Cap. 26- No tengo que temer
Chris
Mi mirada se dirigió rápidamente al balcón al escuchar un ruido, me mordí el labio inferior con fuerza y traté de calmarme al notar que sólo había sido el crujir de la rama de un árbol, me quedé unos segundos mirando la suave y limpia alfombra que cubría el piso, mi corazón se aceleró al escuchar la puerta de mi habitación abrirse, miré hacia allá con temor, suspiré de alivio al ver a Jack entrar, estaba tan nervioso que ni había sentido su presencia. Él me buscó con la mirada, arqueó una ceja cuando me vio hecho un ovillo en una esquina.
-¿Qué haces ahí abajo? -preguntó mirándome con curiosidad y cerrando la puerta detrás de él, tragué duro y temblando me levanté del piso, corrí hacia él y lo abracé de inmediato, él me correspondió segundos después.
-H-Había alguien a-aquí... a-acechándome -balbucee alejándome un poco y mirándolo a la cara, él me miró con confusión, escondí mi rostro en su pecho.
-Chris, ¿quién estaba aquí? -negué cuando preguntó eso cautelosamente.
-No lo sé -contesté en voz baja sintiéndome más tranquilo al abrazarlo, sabía que me encontraba a salvo ahora que él estaba aquí conmigo, lo miré, su ceño se había fruncido levemente.
-¿Qué fue lo que pasó? -preguntó con seriedad, agarré sus manos, las mías estaban más frías que nunca, no me opuse cuando me condujo con cautela hacia la cama, me senté a su lado apretando suavemente sus manos, nuestras miradas se encontraron.
-Primero me pareció escuchar a alguien allá afuera entre los árboles... creí que era el viento... luego entré a bañarme... con la puerta abierta... J-Jack... m-me asusté mucho, sentí que había alguien detrás de mí... -dije recordando el miedo que me causó eso, mi novio me estaba mirando con atención y calma lo cual me animaba a seguir contándole. -Cuando me giré... no había nadie... ¡nadie, Jack! Pero... la puerta estaba cerrada... -terminé bajando la voz y mirándolo fijamente, él arqueó una ceja y miró alrededor con mucha atención.
-¿Por qué te quedaste aquí? Debiste ir con tu padre o con Lawriett o Alec -bajé la mirada al escuchar su tono de reproche, suspiré pesadamente y miré sus pálidas manos.
-¿Crees que no lo hice? Golpeé al guardia que estaba afuera para poder salir de aquí... cuando fui con mi padre él vino a revisar... no me creyó, pensó que solo era una excusa para que me dejara salir... -contesté con amargura y alcé la vista, noté como su mirada se volvía más fría tras escuchar mis palabras, él miró otra vez alrededor y arrugó la nariz casi imperceptiblemente, ¿sintió algo?
-Entonces te dejó aquí... -asentí cuando dijo eso, pasé saliva con dificultad al ver su expresión tan seria y fría, se nota lo molesto que está.
Me sentí más que impotente cuando mi padre no me creyó, no he visto ni a Alec ni a Lawriett desde hace horas, Luke está encerrado en su habitación y mi madre me dijo que tal vez era mi imaginación, que quizás me quedé un poco traumado después de haber ido a Infernus, pero yo sabía que alguien o algo malo había estado acechándome.
-Voy a revisar afuera a ver si encuentro algo.
Me quedé en silencio y solté sus manos tras unos segundos, asentí un poco cabizbajo.
-Vuelve pronto, no quiero estar solo -admití con sinceridad, levanté la mirada al sentir una de sus frías manos acariciar mi mejilla derecha, él asintió levemente y se alejó, lo observé caminar hacia el balcón, me fijé en que su cabello estaba entrelazado en una elegante trenza baja, ladee la cabeza, ¿quién se la hizo?
