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Cap. 1 -Una nueva vida

Chris

Me encontraba en el aeropuerto de Claymouth, una ciudad en la que el sol salía como máximo tres veces al mes, mis padres por alguna razón desconocida para mí me enviaron a vivir aquí con mi tío.

Tras tomar mi equipaje miré alrededor buscando a mi tío, este ya debería haber llegado por mí, pude sentir la presencia de unos cinco vampiros cerca, a lo lejos vi a mi tío Tom, él lucía igual que siempre. Piel pálida, cabello negro, ojos oscuros, él era muy alto y delgado, tenía una sonrisa en su rostro mientras caminaba hacia mí.

-¡Chris! Qué grande estás -dijo él mientras me abrazaba, yo le correspondí abrazando su frío cuerpo.

-Hola tío, ¿estoy más grande? Bueno... Si tú lo dices -dije un poco burlón, sé que él sólo lo dice por decirlo.

Aunque yo no sea todo un vampiro he dejado de crecer desde que cumplí los dieciséis años, cosa que pasó hace un año.

Mi tío sonrió algo apenado, si él pudiera sonrojarse estoy seguro de que ya lo estaría, la mayoría de los vampiros son fríos de personalidad y muy distantes pero mi tío por suerte no lo es. Él me ayudó con mi equipaje y fuimos hasta su auto.

En el camino a su mansión fuimos hablando, yo miraba alrededor.

-Va a llover -dije mirando al cielo nublado, vi de reojo como mi tío asentía.

Cuando llegamos a su mansión admiré a través de la ventana el inmenso jardín que había, su mansión era moderna, tenía paredes de cristal, lo que me extrañó bastante considerando que mi tío es un vampiro, el sol no nos quema ni nos hace brillar como diamantes pero si nos resulta algo incómodo, también vi que tenía un equipo avanzado de seguridad, ya había comenzado a llover algo fuerte, bajamos rápidamente del auto con mis maletas, yo seguí a mi tío hasta la enorme puerta principal, esta se abrió desde que él puso un pie en los escalones de la entrada, de adentro salió un mayordomo a ayudarnos con el equipaje, cuando entramos algunas sirvientas se acercaron, noté que todas eran humanas, eso me sorprendió un poco pero no dije nada.

-Kaz, lleva a Chris a su habitación, Chris acomoda tus cosas y luego baja a cenar -dijo mi tío mientras me miraba, yo asentí hacia él.

Una de las sirvientas se acercó a mí con una sonrisa amable, yo le correspondí y la seguí en cuanto ella comenzó a subir la gran escalera que había en el centro. Caminamos en silencio por los largos pasillos de esta mansión, por las paredes de cristal se podía observar toda la ciudad bajo la intensa lluvia, en los pasillos habían cadelabros modernos y pinturas antiguas, todo combinaba entre sí. La chica de unos 20 años se detuvo frente a una enorme puerta.

-Sr. Wells, su tío le asignó esta habitación, si no es de su agrado podemos mover sus cosas hacia otra -dijo ella mirandome algo sonrojada.

Yo pasé por alto su sonrojo y asentí. Entré a la habitación y vi mis maletas a un lado, al parecer el mayordomo se nos adelantó, la habitación era elegante aunque le faltaba algo de personalidad... Nada que no se pueda solucionar, una de las paredes son un conjunto de puertas de cristal corredizas que daban al balcón con vista a la ciudad y al bosque, las otras paredes eran azul oscuro, había un gran espejo de cuerpo completo, el piso estaba forrado con una alfombra blanca y suave, eso lo comprobé al quitarme los zapatos, había una gran cama en el centro, tenía sábanas blancas y almohadas esponjosas, habían dos mesitas de noche a los lados de la cama, miré al techo y vi que las luces eran modernas, había una puerta blanca, al abrirla vi que era el baño, tenía una tina y una ducha, todo era blanco y habían espejos por todos lados, a diferencia de los vampiros completos yo si puedo verme al espejo.

