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Cap. 22- El pequeño vampiro

Chris

Al abrir los ojos lo primero que vi fue un techo completamente negro con grabados blancos, me encontraba acostado en una cama, me senté de inmediato al recordar todo lo que había pasado, miré a mi alrededor. Estaba en una enorme y terrorífica habitación, había un gran candelabro negro colgando del techo, el papel tapiz de las paredes era negro, había cuadros extraños, habían varios ventanales y dos balcones, una gran alfombra negra cubría el piso, la cama tenía sábanas negras de seda, habían dos puertas, lucía hermoso y terrorífico. Seguía en Infernus.

Me miré, alguien me había cambiado la ropa, llevaba solo un camisón negro y mis boxers. Me levanté de la tenebrosa, pero cómoda cama, caí al piso de inmediato, fruncí el ceño y miré mis piernas, casi no tenía fuerza.

¿Dónde están Jack, Luke y Amy?

Como pude me levanté del piso y caminé hacia la puerta, maldije cuando me quemó la mano, razgué un poco de la tela del camisón y la puse en el pomo, así pude abrirla, con cautela asomé la cabeza, había un largo pasillo, me encerré rápidamente al ver a un vampiro acercarse.

No puedo salir de aquí, sería un suicidio. Necesito beber sangre, sino moriré cuando pelee con Cairus.

Cerré los ojos y me concentré, necesitaba llamar a Jack. Me entró un pequeño ataque de tos distrayéndome de lo que hacía, me llevé una mano a la boca.

Me relamí los labios, fruncí las cejas al sentir el sabor a sangre, miré mi mano, estaba llena de sangre. ¿Qué me pasa?

No salgas de ahí.

Escuché a Jack en mi cabeza, suspiré y caminé con lentitud hacia la cama, me tiré en ella y me quedé mirando hacia la ventana.

Me sobresalté cuando la puerta se abrió, me puse nervioso al ver que era Jack, me miró fijamente, cerró la puerta después de entrar, me limpié disimuladamente la sangre con la sábana.

Sin decir nada él se acercó a la cama y se sentó sin dejar de mirarme, se veía cansado.

—¿Estás bien? —le pregunté acercándome más, él asintió y acarició mi rostro con sus fríos dedos, haciendo que los latidos de mi corazón resonaran por toda la habitación.

—¿Y tú? —preguntó mirándome a los ojos, me quedé callado. No estaba bien, estoy tosiendo mi propia sangre y no puedo ni caminar. —Te dije que no vinieras —dijo con amargura, chasque la lengua y aparté su mano.

—Perdóname por extrañarte.

No me arrepentía de haber venido. Tantos meses sin él, y cuando por fin pensé que estaríamos juntos, ¡bum! Pasa esto.

Me sonrojé al ver su mirada suavizarse, no pude aguantarme las ganas y me lancé a sus brazos, lo abracé mientras las lágrimas comenzaban a salir de mis ojos, los cerré cuando sentí sus brazos alrededor de mi cintura. Sentía que algo muy malo estaba sucediendo dentro de mí, eso me asustaba.

—Lo siento mucho, perdóname, es mi culpa que estés aquí...

Me alejé un poco al escucharlo disculparse, negué varias veces al ver su mirada.

—No es tu culpa —dije agarrando sus manos, él me miró un poco sorprendido.

Cerré los ojos cuando acercó su rostro y juntó sus labios con los míos, él iba a alejarse, seguro probó la sangre, llevé mis manos a su cuello y lo atraje más a mí, abrí la boca y él metió su lengua, al igual que a mí, sentí su cuerpo estremerse cuando su fría lengua tocó la mía, él agarró mis caderas y me acostó mientras se subía sobre mí.

Abrí mucho los ojos y soltando un quejido me separé rápidamente al sentir un fuerte dolor por las costillas, sentía que mil cuchillos a la vez se clavaban en mí.

Mi respiración era pesada, Jack estaba mirándome con preocupación.

—Tus pulmones... están dañados —dijo seriamente, tragué duro. ¿Mis pulmones? Él levantó el camisón y miró minuciosamente mi pecho, pero se veía como siempre. Solté un pequeño grito cuando hizo un poco de presión en este, él alejó rápidamente su mano. Tenía razón.

—S-Se arreglarán s-solos —dije lentamente, me seguía doliendo, Jack se pasó una mano por el cabello con frustración. Solo tengo que dormir y estaré bien.