-No te muevas de ahí -levanté la mirada a sus ojos cuando se giró, asentí levemente, él me miró por unos segundos de una forma que me hizo sonrojar, había calidez en sus ojos, se dio la vuelta y se tiró por el balcón, suspiré y me eché para atrás quedando en el centro de la cama, abracé mis piernas.
Me quedé observando con detenimiento las sábanas color rojo vino que tenía mi cama, cerré los ojos con pesar al recordar el cuerpo de Jack lleno de marcas de ese color, me estremezco con solo recordar lo que vi en su mente.
-No hay nada -di un respingo y alcé la vista con sorpresa al escucharlo llegar tan pronto, él estaba recostado de la pared mirándome a la cara, asentí con desánimo.
-Tal vez sí fue mi imaginación... -murmuré echando hacia atrás un mechón que caía sobre mi frente. Pero es que me costaba creer que fue mi imaginación, todo se sintió demasiado real.
-Quizás no -miré a Jack con atención, su expresión era un poco fría mientras miraba alrededor, él camino hacia acá y se sentó a un costado de la cama. -Ayer tu padre iba a anunciar tu existencia, ¿no? -preguntó con el ceño fruncido, asentí un poco desubicado hasta que lo comprendí, lo miré con los ojos bien abiertos y él asintió.
"Hemos quedado mal delante de todos, ¿cómo se te ocurre irte teniendo algo tan importante que hacer?" Recordé las molestas palabras de mi padre, todos en la ciudad vampiro saben que estoy aquí, sólo que aún no me han visto y no saben qué soy.
-Tal vez alguien se emocionó y quiso ver al hijo que el rey había tenido escondido durante años -dijo Jack con un tono de molestia y odio que me sorprendió. -Aunque lo dudo... -añadió mirándome.
-¿Por qué? -pregunté con interés, ya me dolía un poco la cabeza, Jack se encogió de hombros.
-¿Un simple vampiro emocionado pudo pasar la seguridad de aquí y meterse en tu habitación? -preguntó desviando la mirada hacia el baño, eso me hizo suspirar con exasperación, rendido me tiré hacia atrás con los brazos abiertos, estoy muy cansado.
Después de todo lo que pasó en Infernus quiero estar en paz aunque sea por un maldito día.
-Mejor olvidemos eso, quizás estoy exagerando... -dije mirando hacia el techo.
-Sí, deberías dejar de preocuparte por eso -fruncí el ceño al escuchar su tono misterioso, me reincorpore y lo miré, él estaba observando fijamente el baño. Asentí cuando me miró.
-¿No quieres que los demás sepan que soy? -pregunté con interés recordando su tono de odio cuando habló de eso, su ceño se frunció al escucharme.
-No -respondió sin más, lo miré realmente sorprendido y confundido, él relajó el rostro y agarró una de mis manos. -No sabemos lo que pasará... podrías correr peligro... yo te protegeré pero, si en algún momento no estoy...
-Shh -lo interrumpí mirándolo con cariño, él me miró a los ojos, había un poco de ansiedad en su mirada, entrelacé nuestros dedos. -Estaré bien -dije con suavidad, arqueé una ceja cuando Jack miró hacia un costado desviando sospechosamente su mirada, entrecerré los ojos. -Jack... ¿hay otra razón por la que no quieras? -pregunté con cautela, él me miró fijamente.
He aprendido bastante a leer su comportamiento, he estado observando cada expresión suya y cada gesto, aunque a veces es imposible imaginar lo que está pensando, desde que vi parte de su pasado me siento más conectado a él, y sé que para él es igual, desde ese entonces se muestra más expresivo y relajado cuando está conmigo.
-No quiero que se interesen en ti, no quiero ni que te miren... -reprimí una sonrisa al escuchar su tono de molestia, me quedé en completo silencio, solo observándolo, su mirada estaba puesta en la mía, no pude evitarlo y sonreí, él negó levemente. -Te gusta verme sufrir -dijo levantándose de la cama y mirándome con los ojos entrecerrados, sonreí aún más y negué.
