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𝐭𝐡𝐢𝐫𝐭𝐲-𝐟𝐨𝐮𝐫


NANA REALMENTE NO BROMEABA cuando dijo que me reuniría con ella todo el día en la biblioteca.  Vino caminando a mi habitación, despertándome y diciéndome que me vistiera a las 7:30 de la mañana, que era hora de comenzar nuestro día.  Sufrí, tratando de despertarme y levantarme de la cama, simplemente porque no podía conciliar el sueño.  Mi adrenalina seguía bombeando y mi mente seguía repitiendo cada momento de nosotros huyendo de la Sra. Crain, y el oro... el oro era real, eso solo no podía creerlo.  Así que me quedé allí tumbada, mirando hacia el techo hasta probablemente las 3 de la mañana antes de quedarme dormida.  Cuatro horas de sueño no es absolutamente nada y mis músculos están tan doloridos por sujetarme a esa cuerda, que solo me hizo más miserable.

Pero, no me arriesgaba a hacer que Nana se enojara más después de anoche, así que sufrí al vestirme y aguantarme.  No pude evitar mirar fijamente al Chateau cuando nos dirigimos a su coche.  La camioneta todavía estaba estacionada afuera, pero no existía ningún otro signo de vida fuera de ella.  Nana no habló mientras conducía hacia la ciudad y una parte de mí estaba nerviosa por siquiera iniciar una conversación.  Estaba lista para mantener la cabeza gacha y hacer lo que ella me pidiera.  Sin embargo, me sorprendió cuando nos condujo hasta la biblioteca y se detuvo en el estacionamiento de Grumpy's.  Paramos, pedimos desayuno para llevar, salimos media hora más tarde y fuimos a la biblioteca.  Comimos en silencio en la biblioteca y luego ella sacó el carrito y colocó dos cajas llenas de devoluciones y luego regresó a su oficina.

No sabía qué esperaba que hiciera el resto de mi tiempo aquí.  Devolver los libros solo me tomó media hora, no había nada que limpiar ya que nadie había puesto un pie en la biblioteca desde anoche y su club de lectura no necesitaría ser establecido hasta las 9 pm. Así que pasé la mayor parte de mi  tiempo, esperando a que pasaran las horas mientras deambulaba por la biblioteca, evitando a cualquiera que pareciera tener una pregunta e incluso tomando una pequeña siesta en la sección de niños en una de las sillas pequeñas.

Cuando llegó el momento del almuerzo, contemplé agacharme entre los estantes y luego salir corriendo de la biblioteca cuando Nana estaba en su oficina.  Quedarme aquí me estaba volviendo absolutamente loca sin nada que hacer y, además, ella no corría detrás de mí.  Tendría una buena cantidad de tiempo libre antes de tener que volver a casa y sufrir su ira allí.  Pero ahora, ahora podía sentir mi estómago gruñir y no había nada que anhelara más que comida.  Caminé hasta el área frontal de la biblioteca donde Nana estaba sentada en la recepción, trabajando en su libro de sudoku.  Justo cuando me estaba preparando para preguntar si podía ir a donde Heyward a comer algo, se abrió la puerta.  Gemí mentalmente, esperando que quienquiera que entrara supiera adónde iban y qué querían, porque no quería estar aquí ni un segundo más.

-¡Hey Nana!-Kie sonrió, mientras Sarah la seguía.

Nana levantó la vista de su libro, una ceja se alzó solo un poco una vez que vio con quién estaba Kie.  No conocía la historia completa de los problemas de Kie con Sarah, pero sí conocía su antiguo disgusto por ella.

-Hola chicas-dejó su libro, girando su silla hacia ellas.-¿Qué puedo hacer por ustedes?

-Nos preguntábamos si Junie estaba libre para pasar el rato.-Sarah preguntó, las dos se detuvieron en el escritorio a mi lado.

Ni siquiera me atreví a mirar a Nana, asustada de que si veía la mirada suplicante en mis ojos, podría pisarle un poco los dedos de los pies y definitivamente diría que no.

-No queríamos retenerla en el Chateau tanto tiempo- dijo Kie, haciendo su mejor acto.-Ha pasado un tiempo desde que todos pasamos el rato y perdimos la noción del tiempo. Incluso intentamos que se quedara, pero dijo que tenía que irse a casa.

Finalmente me atreví a mirar a Nana, quien asintió con la cabeza a Kie y Sarah antes de mirarme. 

-Siento mucho haber llegado tarde, Nana. Realmente lo siento.

Ella suspiró, recogió su libro y se reclinó en su silla, asintiendo con la cabeza. 

-Eres libre de irte. No hay nada que hacer por aquí de todos modos.

Sonreí y corrí alrededor del escritorio, envolviéndola en un abrazo y besando su mejilla. 

-¡Gracias, gracias, gracias!

-Juniper, si no estás en casa para cuando regrese del club de lectura, no habrá más posibilidades-su sonrisa decayó mientras me miraba seriamente.  -¿Entendido?

-Sí, señora.-Caminé alrededor del escritorio, mirando a Kie y Sarah.-¡Adiós Nana, te veré cuando llegues a casa!

-¡Sean responsables, chicas!

-¡Siempre, Nana!-Kie sonrió, despidiéndose con la mano mientras los tres salíamos de la biblioteca.

Las dos corrieron delante de mí por los escalones hasta la camioneta, Kie se dirigió al lado del conductor y Sarah abrió la puerta del pasajero delantero. 

-¿Qué? ¿No hay chicos hoy?

-Están de vuelta en el Chateau armando un mejor plan sobre cómo conseguir el resto del oro-dijo Sarah mientras abría la puerta de la camioneta y entraba.

-Eso, además de que JJ dijo que probablemente sería una mejor idea para nosotras venir a buscarte que cualquiera de ellos-respondió Kie, mientras yo cerraba la puerta detrás de mí y ella encendía el auto.

-Sí, ¿qué fue todo eso?-Preguntó Sarah, volviéndose para mirarme.-No dijo mucho, ¿solo que probablemente estarías en problemas hoy?"

Suspiré, moviéndome del asiento trasero al que estaba justo detrás de Kie.

-Fuimos a mi ventana y no se abría, así que cuando fuimos a buscar la llave, Nana abrió la puerta principal y nos atrapó.

Los ojos de Kie se agrandaron y me miró a través del espejo retrovisor. 

-Ella sabe acerca de...

-No, todavía no-respondí, sacudiendo la cabeza.-Pero el hecho de que volviera a entrar a escondidas a la casa después de la medianoche fue suficiente para meterme en problemas.

-Sí, puedo entender eso-respondió Sarah, dándose la vuelta.-Mi papá tiene la regla de que a John B ni siquiera se le permite entrar a mi habitación. Creo que tiene un sensor para cuando incluso sube las escaleras.

Kie y yo nos reímos mientras me volvía hacia el respaldo de su asiento, apoyando mi barbilla en el costado. 

-Entonces, ¿qué pasa? ¿Qué estamos haciendo?

-Bueno, esta mañana llegamos tan lejos que definitivamente necesitamos deshacernos del símbolo del trigo en la barra de oro. No podemos llevarlo a la casa de empeño con eso, traerá demasiadas preguntas.- Dijo Kie, mirándonos a las dos.-Y luego, después de eso, sabemos que lo llevaremos a la casa de empeño.

-¿Eso es todo? ¿Eso es lo que vamos a hacer hoy?

-No podremos volver por más oro hasta que Pope encuentre la manera de encontrar alguna forma de llevar a John B al pozo que puede llevar el oro de regreso-Sarah respondió, mirándome.  -Que es lo que se supone que deben hacer mientras te atrapemos.

Kie se detuvo en el Chateau y apagó la camioneta.  Pudimos ver a JJ, John B y Pope justo afuera del porche delantero, inclinados sobre algo que habían colocado en la mesa de madera antigua, misma mesa que John B, JJ y yo organizabamos nuestros "picnics" cuando teníamos 10 años, también conocido como Big John  estaría en su oficina, encorvado sobre unos mapas donde asaltaríamos y destruiríamos la cocina.

-¿Hay probabilidades de que realmente hicieran lo que se supone que debían hacer?- Preguntó Kie, quitándose el cinturón de seguridad.

-Tienen a Pope, así que diría que al menos hicieron algo.-Respondí, encogiéndome de hombros.

-Además, no hay forma de que JJ y John B no estén preparados para obtener el resto del oro ahora que saben que realmente está allí-agregó Sarah, desabrochándose el cinturón de seguridad y abriendo la puerta.

-Supongo que hay una única forma de averiguarlo-Kie suspiró, abriendo su puerta mientras yo abría la puerta trasera, las tres salimos de la camioneta.

-¿Me engañan mis ojos?- JJ gritó, sosteniendo su mano sobre sus ojos para bloquear el sol.-¿O es el Juniper Collins, surgido oficialmente de la cárcel de Nana Addie?

-Sí, sí, soy yo-sonreí, ignorando su sarcasmo mientras nos dirigíamos a la mesa.-Aunque, realmente anhelo un recreo de la llamada de atención de Nana.

-Es bueno que finalmente nos honre con su presencia-intervino Pope, mirando hacia arriba desde el cabrestante del barco.

-Sí, JJ nos estaba contando cómo Nana te secuestró esta mañana- agregó John B, sentándose en la mesa.  -¿Cuándo se volvió tan estricta?

Me acerqué y me paré junto a JJ, inclinándome y apoyando los codos en la mesa. 

-Probablemente justo después de que hicieras una caída libre desde la torre.

-Ha, muy gracioso-respondió, dándome una sonrisa sarcástica.

-Entonces, chicos, ¿hicieron algún trabajo mientras no estábamos? - Preguntó Kie, mirando el cabrestante del barco.

-¡Lo hicimos!-Dijo John B, recogiendo un trozo de papel e inclinándose sobre la mesa para entregárselo a Kie.  -Adelante, compruébalo.

-Y todavía tenemos el oro, ¿verdad?- Preguntó Sarah, mirando a John B.

Metió la mano en el bolsillo de sus pantalones cortos y sacó un trapo viejo, desenvolvió la parte superior y reveló la barra de oro que estaba más limpia que cuando la encontramos anoche. 

-Absolutamente.