—Dormiste por más de diez horas, estás muy caliente, no te estás curando, más bien parece que te estás muriendo —replicó en voz baja mirando al suelo, me quedé más que sorprendido al escucharlo. ¿Muriendo?

—E-Eso no es posible —dije en un susurro, él me miró. Sentí mucho miedo, él se veía serio. —¡No es la primera vez que me excedo tanto! —exclamé confundido, Jack se sorprendió al escucharme.

Me tapé la boca con las manos al sentir ganas de vomitar, me paré de la cama y sin poder evitarlo vomité, sentí a Jack sostenerme por detrás, cuando terminé miré horrorizado toda la sangre que había en el piso. Estoy muriendo...

Me pasé una mano por la frente, estaba caliente y sudando.

—¿D-Dónde estoy? —pregunté con voz débil, él me miró y suspiró, me quitó el camisón y los boxers, luego me cargó en brazos.

—En mi habitación, tranquilo mi amor, resolveremos esto —dijo acurrucándome en su pecho, suspiré aliviado al sentir lo frío que estaba a pesar de la ropa.

Él caminó hacia una puerta y entró, era un baño, me llevó hacia la tina, vi que estaba llena de cubitos de hielo, me dejó en ella con suavidad, sentí mi cuerpo relajarse, miré a mi novio.

—¿Dónde están Luke y Amy? —pregunté cerrando los ojos.

—Los mandé a investigar algo —respondió, abrí los ojos. A investigar. ¿Nadie aquí sabe lo que me pasa?

—Me alegra haberte dicho lo que siento, ya puedo morir feliz —susurré con lágrimas en mis ojos. A pesar de no saber si él me ama o no, puedo morir tranquilo.

—¡NO DIGAS ESO!

Di un respingo cuando alzó la voz, su mirada me desgarró el corazón, él se veía enojado y triste, me dio la espalda para que no lo viera, aún así podía sentir su dolor.

Sonreí levemente. Podía sentir dentro de mí que no solo mis pulmones están dañados.

—Yo... he sido un idiota contigo por mucho tiempo... ahora que sé lo mucho que te amo... y que tú me correspondes... no quiero perderte... —susurró girandose, no pude más y lloré al ver la sinceridad escrita en su rostro. Me ama...

—¿M-Me a...

Comencé a toser nuevamente, mareado miré a Jack acercarse alarmado, miramos como mis venas se ponían negras, Jack me sacó de la tina y comenzó a llamarme, pero yo solo podía escuchar los irregulares latidos de mi corazón, sentí una de sus manos detrás de mi cuello, gemí del dolor que sentía ahí detrás,  Jack abrió los ojos como platos y miró mi nuca. 

Traté con todas mis fuerzas de seguir respirando, cerré los ojos por un momento hasta que Jack me forzó a abrirlos, no comprendía las cosas que me decía, solo veía sus labios moverse frenéticamente, sentí que me cubría con una sábana, me acurruqué en su pecho. Ahí quería morir, con él.

Sentí y miré como corría conmigo en brazos por los pasillos, sentía que algo me jalaba y me pedía que cerrara los ojos, que dejara a Jack. Iba a hacerlo, dejarme llevar... hasta que vi los ojos del hombre que me cargaba, se veía asustado, jamás lo había visto así.

Él abrió unas grandes puertas negras, vi al pequeño vampiro rey  mirando por una ventana, nos miró y se acercó rápidamente a mí, con el ceño fruncido me miró a los ojos, sentí sus pequeñas y frías manos en mis mejillas, intercambió algunas palabras con Jack.

Ya no podía soportar más, sentía un gran dolor en todo el cuerpo, Jack me dejó sobre una cama, cuando pensé que era mi final el pequeño vampiro me besó, me quedé con los ojos muy abiertos al sentirlo chupar mi lengua, me forzó a que le siguiera el beso, miré a Jack con desesperacion, él me calmó con la mirada y asintió, moví mis labios, sentí mi corazón literalmente detenerse en cuanto lo hice, minutos después el rey se alejó de mí y se relamió los labios, se llevó una mano a los ojos y gruñó, luego me dio un puñetazo en el pecho, grité del dolor y mi corazón volvió a latir.

¿Qué diablos fue eso?

