Capitulo quince: escena de celos
Tokyo - 27 de abril de 2021.
Las cosas habían mejorado desde la última discusión que tuvieron y ahora parecía que todo volvería a la normalidad, cosa que Sana agradecida porque se encontraba en medio de interminables sesiones de fotos junto a la otra protagonista de la película que protagonizaria, esta era una chica taiwanesa llamada Chou Tzuyu y que se había convertido en una gran amiga, sobre todo porque ambas compartían muchas cosas en común, además del sentido del humor similar que tenían que las hacía estar por horas hablando sin problema.
Eso era visto atentamente por su novia que aunque estaba tranquila se notaba un aura de enojo que era muy visible para todas las personas del lugar sobre todo por el manager de Minatozaki que no paraba de tener a la vista por cualquier cosa que podría llegar a pasar, la conocía y por más que sabía que no era una mala persona aún así conocía las cosas extrañas que hacía de vez en cuando, sobre todo cuando perdía la cabeza.
Parecía que todo el mundo se daba cuenta de las cosas malas que tenía la pelinegra menos su novia que estaba terminando de posar junto a Tzuyu, ambas con una gran sonrisa y demasiado cerca para el gusto de la mayor que estaba en silencio, había dejado el teléfono a un lado y ya hasta se había olvidado del tema de los seguidores, ahora su objetivo era no perder de vista a su novia, se ves en cuando tomaba agua y apretaba con tanta fuerza la botella que ya se podían ver algunas malformaciones en la misma, la peligris había sido sincera con ella y le dejó en claro la cercanía que iba a tener con la otra porque así eran las cosas, debía acostumbrarse a ellas porque no iban a cambiar.
Eso lo sabía muy bien pero eso no quitaba que estuviera con pensamientos intrusivos volando por su cabeza con cada roce o mirada cómplice que se hacían, ya estaba comenzando a estar harta y no estaba soportando el hecho de que siguieran de esa manera porque para ella no era muy normal que la persona que ama este actuando igual que como actúa con ella con alguien más, a veces se le olvidaba, sobre todo en estos casos, que el trabajo de Sana es fingir y que por esa razón puede que existan similitudes con como actúa con ella, sobre todo porque se supone que se tienen que ver como una pareja feliz cómo en la película.
— ¿Cómo estás preciosa? —. Le iba a dar un beso en los labios pero Momo como evidente enojo desvió la cabeza con tanta rapidez que Sana chocó contra su mejilla y sus labios aterrizaron ahí. — ¿Qué pasa? —. Miró de reojo a Chou que parecía estar más concentrada en otra cosa que en ellas y volvió a ver a su novia que estaba con las orejas muy rojas.
— ¿Por qué carajos tienes que actuar así con ella? —. Minatozaki no estaba entendiendo absolutamente nada y aún más al ver que los ojos de su novia estaban llenos de lágrimas. — Es exactamente cómo actúas conmigo, ¿Te gusta? —. Esto era nuevo para Sana, ya que nunca había tenido ninguna pareja pero la verdad es que por lo que tenía entendido esa clase de actitudes no estaban bien para una relación, eso hizo que sintiera molestia, una que era visible para todos los presentes y que no pasó por alto ante Tzuyu que se acercó para que no fueran a discutir ahí.
— ¿Todo bien? —. La actriz sabía que era un problema terrible que estuviera ahí pero comprendían que estaba intentando ayudar.
— No es asunto tuyo —. Hirai se había convertido en alguien completamente diferente, es más ni siquiera Sana la estaba reconociendo. — Esto es entre mi novia y yo —. La intento apartar pero la Minatozaki fue más rápida y la tomó de la mano.
— Perdóname Tzuyu —. Hizo una reverencia. — Pero nos tenemos que ir —. Sin decir una sola palabra la jaló hasta la camioneta y sin despedirse de nadie, entró para así quedar justo al lado de su novia. — ¿Qué mierda acabas de hacer? —. A pesar de la grosería, se mantenía tranquila, porque sabía que si gritaba las cosas se pondrían peor. — Es mi puto trabajo, entiende que no me gusta ni quiero nada con ellas es pura actuación lo que hay ahí —. Señaló hacia la puerta del estudio. — ¿Acaso no te entra en la cabeza que te amo? —. Esa pregunta fue suficiente para que Momo se riera.
— Actúas como sí la amarás a ella —.
— Si, actúo, es mi trabajo, soy actriz ¿Lo recuerdas? —. Se mordió la lengua y cerró los ojos, desviando la mirada para intentar estar más tranquila. — No entiendo por qué carajos actúas así, sí ya sabías que las cosas serían cómo ahora —. Momo la miró.
— Sí lo hubiera sabido ¿Crees que estaría actuando así? —. Gritó y eso hizo enfurecer a Sana que apretó el volante y le uso marcha al auto, no quería estar más tiempo en ese lugar y que las personas las vieran discutir para eso estaba la casa.
— ¿Cómo mierda crees que eran mis otras producciones? —. Cuestionó.
— Es diferente porque eran chicos —. Minatozaki bufó.
— También le puedo gustar a hombres —. Se ganó una mala mirada por parte de la contraria. — Deja de inventarte películas en la cabeza que no existen, te amo a ti y quiero estar a tu lado en todo momento, Tzuyu y yo solo somos buenas compañeras y probablemente también seres amigas en algun momento —. Eso lo estaba esperando, le caía bastante bien y sabía que eso le abriría las puertas a otros lugares. — La vida de las actrices es así, no va a cambiar, yo entendí tu trabajo y comprendí que no siempre seré tu centro de atención ahora también respeta y entiende mi trabajo que es lo único que me hace saber que estoy haciendo las cosas bien en mi vida —. Esto último hizo que Hirai lanzara el teléfono contra el asiento de atrás.
