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Vanilla

Leo el mensaje de Sohee una vez más, este lleva rondando mi mente hace media hora. Porque sigo leyéndolo repetidas veces, sin poder creerme que este ha llegado o lo que dice para mí. Tratando de entender por qué me ha escrito de nuevo, cuando ya han pasado los exámenes por completo. Se supone que ya no hay nada que nos una, que el tiempo de intercambio entre nosotros, ya paso. Yo ya no necesito de sus conocimientos de cálculo y el ya no necesita que le quite la virginidad.

Ni siquiera sabía que había dejado mis notas ahí, esa última vez que nos encontramos en su departamento. Había olvidado hasta mis propias reglas, por un poco más de su sexo. Incluso si me había jurado que solo sería una vez, esas últimas tres fueron un total arrebato de mi parte. Esas tres que inicialmente yo, nunca pensé que llegasen al plato. Claro estaba que no había sabido cortar o superado el hecho de que inicialmente fuese solo mío.

_ ¿A dónde vas tan afanado? _Alguien silbo aquella pregunta al aire.

_Voy a ver a alguien. _Dije por inercia.

Mi mirada periférica, divisando a mi mejor amigo Anton. Él estaba arregostado en la isla, que separaba la cocina de la sala. Con un bol de ramen en una de sus manos, sorbiendo fideos instantáneos. Visiblemente hambriento, después de llegar de sus entrenamientos de rugby. Me hace la misma pregunta siempre y mi respuesta tampoco varia. No es como que le pueda decir, que me voy a tirar al que le gusta.

Yo solo me dedico a tomar mi billetera y de paso las copias de la puerta del departamento. Al terminar de hacer ese movimiento, me lo topo frente a mis narices. No sé en qué momento llego hacia mí y se plantó reacio ante mi persona. Levanto sus cejas como mostrando, que estaba justo ahí. Supuse que ya se había cabreado, de verme perderme a cada tantos con lo mismo.

_ ¡Debe ser alguien muy especial! _ Anton anima.

Anton deja ir el plato de sus manos, por sobre el recubrimiento de la encimera. Tan negro como sus ojos, que me miran fijos sin piedad. Oh el parece molesto de la nada y algo más en estos hay. Yo sin poder leerlos a la perfección, por lo diferentes que en realidad somos. A pesar de tener esa amistad de años, ser los capitanes del equipo de rugby. El estar en la misma carrera de programación y odiar calculo con las vísceras de nuestro ser.

Le repaso el rostro una vez más. _Te sorprenderías. _

Anton bufa fingiendo jovialidad. _ ¿Estas quedando con alguien que no conozca? _

_Lo conoces bien. _Digo al fin.

Su mandíbula se raya en una fina línea y las venas de su cuello se explotan. Ya no está solo en su mirada, sino que se le ha ido al resto de los sentidos. Ladeo el rostro y una mirada punzante se cuela de mí. Anton la capta de inmediato y su sonrisa cae de a poco. Se convierte en una clara mueca, como si estuviese comprobando cosas. De mis labios nada claro ha salido, pero Anton parece ir avanzando en terreno lodoso.

Como sea, no me podría importar menos. Tengo mis razones para que nuestras interacciones, siempre sean así de tensas. Una competencia constante, por ver quién es el mejor en el juego. Ha sido desde que éramos unos niños, siempre queriendo robar el trofeo que conserva el otro. Nada literal hasta que, Sohee apareció para probar lo contrario.

_La curiosidad me está matando. _ Anton confiesa entre líneas.

Dejo ir aire ya fastidiado. _No me esperes despierto. _

_ ¿Puedo confiar en ti, mi amigo? _Anton me busca la mirada.

_No te queda otra que hacerlo. _Balbuceo con fijo desinterés ante él.

Vil mentira.

Doy la media vuelta, importándome muy poco todo lo demás. Anton se queda estático, incluso permanece así. Cuando giro la llave, sus labios parecen querer moverse. Mas se taja y un silencio más profundo se da. Cuando cierro la puerta, finalmente dejándolo ahí. Lo que sea que tenían sus ojos, brillaban en un mal venidero. Que apenas note mientras trancaba y me alejaba a coger por los pasillos. Tratando de olvidar, de no pensar lo obvio.