—Alimentalo —le ordenó a Jack alejándose un poco, mi novio lo miró agradecido y acercó su muñeca a mi boca.

—Bebe —dijo mirándome con alivio y cariño, le clavé los colmillos, bebí su deliciosa y fría sangre, agarré su brazo y bebí rápidamente al sentir como recorría mis venas y mi corazón dañado.

Alejé mi boca de la muñeca de Jack, lamí la herida y cerré los ojos con cansancio.

—Alguien te envenenó.

Abrí los ojos y miré al pequeño vampiro cuando dijo eso, él y Jack estaban mirándome.

¿Por qué alguien me haría eso?
Bueno, por muchas razones.

Me quedé mirando al pequeño vampiro, él era un poco más bajo que yo, tenía el cabello negro y un poco largo, sus ojos eran azules oscuros, tenía facciones suaves, como las de un niño, llevaba puesto un fino y formal traje negro, aunque fuera tan pequeño tenía un aura muy fuerte, parecida a la de mi padre.

¡Mi padre!

—T-Tengo que irme —dije asustado, me levanté de la cama, Jack me agarró cuando perdí el equilibrio e iba a caer al piso.

Él me abrazó, me sonrojé al sentir la sábana que me cubría caerse, me separé de Jack y tomé la sábana, miré de reojo a su rey, él estaba mirándome, di un respingo y miré a Jack.

—No puedes irte —dijo Jack apartando el cabello de mi frente, tragué duro.

—En estas condiciones Cairus me va a matar —mascullé por lo bajo, noté a Jack tensarse. Él sabe que así será.

—Eso se pospuso —dijo el pequeño vampiro, Jack y yo lo miramos sorprendidos, él se encogió de hombros. —Alguien soltó a uno de mis bebés e hizo que te mordiera, no puedo pasarlo por alto —explicó él mirándome.

—¿Bebés? —pregunté inconscientemente, Jack negó mirándome con temor, el pequeño vampiro me miró y sonrió, chasqueo los dedos, segundos después un vampiro entró por la puerta.

—Traele ropa —le ordenó, el vampiro me echó una rápida mirada, asintió y salió. —Jackson, informale a Dimitri y a Cordelia que tenemos a su bebé, dile a Lawriett que venga esta noche —dijo caminando hacia nosotros, Jack asintió, y me miró.

—No te acerques a "sus bebés" y no te alejes de él —susurró en mi oído con advertencia, asentí un poco desconcertado, él me besó, muy sonrojado le correspondí. —Le diré a tus padres que estás bien —dijo cuando nos separamos, asentí agradecido.

Él me sonrió un poco y después de darme un último beso caminó hacia la puerta, dejándome a solas con el pequeño rey. Me cubrí mejor con la sábana y lo miré atentamente en silencio, segundos después él susurró algunas cosas y sus ojos se pusieron completamente rojos por menos de un segundo.

—¿Q-Qué fue lo que hiciste hace un momento? —le pregunté con curiosidad, él me miró y ladeo la cabeza.

—¿Justo ahora, o cuando te besé? —preguntó tranquilo, me sonrojé, él se quedó mirando mis mejillas.

—A-Ambas —dije algo incómodo, él me miró a los ojos.

—Sellé las salidas, nada ni nadie saldrá de Infernus hasta que encontremos al que te quiso matar, y cuando te besé saqué el veneno de tu cuerpo —explicó acercándose a mí, asentí comprendiendo. Por eso Jack dejó que me besara.

—¿Y por qué el veneno no te hace nada?

No podía controlar mi curiosidad, el pequeño vampiro se encogió de hombros.

—Soy inmune a cualquier veneno, el que había dentro de ti era uno de los más fuertes del mundo, actúa rápidamente destruyendo todos tus órganos, ya seas vampiro o humano, supongo que duraste tanto tiempo vivo porque habían dos partes luchando contra el veneno, la humana y la vampírica  —respondió él caminando frente a mí, me sorprendí. Él es inmune a todos, una pequeña prueba de lo fuerte que es. —Toca aquí atrás, tienes la herida de una mordida —dijo acercando su mano a la parte trasera de mi cabeza.

Me llevé una mano allí, recuerdo que cuando Jack me tocó el cuello me dolió, subí la mano por mi cabello, fruncí el ceño al sentir una pequeña herida.

—Por eso Jackson no pudo verla —afirmó él pensativo, el vampiro de antes entró por la puerta con ropa en sus manos.