Regresé a la habitación y como dijo mi tío, acomodé todas las cosas que tenía en mis maletas, cuando terminé cogí mi celular y vi que tenía un mensaje de mi mamá, lo abrí de inmediato.

Mamá:

Chris, espero que hayas llegado bien, llámame en cuanto puedas y cuídate.

~Con amor, Mamá.

Le escribí una respuesta rápida y luego me tiré en la cama boca abajo, mi estómago gruñó y recordé lo que dijo mi tío sobre bajar a cenar. Yo solo soy mitad vampiro, bebo sangre pero también como comida humana, me levanté de la cama y me acerqué al espejo.

Miré mi reflejo, mi cabello es marrón rojizo, mis ojos son de un color verde brillante, mi piel es clara pero sin llegar a ser pálida, mis labios son levemente carnosos, no soy muy alto y no tengo nada de músculos pero aún así me gusta mi cuerpo, mi piel no es fría como la de los vampiros, aún corre sangre por mis venas por lo que mi corazón late todavía, como mitad vampiro tengo algunas habilidades, mis sentidos se agudizaron más que los de un humano normal, puedo sentir cualquier presencia, ya sea la de un humano o la de un vampiro, si me concentro mucho hasta puedo llegar a leer los pensamientos de las personas, es difícil leer los de un vampiro, mis padres me dijeron que tengo muchas habilidades más solo que aún no han despertado.

Mi estómago sonó otra vez por lo que dejé de verme, me puse mis zapatos y salí de la habitación. Dos minutos después ya había llegado al comedor, me perdí en el camino, una persona normal hubiera durado una hora en encontrar el camino correcto.

-Sr. Wells siéntese, por favor. Su tío bajará a acompañarlo en un momento -dijo una sirvienta mientras otra subía a buscar a mi tío, yo me senté a un costado en el largo comedor, mi tío bajó un segundo después y se sentó.

Hablamos un poco y luego las sirvientas trajeron la comida, a mi me pusieron al frente un plato con lazaña, se veía deliciosa y me trajeron una copa con sangre, a juzgar por el olor deduzco que es sangre humana, me relamí los labios y bebí un poco, estaba tibia, era dulce y deliciosa, sentí como la sangre bajaba lentamente por mi garganta, a mi tío solo le pusieron la copa con sangre, ya que él no puede comer, miré a las sirvientas y ellas servían la sangre como si nada, comencé a comer en silencio mientras mi tío me hablaba sobre el instituto al que tenía que asistir a partir de mañana, era un instituto élite especialmente para vampiros. Honestamente me da igual si es para vampiros o no, mientras no intenten morderme por mi está bien.

No me molesta estar rodeado de humanos o rodeado de vampiros, crecí con una madre humana y un padre vampiro así que ya estoy acostumbrado a tratar con las dos especies, en mi familia no le chupamos la sangre a las personas, bebemos sangre de animales o compramos sangre humana.

Luego de cenar me despedí de mi tío y fui a dormir, si... También tengo que dormir, cuando llegué me quedé solo en boxers y me tiré en la cama.

Iré por ti... Esperame un poco más.

Me desperté sudando al escuchar esa voz en mi cabeza, tuve un sueño, mis sueños siempre son en blanco y negro, en este vi la sonrisa de alguien mientras me decía eso, eché mi cabello hacia atrás mientras suspiraba, no había tenido un sueño en años, miré por la ventana y todo estaba sumido en una enorme oscuridad, ya había dejado de llover, volví a cerrar mis ojos trantando de reconciliar el sueño...

~Al día siguiente~

Abrí los ojos y me levanté de la cama, vi a través de la pared de cristal que el cielo estaba nublado, tocaron dos veces a la puerta de mi habitación.

-Adelante -dije mirando hacia afuera todavía.

Escuché la puerta abrirse, me di la vuelta y vi a una de las sirvientas, esta tenía unos 17 años, ella estaba muy sonrojada, yo la miré algo confundido hasta que caí en la cuenta de que yo solo estaba usando mis boxers, yo también me sonrojé un poco por eso.

-Mmm... He venido a avisarle que cuando esté listo, baje a desayunar -dijo ella evitando mi mirada.