Mis ojos se abrieron un poco mientras me inclinaba hacia el dorado.  Incluso después de anoche, todavía me resultaba difícil comprender que era real.

-Es aún más bonito de cerca.

-Ja- bufó JJ, asintiendo con la cabeza a Pope.-Eso es lo que Pope desea poder decir sobre sus matches de Tinder.

Le di un codazo a la rodilla de JJ que descansaba contra el costado de la mesa con mi codo, enviándole una mirada.

-Ni siquiera tengo Tinder, imbécil.- Pope se burló, sacudiendo la cabeza antes de mirar furtivamente a Kie para ver si estaba prestando atención.

-Está bien, está bien Pope no tiene Tinder, sigamos adelante-respondió John B, envolviendo el oro de nuevo.-¿Vamos a hacer esto o qué?

-Sí, también podría empezar a trabajar en esto ahora.- suspiró Pope, señalando el cabrestante del barco.

-Está bien, ustedes hagan eso y cuando estén listos para llevar este programa a la carretera, háganoslo saber.-Dijo Kie, acercándose a John B y quitándole el oro.-Estaremos en la camioneta.

Sarah y yo seguimos a Kie, subiendo a la camioneta mientras los tres chicos estaban parados alrededor de la mesa. 

-¿Cómo vamos a derretir el oro si no tenemos energía?- Pregunté, Sarah y Kie tomaron asiento dentro de la camioneta.

Kie extendió la mano hacia su izquierda y sacó una pequeña linterna, con una sonrisa en su rostro. 

-La belleza de las antorchas de mano.

-Ahora es solo cuánto tiempo tendremos que esperar hasta que estén listos para hacerlo.- dijo Sarah, asintiendo con la cabeza a los chicos.  -Están tan absortos en averiguar cómo obtener el resto del oro cuando ni siquiera estamos seguros de si podemos empeñarlo todavía.

-Estoy segura de que podremos empeñarlo.-Me aparté de la camioneta.-Pero mientras tanto, tengo que hacer pis, así que vuelvo enseguida.

Caminé hacia la puerta lateral, subí los escalones y atravesé la puerta mosquitera.  Las mantas de anoche estaban arrugadas en los lugares habituales de cuando teníamos nuestras fiestas de pijamas pogue y una sensación de normalidad se apoderó de mí.  Realmente no necesitaba ir al baño, honestamente solo quería salpicarme un poco de agua en la cara y tratar de enfriarme.  Era otro día caluroso y una pequeña parte de mí deseaba estar relajándonos en algún lugar del Boneyard o en el agua, no parados bajo el sol ardiente conspirando para llevarnos un poco de oro.  Pero, independientemente de lo que estábamos haciendo... Estaba feliz de que todos estuviéramos pasando el rato.

La presión no era buena, pero el agua estaba fría y eso era todo lo que necesitaba para refrescarme al instante.  Me enjuagué la cara dos veces, moviendo un poco de agua a la parte posterior de mi cuello antes de cerrar el lavabo y alcanzar la toalla de mano que colgaba.  Me secé la cara con palmaditas antes de volver a colgar la toalla.  Abrí la puerta del baño y salí, solo para que me empujaran hacia adentro, seguido por la puerta cerrándose.  Mi corazón latía contra mi pecho cuando miré hacia arriba y vi a JJ sonriéndome.

-Sorpresa- sonrió, sujetándome contra la encimera del baño.

-¡Me asustaste hasta la mierda, JJ!- Suspiré, mis manos descansando sobre el mostrador.-¿Qué estás haciendo?

-Bueno, quería saludar a mi novia con un beso, pero no puedo hacer eso con todos a mi alrededor.-Apretó mi cintura ligeramente antes de inclinarse y besarme, llevando una mano a un lado de mi cara.

Puse mis brazos alrededor de su cuello mientras se acercaba más a mí, dejando que el beso durara.  Cuando comenzó a presionar suaves besos a lo largo de mi mandíbula, me reí y le di un leve empujón hacia atrás. 

-Tres de las cuatro personas lo saben. ¿No crees que sea sospechoso que estés aquí conmigo?

-Tengo una coartada, ¿sabes?-Puso los ojos en blanco.-Me enviaron a agarrar los otros dos bares y entrar fue una oportunidad de oro para pasar un tiempo a solas, pero puedo ver que obviamente eso no es lo que quieres.

Puse los ojos en blanco esta vez, sacudiendo la cabeza y acariciando su pecho mientras me reía.

-Deja de ser tan dramático.

-¿Ves?- Él sonrió, inclinándose y besándome de nuevo, sin alejarse demasiado.-Libertad de novio. No puedes resistirte a mis encantos.

Lo besé de nuevo antes de palmear su pecho una vez más y asentir. 

-Está bien, novio, tenemos que irnos.

Se acerca a la puerta y la abre, apartándose del camino. 

-Por supuesto, las damas primero.

Negué con la cabeza y salí delante de él, dirigiéndome hacia la puerta lateral.  Él me siguió y me di la vuelta y lo señalé. 

-Tienes que salir por la puerta principal y por favor, por el amor de Dios, espera al menos un minuto para salir una vez que salga por la puerta.

-Señora, sí señora- se rió, saludándome mientras salía por la puerta lateral.

Corrí escaleras abajo y regresé a la camioneta donde Kie y Sarah estaban mirando el papel que John B les había dado antes.

-¿Así que... de qué me perdí?

-Nada- respondió Sarah, sacudiendo la cabeza.-Estábamos mirando este boceto que hizo Pope.

Kie lo giró para mirarme y arqueó una ceja. 

-Dime que esto no se ve extremadamente nerd, pero también genial al mismo tiempo.

Me incliné y miré el papel.  Tenía un boceto de la idea general y, a los lados, había pequeñas notas y nombres que los conectaban con el boceto mediante líneas finas.

-Sí, Pope definitivamente dibujó eso.

-¡Kie! Mejor que esto funcione.-Dijo JJ, caminando hacia la camioneta, sosteniendo el trapo en su mano.  Se detuvo a mi lado, mirando a las dos chicas frente a nosotros.-¿Qué?

-Oh, nada JJ-dijo Sarah, sacudiendo la cabeza y ocultando una sonrisa.

-Es solo que eh-Kie se aclaró la garganta, llevando un dedo a la comisura de su boca.-Tienes un poco de lápiz labial en los labios.

Los ojos de JJ se agrandaron y giró su cabeza hacia otro lado, las dos chicas estallaron en carcajadas. 

-Oh, Dios mío.- se rió Kie, sacudiendo la cabeza.-Estaba bromeando.

JJ las miró a las dos, dejando caer los dos lingotes de oro en el piso de la camioneta.

-Que se jodan chicas.

-Oh, vamos JJ, estábamos bromeando-se rió Sarah, recogiendo el oro.-Pero ustedes dos podrían al menos disimular un poco menos.

Me volví hacia JJ, empujando su brazo. 

-Te dije al menos 45 segundos.

-No es mi culpa que cuente un poco rápido-hizo un puchero, rodando los ojos.-¿Podemos derretir el oro, por favor? No podemos empeñar esto si tiene un símbolo de trigo gigante.

Kie tomó la linterna de mano y lo miró mientras comenzaba a ponerse de pie. 

-Va a funcionar.

✗✗✗✗✗✗

John B se detuvo frente a la casa de empeño, un poco abajo de la puerta principal.  Todos nos sentamos en la camioneta por unos momentos, mirando fijamente la puerta como si todos estuviéramos nerviosos por siquiera intentar empeñar el oro.

-¿Qué tan seguros estamos de que esto va a funcionar?-Pregunté, inclinándome entre el espacio de los dos asientos delanteros.-¿90%? ¿80%? ¿50%?

-Funcionará- asintió John B, mirándome.-No hay forma de que lo rechacen.

-Bueno, no sé nada de eso-dijo JJ, levantándose del asiento de la camioneta y deslizando la puerta para abrirla.  Volvió a envolver las barras de oro en el trapo azul.-Un infierno derretirlo, Dr. Frankenstein.

-Como si hubieras podido hacerlo mejor-respondió Kie mientras la seguíamos fuera de la camioneta.

Retiró el trapo, levantándolo para mostrarnos la gran mancha derretida que anteriormente había sido tres barras doradas separadas. 

-Podría haberlo hecho mucho mejor. Tomé una clase de soldadura.

Miré de un lado a otro entre los dos mientras Kie se volvía hacia JJ cruzando los brazos.

-¿Cuando?

-Whoa, whoa. ¡Hey, sh!-John B dijo, justo cuando JJ iba a responderle a Kie.  -Relájense, ¿de acuerdo?

JJ puso los ojos en blanco y se volvió hacia John B.

-Es fácil para ti decir eso- sacó la mancha dorada del trapo y la levantó.  -Tú no eres el que tiene que empeñar este pedazo de mierda.

-Pensamientos positivos, JJ- dije, apoyando una mano en su hombro.

-Te estabas preguntando si realmente podríamos hacerlo.-Pope respondió, levantando una ceja.

-Pequeños detalles, Pope.- Respondí, negando con la cabeza.

-¿Cómo conseguí este trabajo de todos modos?- Preguntó JJ, metiendo el oro en su mochila y luego ajustando la correa de la mochila en su hombro, volviéndose para caminar hacia la casa de empeño.

-Porque eres el mejor mentiroso-  Pope respondió con tono indiferente.

-Ding, ding, ding- sonreí, señalando a Pope.-Tenemos un ganador.

-¿Hola? ¿Alguien no ha visto cómo mi mentira ha pasado a Junie? ¿Por qué no puede hacerlo?

-Junie tiene la peor cara de póquer- dijo John B, sosteniendo la puerta abierta para todos una vez que JJ la abrió.-Desde siempre.

-Lo refuto-me burlé, siguiendo detrás a JJ cuando entró en la casa de empeño.

-Buenas tardes, señora.- sonrió JJ, mirando hacia la mujer detrás del mostrador.

Ella miró a nuestro grupo de arriba abajo, inmediatamente sospechosa. 

-Buenas.

JJ se dirigió hacia el mostrador, todo el mundo se separó de la tienda para no parecer tan sospechoso.

-Veo que compras oro- dijo, deteniéndose frente al mostrador.  Me detuve justo detrás de él, mirando algunas chucherías más antiguas.