Me la pasó y se fue después de hacerle una reverencia al rey. ¿A caso todo debe ser negro aquí? Me pregunté al ver la camisa, el boxer, el pantalón, y los zapatos que me trajo el vampiro, todo era negro.

Algo incómodo miré al pequeño vampiro, ¿no se irá? Él estaba mirándome fijamente, suspiró resignado al ver mi mirada y se giró, me vestí rápidamente.

—Ya estoy listo... —le avisé, él se giró y me miró de arriba abajo, comenzó a caminar hacia la puerta sin decir nada, lo seguí.

Caminamos en silencio por varios pasillos, yo solo lo seguía. No dije nada cuando salimos, estábamos en la parte trasera, me quedé maravillado al ver el inmenso jardín que había a unos metros, eran tres en uno, a la izquierda habían unos quinientos cancerberos, estaban durmiendo, a la derecha había una especie de laberinto sin salida, y en el centro habían hermosos árboles de frutos negros y un montón de flores negras y blancas, al final del camino de flores había un gran edificio de paredes transparentes, desde aquí pude ver que era un invernadero, vi en las paredes muchos signos negros, iguales a los que había en los pilares de la entrada y en el techo de la habitación de Jack, solo que algunos de estos tenían una luz roja.

—¿Para qué son esos símbolos? —pregunté mirando al rey.

—Son sellos protectores, si los activamos todas las entradas y salidas se sellarán —respondió, asentí.

El pequeño vampiro caminó hacia el centro, lo seguí de inmediato, me quedé embobado mirando lo hermoso que era este lugar, mi pulso se aceleró, Jack había regresado, miré hacia atrás, espero que venga con nosotros.

El rey abrió las puertas del gran invernadero, me quedé en shock al ver la selva infernal que había aquí, estaba lleno de árboles y arbustos, pero lo que asustaba eran los animales, vi un enorme mosquito de dos cabezas, había muchas serpientes negras en los árboles, arañas enormes, murciélagos rojos, aves negras y extrañas, el pequeño vampiro tomó en sus manos a una serpiente negra de ojos azules.

—Alguna de estas te mordió —dijo mirando como la serpiente subía por su brazo, lo miré con horror y retrocedí.

—¿Ah, s-si? —pregunté nervioso, me entraron náuseas y casi me desmayo al ver un ciempiés negro de cinco metros venir hacia acá con mucha rapidez.

Salí corriendo como alma que lleva el diablo, vi a Jack acercarse por el camino de flores, me miró con el ceño fruncido, sin pensarlo dos veces lo abracé y miré con temor hacia atrás.

—¿Qué pasó? —preguntó mirándome y sosteniéndome.

—U-Un m-monstruo... —respondí horrorizado, él se rió un poco y miró hacia el invernadero.

El pequeño vampiro salió, llevaba en sus manos una serpiente negra, los ojos de esta estaban sangrando.

—La mataron —dijo él con el ceño fruncido. —Llévatelo Jack, lo dejaremos "muerto" por ahora...

Ellos se miraron en silencio, Jack asintió y me tomó de la mano.

—Vamos —dijo mirándome, asentí levemente y caminamos de regreso, miré hacia atrás y me pareció ver tristeza en los ojos del rey mientras miraba a la serpiente muerta.

—¿A dónde va? —le pregunté en un susurro a Jack al ver al pequeño vampiro meterse por unos arbustos.

—A enterrar a su "bebé" muerta —dijo él mirándolo de reojo, me sorprendí. Quizás lo juzgué antes de conocerlo, no es tan malo como pensé.

—¿Puedo ver a Amy y a Luke? —pregunté, él me miró y negó, hice un puchero.

—Solo me verás a mí.

Arqueé las cejas al escuchar eso, él tenía su rostro inexpresivo, suspiré y miré al cielo, solo estaba nublado, no había almas.

—Cuando dijiste que me amabas... ¿fue algo del momen...

—Te amo.

Mi corazón se volvió loco cuando me interrumpió y dijo eso, él me miró a los ojos con intensidad, bajé la mirada al suelo mientras sentía mi rostro arder, entramos al palacio.

—Todos están escuchando tu corazón latir, fallaste haciéndote el muerto —dijo seriamente, me sonrojé aún más y lo fulminé con la mirada.