-Está bien -dije aún sonrojado mientras entraba al baño rápidamente.

En cuanto entré cerré la puerta detrás de mí y entré a bañarme bajó la cálida lluvia artificial, vi varios jabones líquidos y shampoos, tomé un jabón de menta y un shampoo de cerezas, me bañé rápidamente, tomé una de las toallas que había y luego cepillé mis dientes, salí a la habitación y me sequé el cuerpo. Me puse mis boxers, unos skinnis negros, un t-shirt gris, mis converse negras y un abrigo negro, ya que hacía algo de frío afuera, salí de la habitación con el cabello aún mojado.

En cuanto llegué a la sala principal una de las sirvientas, esta era castaña y tenía unos 24 años, me dirigió hasta el desayunador, allí puso frente a mí huevos, tocino, hotcakes, salchichas, café y un vaso con sangre, yo lo devoré todo en un instante, no se como es que como tanto y no engordo, debe ser algo vampirico... La chica parecía encantada de que me lo comiera todo.

-Su tío lo está esperando afuera -dijo ella mientras retiraba los platos sucios, yo asentí y me levanté, no sin antes agradecerle por la comida.

Al salir vi a mi tío guardando su celular.

-Buenos días, vamos, Chris -dijo él mientras se montaba en el asiento del conductor.

-Buenos días -dije con una sonrisa mientras me subía al auto.

Él comenzó a manejar en cuanto me subí.

-En el asiento de atrás está tu mochila, toma esta tarjeta y en cuanto entres al instituto ve hacia donde la secretaria del director y enseñale la tarjeta -dijo él mientras me pasaba una tarjeta, la tomé, era negra, decía "Wells" y tenía la firma de alguien, miré en los asientos de atrás, vi una mochila negra con formas geométricas de colores, la tomé y guardé en mi bolsillo la tarjeta.

-Gracias tío -dije sonriéndole agradecido.

Él sonrió, minutos después atravesamos unas enormes puertas de rejas negras, sentí la presencia de muchos vampiros, al frente habían unos enormes edificios modernos, eran cuatro en total, el más grande que daba al frente decía "Crowl's Institute". Ya se que dije que estoy acostumbrado a tratar con vampiros pero no pude evitar ponerme un poquito nervioso, creo que soy la única persona que respira en este lugar. Vi a través de la ventana, habían muchos autos lujosos y adolescentes vampiros caminando elegantemente por todos lados.

-Calmate -dijo mi tío suavemente. Los vampiros pueden sentir los nervios y el miedo así que le hice caso y me tranquilicé.

Él paró el carro en frente del edificio más grande, yo suspiré y abrí la puerta.

-Vendré por ti luego -dijo él mientras se despedía.

Yo asentí y salí del auto, sentí las penetrantes miradas de todos esos vampiros sobre mí, cerré la puerta y caminé hasta la entrada del edificio ignorando todas las miradas, abrí la puerta transparente y entré. Miré todo a mi alrededor, las paredes eran blancas, en ellas habían pinturas algo escalofriantes, habían varias puertas en este piso, más allá vi un acensor. Que ambiente más frío.

A un costado estaba una mujer detrás de un escritorio negro, parecía ser la recepcionista, ella me miraba fijamente.

-¿Se te ha perdido algo aquí? -preguntó ella en un tono sarcástico mientras se acercaba a mí.

No me sorprende su tono de voz, varios vampiros con los que me he topado me hablaban y me trataban mal debido a que soy mitad humano. Suspiré y la miré sin expresión alguna.

-Estoy buscando a la secretaria del director -dije mirándola directamente a los ojos, no voy a dejar que me intimide.

Ella me observó con sospecha, yo rodé los ojos y saqué la tarjeta de mi bolsillo, se la mostré, la tomó y sin decir nada caminó hasta una de las puertas, yo la seguí en silencio, ella tocó la puerta una vez y esta se abrió, al otro lado estaba una vampira de unos 28 años, piel pálida y perfecta como la de todo vampiro, cabello rubio y sedoso, labios pintados de un rojo sangre, estos estaban curvados en una linda sonrisa, sus ojos eran verde oscuro y me miraban con curiosidad.