-Eso es lo que dice el letrero, ¿no?

-Bueno, seguro que espero que compres mucho-deslizó la mochila de su hombro, apoyándola sobre el mostrador mientras yo me movía hacia su derecha, mirando las piezas de joyería en el recinto de vidrio.-Porque estoy a punto de volverte loca.

-No me queda mucha mente por explotar, así que adelante.-Respondió la mujer, mirando su mochila.

JJ sacó las barras derretidas del trapo y de su mochila, colocándolas en el mostrador frente a ella.

-¿Qué hay de unos lingotes dorados?

La mujer miró el oro derretido, y su nariz se arrugó de inmediato con disgusto.  Estaba casi segura de que escuché una pequeña burla escapar de sus labios.  Ella sonrió lentamente, una risa suave escapó de su garganta mientras miraba a JJ.

-Eso no es real.

-¿Eso no es real?-Preguntó JJ, levantando las cejas.

Aún riendo, negó con la cabeza. 

-No puede ser.

JJ apartó la mirada y luego volvió a mirarla. 

-Siente lo pesado que es.-Vimos como la mujer fue a recoger el oro, dudando.-Ajá.-Él asintió con la cabeza mientras ella tomaba una lupa, hacía clic en un botón y encendía una luz.-Aquí, aclaremos eso.

Me moví un poco a mi izquierda, mirándola mientras examinaba el oro.  JJ me miró, con una leve sonrisa en su rostro antes de volver su atención a ella. 

-Tungsteno pintado con aerosol.- dijo, dándole la vuelta.

-¿Tungsteno pintado con aerosol? ¿En serio? Está bien-descruzó los brazos, señalando el oro en sus manos antes de cruzar los brazos de nuevo.-¿Por qué no ves lo, uh, suave que es?

Cogió un pequeño martillo y un clavo, sosteniéndolos junto al oro. 

-¿Te importa?

-No, adelante.

Miré a Kie quien me envió una mirada de preocupación cuando escuchamos un golpe.  Me volví hacia la mujer, fingiendo estar interesada en un mini coche de colección de época que estaba sobre el mostrador. 

-Wow. ¿Podrías mirar eso?-Preguntó JJ, fingiendo estar sorprendido.

-Sujeta tus caballos-puso el martillo y el clavo y asintió antes de darse la vuelta.-No hemos llegado a la prueba de fuego todavía.

-¡Ooh! ¡La prueba de fuego!- Dijo JJ, mirándonos a todos con una sonrisa sarcástica en su rostro.-Mi favorita, chicos.-Me miró con una sonrisa en su rostro, arqueando las cejas.

Solo me reí, negando con la cabeza mientras la mujer regresaba al mostrador con una pequeña botella de goteo en las manos.  Vertió dos gotas sobre el oro, suspirando incrédula. 

-Bueno, no está enchapado y no está pintado.

-Señora, le digo que esto es tan real como lo largo que es el día.

-Parece que alguien intentó derretirlo.- Dijo, mirando el oro y entrecerrando los ojos.

Estuve a punto de volcar el pequeño coche antiguo, entré en pánico cuando me volví para mirar a Kie, que hacía una mueca y miraba hacia otro lado.  JJ se aclaró la garganta para cubrir el leve ruido.

-Mi mamá.-La mujer lo miró como si le costara creerle, mientras yo le enviaba una mirada de disculpa por hacer ruido.  -Tenía todas estas joyas por toda la casa, y pensó que era mejor fundirlas. Para.-mencionó las comillas.-Consolidarlo.

Sarah miró hacia otro lado, tratando de ocultar la sonrisa en su rostro por la mentira.  La mujer recogió el oro y lo colocó en una balanza, inmediatamente la balanza se hundió. 

-¿3 kilos? Eso es un montón de pendientes.

JJ se mordió el labio inferior, por primera vez parecía que estaba luchando por encontrar una excusa.  Me miró y tomó mi mano, jalándome la corta distancia hacia él.

-Está bien, para ser honesto, señora... es muy difícil ver a mi madre desmoronarse con el Alzheimer. Y lo único que siempre quiso ver fue que su único hijo se casara-me pasó un brazo por encima del hombro sosteniéndome a su lado.-Es por eso que le propuse matrimonio a mi hermosa novia aquí.

Casi me atraganté con el aire mientras trataba de ocultar mis ojos muy abiertos.  Su mano pellizcó ligeramente la parte posterior de mi hombro, indicándome que siguiera el juego.  Miré a la mujer con una sonrisa en mi rostro. 

-Fue hermoso. En la playa al atardecer y todo.

Ella levantó una ceja, sus ojos automáticamente se posaron en mi estómago. 

-Sé lo que estás pensando y no, no hay ningún bebé ahí.- dijo JJ, sacudiendo la cabeza.-Solo dos amigos de la infancia, loca pero locamente enamorados. Y le duele a mi mamá que no podrá ver la boda una vez que cumplamos 18. Entonces...-respiró hondo y suspiró, agitando su mano hacia el oro.-Su idea de lo mejor que podía hacer era derretir todas sus joyas para poder hacer un anillo para mi hermosa prometida.

Besó un lado de mi cabeza, dejando que sus labios se demoraran en mi sien durante unos segundos antes de mirar a la mujer.  Parecía que apenas creía su historia, pero tampoco le importaba sondear en busca de respuestas. 

-Dame un minuto.

-Tómese su tiempo, señora.-Dijo, asintiendo cortésmente mientras ella salía del mostrador y atravesaba la tienda, desapareciendo en una trastienda.

-¿Comprometidos? ¿De verdad, JJ?- John B susurró, sacudiendo la cabeza.  -Eso es exagerado, incluso para ti.

-Oye-respondí, frunciendo el ceño mientras lo miraba.-¿Qué es tan difícil de creer sobre eso? Soy el partido, muchas gracias. ¡Cualquier chico tendría suerte de estar comprometido conmigo!

-Aunque no me sorprendería.-Kie cantó suavemente, caminando junto a JJ y yo mientras devolvía algo a un estante.-No tomó mucha actuación eso, ¿eh?

-Oh, cállate- me reí cuando ella se reunió con Pope detrás de nosotros.  Miré a JJ, que todavía me rodeaba con el brazo.-¿Comprometidos? ¿En serio?

-¿Qué es tan difícil de creer sobre eso?-Preguntó, mirándome.-Pope, ¿no parece que podríamos estar comprometidos?

Pope nos miró y se encogió de hombros. 

-Eh.-JJ le devolvió la mirada y Pope puso los ojos en blanco y se acercó.-Lo siento, pero ¿quieres que te dé una respuesta que limite las sospechas de John B sobre ustedes dos o la verdadera respuesta?

-Respuesta real.- Tu dijiste.

-Poco probable.- JJ, se encogió de hombros, quitando su brazo de alrededor de mi hombro y se apoyó contra el mostrador, mirándome después de que los dos hablamos al mismo tiempo.

Pope puso los ojos en blanco, preparándose para hablar cuando hizo una pausa, mirando a nuestra izquierda. 

-Ella va a salir.

Caminó de regreso a Kie, dejándonos a JJ y a mí en el mostrador.

-Entonces, yo, uh- se aclaró la garganta mientras caminaba a nuestro lado, regresando detrás del mostrador.  -Hablé con mi jefe.

-¿Y?- Preguntó JJ, poniendo su brazo alrededor de mi cintura esta vez.

-Y, eh, esto es lo que puedo hacer.- Deslizó un pequeño trozo de papel blanco sobre el mostrador.

JJ lo miró antes de volver a mirarla, levantando una ceja. 

-¿Cinco mil?-Él se rió, sacudiendo la cabeza.-¿Cree que entré aquí sin saber el precio al contado? Señora, sé con certeza que esto vale por lo menos 140.- Quitó su brazo de alrededor de mi cintura, apuntando hacia el oro.

Ella se burló, riendo poco después mientras la miraba, poniéndose un poco más alta como si supiera que estaba hablando con un niño.

-Bueno, cariño, estás en una casa de empeños. Esto no es Zurich. ¿Te parezco suiza?

JJ se frotó un lado de la cara mientras suspiraba, tratando de no dejarse enojar. 

-Noventa, o me voy.

-Setenta. Mitad de precio y um- dio unos golpecitos en el oro e inclinó la cabeza hacia un lado.-No hago preguntas sobre dónde sacaste esto.

Crucé mis brazos, sintiéndome un poco incómoda mientras ella miraba a JJ.  JJ miró hacia John B, quien me dio el visto bueno.  Él la miró, asintiendo con la cabeza. 

-Voy a necesitar eso en grandes denominaciones, por favor.

Mordí mi labio inferior en un esfuerzo por evitar que mi sonrisa creciera mientras miraba a nuestros amigos, que estaban haciendo lo mismo.  La mujer nos miró a todos, riendo suavemente mientras se enderezaba. 

-Bueno, aquí está el inconveniente. No tengo tanto dinero, no aquí de todos modos. Puedo escribirle un cheque de caja.

-Efectivo... no, señora. Quiero el efectivo fuerte.- JJ palmeó el mostrador, señalando hacia el toldo que conducía a una trastienda.-Eso es lo que dice ese letrero. Dinero en efectivo por oro. Y eso es lo que espero. Lo conseguiré en efectivo.

-Bueno, tengo que enviarte al almacén. Tengo el dinero allí. ¿Está bien?

JJ la miró fijamente durante unos segundos, entrecerrando los ojos ligeramente como si estuviera tratando de averiguar si ella estaba completamente mintiéndole.

-¿Dónde está este almacén?

✗✗✗✗✗✗

-¿Así que guardan dinero aquí?- Pope preguntó, mirando por encima del hombro de Kie a las hileras de árboles que seguíamos pasando.

-Eso es lo que dijo-dijo JJ, volteándose en su asiento mientras jugaba con la bola de oro en la palma de su mano.  Se rió entre dientes suavemente, empujándome con la rodilla.-Eso es lo que ella dijo.

-Detente- Pope y yo dijimos al mismo tiempo, dándole una mirada a JJ.