—¿Y de quién crees que es la culpa? —pregunté cruzándome de brazos, él sonrió y mi corazón se aceleró mucho más, él se rió y yo lo miré mal.

—Aceptaré toda culpa, plan B —dijo y tomándome por sorpresa me cargó en sus brazos, comenzó a correr por los pasillos, escondí mi avergonzada cara en su pecho cuando un grupo de vampiros en un pasillo nos lanzaron chistes pervertidos.

—¿Quienes son esos? —pregunté en voz baja. Ellos fueron a buscarlo en el palacio real.

—Un grupo de idiotas —respondió él entrando a su habitación, me dejó sobre la cama, lo miré mientras se sacaba la camisa, tragué duro.

—¿Q-Qué estás h-haciendo? —le pregunté nervioso, él me sonrió sádicamente y se subió a la cama.

—Una semana, Chris. No he tenido sexo en una semana, tengo hambre —dijo mirándome con acusación, ignoré la excitación que me produjeron sus palabras y puse mis manos en su pecho, deteniéndolo cuando iba a quitarme la camisa.

—Estás muy tranquilo considerando que alguien intentó matarme —dije mirándolo con sospecha, él se quedó callado. —Por favor, no soy tan estúpido como para no saber que aquí pasa algo raro.

Él quiere tener sexo, aun cuando el que me quiso matar anda suelto.

—Ahora estás a salvo —dijo agarrándome las manos y poniéndolas sobre mi cabeza, fruncí el ceño.

Él me soltó y me bajó los pantalones junto a los boxers, sonrió mirando mi miembro erecto, me sonrojé y traté de alejarme cuando bajó sus pantalones hasta las rodillas, me agarró por la cintura y negó.

—Luego te diré lo que quieras —dijo metiendo las manos por debajo de mi camisa y acariciando mis pezones, lo miré mal y negué, él sonrió y bajó sus boxers, dejando libre su gran miembro, contuve la respiración y lo miré a la cara.

Él separó mis piernas y dejándome estupefacto acercó su boca a mi trasero y metió lentamente su lengua en mi entrada, agarró con fuerza mis piernas cuando quise alejarme, comencé a gemir y a retorcerme del placer que me daba su lengua, mi rostro ardía más que nunca, agarré mi miembro y me masturbé mientras miraba a Jack, no tardé en correrme, mi novio sacó su lengua y mirándome fijamente entró en mí con una violenta embestida, grité del placer y del dolor que me causó eso, él se movió con rapidez y dureza dentro de mí, lloré y gemí mientras movía las caderas, arañé su espalda cuando mordió uno de mis pezones, lo lamió sensualmente, minutos después él intercambió nuestras posiciones, moví mi trasero y acerqué mi boca a su cuello, lo mordí y chupé su sangre sin dejar de moverme, lamí la herida y terminé corriendome por segunda vez mientras lo besaba, él lo hizo dentro de mí a la vez que me seguía el beso.

Jadeando alejé mis labios, lo miré, él estaba mirándome fijamente, me puse nervioso por su mirada, me levanté un poco y me tiré a su lado.

Suspiré pesadamente, otra vez tenemos sexo en lugar de conversar y establecer más confianza.

—Tú sabes quien lo hizo... —afirmé con la mirada fija en sus ojos, estos adquirieron un brillo peligroso. Lo sabía, él y ese pequeño rey saben lo que sucede.

—Me hago una idea —respondió.

—Dímelo —le pedí en voz baja, él suspiró y acercó sus labios a mi cuello, comenzó a besarlo ignorando mis palabras.

Cerré los ojos, sentía pesadez en mi corazón. Jack no me dice nada, ¿a caso no confía en mí?

Se alejó y se quedó pensativo, frunció el ceño y se levantó de la cama.

—Vamos —dijo mirándome y vistiéndose, lo miré con cansancio, me duele el cuerpo.

—¿Para dónde? —pregunté, mi cuerpo aun se estaba recuperando, Jack me miró y sonrió de una manera aterradora.

—Para que veas al culpable.

. . .

—¡Lawriett!

Lo llamé al verlo entrar por la puerta, él me miró con enojo, hice un puchero, lo observé mientras se acercaba al pequeño rey sentado en su trono, ambos se saludaron.

Tragué duro al verlo acercarse a Jack y a mí.

—L-Law...