-Ese eres tú... -dije con inocencia, él pareció pensárselo, arqueé una ceja, ladee la cabeza al ver un poco de tristeza en sus ojos, se me encogió el corazón al ver eso. -Jack... -lo llamé algo preocupado, él me miró y negó.
-No me gusta verte sufrir, Chris -mis mejillas se calentaron cuando dijo eso, nos quedamos mirándonos en silencio.
-Acércate -susurré con un poco de vergüenza, él me miró con curiosidad, lo observé quitarse los zapatos y subirse en la cama quedando frente a mí.
Sus ojos rojos cobraron un brillo de deseo y expectación cuando relamí mis labios, me acerqué a besarlo, puse mis manos en su rostro cuando me agarró de las caderas, juntamos nuestros labios y comenzamos a moverlos suavemente, sentí sus frías manos bajar y acariciar mis piernas, el beso fue volviéndose más violento y húmedo, inconscientemente fui recostándome en la cama mientras Jack se posicionaba sobre mí.
Lo alejé de un tirón cuando la puerta se abrió de repente, me sonrojé hasta las orejas y Jack chasqueó la lengua con molestia cuando Lawriett entró y nos miró con una ceja arqueada.
-¿Este es el malvado que te acecha? ¿Quieres que lo saque de aquí? -preguntó Lawriett cruzándose de brazos y mirando mal a Jack, el cual rodó los ojos y se levantó de la cama, miré a Lawriett sin expresión.
-¿Papá te dijo que estoy loco? ¿Has venido a burlarte? -pregunté en voz baja, él me miró con sorpresa y negó, observé como olía el aire y fruncía el ceño, Jack lo miró fijamente, tragué duro.
-Hay un olor extraño -dijo el rubio mirando alrededor, me sorprendí, yo no olía nada.
-Casi no se siente -Jack me miró al decir eso, suspiré pesadamente, Lawriett se acercó al balcón en completo silencio, Jack y yo lo seguimos con la mirada. -No importa cuánto lo intentes, por el olor no sabrás quién estaba aquí -dijo Jack cruzándose de brazos, Lawriett frunció los labios.
-¿No hay otra forma de averiguarlo? -pregunté abrazando mis piernas, Jack y Lawriett me miraron pensativos.
-Me llevaré algo de aquí para que Cairus lo huela, él podría saberlo con solo oler un poco... bueno, si es que no se ha ido -murmuró Jack sentándose a mi lado, miré a Lawriett, el se quedó mirando hacia afuera, su ceño se frunció al escuchar las últimas palabras de Jack.
-¿Irse a dónde? ¿No es un prisionero? -pregunté confundido, Jack miró a Lawriett fijamente.
-Está tratando de convencer a Nate de que lo mande a otro lado lejos de aquí... se niega a quedarse -respondió Jack mirando significativamente a Lawriett, había molestia en su tono, me tiré hacia atrás y me quedé mirando el techo, cuando estaba en Infernus noté que todos le tienen cierto aprecio, en especial el pequeño vampiro.
Bostecé mientras ellos hablaban en susurros. ¿Por qué si es tan querido intentó matarlos?
Ignorando sus presencias me acomodé en mi cama y suspiré con satisfacción al cubrirme con las sábanas cálidas, cerré los ojos y abracé una almohada con cariño.
-Jack -lo llamé en un bostezo, escuché la puerta abrirse y cerrarse segundos después, ni siquiera abrí los ojos al sentir a Jack meterse a mi lado en la cama, lo abracé tratando de brindarle calor a su cuerpo.
-No tienes de qué preocuparte -asentí ante sus palabras, el me acercó más a su cuerpo, abrí los ojos y me quedé mirándolo, él tenía los suyos cerrados, se veía muy tranquilo, lo abracé más y cerré los ojos. No tengo que temer con él aquí.
Cairus
Miré alrededor con disimulo, no había nadie y no sentía ninguna aura cerca, levanté una mano y traté de destruir la pared del pasillo en el que estaba, bufé al comprobar que no podía hacerlo. Quería irme de aquí, pero Nate se niega a mandarme a otro lugar.