Nada me costó irme, entre los pasillos de la línea de departamentos. Sintiendo nuevamente que me fallaba a mí mismo y a todos los lineamientos de aquel trato con Sohee. Lineamientos que habíamos respetado, hasta que la costumbre de tenernos a la disposición nos ganó. Ya no había nada que el otro supuestamente necesitase, solo estábamos retrasando un final. Desquitándonos con el otro, hasta que alguno saliese lastimado. Y si uno de nosotros tenía que ser, pedía por todos los cielos que no fuese él.

Siendo honesto, ni siquiera necesitaba los apuntes. Jure que este los había desechado, así como debió desecharme a mí. Después de joderlo ese día, después de aquella tutoría. Cosa que no hiso durante casi dos meses, incluso cuando estaba peligrosamente cerca de mi mejor amigo Anton. Sohee talvez solo no quería perder opciones, dejarse llevar de ilusiones. Teniéndonos a los dos igual, con la soga bien corta y yo como un maldito perro, ya necesitaba a mi dueño.

_Pensé que no vendrías a buscarlos. _Sohee hablo por lo bajito.

Sus ojos tales luceros recibiéndome, estando con su cuerpo contra el arco de la puerta. Conté uno por uno sus lunares, temiendo que hubiese uno nuevo. El cual no haya alcanzado a besar, que Anton haya tenido, primeramente. Me miro por un largo rato, su cara sonrosada por completo. Sohee no era nada bueno disimulando, lo mucho que me estaba comiendo con la mirada. En esos momentos, no variaba ni un poco su realidad. Era obvio que me había llamado para algo más, el siempre hacia ese modo de operación.

Usar una excusa muy tonta, cualquier cosa menos decirlo. Decir que quería algo de sexo, parecía no estar en su diccionario. Incluso cuando había tenido un enloquecimiento de pene, propio de una primera vez conmigo. Se había quedado en mi tamaño, lo que este le hacia sentir. Sohee me arrastro así por semanas, pidiendo que le enseñase bien como recibir. Ya para quien se preparaba, ese era un asunto llamado Anton.

_ ¿Los tienes a mano para mí? _ Le seguí el juego inexpresivo.

Sohee mordisqueo su labio inferior inconscientemente. _Vas a tener que entras para buscarlos. _

_ ¿Los has traspapelado? _Mi rostro instintivamente se acerca.

_Ayúdame a buscarlos. _ Sohee propone.

_Como digas. _ Dije sin más.




Indirectamente le di un tiempo, a ver si se arrepentía de llamarme. Me daba los papeles rápido y yo podía tomar mi dignidad hasta largarme. Lo que sea que pasase por su mente, que se le fuesen esas ideas de volver a probarme. Lo creía por momentos, cuando su conversación cambiaba, nos entreteníamos en ello. En ver el tumulto de hojas y acomodar todo en portafolios. De cara al ventanal, que daba a la sala de estar. Tirados en el piso, de espaldas al sillón.

_ ¿Cómo te fue en los exámenes? _Sohee me pregunto de la nada.

_Pase bien gracias a ti. _Dije sin más.

_Eso es bueno. _Me dio una mirada.

Siguió con sus manos en el montón de papeles, que ya tenía en una pila a la perfección. Ya empezando a ponerlos en cartapacios y colocándolos en una pila otra vez. Lo vi hacer eso por un rato, hasta que el silencio se volvió insufrible. Le busque la mirada para poder hablarle y este por supuesto me miro de vuelta. Mientras yo guardaba los portafolios en una cajeta de reciclaje, que pesaría como un bloque de cemento cuando terminásemos.

_ ¿Cómo te fue a ti? _Dije algo dudoso de preguntar.

_Yo era tu tutor de cálculo Eunseok. _Sohee dijo.

Mi tutor de cálculo, esa frase sonó en mis oídos y otra vez se me distorsiono la realidad. Ahora Sohee estaba haciéndole tiempo al tiempo, cuando la mayoría de veces, solo me recibía casi que con las piernas abiertas. Me sorprendió incluso que no me comiese siquiera la boca, durante todo lo que llevábamos ahí solos. Me veía ya bien usado para entonces, de vuelta a mi departamento como si nada.

_No estoy hablando de exámenes. _ Fui al punto.

_Seguimos sin ser nada. _Sohee dijo en un amargo.

Trague hondo. _Eso apesta supongo. _ Mi voz casi me delata.

_Tú me puedes ayudar a acelerar las cosas más. _Sohee dijo de la nada.

_Depende. _Dije algo puntual.