-¿Ya casi llegamos? Parece que llevamos horas conduciendo.- Suspiré, apoyando mi cabeza contra el costado de la camioneta, mi trasero comenzaba a sentirse un poco entumecido contra la alfombra por estar sentada tanto tiempo. Originalmente iba a sentarme en el asiento trasero, pero en el momento en que vi a Kie sentarse, asentí con la cabeza para que Pope siguiera adelante y se subiera a la camioneta delante de mí, dándole la oportunidad de sentarse junto a Kie. Así que, naturalmente  Me senté frente a JJ, de espaldas al costado de la camioneta y mis piernas cambiaban constantemente entre estirarme por delante o doblar la rodilla y descansar contra las piernas de JJ.

-Hemos estado conduciendo durante 10 minutos, Junie-se rió John B, ajustando la radio.

-Ni siquiera he oído hablar de Resurrection Drive.- dijo Sarah, mirándonos a todos.

-Es porque eres rica.- Dijo JJ, mirándola.

-Tú tampoco has oído hablar de eso- respondió Kie, rodando los ojos hacia él.

Sarah sonrió. 

-Gracias.

-No hay nada más que malas hierbas aquí-dijo Kie, mirando por la ventana que tenía delante y luego por la que estaba detrás.

-Está bien, solo porque son solo malas hierbas, no significa que sea, como... como...- JJ se desvaneció, mirando por la ventana.

-¿Como si definitivamente no fuera un lugar donde sería un almacén?-  Pregunté, levantando una ceja.

Unas sirenas cortaron a JJ antes de que pudiera responder.  Me senté, inclinando el cuello hacia arriba para intentar ver por encima del asiento trasero. 

-¿Policías?-Preguntó Kie, apartando la mirada de la ventana trasera.-¿Aquí afuera?

-¡Dios!-JJ gimió, mirando por la ventana trasera.-¿Me estás tomando el pelo?

-¿Qué hicimos?-Sarah preguntó, luciendo confundida.

-Una mejor pregunta es ¿por qué nos detienen?-Pope suspiró, con un dejo de preocupación en su voz.

John B se volvió, mirando el oro en la mano de JJ. 

-Guarda eso.

-Tranquilos, chicos- suspiró Kie, viendo lo enojado que se estaba volviendo Pope.

-Odio a los policías-murmuró JJ, recogiendo su mochila.

-¿Trajiste el arma?- Preguntó John B.

-Oh, por favor dime que no trajiste el arma-gemí, apoyando mi cabeza contra la camioneta.

-No, ¿de acuerdo?- Dijo JJ, envolviendo el oro en el trapo.-Todos me dijeron que la dejara en casa.

Kie se relajó en el asiento. 

-¡Gracias a Dios! Por favor, todo lo demás en tu bolso, solo…

Pope se levantó y cogió la mochila de JJ.

-¡En eso estoy! ¿de acuerdo?-JJ entró en pánico, apresurándose a meter mierda en su bolso, la hierba que había escondido en su bolsillo, cayendo al suelo.

-¿Podrían cortarlo ustedes dos?-Dije, recogiendo su bolsa y tendiéndole la mano. -Denme el oro, ustedes dos guarden la hierba. La posesión es peor que encontrar oro.

-¿Cuánta hierba tienes contigo, hermano?-Dijo Kie, sonando un poco menos relajada.

JJ me pasó el trapo dorado, tomando la bolsita de hierba y metiéndola en su mochila.

-Kie, cambia a la izquierda- dije, volviéndome hacia el asiento trasero.  Big John había convertido ambos asientos del respaldo en pequeños compartimentos de almacenamiento.  En el que estaba sentado JJ era para cosas más pequeñas.  El otro, se abría de dos maneras: todos juntos para cosas más grandes, o el asiento más pequeño en el extremo derecho, que se abría solo.  Metí la mano debajo del asiento, moví la escotilla y la levanté.  John B tenía algunas toallas amontonadas y, en el almacén, algunas cañas de pescar viejas.  Levanté algunas de las toallas, coloqué la bola de oro debajo de ellas, las dejé caer y las palmeé para que parecieran tranquilas.

El amartillado de una escopeta detuvo la agitada charla, todos se congelaron ante el inquietante sonido.  Dejé caer el asiento mientras me volvía hacia el sonido, solo para ver a un hombre con un pañuelo de calavera cubriendo la mitad inferior de su rostro, apuntando con la escopeta directamente a la cara de John B.

Definitivamente no era un oficial de policía.

-¿Por qué no sigo adelante y veo sus manos en el aire ahora mismo?- Se encontró con el silencio mientras lo miramos en estado de shock.-¡Todos ustedes con las manos en alto, ahora mismo!-Gritó, moviendo el arma hacia el asiento trasero antes de llevársela a John B.-Tú, fuera del auto ahora mismo. Vamos.

Me senté allí, rezando en silencio para que nada saliera mal mientras John B abría lentamente la puerta y salía del auto.

-¡Fuera del coche! ¡Vamos! ¡Deprisa!- Su arma se quedó en John B, sin apartarla nunca de él.-¡Déjalos salir!

Miré a Pope y Kie que estaban mirando a John B con miedo en sus ojos.  Cuando mis ojos viajaron a JJ, pude ver el pulso de las venas de su cuello con cada apriete de la mandíbula.

-¿Qué vamos a hacer?- Susurré.

-Nada- respondió Pope, sacudiendo ligeramente la cabeza.-No hay nada que podamos hacer.

-Mierda.- dijo JJ, todos nuestros ojos siguiendo a John B mientras caminaba hacia la puerta corrediza de la camioneta.

-¿Qué estás esperando? ¿Qué estás esperando? ¡Déjalos salir!-Gritó, acercándose a John B.-¡Todos ustedes!

Volví a mirar el asiento donde había escondido el oro debajo y vi que parte de el se levantaba ligeramente. 

-Mierda-susurré, manteniendo una mano en alto y dejando que la otra cayera ligeramente, alcanzando el asiento.

Kie me miró con los ojos muy abiertos antes de mirar hacia atrás en dirección al pistolero.

-Junie, ¿qué estás...?

-Shh, solo... no llames la atención.- Respondí, empujando mi palma hacia abajo contra el asiento, empujándolo hacia abajo el resto del camino.

-¡Vamos! ¡Vamos! ¡Salgamos del coche!-La pistola ahora apuntaba al asiento trasero, John B estaba fuera del camino.-¡Vamonos!

Sarah salió primero y dejé que mi mano cayera debajo del asiento.

-Ahí tienes, niña bonita. ¡Aquí vamos!-  Kie la siguió poco después, mis dedos encontraron la escotilla y la cerraron.  -¡Sal del auto, vámonos! ¡Date prisa! ¡Ahí tienes!

Pope salió de la camioneta a continuación, JJ detrás de él, sacudiendo la cabeza mientras yo comenzaba a moverme hacia la puerta. 

-Mira, estamos en quiebra...

-¡Cállate el infierno!- Gritó el hombre, dando un paso hacia JJ, empujándolo hacia atrás con el arma.-¡Cállate!

-¡Muy bien! ¡Solo relájate!- JJ gritó, Pope lo agarró por los hombros.

Me puse de pie un poco con las manos levantadas en el aire.  Eché un vistazo detrás de mí, sintiéndome aliviada de que el asiento no pareciera haber sido tocado.  El pistolero se volvió hacia mí, manteniendo el arma apuntando a mis amigos. 

-¡Date prisa, carajo!- Gritó, extendiendo la mano y agarrándome del brazo, tirándome fuera de la camioneta, su fuerza hizo que tropezara con mis propios pies cuando casi me caigo de la camioneta.

-¡Oye, no la toques!- JJ gritó, avanzando de nuevo, con la cara roja y los labios fruncidos por la ira.

Sostuvo su agarre en mi brazo mientras empujaba el arma hacia JJ.

-¡Retrocede y mantén las manos en alto!- JJ fue a dar otro paso hacia adelante, pero lo recibió con otro paso, empujando el arma en su pecho.

JJ volvió a levantar las manos en el aire, sus fosas nasales se dilataron mientras miraba al hombre enmascarado.  El pistolero miró dentro de la camioneta para confirmar que yo era la última en salir y luego me empujó hacia mis amigos, poniendo ambas manos en el arma.  JJ dejó caer sus manos, agarrándome de tropezar hacia adelante, sus brazos se envolvieron alrededor de mi cintura inmediatamente mientras me alejaba ligeramente del pistolero. 

-¿Estás bien?-Él susurró.

Asentí con la cabeza, demasiado asustada para siquiera hablar mientras miraba al hombre enmascarado, tratando de ver si podía reconocer sus ojos.  Kildare no era una isla tan pequeña, pero todos conocían a todos.  Lo que significa que conocíamos a este idiota y él definitivamente nos conocía.

-¡Oye, oye! ¡Manos arriba!-Gritó, los brazos de JJ se separaron de mi cintura mientras los levantaba de nuevo.-¡Acuéstense en la zanja! ¡Acuéstense en la zanja! ¡Sobre sus malditas manos y rodillas! ¡Abajo!

Todos bajamos lentamente al suelo, su arma nunca nos abandonó y nuestros ojos nunca se desviaron del cañón abrumador que nos miraba. 

-¡Pon tu cara en el suelo!-Gritó, empujando la cabeza de JJ hacia el suelo antes de caminar por la línea.  -¡Quédate ahí, así! ¡Baja la cabeza! ¡No dejes que te vea mirar hacia arriba! ¿Está bien? Eso es todo lo que tienen que hacer.

Vi como sus botas pisoteaban a nuestro lado y regresaban hacia la camioneta.  No podía ignorar los pequeños guijarros que se abrían camino en mi piel mientras permanecía allí, asustada de respirar demasiado fuerte.  Podía sentir que comenzaba a temblar cuando cerraba los ojos, esperando que cuando los abriera, todo esto simplemente desapareciera y que me despertara en la biblioteca.  Cuando lo hice, fui recibida con pasto y tierra cubiertos por mi sombra.  Giré la cabeza entre mis manos, mis codos comenzaban a doler por el suelo accidentado y miré a JJ.

Estaba luchando por respirar normalmente, inhalaba y exhalaba pesadamente.  Sus fosas nasales se ensanchaban con cada respiración que tomaba y prácticamente podía ver el vapor saliendo de sus oídos mientras miraba fijamente al suelo, agarrando el ala de su sombrero y apretando la mandíbula de vez en cuando.  Moví mi mano izquierda lentamente comenzando a extender la mano hacia JJ para calmarlo mientras los sonidos del pistolero saqueando la camioneta resonaban en las paredes de la camioneta.