Gruñí y me pasé una mano por el cabello con frustración.
-¡Cai! -me di la vuelta y mi enojo disminuyó un poco al ver al pequeño vampiro de rizos rubios que venía corriendo hacia mí con una tímida sonrisa.
-Nathaniel, ¿no deberías estar durmiendo? -pregunté arqueando una ceja, él hizo un puchero cuando se detuvo frente a mí, me fijé en que traía puesto un pantalón corto de pijama, me reí por lo bajo al notar que tenía puesta una de mis camisetas, sonreí al escuchar como su corazón que latía lentamente se aceleraba un poco.
-No tengo sueño, casi nunca me da sueño -se quejó mirándome fijamente, asentí comprendiendo y observé sus lindos ojos rojos.
Jackson lo obliga a dormir cuatro horas por semana, el pobre niño se la pasaba metido en mi habitación dando vueltas en la cama sin poder dormir.
A pesar de su apariencia tan delicada este niño es un sádico, y es comprensible, es del grupo de Jackson, ahí todos son sádicos.
Acerqué una mano a su cabello rizado y sonreí al ver su expresión de satisfacción cuando lo acaricié. Segundos después lo escuché lanzar un pesado suspiro.
-¿P-Por qué q-quieres irte? -en cuanto preguntó eso maldije a Nate en mi mente, los ojos de Nathaniel se veían tristes. -Te e-extrañé mucho cuando n-no estabas -susurró con amargura y tristeza, apreté los labios al sentir su aura oscurecerse notablemente.
-No me iré -dije con cautela, no me iré porque no encuentro como salir de aquí. Me gustaría llevármelo a él conmigo, pero sería muy peligroso, y si hago eso Jackson me buscaría y me mataría. Nathaniel es uno de sus mejores vampiros.
Él me miró con sospecha, no aparté la mirada de sus ojos, lo cual hizo que se sonrojara, sonrió tímidamente mostrando sus pequeños colmillos, negué divertido, he notado que es demasiado inocente conmigo, me abrazó suavemente.
-Él no te merece -no me sorprendí al escuchar aquello, Nathaniel se alejó un poco y me miró con fijeza, me quedé mirándolo con mucha curiosidad, me parecía tierno ver sus mejillas coloradas, para ser un vampiro aún tiene pequeñas cosas humanas. -... e-en cambio yo te q-quiero mucho -tartamudeo desviando la mirada, ahora sí que arqueé ambas cejas al escuchar aquella confesión. Sabía perfectamente qué quería decir con eso.
-Eres un ni...
-¡No lo soy! ¡Tengo veintitrés! -exclamó mirándome mal, inevitablemente mis labios se curvaron en una sonrisa divertida.
-Pareces de catorce -dije con un falso tono pensativo, él se sonrojó y me asesinó con la mirada.
Arqueé una ceja cuando me llamó con un dedo, su expresión enfurruñada era adorable, me incliné un poco, me reí y me eché hacia atrás cuando se acercó a besarme, sabía que quería hacer eso.
Sonreí de lado cuando me miró con molestia y se dio la vuelta, me quedé observando cómo se alejaba cruzado de brazos e insultándome en voz baja...
Mi sonrisa se desvaneció lentamente, ¿por qué no puedo olvidarme de Lawriett y estar con alguien como Nathaniel? Alguien que realmente me quiere aun sabiendo lo demente que estoy.
Por más que intento olvidarlo no puedo.
Caminé hacia aquel lugar al que me prohibieron ir, quería ver a la sirvienta, ¿qué tiene ella que no tenga yo? Se lo di todo a Lawriett, ¡todo! No entiendo qué fue lo que hice mal.
-¿Vas a matarla?
Me detuve al escuchar a Charls hablar detrás de mí, ni siquiera me giré a verlo, rodé los ojos al sentir que trataba de usar su poder en mí para sacarme la verdad.