—Law nada, olvídate de tu libertad —empalidecí ante sus palabras enojadas. —¿Dónde están Amy y Luke? —preguntó cruzándose de brazos y frunciendo el ceño.

Miré a Jack buscando ayuda, él miró a su rey, fruncí el ceño.

Él chasqueo los dedos y un par de guardias los trajeron, ellos se veían enojados, suspiré aliviado al ver que están bien, se sorprendieron al verme, caminaron rápidamente hacia mí.

—¡Chris! —exclamó Luke abrazandome y llorando, le correspondí. —Creímos que Cairus te había hecho papilla —dijo asustado, arqueé las cejas y suspiré. Me hará papilla.

Nos separamos al escuchar un fuerte golpe, miramos sorprendidos como Amy estaba pegada al techo, el pequeño rey bajó su dedo y la pegó al suelo, comenzó a subirla y a bajarla con fuerza.

—No... —susurré incrédulo. ¡¿Amy?! Sé que me lanzó a los perros sin piedad pero, ¿envenenarme? No creo que llegue a eso.

Miré a Lawriett, él tenía el ceño fruncido mirando al pequeño vampiro.

—Tu zorra se descontroló —le dijo Jack a Lawriett, este último lo fulminó con la mirada, pero no se veía sorprendido.

—Amanda Ross, mientras Christoper dormía lo envenenaste con una Dewsful y mataste a dos de mis guardias, ¿cómo respondes a eso?

Ya no habían rastros del pequeño vampiro triste de hace unos minutos, ahora tenía la expresión más fría que había visto en mi vida. Lawriett me miró preocupado.

—Ya estoy bien... creo —le dije calmado, él asintió y miró a Amy fijamente, la cual se veía enojada, di un respingo cuando me miró con odio desde el piso. ¿Qué le hice a esa perra?

—¿Cómo sabes que fui yo? —preguntó ella levantándose y mirando mal al rey, él la miró con desprecio.

—Porque eres una idiota, puedo ver a través de los ojos de cualquier cosa aquí —explicó él, me sorprendí. Él sabía desde un principio lo que pasaba, dejó que me envenenaran. Miré  a Jack, él estaba serio pero había  sorpresa en sus ojos. 

—¿Cómo es que sigues vivo, maldito?

Arqueé las cejas cuando Amy caminó hacia mí, había odio puro en sus ojos, Lawriett se acercó a ella y la miró con dolor.

—Amy, ¿por qué hiciste eso? —preguntó enojado y confundido, ella lo miró con lágrimas en los ojos.

—N-No seas tan hipócrita, ¡sabías que esto me pasaría! —respondió ella con rabia, todos miramos a Lawriett, él la miró aún más confundido.

—Vaya, vaya... —susurró el pequeño rey entretenido. —Traigan a Cairus —le ordenó a sus guardias.

—¿Qué diablos está pasando aquí? —me preguntó Luke en un susurro, lo miré y negué, yo no tenía ni idea. —¿Lawriett fue quien la convirtió? —preguntó mirando a Amy.

Asentí, él frunció el ceño, se quedó mirándola con confusión.

—Sí lo hice —respondió Lawriett muy seguro de sus palabras, el pequeño rey se rió y miró a Amy, la cual parecía haber caído en una depresión, estaba hecha un ovillo en el suelo. Arqueé las cejas. 

—Pero no fuiste tú solo... —dijo el rey, Lawriett asintió con pesar. ¿Qué rayos significa eso? ¿Dos vampiros convirtieron a Amy? —Jackson —lo llamó, Jack lo miró y luego a mí, las puertas se abrieron y Cairus entró con una gran sonrisa junto a dos guardias, nos miró y se quedó mirando a Lawriett, Jack se aclaró la garganta.

—Hace meses hubo un incendio en la mansión de los Wells, durante el cual Amanda la sirvienta terminó siendo convertida por Cairus y Lawriett, hasta donde sé fue un accidente  —explicó Jack, lo miré mal.

—¿Por qué lo dices ahora? —le pregunté enojado, aquella noche él dijo que el causante había escapado.

Tú no sabías quienes eran ellos, no quería que te involucraras demasiado.

Suspiré pesadamente al escuchar eso en mi cabeza. 

—¡Mi bebé! —exclamó Cairus mirándola, sus ojos brillaban con fascinación.

Amy, no es igual a mí. Por lógica, creo que parte de la locura de Cairus está dentro de ella...

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