_Mañana hay una fiesta y puede que Anton me lleve consigo. Me gustaría poder hacerlo con él, a él le gusta hacerlo en fiestas todo el tiempo. Se siente bien la mayoría del tiempo, hasta que..._Sohee se quedó en silencio sin antes terminar.

_Ya sabes cómo hacerlo Sohee. _

De eso estaba más que seguro, Sohee había aprendido bien. Lo había tenido lo suficiente, como para que este supiese como responder. Le había enseñado al menos lo que necesitaba, para sobrevivir a los asquerosos que le gustaban. Incluso cuando Sohee no para nada con ellos y en ocasiones se le notaba mucho lo vainilla. Lo había visto en acción sin querer o talvez si lo había querido. Siguiendo los gemidos de Sohee, entre el pasillo de combinaba habitaciones.

Encontrando como se lo cogían a puerta entreabierta, este agasajándose toda la extensión de Anton. Lo había visto recibir lo suficiente, como para ponerme duro como roca. Termine por tocarme en uno de los baños libres, mientras trataba de recordar las imágenes. Los sonidos de placer, que rotaban en mis tímpanos. No tuve que hacer mucho para correrme, pensando en el caliente culo de Sohee.

_Tuve un problema con Anton, que me hiso ver virgen otra vez. _ Sohee se colocó incomodo de inmediato. _Fuimos a un club en Gangnam y el me arrastro hacia los baños a besos. Luego solo se sacó los pantalones y se quedó ahí esperando. Yo no sabía qué hacer en el momento y solo me le quede viendo confundido. Se enojó, porque no me atrevía chuparlo y luego se enojó más cuando lo intente hacer. Me puse nervioso Eunseok, se la guardo tan rápido. _Sohee dijo en un suspiro.

Deje los cartapacios de un lado y alargue mi mano hacia el rostro de Sohee. Ocupando una de sus mejillas, acaricie esta en círculos con mi dedo índice. Sohee instintivamente, repaso sus labios por sobre mi mano, acatando un par de besos en estas. Sus ojos brillaron ante mi toque suave, suspirando ante él consecuente. Casi se durmió en mi toque, que lo consolaba. Jamás lo había juzgado por su inexperiencia y lo nervioso que aún se ponía con ciertas prácticas simples.

_Maldición. _Mordí entre dientes aquella frase.

Quería golpear a mi mejor amigo, quería hacerlo en esos precisos instantes. Incluso prefería darle una lección física, antes que haber aceptado acostarme, con el chico que le gustaba. Indirectamente sentía que este ya lo sabía, que los rumores corrían entre los cuartos del campus. Entre los cambiadores del equipo de rugby, mientras todos tomaban baños calientes. Habían marcas de más, en el cuerpo de Sohee al bañarse.

Puestas ahí a propósito y con toda intención de causar un problema mayor. Las había puesto ahí celoso, celoso de lo que podía tener libremente Anton. Él era más que quisquilloso, al ver que todos miraba a Sohee en los cambiadores. Posesivo con la piel de su chico, le había restringido bañarse con el resto del equipo. Meticuloso ante cada marca que el hacía y seguro había notado cambios. Como la piel empezaba a ser, cada vez mas compartida.

_Tampoco quiero presionarlo sabes. _Sohee dijo en un hilillo.

_ ¿Él si te puede presionar a ti? _ Dije dibujando sus labios.

_Yo quería hacerlo bien para él. _Sohee relamió sus labios, acatando las yemas de mis dedos.

_Ya estoy cansándome de los berrinches de ese idiota. _ Dije sin filtros.

El rizado tomo mi mano y la agarro entre las suyas. Arrodillándose ante mí, como solía hacer siempre. Para suplicarme por cualquier cosa, que quería que yo hiciese por él. Con esa mirada suya, llena de una combinación entre pureza y sensualidad. Que siempre estaban intentando envolverme, en lo que ella tenía para dar. La cercanía de nuestros rostros, no me hizo llegar a nada más que él. Lo que sea que me dijese, diría un rotundo si al final.

_ Estoy desesperado Eunseok, me voy a volver loco si no es así. No tengo confianza con nadie más, solo contigo en esto. _ Sohee me miro con esos ojos suyos, muerte lenta para mí. _Si no aprendo a hacer lo que le gusta, alguien más podría ganármelo y eso no me lo perdonaría. _ Sus ojos vidriosos ante mí, ya me había ganado. _Por favor Eunseok, enséñame a complacerlo. _

_ ¿Quieres que te enseñe como hacer una felación? _Hice la pregunta con todas las letras.