-Es una trampa, chicos-gritó Kie, el miedo en su voz era evidente.

-Ese viejo bate nos golpeó- dijo JJ, apretando la mandíbula de nuevo antes de levantar la mano derecha y golpear el suelo con el puño.

Retiré mi mano para que no quedara atrapada en el fuego cruzado mientras seguía mirando a JJ, esperando que él viera que estaba allí.  Su mirada seguía fija en el suelo mientras seguía respirando con dificultad, el lado de su mano derecha estaba sucia y un poco cortada por la tierra y las rocas.  Retiré la mano y apoyé la frente contra ambas manos, cerrando los ojos y esperando que el pistolero no encontrara el oro mientras seguía saqueando la camioneta.

-¡Mierda!-  Gritó, seguido de un fuerte estruendo antes de que sus botas rasparan el cemento, moviéndose hacia la tierra.-¡Tú!-Caminó hacia nosotros, se detuvo frente a mí y me dio un codazo en el brazo con su zapato.-Fuiste la última en salir, levántate.

Me congelé, manteniendo la cabeza gacha y metida entre las manos, demasiado asustada para moverme. 

-¡Déjala en paz, hombre!- Pope dijo.

-¡Cállate!- Sus zapatos se movieron hacia Pope antes de volverse hacia mí.  Se inclinó y agarró mi brazo, tirándome hacia arriba.  Miré a mis amigos, todos ellos mirándome con los ojos muy abiertos, excepto JJ, que todavía estaba concentrado en la tierra.  El pistolero me hizo girar hacia la camioneta y me empujó hacia la puerta, su arma presionando mi espalda.-El oro.

Tragué saliva mientras me sostenía de la camioneta en busca de apoyo, subiéndome. Observé los daños de las cosas que había tirado por todas partes: papeles, la mochila de JJ al revés, la caja utilizada como mesa o para ver más, descansando entre los dos.  asientos delanteros.  Lo único que quedó intacto fue el espacio de almacenamiento donde había escondido el oro.  Me arrastré hacia el asiento, metí la mano debajo y abrí la escotilla, levantando el asiento.  Vi movimiento hacia el auto detrás de nosotros y reconocí la cabeza de cabello rizado como el de John B mientras abría el asiento trasero del auto y se colaba.

-¡Date prisa!-Gritó el pistolero, pateando el coche y ganando mi atención.  Negué levemente con la cabeza y miré hacia el espacio, volteé las toallas y agarré la bola de oro, todavía envuelta en el trapo.  Me di la vuelta lentamente, arrastrándome hacia la puerta de la camioneta, salí y se la entregué.  Me lo arrebató, volteando la capa superior y riendo con incredulidad mientras miraba el oro.

-Vuelve allí.

Me empujó a un lado y rápidamente me reuní con mis amigos en el suelo, acostada boca abajo con mis codos tocando el suelo, descansando mi cabeza en mis manos.  Cuando me di cuenta de que el pistolero no me había seguido, dejé escapar un suspiro que no me había dado cuenta que estaba conteniendo, se estremeció mientras exhalaba.  Miré a JJ para ver que todavía estaba concentrado en el suelo.  Extendí la mano hacia él de nuevo, descansando mi mano en su brazo y él mantuvo su mirada en el suelo.  Estaba preocupada, pero tal vez él estaba tan asustado como el resto de nosotros.  Fui a quitar mi mano de su brazo, cuando él extendió su mano izquierda y la apoyó sobre la mía.  Seguía sin mirarme, pero en el momento en que sentí que me apretaba la mano sutilmente... supe que estaba allí, incluso después de que la apartara después de unos segundos.

-Está bien, quédense allí, así como así, a menos que quieran que les vuelen los sesos por todo este camino, no muevan sus malditas cabezas, ¿de acuerdo?- Gritó el pistolero, saliendo de la camioneta después de hacer una revisión más para asegurarse de que era todo el oro que teníamos.

Vimos mientras corría de regreso hacia la seguridad de su auto, cada uno de nosotros mirándonos el uno al otro en busca de una señal de que estaba bien movernos de nuestros lugares y largarnos de allí.  Una vez que cerró la puerta, apenas tuvo unos momentos para sí mismo antes de que John B apareciera de su asiento trasero y lo golpeara en la cabeza.  Los dos pelearon, John B agarró el arma frente al asiento del pasajero delantero, la puerta del conductor se abrió cuando el pistolero salió a trompicones. 

-¡Chicos, tengo el arma!-John B gritó, abriendo la puerta y saliendo del coche.

JJ fue el primero en correr y ayudar, sin tomarse un segundo para atacar al pistolero.  Se agachó de un puñetazo y arrojó uno de los suyos al costado del pistolero.  Pope se acercó a mí primero, se agachó y agarró mis manos, ayudándome a levantarme. 

-¿Estás bien, Junie?

-Sí-asentí, mirando mientras Sarah y Kie corrían a ayudar a John B.-Estoy bien.

Me abrazó, apretándome un poco antes de alejarse.

-Bien, ahora vamos.- Pope corrió para ayudar a la tripulación, y yo me uní a él poco después. El resto de nosotros corriendo para ayudar.

Kie lanzó un puñetazo al pistolero, el pistolero regresó y la empujó a un lado.  John B llegó detrás de él y lo golpeó en la espalda con la culata de la pistola, tirándolo al suelo frente a Sarah mientras Pope se inclinaba en el asiento del pasajero delantero. 

-¡Tengo el oro!-Gritó, levantando el trapo.

-Junie, toma esto- dijo John B, entregándome el arma mientras yo estaba allí, casi en estado de shock mientras veía a mis amigos descargar su enojo con él.  JJ fue el peor, nunca lo había visto tan enojado antes y con cada golpe que lo había visto lanzar hacia el pistolero, solo lo enojaba más.

Sarah tiró de la puerta del conductor hacia ella, clavando al pistolero en el costado dos veces antes de que Kie lo pateara, y Pope agregó una patada por si acaso.  El pistolero se dejó caer contra la puerta del conductor, ahora cerrada, jadeando pesadamente. 

-¡Hijo de puta!- Sarah gritó, de pie junto a él.

John B se movió a mi lado, caminando hacia el pistolero y rasgando su pañuelo, dejando al descubierto su rostro.  Lo he visto antes, sabía que lo había hecho.  Tal vez fue por el miedo o la adrenalina corriendo por mi cerebro lo que me impidió hacer una inmersión profunda en mi memoria para recordar. No estaba segura.  Pero yo lo conocía.  Eso era un hecho.

-¡Conozco a este pedazo de mierda!- Gritó JJ, interponiéndose entre Pope y yo mientras todos rodeábamos al hombre.-Es un traficante.

-Probablemente conoce a mi hermano.- suspiró Sarah, pasando una mano por su cabello.

Eso fue todo, así es como lo conocia.  Lo había visto con Rafe antes... el año pasado en la fiesta de Sarah.  Los dos estaban en un rincón hablando antes de la fatídica interacción de Rafe y mía.

-Él le vende coca a mi papá.- JJ resopló, aún respirando con dificultad mientras me miraba antes de arrebatarme el arma de las manos.

-Oye, escucha. No podría lastimar a ninguno de ustedes…-Fue interrumpido por JJ golpeando la culata de su escopeta en el costado de su cara, el hombre se desplomó.

-¡JJ!-Gritó Kie, mirándolo con los ojos muy abiertos.

-¡Amigo, hombre tranquilo!- Pope gritó mientras él y John B lo empujaban hacia atrás y lejos del pistolero mientras JJ empujaba el arma hacia mi pecho, mirando al hombre.-Venga.

Ni siquiera me había dado cuenta de que me había alejado de JJ y me había acercado a John B hasta que me miró, sus fosas nasales se dilataron antes de volver a mirar al pistolero y sacudir las manos de John B y Pope.  JJ los empujó y caminó hacia el pistolero, metió la mano en uno de los bolsillos de su overol y sacó una billetera. 

-Vamos, salgamos de aquí.- Pope dijo, mirando a su alrededor con nerviosismo.

JJ abrió la billetera, sacó una licencia de conducir antes de arrojar la billetera al hombre y empujar a John B lejos de él. 

-Tenemos una última parada.

-¡Oye!- John B gritó, mirando a JJ como si no lo reconociera.

JJ lo ignoró, caminando entre Sarah y Kie, empujándolas a ambas.

-Vamos a ver dónde vive este hijo de puta.

Kie y Pope lo siguieron de inmediato, Sarah parada allí mientras John B se acercaba y se colocaba junto a ella.  Ella le apretó la mano y caminó hacia la camioneta.

-¡Voy a recordar esta mierda!- El pistolero gritó, la sangre goteaba por su barbilla.-¡No pueden esconderse de mí! ¡Sé exactamente quiénes son! ¿Eh? ¡Me verán de nuevo! ¿Me oyen?

-¡Venga!-  Pope gritó, subiendo a la camioneta.

El motor se puso en marcha cuando John B buscó en su bolsillo y sacó las llaves del coche que debió haber robado del interior del coche, arrojándolas al bosque.  El pistolero rodó hacia atrás de sus manos y sobre su trasero, apoyándose contra su coche uno más mientras me miraba. 

-¿Qué va a hacer una niña como tú con eso?- Se burló, tosiendo poco después mientras miraba la escopeta en mis manos.

Lo miré sin darme cuenta de cómo mis manos temblaban levemente.  Los ojos de John B se encontraron con los míos cuando miré hacia arriba, ya en medio de descargar las tres balas que había cargado allí.  Los rodé en mis manos, mirándolos por un momento antes de arrojarlos al bosque.  El pistolero se rió suavemente, tosiendo mientras negaba con la cabeza.  Volví a mirar el arma, recordando la sensación del cañón de la escopeta en el medio de mi espalda y la forma en que mi corazón se aceleró contra mi pecho cuando apuntó a mis amigos y a mí.

