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Vampiro arrogante


Cap. 37 (vampiro arrogante)



Sé mi novia.

Tres palabras que rondan por mi mente y resuenan constantemente como una grabación siendo repetida en mis oídos.

El aire escapa de mi boca.

— ¿Estás seguro de esto?

Roza su nariz en mi cuello. — Si no lo estuviera no te lo pediría.

Cierro mis ojos. Pongo mis manos en las suyas y con suavidad las retiro de mi cintura.

Me doy la vuelta y me separo de él, mirándolo directamente a los ojos. El abre sus ojos y puedo percibir cierto temor en ellos. Tomo el cuaderno y se lo extiendo, el despega su mirada de mí y la posa en la pequeña libreta extendida en su dirección.

— ¿Qué significa esto? — Pregunta, con su rostro más pálido de lo normal.

Me mantengo en silencio solamente mirando sus ojos ahora de un verde azulado

Kiara...

— Calla — Susurro. — Me has dado tus razones del porque te sientes listo pero yo también debo decirte como me siento respecto a esto Terrence.

››— Me has preguntado si lo estoy y pues mi respuesta es no. Yo no estoy lista.

Cierra sus ojos y trata de esbozarme el intento de una sonrisa. Camino por la habitación tratando de darle la espalda y que no pueda ver mi rostro. Sobre los libros que están en uno de los estantes se encuentra una pequeña rosa dentro de un vaso de vidrio. Sin el permiso de nadie la tomo y aspiro su olor.

— Bueno, creo que entiendo tu postura y no puedo obligarte... no después de lo que te he hecho. — Dice con una voz ronca y quebradiza.

Me doy media vuelta y veo como sus manos están hechas puños. Camino hacia él y tomo sus manos.

— No me has dejado terminar— Vuelvo a susurrarle. — No estoy lista para esto porque en realidad nadie está listo para tener una relación como la de nosotros. — Río y levanto su rostro. — Lo nuestro no es de este mundo Terry, y también tengo miedo al igual que tú de salir lastimada. — Su mirada atrapa la mía y las facciones de su rostro cambian rápidamente— Pero quiero que tengas en cuenta de que no soy la damisela en apuros y por ende, si llegas a lastimarme no me limitaré a llorar y ahogarme en mi propia pena.

Una risa sale de su garganta. — ¿Qué harás si te lastimo alguna vez?

— Probablemente te golpee hasta que tu maldito y sensual cuerpo de vampiro esté lleno de hematomas y sientas el dolor que me causaste.

—Prometo no hacerlo. — Sonríe y esa sonrisa causa sensaciones extrañas en mi cuerpo. — ¿Entonces cuál es tu respuesta?

— Espero y nunca rompas esa promesa. — Acaricio sus manos y elevo mi mirada hacia su rostro. — ¿Tú qué crees, genio?

— Bueno — Se encoge de hombros — Teniendo en cuenta que hace unos minutos atrás... — Interrumpo sus palabras poniendo mis labios sobre los de él.

Se queda estático por un momento pero luego suelta una de sus manos y me estrecha contra él apretando mi cintura. Mueve sus labios con intensidad pero luego reduce sus movimientos hasta volver de nuestro beso uno tierno y dulce.

— Espero y te quede claro que esto es un sí. — Digo alejándome unos centímetros de él.

La sonrisa que se extiende por su rostro es algo tan tierno y digno de ver, que mi corazón se estruja. Parece un pequeño niño al que le acaban de dar el juguete que siempre ha querido.

— Gracias — Murmulla abrazándome.

Cierro mis ojos y apoyo mi rostro en su pecho.

— Que lo nuestro vaya para largo, que pase lo que pase, no te vayas de mi lado— Pienso sumergiéndome de nuevo en sus labios.

***

— ¡KIARAAAAAA! — Es el grito que escucho apenas entro al salón de clases y seguido de eso una melena rizada lanzándose hacia mí.

Trastrabillo un poco hacia atrás pero logro mantenerme en equilibrio, sonrío al sentir el característico olor del perfume de Jazmín. Le devuelvo el abrazo con intensidad y luego me separo de ella cuando veo que no hacemos más que estorbar el paso en la entrada del aula.

Jazmín toma mi mano y empieza a caminar hacia una fila de asientos. Miro a mí alrededor observando que la mayoría de pupitres están ocupados.

— No te preocupes — Exclama ella al notar mi preocupación. — Te he apartado asiento. — Y en efecto, su bolsón esta en un pupitre y dos cuadernos están sobre otro.

— Por eso te amo. — Sonrío tomando asiento.

Ella blanquea los ojos y en lugar de sentarse a mi par, se sienta sobre la mesa viendo a todos los estudiantes que entran.

Empezamos a charlar de cosas sin importancia hasta que saca el tema de los chicos nuevos.

— ¿Crees que haya carne fresca hoy?

Revoleo los ojos. — Deja de referirte a los nuevos alumnos así.