-¿Me detendrás? -pregunté mirando hacia la puerta que había a solo unos pasos. Ya me calme, no estoy de ánimos para matar a la sirvienta.
-No, pero te recomendaría que no entraras ahí -me giré y lo miré con confusión, había advertencia en su mirada. -No lo hagas -dijo dándose la vuelta, chasquee la lengua y caminé nuevamente hacia la puerta, allí sentía la extraña aura de la tal Amy.
Esa chica es igual al niño pelirrojo, mitad de las dos especies. Cuando Lawriett y yo la convertimos fue por error, yo andaba de paso por aquella ciudad, llevaba unos días allí observando a Jackson, me llamaba mucho la atención verlo detrás de un niño, pero lo que no esperé fue toparme con Lawriett, tenía meses que no lo veía, me había escapado de aquí para no verlo, me dolía demasiado estar a su alrededor después de que cambió su forma de ser conmigo, me encontré con él cuando incendió una parte del jardín de la mansión en la que estaban Jackson y el pelirrojo, no entendía por qué había hecho aquello, por desgracia, una de las sirvientas me vio, la tomé para alimentarme y cuando estaba por matarla él me interrumpió y le dio de su sangre a la zorra esa.
Supongo que esa es una forma de hacer vampiros semi-humanos. Esa especie es demasiado poderosa. Me preocupa que aquella noche en que convertimos a la zorra no estábamos solos, por un momento sentí a aquel maldito. Él estaba cerca...
Apreté los dientes y volví a la realidad. Tengo que ver a la zorra...
En cuanto puse mi mano sobre el pomo de la puerta supe que había algo fuera de lugar, miré con más atención a mí alrededor, debería haber un guardia aquí, no lo había notado por estar distraído.
Al sentir por un segundo el aura de Lawriett al otro lado de la puerta mi cuerpo se enfrió aún más y comprendí las palabras de Charls. Está aquí. Ocultó su presencia de mí para venir a ver a su zorra. Ignorando lo frío que me sentía solté el pomo y me quedé en silencio.
Traté de mostrarme impasible cuando la puerta se abrió y Lawriett apareció frente a mí, él me miró fijamente, parecía estar esperando algo, varios insultos tal vez.
Me limité a observar con atención sus ojos verdes, eran realmente hermosos, luego miré su cabello rubio, podía recordar lo suave que es, ¿cuántas veces enterré mis dedos en ese cabello mientras gemía su nombre y le decía lo mucho que lo amaba? Demasiadas veces. Bajé la mirada a sus labios, sonreí con tristeza al ver el color que tenían, estaban un poco rojos, es obvio que bebió de la sirvienta, me fijé mejor en sus facciones tan masculinas y atractivas, él seguía mirándome.
-Cairus -me estremecí al escuchar como susurró mi nombre, me relamí los labios, mi corazón se sentía helado.
-Me rindo -dije sin más con los ojos llenos de lágrimas, él frunció el ceño, sonreí. -Creí que era fuerte, pero no es así... no soporto este dolor -admití llevándome una mano al pecho, no me sorprendería que mi corazón dejara de latir, el amor que siento por Lawriett es lo único que lo mantiene latiendo, pero ya no puedo más...
Me alejé cuando él intentó tocarme, me pareció ver temor en su mirada.
-¿Qué quieres decir? -preguntó con cautela, lo miré sin expresión. Sabe exactamente qué quiero decir. -¿Qué piensas hacer? Dudo que Nate te deje ir -dijo cruzándose de brazos, ¿sabía de mis planes de irme? Me limpié con rudeza las lágrimas y lo miré con decepción.