Sohee asintió en adelanto. _Si. _




Sohee estaba justo en frente, dio un beso casto en mis labios. Que casi le sigo necio, pero me contuve justo. Vaya a saber para que más aquel beso, más que embobarme en este juego. De un empujón me dejo en el sillón, sentado con mi mirada atenta en él. Mi erección endureciendo con tan solo verle, arrodillándose frente a mí en un glitch motion. Sus manos rosando los botones de mis vaqueros, mientras brindaba suaves caricias al resto de la tela que recubría mis muslos.

_Sobre pensar no es lo mejor en momentos como este. _ Advierto.

Arrastre mis caricias por los cabellos rizados, que se arremolinaban entre cada uno de mis dígitos. Rebeldes contra mi agarre, abundante como una vasta pradera. Con Sohee entre mis piernas ya, de rodillas puesto para aprender una felación. La sola idea siempre había estado en mi mente, especialmente cuando me daba placer propio. Sohee chupándome por completo, era todo lo que me hacía correrme. Otra cosa era enseñar aquello, mantenerme en calma era preciso.

_Dime que hacer. _ Sohee se me quedo mirando fijo.

_Cada quien tiene sus maneras. _Baile sus palabras.

_Dime como te gustaría a ti. _Sohee se relamió los labios rojizos.

_Yo no soy al que tú quieres complacer con esto. _Me faje esa respuesta reacia.

_Piensa que eres el entonces. _Sohee dijo sin más.

Una sonrisa amarga se despojó de mis labios, este se quedó mirándome con esos ojos de boba. Mientras esta se acercaba a él, a comérselo a besos. Mi mano posicionándose para acariciarlo, en los lugares correctos. Lo hice para posicionarlo mucho mejor, sin dar muchas ordenes de por medio. Tantos pasos podían asustarlo, ponerle más nervioso de lo usual.

Pasando mis manos hasta sus hombros, ajustándolos rectos ante mí. Cuando sus rodillas estuvieron firmes contra la alfombra, supe que no quedarían moretones. Su manzana de Adán acaricio contra el agarre, mi intención no era ahogarlo. Mis besos ocupando su cuello ahora, repartiendo mimos a lo largo de su clavícula. Sentí como su cuerpo se aflojaba y su respiración se volvía calmada. Sus labios dejaron ir, un par de gemidos contra mis jadeos.

_Sácala. _Demande.

Sohee no protesto ante aquello, corrió sus manos de una hacia mí. Ocupándose de mi correa, con su mirada fija en mí. Sus manos sudorosas yendo hacia la hebilla, desatando después de un par de maromas. Jalo hasta que la hebilla hizo un sonido, que se coló en el ambiente pesado. La dejo caer al suelo acolchado y esta brillo contra la luz de la sala de estar. Sohee no se distrajo en ello, fue seguidamente a por el botón. Este exploto lindo, contra el juego de sus dedos. Luego descubrió el zipper con calma, bajándolo.

Su mirada quedo puesta en mi ropa interior, cuanto descubrió abriendo mis pantalones. La erección media dura, lucia pintada contra mis boxers. Un punto de pre semen en la cabeza, se regaba en una perfecta gota. Se traspasaba de a poco, mojando mi ropa interior. Sohee acaricio la extensión, por sobre la tela de la ropa interior. Cayendo hasta aquella pequeña mancha, se llevó el dedo a la boca saboreando. Chupo este tomando mi esencia, hasta que ya no quedo nada.

_No lo pensé. _Sohee confeso en voz alta.

_Eso fue muy caliente. _Jadié sin siquiera darme cuenta.

Sohee se me quedo mirando. _Quiero probarla toda. _

_Tienes que hacer que se ponga totalmente dura primero. _Le indico en un hilillo.

_Eso puedo hacerlo bien. _Sohee dijo confiado.

Sohee no mentía cuando lo decía, su sola existencia me la paraba. Demasiado explicito, demasiado honesto para decirlo en voz alta. Mantuve un silencio pleno, cuando este la acaricio por sobre la tela. Subió sus dedos tentando después, en el elástico de mi ropa interior. Lo hizo un par de veces, de un tirón descubrió mi verga. Esta se dejó ver media dura, ante su mirada.

_Ya la habías visto antes. _ Le aviso.

_Y sigue gustándome lo que veo. _ Sohee pensó en voz alta.