Lo contuve, levantándola un poco sobre mi hombro como si fuera a golpearlo.  Me miró fijamente, casi pareciendo un poco asustado cuando bajé el arma con fuerza, rompiendo la ventana del lado del conductor, el vidrio cayendo dentro de su auto, algunos pedazos cayendo sobre él.  Caminé hacia la parte delantera del auto junto a John B, mirando al pistolero mientras levantaba el arma de nuevo, la balanceaba contra el parabrisas y la veía romperse.  Podía sentir el nudo en mi garganta comenzar a crecer mientras lo levantaba de nuevo, golpeándolo de nuevo.  La ira se arremolinaba a mi alrededor cuando la levanté una vez más, esperando que este último golpe lo hiciera añicos por completo.

-¡Junie, detente!- John B dijo, agarrándome del brazo y evitando que golpeara el parabrisas por tercera vez.  Miré hacia él, sintiendo que mi respiración se aceleraba mientras las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos.-Oye, oye, está bien-susurró, tomando el arma de mi mano y lanzándola hacia el bosque.  Tomó mi rostro, haciendo que lo mirara mientras sus pulgares rozaban mis mejillas.  -Está bien, Junie, pero tenemos que irnos ahora, ¿de acuerdo? Olvídate de este idiota.

Asentí con la cabeza, parpadeando para contener las lágrimas cuando John B me llevó a su pecho y me abrazó, su mano descansando en la parte posterior de mi cabeza.

-Ahora vamos, tenemos que irnos.-  Susurró de nuevo, alejándose y tomando mi mano, llevándonos lejos del pistolero y de regreso a la camioneta.

-¡Me escuchas!-  Gritó el pistolero, tratando de levantarse del suelo.-¡Te veré de nuevo!

John B me empujó un poco hacia la camioneta, cerrando la puerta detrás de mí antes de caminar hacia el asiento del pasajero.  Pope agarró mi mano y tiró de mí hacia él y Kie, dejándome sentarme entre ellos dos mientras JJ comenzaba a alejarse.  Miré por el parabrisas trasero por última vez y vi al pistolero caer al suelo.  Cuando me di la vuelta, inmediatamente miré por el espejo retrovisor y pude ver los ojos de JJ.  Fueron pasados ​​por alto y el rojo en sus mejillas seguía siendo relevante.

-Oye-susurró Kie, dándome un codazo con la pierna.-¿Estás bien?

Mantuve mis ojos en JJ, esperando que el JJ que vi en el momento en que nos apuntamos con el arma a la cara, desapareciera pronto y que el cálido y divertido JJ regresara. 

-No lo sé, Kie- susurré, sacudiendo mi cabeza ligeramente.-No lo sé.

✗✗✗✗✗✗

-Bienvenidos al páramo del drogadicto- suspiró Sarah, mirando por la ventana mientras llegamos a una choza.  Estaba cubierto de tierra y polen y tenía algunas malas hierbas dispersas creciendo a un lado, claramente este lugar no estaba del todo cuidado.

-No sé sobre esto, hombre.- Pope dijo, sacudiendo la cabeza.  JJ se detuvo frente a la parte delantera de la cabaña, detuvo la camioneta y apagó el motor.-Amigo, ¿por qué estamos donde Barry?

JJ miró la licencia de conducir que tenía en la mano antes de abrir la puerta.

-Esto solo tomará un segundo.

Caminó alrededor de la parte delantera de la camioneta, dirigiéndose hacia la parte delantera de la choza.

-¿A dónde vas?-John B gritó cuando Pope abrió la puerta trasera.

-¡Yo soy la justicia!- JJ respondió, dándonos la espalda a todos.

-¿Aprendiste algo de eso?- Pope preguntó, mirándonos a todos con expresión confusa.

Suspiré, levantándome del asiento y agachándome mientras salía de la camioneta y me dirigía hacia la cabaña. 

-Junie, ¿a dónde vas?-Preguntó Kie.

Me volví para enfrentarlos, encogiéndome de hombros. 

-No voy a dejar que haga algo estúpido.

-¿Estás segura de que eres la que debería ir?- Sarah preguntó, Pope y Kie se unieron a ella mientras los tres me miraban con complicidad.  Los miré, crucé los brazos y les dije que retrocedieran en silencio.

Kie no lo estaba tomando y miró negó con la cabeza.

-Sabes, alguien probablemente debería...

John B abrió la puerta del pasajero delantero.

-Si, yo voy.

Suspiré cuando John B se acercó a mí y los dos subimos los cortos escalones.  Abrí la puerta mosquitera y entramos, navegando por el porche destrozado y llegando a la puerta principal.  John B extendió su mano, sujetándome un poco hacia atrás mientras empujaba la puerta principal para abrirla el resto del camino.  Puse los ojos en blanco y lo rocé, sabiendo muy bien que los sonidos que escuchamos eran JJ. 

-¿A dónde vas?-Susurró, negando con la cabeza.-¡No solo entras!

-¡Es JJ! ¿Quién más podría ser?- Respondí, entrando mientras él me seguía.  Los dos nos dirigimos hacia los crujidos que venían del interior.

Caminó delante de mí esta vez, guiándome por el camino corto hacia la cocina donde JJ acababa de alejarse de una mesa en la sala de estar.

-Sí, ¿cuál es tu plan hábil?-Preguntó, mirando al chico rubio apresurado.

-Bueno, ya que nos han robado-tomó dos cojines del sofá, inspeccionó debajo de ellos antes de arrojarlos hacia abajo.  -Le robaremos.

-Déjalo, Shakespeare.-dije, cruzando los brazos y ladeando la cadera mientras él arrojaba otro cojín hacia abajo.

-Sí, eso se perdió en la traducción.- John B agregó, asintiendo con la cabeza.

JJ se dio la vuelta y se dirigió a la cocina.

-Ojo por ojo, John B.

-Sí, sí, sí, eso es genial, JJ.-John B lo interrumpió antes de que pudiera explorar los gabinetes, poniendo sus manos contra su pecho.-¿Pero qué pasa después de que le robas a un traficante de drogas? ¡Él sabe quiénes somos!

JJ se rió, burlándose mientras empujaba a John B a un lado.

-No le tengo miedo a ese tipo.

-Puede que no.- le dije, caminando hacia él mientras abría un armario.  -Pero eso no significa que el resto de nosotros no lo estemos.

-Créame, June Bug, no hay necesidad de preocuparse.- Cerró el armario y pasó junto al frigorífico.

John B suspiró, caminando detrás de mí.

-JJ, no...-JJ arrojó a un lado la cortina rayada que estaba colgando y bloqueando la vista de lo que fuera que estaba detrás.  Pasó junto a él, la cortina cayó detrás de él y lo dejó fuera de la vista.

John B y yo nos quedamos allí, pensando que volvería a salir unos segundos después, hasta que escuchamos el sonido de más cosas revoloteando.  John B suspiró de nuevo y fue a dar un paso hacia la cortina, pero lo interrumpí y puse una mano en su pecho. 

-Quizás... déjame, ¿de acuerdo?

John B asintió casi de inmediato y le di la espalda a él que caminaba detrás de la cortina.  Caminé lentamente por el pasillo, asomándome por cada puerta abierta mientras pasaba. Cuando escuché más ruido proveniente de la puerta al final del pasillo, me detuve frente a ella y vi a JJ sacando cosas de un armario. 

-¿Qué estás haciendo, JJ?

No se molestó en volverse y mirarme mientras arrojaba una sábana arrugada al suelo, dándose la vuelta y caminando hacia otro armario al otro lado de la habitación.

-¿Qué parece que estoy haciendo, June Bug?-Me miró, inclinando la cabeza hacia un lado.-Me voy a desquitar.

-No te vengas con un traficante de drogas, JJ.- Dije, entrando en la habitación.

Volvió su atención hacia el cerrador, extendiendo la mano y sacando una bolsa de lona, ​​dejando escapar una pequeña risa.

-Aquí vamos.-  Se volvió hacia la cama y abrió la cremallera de la bolsa, inclinándola boca abajo: bandas de dinero en efectivo cayendo.

Inmediatamente sentí que se me enfriaba la sangre cuando se agachó para coger el dinero, con una sonrisa en el rostro.

-JJ, no deberías estar haciendo esto,-le dije, dando un paso hacia él.

-Sí, bueno, no debería estar haciendo muchas cosas-respondió bruscamente, metiendo el dinero en la pequeña bolsa de lona mientras me miraba por encima del hombro.-Pero todavía lo estoy haciendo, ¿no?

Me incorporé un poco más erguida, mi cerebro se aceleró y trató de evaluar su tono de voz.  No era JJ hablando, era la ira de JJ hablando.

-¿Qué estás haciendo?-John B gritó.

-¡Desquitarme!- Respondió JJ, terminando y cerrando la bolsa.

-JJ, detente. No necesitas hacer esto- dije, manteniendo la voz baja para que John B no me escuchara.

JJ caminó hacia la puerta, sacudiendo la cabeza. 

-No, necesito hacer esto. Ahora, por favor, muévete para que pueda salir de esta mierda.

Me paré en la puerta, mirándolo a los ojos y negando con la cabeza lentamente. 

-No puedo dejarte hacer esto, JJ.- Susurré, tratando de llegar a él.-No se puede robar dinero a un traficante de drogas.

JJ parpadeó y, por un momento, pensé que existía la posibilidad de que se diera cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal.  Pero en cambio, se deslizó a mi lado y regresó al pasillo.  Extendí la mano rápidamente, agarrando una de las asas de la bolsa de lona y él se dio la vuelta, alcanzando mi mano y empujándola antes de sacarla de mi agarre.  Lo miré fijamente, mis ojos se agrandaron mientras la ira simplemente irradiaba de él.

Este no era JJ y no tenía ni idea de cómo acercarme a él en este momento.

Caminó por el pasillo y yo lo seguí de cerca, la cortina cayendo sobre mi cara mientras él la apartaba. 

-Está bien, me encargué del negocio- Dijo, actuando todo indiferente.

John B me miró y yo miré la bolsa de lona, ​​asintiendo con la cabeza antes de volver a mirarlo y frotar las yemas de mis dedos para indicar que JJ había tomado el dinero.  Volvió a mirar a JJ, extendiendo la mano y evitando que siguiera caminando. 

