pude y antes de ir a con el humano, con mucho cuidado tome aquella esfera no mas grande que una naranja y con mucho cuidado la puse en el bolso, cerrándolo con cuidado. Tomé la bolsa y me dirigí arriba, antes de ir a la habitación del humano, fui al mío.

-Debo esconder esto... es peligroso -pensaba para mí misma.

En mi cuarto tenia un pequeño lugar para guardar mis tesoros, en una pequeña esquina de mi habitación había unos tablones ligeramente cortos, al quitarlos revelaban un pequeño agujero donde se encontraba un cofre que encontré hace mucho tiempo en la playa. Ese cofre lo usaba como escondite para mis tesoros y esta vez para guardar esta cosa tan peligrosa. Una vez me aseguré que los tablones estuvieran bien colocados fui a la habitación del humano, al entrar lo vi sentado mirando hacia la ventana, aunque no tardó mucho en verme.

-Termine de comer, te agradezco mucho la comida -dijo el humano.

-Oh... no es nada -respondi tratando de poner una sonrisa, aunque me senti nerviosa.

Con cuidado me acerque al humano y tome la charola con las demás cosas que había traído, al estar cerca del humano el me miro y dijo.

-¿Acaso...te incomodo? -

-Ahh~ no es eso... es solo que bueno, no estoy acostumbrada aun a esto -respondí.

Trataba de mantener la calma lo mejor que podía, pero era difícil. Por un lado, el miedo y el nerviosismo me gritaban que me alejara de este humano, pero ese sentimiento en mi pecho me gritaba que me mantuviera firme y confiara en el humano. El se quedo un momento mirándome, aquellos ojos profundos ojos marrones se fijaron en los míos. Cuando nuestras mirada se encontraron no pude evitar sentir nuevamente esa sensación en mi pecho, sentí un ligero escalofrío recorriendo mi cuerpo.

-Ya veo... tomate tu tiempo para acostumbrarte a mi -dijo el humano con un tono dulce y comprensivo- se que debe ser difícil, soy el primer humano con el que interactúas, pero asi como tu me has dicho que puedo confiar en ti, tú también puedes confiar en mí, si te incomoda algo solo dímelo.

La manera en la que lo dijo, la forma tan dulce en la que me miraba, su voz cálida era... extraña. Mi pecho ardía y sentía que mis mejillas se ponían ligeramente calientes por la vergüenza, muy probable parecía una baya pomaro. Agite la cabeza ligeramente, sus palabras me habían recordado porque me arroje a este barco de manera tan imprudente, por lo que mirándolo a los ojos respondí.

-Te tengo miedo -me sincere de manera tranquila mirándolo fijamente.

-¿Me tienes miedo? -repitió sorprendió a la par que confundido.

-Si... no es que tu hayas hecho algo para que te tenga miedo, es solo que me han criado con la idea de que los humanos son seres horribles y crueles -dije en tono apenado- pero... sé que tú eres alguien bueno y lamento si actuó rara, eres el primer humano con el que interactúo tan profundamente... bueno, eres el primer humano que conozco.

El humano se quedo pensativo un momento, realmente temía haberlo ofendido, la falta de expresión en su rostro me ponía ligeramente nerviosa y creo que lo noto, ya que me miro.

-Ah... no te preocupes, creo que fui muy insensible con respecto a eso -dijo el humano con tono tranquilo- me enfoque tanto en lo que me paso que olvide que tú también estas pasando por algo muy nuevo de manera brusca... no me ofende y no te preocupes, por favor tomate tu tiempo para acostumbrarte a mí. Yo prometo que no te hare nada malo.

-Lo sé, sé que eres un buen humano -dije tranquilamente.

-Jajaja, es bueno que creas eso... por cierto -dijo el humano- mi nombre es Marck.

-¿Marck? -pregunte confundida.

-Si, es mi nombre, ¿tu tienes un nombre? -respondió curioso.

-¿Exactamente que es un nombre? -pregunte curiosa.

-Oh...bueno es una forma de decirle a las personas o pokemon -explico Marck de manera sencilla- ¿usualmente cómo te dicen?

-Gardevoir -respondí aun confusa.

-Ohhh... me lo imagine jajaja, ¿eres la única Gardevoir en la isla? -pregunto el Marck curioso.

-No, esta mi madre y otras varias del pueblo -respondí.

-¿Y no se confunden? -cuestiono el humano curioso.

-No, bueno, realmente nunca fue un problema -respondí pensativa- ¿acaso es tan importante un nombre?

-No para nada, es solo que quería saber si había una forma en la que pudiera decirte -respondió el humano rascado ligeramente su nunca con una sonrisa en sus labios- te diré Gardevoir si no te molesta

Me quede confundida, ¿acaso Gardevoir no era adecuado para saber quien soy?, era algo extraño sin duda. Los humanos son muy raros.

-No me molesta, entonces me referiré a ti como Marck -respondí con una sonrisa en los labios.

Con esas palabras, la sensación en mi pecho se extendió, aunque aun tenia miedo del humano frente a mí. Sentía que podía dejar de ser tan precavida y poder conocer a Marck a profundidad y por la manera en la que el me miraba, sentía que estaba en la misma situación que yo. No sabia que situación nos preparaba el futuro, pero sabía que, de extraña manera, podía confiar en Marck y sus intenciones.

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