— ¿En serio es lo único? —. Se señaló el pecho. — Yo estoy pintada en una pared —. Murmuró. — Pero claro sí fuera Tzuyu, obvio que si estarías haciendo todo lo posible para que se sienta bien y excelente, muy segura de sí mism-
— ¡Mierda ya cállate! —. Exclamó y frenó la camioneta. — ¡Déjala en paz, no tiene nada que ver con esto! —. Estaba comenzando a atarse, y no, no estaba defendiendo a su amiga porque sintiera algo, sino que sabía muy bien que Momo haría hasta lo imposible para que ese tema siga por horas con el único objetivo de que ella al final se termine echando la culpa. — Que te entre en la cabeza que sólo somos compañeras de proyecto y ya basta, bastante tengo con aguantar tus celos como para que también le lances mierda a alguien que nada que ver con nuestra relación —. Sana estaba alterada y era la primera vez que había perdido la cabeza de tal forma que le daba igual los autos detrás suyo que estaban pitando.
— Sigue conduciendo que nos pondrán una multa —. Aceleró y rodó los ojos, sentía que el camino a su casa iba a ser demasiado largo y tedioso. — Intenta tranquilizarte —. Le acarició el muslo pero Sana le quitó la mano, sí que estaba enojada y eso disgustó a Momo que lo único que estaba haciendo era intentar remediar lo que había hecho y dicho. — ¿Por qué no dejas que te acaricie? —. Frunció las cejas.
— Porque no quiero y punto —. Murmuro y apretó los dientes al sentir que lo estaba volviendo a hacer. — Quita tu mano —.
— No me da la gana —. Dijo y la actriz no tuvo de otra más que aceptar, eso sí la estaría ignorando porque la verdad es que no quería que le diera un infarto mientras conducía, sería una trágica muerta de la que no quiere ser la protagonista. — Te amo mucho pero es que tienes que entender...
— Tu eres la única aquí que no está entendiendo —. En eso tenía mucha razón, Hirai pretendía que todos la entendieran e hicieran caso pero cuando tenía que ver con ella parecía que se le olvidaba todo. — Así que no me pidas que entienda algo que ya sé —. Dijo sin mirarla. — Para la próxima espérate a que estemos en la casa para que hagas la escenita ridícula que hiciste y que nos deja en mal, recuerda que somos figuras públicas y cualquiera puede pasarse el contrato por el culo y decirle a los medios la forma en la que actúas —. Momo miro hacia el suelo y suspiró.
— Perdóname por eso pero es que Tzuyu es tan guapa y ustedes parecen almas gemelas —. La peligris sintió algo en su corazón y se compadeció tan solo un poco. — De seguro le gustas —. Eso había colmado la paciencia de Sana.
Que estaba por gritar sí no fuera porque un auto se atravesó y perdió el control del auto por unos segundos en los que sintió que se le estaba yendo el alma con cada vuelta y maniobra que daba para hacer todo lo posible para no chocar con ningún auto o cosa que estuviera cerca, piso el freno con todas sus fuerzas y cómo pudo direccionó la camioneta a una zona dónde no hubiera nada ni nadie, y justo en ese momento donde todo se tambaleó y parecía que las cosas habían mejorado, apoyó la cabeza contra el volante.
Tenía la respiración acelerada al igual que su pulso, creía que iba a morir en ese instante y aquel temor a conducir había aparecido una vez más después de tanto tiempo, miró de reojo a Momo que estaba viendo hacia el frente paralizada y en ese momento se le olvidó la discusión que estaban teniendo hace algunos segundos y lo único que hizo fue abalanzarse para darle un abrazo.
— Carajo —. Susurró y Momo estaba temblando, tanto que Sana podía sentirlo. — ¿Estás bien? —. Le preguntó tan preocupada que Hirai se separó un poco para unir sus labios.
— Estoy bien, veo que tú también lo estás —. Le acarició el cabello y depositó un tierno beso en cada parte de su rostro. — Perdóname por eso —. Sana negó al instante.
— Eso no fue tu culpa —. Dejó claro. — Vamos a casa y hablaremos de todo eso allá —. La mayor asintió estando muy de acuerdo.
Estuvieron a solos unos segundos o malos movimientos de perder la vida cosa que les hizo cambiar la perspectiva y darse cuenta que esa clase de discusiones nunca en la vida se pueden tener mientras se está conduciendo, además de que era estúpido tenerlas cuando es obvio que ambas se aman con locura y nunca habría ninguna infidelidad.
Momo la miró de reojo y sin decirle absolutamente nada le acarició la mejilla para que se diera cuenta de que estaba junto a ella apoyándola en todo momento sobre todo después del susto que habían pasado y no era para menos.
Mientras el auto daba vueltas es lo único que pensaba Sana es el hecho de que la última conversación que iba a tener con la persona que amaba era una discusión y eso hizo que se diera cuenta de que no todo el tiempo se tiene que tener una discusión para dejar las cosas claras, su corazón seguía latiendo con mucha fuerza pero eso no quitaba que se sintiera más tranquila con el simple tacto de la dulce mano de la persona que ama con todo su corazón. Puede que todavía se sienta bastante disgustada pero eso no quita que hará hasta lo imposible para que la mayor se dé cuenta de que no debería sentirse insegura, porque no hay persona que lame más en el mundo que ella y debe sentirse con la suficiente tranquilidad como para confiar si es posible hasta con los ojos cerrados al igual que lo hace ella.
Porque está segura que el amor se basa en muchas cosas pero una de ellas es la confianza que se puede llegar a tener hacia la persona que uno ama y la seguridad que se debe brindar todos los días para que no ocurra nada malo.
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