-Oye mirarme.- Agarró los brazos de JJ y JJ se apartó en respuesta, pero John B no lo soltó.-Si sigues por este camino, terminarás como tu padre, haz…

En un instante, JJ se acercó y agarró un puñado de la camisa de John B, tirando de él contra la pared mientras lo miraba.  Fui a dar un paso adelante, sin querer hacer nada más que meterme entre los dos chicos, pero John B miró por encima del hombro de JJ y me miró, sacudiendo sutilmente la cabeza.

-Cuida tu boca, hombre.-JJ estaba furioso, manteniendo la camisa de John B en sus manos.-¿No estás cansado de que te molesten?

John B negó con la cabeza, mirando hacia un lado. 

-Ese no es el punto, JJ.

-Porque yo sí-JJ lo miró por unos segundos más antes de dejar caer su camisa y pasar junto a él, chocando contra su hombro mientras se dirigía a la puerta principal.

Caminé hacia John B, negando con la cabeza.

-Él tomó el dinero... todo. Tenía que haber al menos 20 mil allí, como mínimo.

John B negó con la cabeza y nos condujo fuera de la puerta principal, JJ ya bajaba los escalones. 

-Está bien, entonces estamos buscando cinco mil dólares cada uno como reparación por hacernos pasar por esa mierda.-Dijo JJ, sosteniendo efectivo en sus manos.-Lo siento, todos ustedes.

-¿Entonces eso es lo que estamos haciendo ahora?-  Preguntó Kie, mirando a JJ mientras John B y yo nos uníamos al grupo.-¿Estamos robando a traficantes de drogas?

-Este tipo Barry se va a enterar-  Sarah dijo, mirando a su alrededor también.-Y él vendrá a por nosotros.

-Si él lo hará.- Pope intervino, dando un paso hacia JJ.-Este no es el momento de empezar a desfallecer.

Todo el mundo se amontonaba sobre JJ y él estaba allí, mordiéndose el labio inferior hasta que finalmente levantó la vista de sus zapatos y nos señaló a todos.

-¿Cómo les gustaría que les apuntasen con un arma?- Su mirada se posó en Pope antes de finalmente posarse en mí.

John B se paró frente a mí, metiéndose en la cara de JJ y empujándolo lejos.

-Relajate.

-Lo tenía justo aquí contigo, hermano- dijo JJ, señalando con el dedo entre los ojos de John B.

-Mira- dijo John B, señalando a JJ.  -Tenemos que ir a buscar el oro, ¿de acuerdo? Solo dame esa mierda- Extendió la mano hacia la bolsa, agarrando el extremo de las manos de JJ.-Lo estamos devolviendo.

JJ se abalanzó hacia John B, empujándolo violentamente contra el costado de la camioneta.  Su mano se deslizó por la clavícula de John B y estaba respirando con dificultad como lo hacía antes cuando nos detuvieron a un lado de la carretera. 

-¡JJ, detente! - Grité, dando un paso hacia los dos chicos.

-¿Te sientes como un tipo duro? ¿Eh?-  John B dijo, mientras JJ no me prestaba atención, manteniendo su atención en John B mientras lo tenía inmovilizado contra la camioneta.  -¿Qué vas a hacer cuando él venga por nosotros?

JJ soltó la camisa de John B cuando John B volvió a su cara, sin dejar que la expresión seria de su rostro vacilara. 

-Le damos un puñetazo en la garganta.

John B se burló, sacudiendo la cabeza. 

-Sí, buena idea, JJ.- La mirada de John B se detiene sobre el hombro de JJ, aterrizando en mí mientras estaba parado junto a Pope con los brazos cruzados.  Pope estaba con su mano en la parte superior de mi espalda como apoyo.

John B volvió a mirar a JJ, frunciendo ligeramente el labio superior y sacudiendo la cabeza de nuevo.

-Él sabe que no tienes una mierda a tu nombre y ¿sabes lo que esos tipos siempre buscan cuando quieren su paga?-JJ permaneció en silencio, erguido contra John B.-¿Crees que era un secreto lo protector que eras con Junie? Mantén esta mierda y ella es la primera a la que perseguirá. ¿Y luego qué, JJ? Todavía piensas que esto... ¿es una buena idea?- Lo empujó, JJ titubeó en sus pasos por primera vez antes de recuperar su postura.-Estás arruinando tu vida y la estás poniendo en peligro mientras lo haces... a todos nosotros. Así que aclara tu maldita cabeza.

JJ se quedó allí en silencio, un poco menos alto de lo que había estado antes.

-No lo voy a devolver-Dijo, agachándose y arrebatándole la bolsa.  Subió a la furgoneta, se sentó en el asiento y se reclinó en el.

Lo miré, sin querer nada más que subir tras él y ocupar mi lugar habitual en el suelo.  Quería sentarme entre sus piernas como siempre lo hacía donde él jugaba con las puntas de mi cabello o golpeaba sus rodillas contra mis hombros mientras reíamos con nuestros amigos o cantábamos cualquier canción que estuviera en la radio.

Pero no pude.  Porque lo que está haciendo está mal, lo sé, todos lo saben.  También sé que realmente no hay otra forma de hacerle ver que lo que está haciendo está mal sin que se sienta atrapado.

-¿Van a entrar o qué?-Preguntó, dejando la bolsa en el suelo junto a su asiento.  Su mirada se movió a lo largo de nuestro grupo antes de finalmente fijarse en mí.

Respiré poco y caminé hacia la camioneta, haciendo todo lo posible por no prestar atención a la luz en sus ojos cuando me vio avanzar, porque sabía que se desvanecería en el momento en que hablara.  Apoyé mi mano en el costado de la camioneta, mirándolo. 

-JJ...

Miró a nuestros amigos una vez más, y se dio cuenta de que nadie se le uniría en la camioneta.  Cuando volvió a mirarme, se dio cuenta de que yo tampoco lo iba a hace y, como se esperaba, esa pequeña luz se atenuó y fue reemplazada por ira, culpa… y dolor.  Se agachó y salió de la camioneta, parándose frente a todos nosotros. 

-¿Qué?

-Estamos hartos de tu mierda-dijo John B, caminando hacia él.

-Oh-se rió JJ, señalándose a sí mismo.-¿Mi mierda?

-Sí, sí, tu mierda.- John B asintió.

-Si.-Kie intervino.-Estás apuntando a la gente, mierda.

Pope suspiró y asintió con la cabeza. 

-Estás actuando como un maldito maníaco…

-¡Está bien, Pope!-Gritó JJ, volviéndose hacia Pope, su voz temblando levemente. -¡Yo asumí la culpa por ti, hombre! ¿Sabes cuánto dinero debo por ti?

-¡Te devolveré el dinero y ni siquiera te pedí que hicieras eso!-Pope gritó en respuesta, dando un paso hacia JJ.

-¡Lo acabo de hacer!- JJ le devolvió la mirada, encogiéndose de hombros ligeramente. -Devuélvemelo. Aquí mismo, ahora mismo, solo.-Dio un paso atrás y nos miró a todos mientras asentía con la cabeza. -¿Saben qué? Eso es exactamente lo que voy a hacer-  Se acercó a la camioneta, agarró su mochila, deslizó su brazo por una correa y la apoyó en su hombro.-Irme, solo.

-¡JJ, detente!-Dije, dando un paso hacia él y agarrando su brazo mientras él alcanzaba para agarrar la bolsa de lona.-No... por favor.

Me sacudió y se alejó, mirándome por encima del hombro una última vez antes de alejarse.

-¡JJ!-Pope dijo, viniendo detrás de mí.

-Oye, espera, hombre-dijo John B, deteniéndolo y apoyando una mano en mi hombro y en el de Pope.

-Solo... déjalo ir- suspiró Sarah mientras veíamos a JJ continuar distanciándose entre nosotros.

Me burlé, quitando la mano de John B de mi hombro alejándome de ellos. 

-June, ¿a dónde vas?-Gritó Kie.

Me di la vuelta, encogiéndome de hombros. 

-No voy a dejar que se vaya y piense que está solo, eso es seguro.- Me di la vuelta, dejándolos detrás de mí mientras intentaba alcanzar a JJ.

Ya estaba en la carretera principal y casi fuera de mi vista cuando comencé a trotar.

-¡JJ!-Grité, esperando a que me escuchara y se detuviera o al menos se diera la vuelta.  Pero me dio la espalda y solo aceleró el paso.-¡JJ, vamos!

Me llevó más adelante por ese camino, todavía caminando por delante.  Corrí un poco más rápido, sin duda mis pasos le hicieron saber que me estaba acercando detrás de él.  Cuando me acerqué lo suficiente, alcancé su brazo y lo agarré.  Finalmente dejó de caminar, echó la cabeza hacia atrás antes de finalmente darse la vuelta.

-¡JJ, no puedes hacer esto!

-¿Y por qué no?- Preguntó, levantando los brazos hasta la mitad antes de dejarlos caer a los lados.

-¡Porque es peligroso! -Dije, frunciendo las cejas mientras trataba de recuperar el aliento.  Hice un gesto hacia la casa de Barry, mirándolo.-¡Le estás robando dinero a un narcotraficante! ¡No solo eso, sino un narcotraficante que nos robó a punta de pistola!

-Lo sé-dijo JJ, actuando sin molestias.-Vi cómo te apuntaba con el arma en el medio de la espalda. ¿Y solo quieres que se salga con la suya?

-No, hablamos con Peterkin. Le contamos lo que pasó y nosotros…

-¡La policía no hace una mierda, Junie! ¿No lo sabes?-Gritó, sacudiendo la cabeza y burlándose.-Oh, espera, lo siento. Tu pequeño viaje por el lado peligroso de la cárcel no fue suficiente para que vieras eso, ¿verdad?

Puso los ojos en blanco, volviéndose de nuevo para alejarse, pero me quedé pegado a él.

-¡Podemos encontrar otra manera de conseguirle la restitución! Yo...tengo algunos ahorros trabajando en Heyward's y papá me dejó dinero después de su muerte, puedo simplemente…

-¿Y qué? ¿Estaré en deuda contigo por el resto de mi vida en lugar de con Topper?-Se burló, sacudiendo la cabeza.-Sí, no gracias.

-Eso no es lo que quise decir, JJ-dije, siguiéndolo mientras se giraba de nuevo.  Extendí la mano y lo agarré del brazo.-Solo, déjame ayudarte y podremos...