Sohee se quedó mirando como nunca, porque esta seguía creciendo. Llegando a ese tamaño de sangre, que me caracterizaba. Se animó a agarrarla con una mano, masajeando a toques. Un movimiento que hizo que mis caderas picasen, por follar la mano de este. Me acomode hacia atrás dejando ir esa idea, porque se suponía que mi pene era instructivo ahora.

Me le quede viendo por debajo de mis largas pestañas, jadeando de a pocos para no molestarlo. A ese punto mi cara ya ardía, sabía que estaba rojo hasta las orejas. Mientras trabajaba mi falo con una delicia fatal. Yo saboreaba esa sensación entre mis belfos, sus manos suaves contra mi piel. Los gemidos de vez en cuando, se escapaban de mis labios. Alentándolo sin una sola palabra, solo sonidos de placer.

_Vas a detenerte cuando esté completamente duro Sohee. _ Dije por fin.

_Si. _Arrullo para mí.

Siguió sus movimientos contra mi falo, viendo crecer el resto de la extensión. Bonita hasta llenar su mano, irregular en un tamaño que crecía, hasta desvanecerse en la punta. Que brillaba en un rojo carmín, apetecible para la mirada fija de Sohee. Destilando ese pre semen, que estaba pegajoso contra sus manos. Sohee bajaba incluso hasta las bolas y las amasaba con su mano libre. El solo apretón me hacía comerme unos quejidos, del puro placer.

_Lo estás haciendo bien. _ Sigo guiándolo.

_Voy a probarte ahora que estas duro. _ Sohee advirtió.

_Hazlo. _ Trate de no sonar como un rogón.

El castaño no se limitó en dar una chupada a la punta, para luego saborear lo que había obtenido de ella. Llevándose ese sabor, dando lamidas a lo largo del falo. La sola imagen me tenía atrapado y la sensación me hizo rodar los ojos en blanco. Cerrándolos para no verlo, la imagen era demasiado caliente para mí. Poniendo imágenes de abuelitas desnudas en mi mente, para no llegar a correrme ahí mismo.

Se supone que no debía disfrutar tanto aquello, pero no alcanzaba a contener. El cómo mi pene se retorcía ante los mimos, palpitando la punta condenada. El sonido morboso de sus labios que acariciaban, por el contrario, mi sensitiva piel. Me estaba dejando sordo, me sumí en ellos hasta que llego hasta mis bolas. Dándoles castos besos, que me hicieron abrir los ojos vidriosos.

_A tu boca muy despacio. _Resucite solo para decir aquello.

_ ¿Se está sintiendo bien? _ Sohee me miro un poco.

_Vainilla. _ Lo pique.

Sohee se sonrojo ante aquella observación, mientras dudaba si chuparme o no. Vainilla era una vergüenza para su persona, juicio de sus parejas contra él. Mirando mi falo con duda aparente y pericia en su mente. Se atrevió a volver a mí, luego de un par de mis caricias en su cabellera. Que se fueron lentas hasta guiarlo, darle esa guía que necesitaba de cómo avanzar. Esa indicación, la había acatado en silencio.

Se metió la mitad del falo y chupo. Rozando cada diente de su boca contra mi verga, se me fue el aliento con ello. La electricidad que genero me avasallo, ganándose un gemido gutural de mi parte. Era incómodo para cualquiera, pero mi mente enferma hasta lo había disfrutado. Olvidando quien estaba fingiendo ser y que las indicaciones debían seguir ahí.

_Usa tus lindos labios bebé. _ Arrullo para él.

Sohee se relame los labios ansioso. _ ¿Fue incomodo? _

_Está bien. _ Le digo de una.

Acariciando su cabellera, mi mano aún sigue ahí para guiarlo. El me da un par de besos en mi mano, de boca abierta contra mi piel. Hace ese movimiento de estar dándose besos con mi mano, lo dejo hacerlo mientras me mira. Sohee tiene la costumbre de besar constantemente mis manos, es su manera de darme cariño. Mis dígitos no se lo piensan mucho, al introducirse en su boca.

Follandola en una moción, a la que él responde jadeando extasiado. Mi idea es que se acostumbre primero a mis dedos, que estos despejen en el todo ese miedo. De ser ahogado, del tamaño al que se enfrentara. Dejándose lo reafirmo, me tomara bien si se sigue relajando. Sé que confía en mí y que eso hará todo más fácil entre ambos. Talvez ese fue el asunto con Anton, este no se ha ganado su devoción. No puedo fingir más, no quiero ser él en lo absoluto. Desocupo su boca, el hilo de saliva me apremia.