— Bueno — Se encoge de hombros, — Yo lo que quiero saber es si vendrán chicos sexys.

— ¿Y qué pasa con Hardin? — Pregunto recordando al rubio molesto.

Su rostro se descompone haciendo una mueca.

— Él ya es historia...

Su mirada se torna triste y sus labios se vuelven un puchero, una clara señal de que está a punto de romper en llanto. Y solo hay tres cosas que hacen a mi mejor amiga llorar: Las películas de amor con finales trágicos, la muerte de algún personaje de un libro y cuando alguien lastima su corazón.

— ¿Qué te hizo ese maldito? — Exclamo entre dientes.

La campana se oye anunciando el inicio de clases, Jazmín niega con su cabeza y baja de la mesa para sentarse correctamente en la silla.

— Hablaremos de eso después, corro el riesgo de llorar y no quiero que mi maquillaje se estropee.

Asiento refunfuñando y todos ya están en sus respectivos asientos esperando la llegada del profesor de cálculo. El señor Mathew entra y coloca sus cosas sobre el escritorio, escribe su nombre en la pizarra y luego de hacer su presentación no pierde el tiempo en preguntar los nombres de sus alumnos si no que empieza a dar su clase.

Se llega la hora del almuerzo y con Jazmín vamos al comedor donde encontramos a las gemelas Carter y a Natalie. Nos sentamos junto a ellas y las chicas empiezan a preguntarse qué tal sus vacaciones y que hicieron durante ellas.

Me mantengo en silencio, solamente comiendo y escuchando la conversación que mantienen las chicas. Las puertas del comedor se abren dejando ver a los hermanos Sullivan. Como siempre, ellos son la atención de todos los presentes, sin embargo, los chicos solo les dan una breve mirada y luego continúan los que estaban haciendo. Los únicos que los miran como si fueran a salírseles los ojos de la sorpresa son las chicas y chicos de nuevo ingreso.

Sigo con mi mirada el trayecto de los hermanos, cogen una bandeja compran su alimento y luego se encaminan a la misma mesa que ocupaban el curso anterior.

Despego mi mirada de ellos y me enfoco en terminar de comer. Minutos después, siento mi móvil vibrar.

Te echo de menos :(

Sonrío y tecleo una respuesta rápida.

Devuélveme a mi vampiro arrogante y llévate al cursi y lleno de azúcar, por favor.

¿Sabes? , muchas morirían por que fuera así de dulce y lleno de azúcar con ellas.

— Yeih /-/ tu lado arrogante ha vuelto.

— Después no te quejes.

— No te preocupes, ese lado tuyo es el que más me encanta. ;)

Miro hacia donde él está y tira una carcajada. Empiezo a reírme suavemente y guardo mi móvil.

Las chicas me miran como si un tercer ojo me hubiese salido y yo me sonrojo.

— ¿Acaso tú Kiara Alexandra te has reído y sonrojado por un mensaje en tu móvil? — Pregunta Jazmín.

Abro mis ojos desmesuradamente y empiezo a negar con mi cabeza.

— ¡Oh no lo niegues! — Grita Claire — Reías como tonta mientras mirabas la pantalla de tu celular.

— Claro que no — Mascullo.

Las chicas empiezan a incomodarme con sus preguntas y yo trato de evadirlas, sin embargo, mi móvil nuevamente vuelve a vibrar y yo lo saco. Jazmín intenta arrebatarme el celular y yo le pego en la mano, esta se queja del dolor y las demás ríen.

Veo y escucho como ellas te molestan, así que espero y que me agradezcas después el haberte salvado con este mensaje.

Río y siento 8 pares de ojos sobre mí.

Ya te he dicho que no soy ninguna damisela en apuros.

— Mírame.

¿Qué?

— Que mires en mi dirección.

Intrigada levanto la vista de mi celular y lo miro. Este me sonríe para luego guiñarme un ojo coquetamente.

— Kiara otra vez se ha sonrojado — Dice Natalie.

Las demás ríen y Claire exclama: — ¿Acaso Terry te ha guiñado el ojo, Kiara?

El rubor es evidente en mi rostro y desvío la mirada nerviosamente. — No lo ha hecho. — Susurro.

— ¡Oh por Dios! — Grita/Susurra Isamar. — Lo está haciendo de nuevo y su mirada está enfocada en Kiara.

Golpeo mi rostro con mi mano.

— ¡Se está mordiendo el labio! ¡Dios mío aquí hace calor! —Exclama Claire.

— ¿Algo que quieras decirnos, Kiara? — Cuestiona Jazmín con su ceño fruncido.

Sí, que me gustaría matar en estos momentos a cierto vampiro.

N/A:

capítulo dedicado a: @@Analiz06082004  cariño, me encantó tu comentario en el capítulo anterior xD mori de risa xdxdxd así que espero y hayas disfrutado de este.

Y a todas las demás, gracias por votar y comentar C: sus comentarios me motivan a seguir escribiendo.

las amo <3


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