-Pasa, yo soy la secretaria del director -dijo la mujer mientras se hacía a un lado dejándome pasar.

Yo algo dudoso entré mientras le daba la tarjeta, ella la tomó, cerró la puerta y se sentó detrás de un escritorio, abrí los ojos con asombro al ver esta oficina, era todo lo contrario de lo que había allá afuera, las paredes eran color melón, habían sillones de madera, había un hermoso florero con rosas sobre su escritorio, en el piso habia una alfombra de colores, en una esquina había un librero de madera repleto de libros, ella tenía fotos de la playa, de flores etc... Esta oficina se veía y se sentía cálida y acogedora.

-¿Sorprendido? -preguntó ella con una sonrisa amable mientras dejaba la tarjeta sobre el escritorio.

-Mucho, esto se ve tan... Cálido -dije mirándola a los ojos, mi comentario pareció gustarle ya que sonrió aún más.

-Gracias, ¿eres Christoper Wells? -quiso confirmar ella, yo asentí.

-Siéntate Chris. ¿Te puedo llamar así? -preguntó mientras se paraba y abría una de las gavetas de su escritorio.

-Así está bien -dije mientras tomaba asiento en uno de los cómodos sillones.

Ella sacó de la gaveta libros, cuadernos, lapices, borradores etc... Los puso frente a mí.

-Esto es lo que necesitarás para clases, entralo todo en tu mochila y lleva a tu casillero lo que no usaras hoy... Toma tu horario, tu casillero es el número... 143 -dijo ella mientras me daba una hoja con el horario, miré la hoja, en esta también venía el número del casillero y la clave.

-Si necesitas cualquier cosa o tienes alguna duda puedes venir siempre que quieras -dijo sonriendo, yo asentí mientras entraba los libros en mi mochila.
-Bueno, ya debes ir a clases, la ceremonia de bienvenida fue ayer -dijo ella mientras me miraba.

Las clases ya habían comenzado ayer pero por culpa de mi vuelo retrasado llegué a esta ciudad ayer en la noche, aunque este sea un instituto de vampiros las clases son la mañana y no en la noche, me levanté del cómodo sillón y miré otra vez la hoja del horario, según esto ahora mismo tengo clase de Francés, la clase comenzó hace unos diez minutos por lo que estoy atrasado.

-Hasta luego... ¿Cuál es su nombre? -pregunté con duda.

-Ilya Brown, Chris toma -dijo mientras me pasaba otra hoja.

Yo la tomé y vi que era un plano del instituto.

-Gracias, hasta luego Ilya -dije sonriéndole mientras salía y cerraba la puerta.

Miré el plano y noté que el salón de Francés se encuentra en el edificio de la derecha, salí de aquí ignorando la mirada inquisidora de la recepcionista, el patio del instituto estaba desierto, miré al cielo y este seguía nublado, caminé hasta el edificio de la derecha, la mochila me pesaba con todos esos libros dentro, vi el plano y por suerte los casilleros desde el 100 hasta el 150 se encontraban en el edificio de la derecha, pasaré a dejar estos libros antes de ir a clases.

En cuanto entré vi los casilleros por un largo pasillo, busqué el mío. 141... 142... ¡143! Lo encontré, lo abrí con la clave que aparecía en la hoja del horario, en cuanto se abrió meti ahí dentro todos los libros y cuadernos que no eran de las primeras tres horas. Después de quitarme esa carga de los hombros caminé hasta el salón de Francés, me paré frente a la puerta que decía "Francais" toqué dos veces, iba a tocar otra vez pero en ese momento un señor bajito que parecía ser el profesor abrió la puerta, casi lo golpeo en el rostro por accidente, él me miró entre sorprendido y confundido, seguro cree que soy humano.

-Perdón por llegar tarde, es que estaba en la oficina de la secretaria -dije mientras echaba mi cabello rebelde hacía atrás.