_Puedes seguir ahora. _Le comando.

_Está bien. _ La voz de Sohee se ahoga.

Volvió de nuevo a mi falo, pero esta vez uso sus pomposos labios. La succión de estos y el apretar de su boca me prendió. Siguió así en un movimiento, condensado de a pocos, llevándose cada vez más. Solo estaba trabajando hasta la mitad del falo, pero la succión era decente. Lo suficiente como para volver a tenerme, queriendo empujarme por completo contra su boca.

Asentí entre gemidos ante sus ojos, que me miraban por mas aprobación. Vidriosos tanto como los míos, anhele lagrimas para entonces. Sohee estaba relajado, hasta que mis caderas no colaboraron más, se me fue una dura embestida, junto con una maldición. Di una estocada sin querer y mi falo se fue hasta el tope. Una arcada sonora se dio, saliéndose del ritmo hasta separarse. Su respiración irregular, lo hacía ver desesperado.

_Mierda eso no debió pasar. _ Maldije entre diente.

Me acople con mi rostro contra su cabellera, enredando mi cara en esta. En busca de cordura, para no seguir moviendo mis caderas. La encontré luego de unas profundas respiraciones, para luego mirarlo directamente a los ojos. Este se me quedo mirando igual, ensimismado en mí. En lo que había generado talvez, ocupo mis labios en un casto beso. Que di de vuelta torpe, pero lo di.

_ ¿Eso es porque te gusto? _ Sohee casi lo aseguro.

_Si. _ Asentí sin más.

_A mí también me gusto. _Sohee soltó.

Sonreí por su respuesta tan sincera. _Casi te ahogas. _

Sohee trago hondo ante aquello.

_ ¿Cómo hago para no ahogarme? _Sohee pregunto de una.

_Mira a un punto fijo. _Le dije, primeramente. _ Usa tu lengua. _Seguí, después de eso.

La concentración era importante, para que pudiese despejar sus dudas. Estas estaban nublándolo e impidiendo que se concentrase. Lo que sea que mirase, le ayudaría a mirar sin mirar. Mientras su lengua se encargaba del resto, para usar aquel sentido a favor. Mi intención era que Sohee también lo disfrutase, no solo usarlo para complacerme. Otra mala experiencia, solo arruinaría más las cosas.

_ ¿Para qué me sirve eso? _ Sohee fue curioso.

_También lo tienes que disfrutar tú. _ Le mire.

_Lo hare. _ Sohee aseguro.

Un puchero de conforme con la información, se dio en los labios de Sohee. Cuando acato mi indicación, volviendo a esta de una. Ocupando sus ojos en un punto fijo, sin pensar que este sería yo. Me chupo mirándome vicioso, a pesar de que algunas arcadas le ganaban. Sabía que solo era cuestión de práctica, también que Sohee se relajase más. Mientras seguía chupándome, me controle para no tirar contra de su boca. Disfrutando solo de cómo sus labios me acariciaban, mi falo retorciéndose ante el calor de su boca.

_Mierda bendita. _ Balbucee perdido den ello.

_ ¿Te gusta tanto como te la chupa este amateur? _ Sohee dijo en una voz melosa.

Su conversación contra mi polla, había hecho que todo mi cuerpo temblase. Jadeando con mi cabeza contra el respaldar, del acolchado sillón. Gruñí cuando lo vi acercarse otra vez, en expectativa de sus pomposos labios. Mi miembro acatando sus labios, Sohee dando probadas al salir de mi extensión. Escondió su nariz en el vello púbico de mis bolas, mientras respiraba el aroma de mi gel de baño. Gimiendo contra mi extensión, haciendo que esta se retorciese.

__Voy a correrme si sigues hablándome con esas palabras. _Sabía bien de donde venían esas referencias.

Ya sumido en su boca, mis caderas no dieron más tregua. Sohee me tomo a pesar de ello, de manera ansiosa contra mi falo. Nos volvimos un desorden de sonidos y los gemidos de Sohee contra mi falo. Hacían que este vibrase, retorciéndose en aquella boca caliente. Mis manos advirtieron nuevamente, intentando quitarle. Venirme en su boca no era una opción, pero sabía que este lo ansiaba, desde el ademan de haberme probado.