Recordé las palabras de Nate. "No te dejare ir, pero puedo alejarte de él si quieres"
-Ya me cansé de ser tu juguete, el nivel de humillación al que me has bajado no lo soporto más, te lo entregué todo, pero al parecer nunca fue suficiente, admito que fue mi error alejarme de ti sin decir nada pero desde que cambiaste lo único que obtengo de ti es dolor y lágrimas. Si esa zorra puede darte lo que deseas pues vete con ella, ya no me importa -mentí en esto último, no aparté la mirada de sus ojos en ningún momento, su cuerpo estaba tenso y en su mirada había rabia, no pasé por alto el leve temblor en sus manos y lo pesada que se sentía su aura, mis palabras lo están alterando más de lo que pensé.
Justo cuando iba a retractarme a mi mente llegó la inocente sonrisa de Nathaniel. Con él podría estar bien... Podríamos intentarlo.
-¿Quién es? -preguntó con amargura, lo miré con sorpresa. ¿Se dio cuenta? Hice una mueca al ver un poco de dolor en su mirada.
-N-N sé de qué h-hablas -dije tratando de sonar convincente, él se pasó una mano por el cabello, me miró y se rió sin ninguna pizca de gracia en sus ojos.
-¿No lo sabes?
Me quedé mirándolo en silencio. ¿Todo estaba perdido entre nosotros? Giré el rostro cuando iba a tocar mi mejilla.
-¿Cómo es que puedes ser tan falso y cínico? -lo miré con sorpresa y confusión, su tono fue triste y bajo. -Te preguntas por qué cambié contigo, dices que me lo diste todo... cuando también se lo diste a otro... -murmuró con amargura, me quedé en el aire por unos segundos. Hasta que lo comprendí. Negué lentamente con miedo. No...
Comencé a retroceder lentamente sintiendo mi cuerpo temblar del frío. Él no puede estar hablando de eso...
Me miró con frialdad, me llevé una mano al pecho justo cuando caí de rodillas, me hice un ovillo mientras mi cuerpo seguía temblando.
-¿Crees que no sé lo que hiciste?
Abracé mis piernas y comencé a llorar cuando preguntó eso, su tono era de desprecio. No quería recordar aquello... Todo menos eso...
-C-Cállate -susurré con súplica tratando con todas mis fuerzas de no recordar. Tardé meses en suprimir ese recuerdo...
-¿Por qué? ¿No quieres recordar cómo te revolcaste en la cama con Allistair mientras yo no estaba? -me dolió el estómago y el corazón al escuchar sus crueles palabras, negué llorando sin mirarlo a la cara. Allistair. -Ya me encontraba raro que siempre estuvieras con él... Aun sabiendo que me fuiste infiel no pude alejarme de ti, te quejabas de que había cambiado, pero, ¿de quién es la culpa? Y encima desapareciste, fuiste tras él, ¿cierto? Dime, ¿lo tiene más grande que yo? ¿Es eso?
-C-Cállate -supliqué una vez más mientras sentía que caía en un abismo, negué con violencia cuando comencé a recordar su rostro.
Sus ojos azules, eran tan claros como el cielo, pero a veces podían llegar a ser azules como el fondo mar, su cabello era rojizo...
-¡NO! -grité jalándome el cabello, no quería recordarlo. No a él...
Miré a Lawriett con dolor, él tenía el ceño fruncido, me llevé una mano a la boca al sentir arcadas, no pude detenerlo y terminé vomitando una gran cantidad de sangre.
-N-No... -susurré asustado alejándome rápidamente de Lawriett cuando intento acercarse, él se veía desconcertado. -Y-Yo e-estoy s-sucio... m-mi cuerpo e-está s-sucio -dije con tristeza. Finalmente entendía por qué había cambiado conmigo. -P-Pero te e-equivocas en a-algo... -me callé al sentir mi cabeza dar vueltas.
-¿Qué crees que haces? -con la vista borrosa miré como un enojado Nate llegaba e interrogaba a Lawriett, el cual no apartaba la mirada de mí, sonreí levemente y me sentí aliviado.
-L-Lawriett... e-estás a-aquí... a-ayúdame... -susurré antes de caer en la inconsciencia.
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