JJ arrancó su brazo de mi agarre, se dio la vuelta y caminó hacia mí.

-¡No hay nosotros, en esto y no quiero tu ayuda, Juniper!- Retrocedí arrastrando los pies con cada paso que daba hacia mí.-¡No la necesito!

Mantuve mis ojos fijos en él, notando cómo su respiración se había acelerado, su pecho subía y bajaba rápidamente y la mirada en sus ojos… me asustó.  Eran de un tono más oscuro de azul y estaban llenos de ira y dolor. 

-JJ...-susurré, acercándome a él.

Dio un paso atrás, sacudiendo la cabeza.

-John B tenía razón, solo... mantente alejada de mí. Estoy haciendo esto por mi cuenta.- Me dio la espalda de nuevo, caminando por el camino de tierra y nunca me miró con un segundo pensamiento.

Me quedé mirando su espalda, viéndolo alejarse y alejarse más de mí.  Quería correr tras él, demostrarle que no estaba solo en esto, que no necesitaba estarlo... pero no podía.  Mi cerebro estaba demasiado concentrado en internalizar sus palabras para incluso ordenarle a mi cuerpo que se moviera.  ¿Qué quiso decir con que John B tenía razón?  ¿Cuándo en toda su vida estuvo de acuerdo con John B?  En cuanto a mantenerme alejada de él... ¿quiso decir ahora mismo?  ¿O en general?  Finalmente conseguí moverme y me di la vuelta, sin querer verlo desaparecer por completo de la vista mientras cruzaba los brazos y regresaba a la camioneta como un perro con el rabo entre las piernas.

Cuando finalmente llegué a la camioneta, Pope era el único que estaba afuera esperándome.  Levanté la vista de mis zapatos y le miré a los ojos.  Él también se sentía culpable por dejar que JJ se fuera y no ir tras él, era evidente por la expresión triste de su rostro.  Mientras me acercaba a él, traté de ocultar el hecho de que mi labio inferior estaba empezando a temblar, succionándolo y sacudiendo la cabeza cuando me detuve frente a él.  Me dio una sonrisa triste y envolvió un brazo alrededor de mi cuello, abrazándome a su costado y girándonos hacia la camioneta.  Primero me dejó entrar y yo hice un movimiento para sentarme en la silla en la que JJ había estado momentos antes.  Me senté, hundiéndome en el cojín e inmediatamente me acurruqué hacia la ventana, subiendo una pierna al asiento e ignorando las miradas de Kie y Sarah, optando por sentarme en silencio mientras John B se alejaba.

Nos sentamos en silencio durante todo el viaje de regreso a la ciudad, incluso la radio estaba sonando al mínimo volumen.  Nadie quería tocarlo e interrumpir el silencio, probablemente todos estaban atrapados en sus propios pensamientos.  Kie nos dijo que podíamos reunirnos en el Wreck, sus padres no lo abrirían hasta dentro de unas horas para la gente que almorzaba tarde o cenaba temprano.  Efectivamente, cuando nos detuvimos en la parte delantera del Wreck, éramos el único automóvil allí.  Kie nos dejó entrar por la parte de atrás, y nos sentamos en una mesa hacia la parte de atrás con vista al agua... donde habiamos estado sentados durante los últimos diez minutos.

-Mira, vendrá, ¿de acuerdo? Es...- dijo John B, recostándose en su silla. -Es JJ. Siempre lo hace.

Quería intervenir allí mismo y no estar de acuerdo.  Claro, hubo momentos en el pasado en los que JJ simplemente se iba sin decirnos a ninguno de nosotros adónde iba, pero nunca se fue como lo hizo fuera de donde Barry.

-¿Crees que se irá a casa?-Preguntó Kie, mirando hacia la mesa.

Pope mantuvo el brazo en alto sobre la ventana, sin apartar la mirada del agua. 

-Hay un cero por ciento de posibilidades de que JJ se vaya a casa.

-Bueno, comienza a pensar en lugares donde podría estar porque necesitamos encontrarlo.- Dije, hundiéndome en mi silla y abrazando mis brazos más cerca de mí.  Rompiendo mi silencio por primera vez hablé desde que dejamos la choza de Barry y sacudiendo ligeramente la cabeza mientras murmuraba, mirando hacia la mesa, sintiendo los ojos de Kie y Sarah en mí.  -Él no se va simplemente así.

John B me miró, dispuesto a decir algo antes de mirar a Sarah. 

-¿Estás bien?

-Sí-asintió con la cabeza, su rostro triste mientras lo miraba.-¿Tú?

John B se encogió de hombros, sonriendo levemente. 

-Quiero decir, estoy de una pieza, así que...

-Está bien-suspiró Pope, alejándose de la ventana y caminando detrás de mí.  -Es demasiado peligroso empeñar esto poco a poco. Entonces, nuestra mejor apuesta es ir allí y conseguir el resto.- Se detuvo a mi derecha y puso una mano sobre la mesa.-Sácarlo todo de una vez. Ponerlo en… en una caja fuerte o en una bóveda o algo así. No… no sé. Solo hasta que podamos encontrar a alguien que no nos estafe. ¿Está bien?

-Está bien- asintió John B, golpeando la mesa con los nudillos e inclinándose hacia adelante desde su silla.-Vamos a hacerlo.

-Tranquilo-asintió Pope, asintiendo.

-Vamos- sonrió John B, preparándose para levantarse de la silla.

-"Espera- dijo Sarah, mirando a John B. -¿Qué hay de esa cosa con mi papá?

John B la miró y luego bajó la cabeza. 

-Mierda.

-¿Que cosa?-Pope preguntó, tensándose mientras se inclinaba sobre la mesa.

John B miró hacia arriba y se mordió el interior de la mejilla. 

-Tengo que ir a pescar con Ward.

Pope suspiró, derrotado cuando Kie lo miró con una ceja levantada. 

-¿No puedes conseguir 400 mil... porque vas a matar peces?

-Mira, tengo que irme.

-¡Déjalo!- Pope dijo, agitando su brazo hacia él.-¡Son 400 millones en oro!

-Inventa algo-añadió Kie, subiendo la pierna a la silla.

-¡La única razón por la que estamos en esta posición es por ti!-Dije, levantando la vista de la mesa y señalando hacia él.  -¿De repente estamos así de cerca y no puedes ir porque necesitas impresionar a Ward Cameron?

-Mira, yo… tengo que hacerlo, ¿de acuerdo?-Dijo mirándonos a todos.  -Él... él me salvó, ¿de acuerdo? Y si no fuera por Ward, estaría en un hogar de crianza.

Me senté más derecho, mirándolo. 

-Sí, bueno, si no fuera por Nana ayudándote el año pasado y oh, no sé, los últimos 15 años antes de eso, estarías jodidamente indefenso-Todos me miraron con los ojos muy abiertos y las cejas levantadas, sorprendidos por mi arrebato hacia John B. Pero todo en lo que podía concentrarme era en él y en la ira y el dolor que fluían a través de mí.

-¿Cuál es tu problema?- Preguntó John B, frunciendo el ceño.-¿Se trata de JJ?

-No, mi problema es que nos tienes a todos envueltos en tu lío y ahora nos dejas a nosotros descubrir cómo salir de el. ¡Ese es mi problema!

El silencio se apoderó de nosotros antes de que John B apartara la mirada de mí y mirara los rostros sorprendidos de todos los demás.

-Así que sí, tengo que irme. Además, será mejor hacerlo de noche. ¿Verdad?

Nadie parecía divertido con su sugerencia y todavía estaban tratando de averiguar qué me hizo estallar.  Pope fue el primero en romper el pequeño silencio, inclinándose.

-Bien. Bien, ve a pescar.

-Y al menos JJ probablemente se habrá lavado para entonces-dijo Kie, recostándose en su silla.

Sarah y Pope intercambiaron una mirada y Sarah suspiró, colocando sus manos sobre la mesa. 

-Está bien, ahora mismo, tal vez deberíamos tomarnos un descanso y volver a estar juntos más tarde.

Me levanté de la silla, me levanté y sacudí la cabeza. 

-No es necesario, me voy.

Me alejé de la mesa, dirigiéndome hacia la parte de atrás donde Kie nos había dejado entrar antes.

-¿A dónde vas?- Pope gritó, suspirando desesperado.

-No estoy esperando a que vuelva JJ- dije, negando con la cabeza.-Esa ni siquiera es una opción.- Caminé hacia la parte de atrás y salí por la puerta trasera, dejé que se cerrara detrás de mí mientras caminaba alrededor del Wreck y me dirigía hacia la carretera.  Eché un vistazo al restaurante, sabiendo que nadie vendría detrás de mí, pero esperando que alguien lo hiciera, para no tener que hacerlo solo.  Cuando no vino nadie, salí a la carretera y giré a la izquierda hacia la dirección del corte y la casa de JJ.  Tenía miedo de ir tras JJ, especialmente porque lo habíamos dejado con una nota no tan buena antes donde Barry.  Pero no pude dejar de sacudir este mal sentimiento en mi estómago y no pude dejar de pensar en la mirada en sus ojos antes de que se alejara de mí la última vez.

Pope dijo que había un cero por ciento de posibilidades de que JJ se fuera a casa.  Que sería el último lugar al que iría.  Pero algo me dijo que eso es exactamente a donde se dirigía.

Porque después de todo, sería mucho menos sospechoso si un adulto entregara al menos $ 20,000 a la policía... que un niño.


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[n/t]

ESTOY MUY EMOCIONADA Y TRISTE A LAS VEZ.

Triste por lo del capitulo de hoy, pero emocionada por q ya no puedo esperar a traducirles los últimos capitulo de Vapor. La historia no está terminada en su versión en original, por lo tanto, aún no se asusten. Pero como bien saben, en cuanto a la cronología de la serie, si nos estamos acercando al final.

Una buena noticia es que la autora confirmó que si va a ver una segunda temporada de Vapor, una vez saliendo la segunda temporada de la serie. Ya no puedo esperar por las dosss.

Y eso es todo.

Que creen que pasara en "aquella" escena? Con Junie y JJ?👀👀

(ya, para los que no entendieron, la escena del jacuzzi)

Nos leemos a la próxima!

D🌻

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