Lo volví a advertir un par de veces más, este me miro pidiéndome por favor. En ningún momento dejo de chuparme, aumento sus arcadas debido a ello. Meloso contra mi verga, me chupo repetidas veces sin un son certero. El sonido obsceno y el eco me hizo llegar más rápido. Picado en todo el ambiente ya lleno de sexo, que teníamos en la sala. Me corrí caliente contra su boca y supe que ahí era donde pertenecía mi semilla. Cuando este la trago ante mí, regando parte de sus labios hasta su mentón.

_Tan dulce para mí. _Sohee recito sobre mi falo.

Relamió lo que quedaba ante mí, ganándose toda mi atención. Mi mirada lo quemo, por el color de sus mejillas rojas. Se acercó a mí con hambre, de mis labios aparentemente. No me negué en ese beso, que se arraigó en mí. Fogoso mientras lo hacíamos, me hizo probar de mi semilla. Dulce contra mis labios, porque venían de los suyos. Que no paraban de mimar a los míos, en el calor del momento.

Ya no me pude contener más, hace mucho que ya había dejado mi papel de Anton. Incluso Sohee lo había leído en mí, cuando enredo sus brazos en mi cuello. Lo subí sin cuentas y remedios hasta mi regazo. Intensificando el beso entre ambos, hasta acribillar su boca con mi lengua. Los gemidos suyos, combinándose con los que salían de mí. No reparo en moverse contra mi extensión nuevamente, cuando lo guie contra esta, agarrándole las caderas.

_Imposible creer que no eres mío bebé. _ Dibuje aquella frase por sobre sus labios.

Una sonrisa se coló en los suyos. _Soy tuyo ahora. _

Dibujo aquello sobre mis labios también, cuando no se limitó en bajar sus pantalones. Separándose de mí, hasta deshacerse consigo, de la falda que los acompañaba. Volviendo con su ropa interior, que yo mismo le ayude a retirar. Frente a mis ojos, se quedó ahí esperando que mi ropa también cayese.

Aquellos pantalones que había traído yo, no demoraron también en perderse entre los miles de hojas del piso. Los tire con todo y mi ropa interior. Me dio igual todo después de eso, ya caliente de nuevo. Cuando se me volvió amontar encima, a horcadas contra mi extensión. Lo balancee contra mi creciente entrepierna, este se dio contra mí. La sensación de nuestros miembros acariciándose, nos hizo un mar de gemidos. Calientes contra nuestras bocas.

_ ¿Puedo? _ Busque consentimiento de su parte.

_Por favor. _ Sohee casi sonó ofendido de la pregunta.

Eso fue mi único motor, para que me importara un bledo todo. Si aún conservábamos nuestras playeras, si no había nada que nos cubriese del resto. Sin nada debajo para que cubriese, corrernos haría un solo desastre. Estábamos en su sala y el ventanal estaba entreabierto. El que sea que nos estuviese viendo, pues que disfrutase la presentación. Me deje montar así por un buen rato, hasta que mi pene volvió a lucirse. Dándose contra el de Sohee, el cual estaba a la par.

_Quiero saltar sobre ese pene. _

_Encantado de que salga de tus bonitos labios. _

Sohee no mentía cuando dijo lo que quería, ya bien necesitado de que su parte se diese. Parte por la que había venido en un principio, a complacer como siempre lo hacía. Me lo ajuste en un abrazo, introduciendo dos dígitos en el. Este se arraigó a mi cuello a besos, que se volvieron desordenados. A medida que mis dedos pasaban velocidades, contra su caliente culo. Gimiendo al son del chapoteo de un lubricante, que alcance a conseguir en la mesita de la lámpara.

Sabía que estaba ahí desde hace mucho, mis dedos mojados en ese líquido olor a vainilla. Me endulzaron el sexo, mientras seguía mi tarea de estimular a Sohee. Un quejido vano y como se desvanecía en mi abrazo. Había saliva en mi cuello, cuando di en ese punto dulce de su culo. Un lloriqueo me hizo enfocarme, adorando su dulce voz. Se movió contra mis dedos, complaciéndose deliciosamente. Mordí mis labios ante la linda vista de su redondo culo, comiéndose mis dígitos.

_ ¡Que rico! _ Sohee pensó en voz alta.

_Te vas a venir solo con mis dedos ¡Huh! _ Lo tente.

_Como tú lo hiciste contra mi boca. _ Sohee recito.