-Que no se vuelva a repetir, adelante -dijo con una sonrisa amable y una mirada comprensiva, por su mirada se que ya comprendió lo que soy, ahora el que se sorprendió fui yo, lo asimiló muy rápido.

Él se hizo a un lado y yo entré, habían unos 36 vampiros en esta clase, muchos me miraban sorprendidos, otros me ignoraban y algunos me miraban con sed. En este instituto claramente corro el riesgo de ser mordido por algún vampiro hambriento, si un vampiro me chupa la sangre no me pasaría nada pero si entra su veneno dentro de mi cuerpo entonces yo podría convertirme en un vampiro completo o podría morir quién sabe... Miré a todos los que estaban aquí y alguien llamó mi atención.

Jamás había visto tal belleza en una persona, sentía que no podía apartar la vista de ese chico, mi corazón comenzo a latir rápidamente mientras mis mejillas se calentaban, en cuanto él me miró sentí mi corazón saltar dentro de mi pecho, sus ojos rojos me miraban sin emoción alguna.

-Presentate ante la clase -la voz del profesor hizo que apartara mi vista de ese sexy vampiro, me paré en el centro, todos, hasta los que me ignoraban me observaron en ese momento.

-Mi nombre es Christoper Wells pero pueden llamarme Chris, he venido a vivir a esta ciudad y a estudiar a este instituto espero llevarme bien con todos -dije con una sonrisa amable. Sé que eso de llevarme bien con todos no pasará ni en mis más salvajes sueños.

Me sonrojé aún más por la mirada de todos sobre mí, escuché las exclamaciones de sorpresa de algunos al ver mis mejillas rojas, algunos me lanzaron miradas de desconfianza, una pequeña vampira levantó la mano en ese momento.

-Keith -djo el profesor mirando a la chica.

-¿Qué eres? -preguntó ella mirandome con curiosidad al igual que muchos aquí.

-Soy mitad humano y mitad vampiro -dije mientrss suspiraba, vi las expresiones de todos, algunos mostraban interés, otros me miraban mal.

-Parece que ahora aceptan fenómenos en este instituto -escuché la voz profunda y burlona de alguien, algunos se rieron, admito que esas palabras me dolieron pero no lo demostré, miré al dueño de esa voz.

Esas palabras me dolieron aún más al ver que era el vampiro que me había dejado hipnotizado, lo observé más detalladamente ahora, él parecía tener unos 17 o 18 años, destacaba entre todos los demás, con su piel pálida, su cabello blanquecino le llegaba hasta los hombros, sus ojos eran rojos como la sangre, estos me miraban con desprecio, sus labios eran finos, su cuerpo se veía algo musculoso, tenía unos pantalones negros al igual que su camiseta y traía unas botas grises, es sin duda el vampiro más hermoso que he visto, lástima que sea un imbécil, él estaba sentado con elegancia, yo suspiré con decepción y aparté mi mirada de él, no voy a perder el tiempo discutiendo.

-Jackson Blair, comportece. Sientate al lado de Sakura, Chris. -dijo el profesor, el imbécil sólo bufó y la chica llamada Sakura levantó su mano llamándome, yo caminé hacia allá.

-No le hagas caso, Jack es un idiota -dijo Sakura en cuanto me senté a su lado, yo le sonreí y asentí.

-Ya lo noté -dije un poco alto para que Jack lo escuchara, vi de reojo la mirada terrorífica que tenía, sonreí con maldad y miré a la chica.

Sakura tenía el cabello negro y corto, sus ojos también eran negros y eran rasgados, ella parecía ser de origen oriental, japonesa quizás. Sin más me senté al lado de ella y presté atención a lo que decía el profesor, sientiendo todo el tiempo la penetrante y fría mirada del tal Jack sobre mí, ni se molestaba en disimularla, lo miré y estaba en lo correcto, él me estaba mirando, vi como sonrió maliciosamente mostrando sus filosos colmillos y lo vi relamerse los labios.

Sentí un escalofrío recorrer todo mi cuerpo, la parte humana de mí me decía a gritos que saliera corriendo de ese instituto y que no volviera jamás, que me alejara de Jackson Blair...

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