_Siéntate en el ahora. _Ordene.

Sohee no escatimo en sentarse, una vez su culo fue liberado por mis dígitos. Se sentó de un solo con confianza, arrepintiéndose de inmediato. Viéndolo en su rostro, que quedo en una perfecta o. Sonrojados sus pómulos, regordetes sus labios. Ojos vidriosos, al borde de las lágrimas del placer. Era mi idea de perfección, guardaría esa imagen para luego. Sus piernas temblaron contra el sillón, cuando volvió a posicionarse para dar otro sentón.

Lo hizo lento hasta agarrar ritmo y empezar a dar pequeños saltitos en mi extensión. Se ayudó de el cabezal del sillón para acelerarse, saltar a su gusto contra mi verga. Su mirada decía lo profundo que llegaba, lo bien que lo hacía sentir. Sus labios tentaban besos, que en parte terminaban en chupadas de boca. Desordenadas hasta llegar al cuello de ambos, no me quede con la espina, de dejarle un hilo de chupetines.

El estaba demasiado sumido en montarme, dejándose marcar con gusto. Entre gemidos se dejó de agarrar, cuando mis manos palmearon su culo. Empalmándome en su entrada con gracia, una sonrisa de satisfacción se descubrió en su rostro. La moción siguió así, hasta que los gemidos de ambos interrumpieron la paz del lugar. Sohee se dejó guiar de mi por ese rato, echando sus ojos en blanco. Yo con la cabeza en el respaldar, pero el contacto visual seguía necio de a tantos.

_Hazme llegar como él no puede. _Sohee suelta.

_ ¿Que? _ Creí, en serio creí escuchar mal.

_Él no me hace llegar como tú. _Sohee confiesa en un jadeo.

_Dilo hasta que me lo crea. _Me tiembla la voz de repente.

_Solo tú me haces sentir así de lleno. _ Sohee me mira hasta el alma.

Mis manos se aflojaron y este no se limitó en mover en círculos sus caderas, llevándome consigo. Mi pecho en una moción mientras vuelvo a tener el juicio, masturbando su extensión al ritmo de sus caderas. La mirada lasciva de sus ojos, no da tregua a los míos ni por un momento. Golpeo al final con el agarre hacia sus bolas, que resaltan con cada rotura de caderas. Meneándose en mi falo a su gusto, pequeños gemidos ahogados de su parte, mientras yo sigo moviendo mi mano sin juicio.

Yo me esperaba todo menos su cuerpo apegándose, moviéndose contra mi pecho, rodando más fuerte. Un beso desordenado que compartimos, en el propicio para la respiración agitada de lo que viene. Abandono mi mano del falo y vuelvo a cargarlo para estrellarle contra mis caderas. El sonido de nuestras pieles es intenso y puedo incluso sentir aquel punto dulce. Por como Sohee pega un gritillo agudo contra mi cuello, se deshace en quejidos blandos.

_Confiesa que me quieres bebé. _ Digo en un tono tortuoso y lastimero para mí.

_Lo confieso. _ Sohee me acata de una toda mi palabrería.

_Dilo otra vez. _ Pido una vez más.

_Te quiero Eunseok. _ Se queja del puro gusto Sohee.

_Yo también te quiero bebé. _ Confieso más para él.

Esas ultimas estocadas nos las enfrentemos, mirándonos directamente a los ojos. Bajo una infidelidad casi palpable y un juego que solo dio para confesiones. Mientras nos corremos a la par, en un punto tibio, entre esa relación de contrato que tenemos. Tres meses no han sido suficientes, para ocultar lo que realmente quiere el cuerpo. Arrebato mis manos a lo largo de su espalda, como si quisiese fundirme en él. Apretándole su respingón culo, nunca tengo suficiente de este. Sohee no se queda atrás, apegándose a mi pecho a punta de besos.

_Quédate aquí conmigo un rato. _ Sohee ruega.

Beso su frente ante aquella ultima interacción, que nos devuelve a la realidad. Sin saber si aquello por lo que vino, era una o la otra cosa. Mas no pensaba apremiar mal al tiempo y a sus peticiones. Me quedaría ahí y cuidaría de él cuanto pudiese. Para que cuando la mañana llegase, pudiese finalmente confesarme otro te quiero. Entre sabanas talvez, o en un ameno desayuno. Lo primero que me ganase, pero el punto era ganármelo. Ganarme su corazón, dejarme de juegos por fin.

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