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Especial 10K

N/A:

¡Hellooou! Bueno, pues como lo dije en Instagram, al llegar a las 10k visitas iba a darles una sorpresa y pues ¡Tadaaaa! xD Además, estamos en el puesto #22 en vampiros por lo que estoy demasiado feliz :) así que disfruten de  un capitulo narrado por nuestro vampiro.

Sigan bajando y descubran de que trata🌝

les advierto, que está muy largo 🌝 :v

¡Esto va dedicado para todas ustedes! No me canso de repetirlo ¡Mil gracias por su apoyo!

Baaaaii

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Especial 10K

TERRENCE POV.

El lápiz en mi mano parece tener vida propia, se desliza por el papel trazando el contorno de ese rostro, un rostro por el cual daría lo que fuera con tal de acariciarlo por última vez. Frunzo el ceño y relamo mis labios mientras voy delineando su hermoso cabello, tomo la caja de colores y empiezo a darle vida y color a aquel dibujo. El negro empieza a formar parte de aquel dibujo, específicamente, en el área de su cabello y sus perfectas cejas,  juego con varios colores hasta obtener el tono perfecto de su piel, y luego, voy hacia sus delicados labios dándole un tono rojizo.  

Me tomo unos minutos tratando de definir el tono azulado de sus ojos, muerdo mi labio y empiezo a colorear suavemente, estoy tan concentrado, este es el mejor dibujo que he hecho de ella y quiero que todo salga perfecto.

La tonalidad de sus ojos en papel nunca serán igual a como en realidad eran. Estoy dándole los últimos toques, cuando el sonido de una llamada entrante me sobresalta y hace que mueva mi mano involuntariamente. Mis ojos se agrandan y creo que si pudiera echar humo por la cabeza pues esta habitación parecería un incendio.

¡No! ¡Todo tenía que salir perfecto!

El celular no deja de sonar y enfadado deslizo el dedo sobre la pantalla llevándome el móvil hacia el oído sin ver quién es el que llama.

— ¿Qué quieres? —espeto rechinando mis dientes.

— ¡Uy! Pero qué manera tan brusca de responder, Sullivan —exclama una delicada voz femenina del otro lado.

Frunzo el ceño y despego el móvil de mi oído para observar el identificador de llamadas.

Entorno mis ojos.

—Puedo responderte como se me de la regalada gana, Ashley —mascullo—. Mejor dime porque estás hostigando a —Miro el reloj sobre la mesa de noche— ¡A plena una de la madrugada!

Vaya, no sabía que había tardado tanto en estar dibujando.

— ¡Eres un brusco! —grita— ¡Vete al diablo, yo no hablaré contigo!

Escucho un ajetreo al otro lado de la línea y cuando estoy a instantes de colgar, la voz profunda y ronca de Christopher —El novio de Ashley— me detiene.

—Seré breve, Terrence, porque necesito ir a calmar la ira de Ashley —sonrío—. A William y a Vera les han ofrecido un trabajo en Cambridge, hace unos días nos llamaron para preguntarnos si queremos ir con ellos y recrear algo así como en los viejos tiempos.

›› Me pidieron que te lo dijera por si te animas a venir. Ashley y yo iremos, además viejo, necesitas salir de ese oscuro mundo en el que te encuentras encerrado —Desvío la mirada, aún cuando el no puede verme—. No puedes mantenerte alejados de nosotros por tanto tiempo, ¡Somos un clan! ¡Y un clan siempre se apoya!

—No quiero que me apoyen —contesto—. Estoy bien en Francia, aprecio su amabilidad pero puedo acompañarlos a donde sea menos a Inglaterra.

Puede ser el polo norte, pero no a Inglaterra, no a ese lugar. No al detonante de mi martirio.

— ¡No puedes vivir en Francia para siempre!

—Soy un vampiro —Entorno mis ojos—, por supuesto que puedo, cretino.

—A veces eres insoportable —gruñe—. Solo queremos ayudarte, idiota. Es cierto que a los vampiros nos tildan de fríos pero tú si que te lo tomas muy en serio.

—Es mi problema.

—Sí, es tu problema ser demasiado terco —asegura y yo esbozo una sonrisa—. Vamos amigo, inténtalo. No sé qué es lo que te pasó  pero tal vez una estancia en ese lugar te ayude a superarlo.

›› Si decides hacerlo, William dice que envió los boletos a tu correo. El vuelo sale mañana a las doce del mediodía así que si llegas antes que nosotros al aeropuerto espéranos.

—De acuerdo —Suelto un suspiro.

La llamada finaliza y yo dejo el móvil sobre el escritorio. Con tristeza tomo el dibujo entre mis manos y observo la gran línea azul  que nace desde el iris de sus ojos hasta cruzar sus cejas y terminar fuera del cabello.

El dibujo perfecto arruinado por una llamada.

Hago bola el papel y lo lanzo contra la pared, me tomo del cabello y esa creciente sensación de dolor se hace presente en mi pecho. ¿Ir o no ir? Desvío la mirada hacia la bola y suspiro.

¿Qué puedo perder? Después de todo, el dolor nunca se irá por más que lo intente. Además, es a Cambridge no a Londres. Y en Cambridge nada sucedió por lo que puede ser un ambiente diferente.

***

— ¿Ir al instituto? ¿Es enserio? —Alzo una ceja y alejo el termo de mis labios.

—Yo nunca fui al instituto —Se queja Ashley—, o al menos que yo recuerde. Además quiero saber que se siente estudiar con humanos.

—Sentirás deseos de matarlos, eso pasará —Blanqueo los ojos.

— ¡Terrence! —Me reprende Vera, la esposa de William y segunda al mando en nuestro pequeño clan— No mates las ilusiones de Ashley, nunca es tarde para aprender.

— ¡Puede aprender mediante clases en línea sin necesidad de salir de este lugar!

— ¡No todos somos asociales como tú, tarado! A algunas nos gusta salir —dice Ash mostrándome sus colmillos.

— ¡Bah!

— ¡Como sea! —Aplaude Vera llamando nuestra atención— Mañana empiezan, así que ya saben, tú —Me señala— y Ashley son hermanos  —Hago una mueca de desagrado—, Christopher solamente es el novio de Ash para los humanos y nosotros obligatoriamente somos sus padres hasta que nos larguemos de aquí.

— ¿No solo podemos decir que son nuestros tutores? —inquiero aburrido— Ustedes se ven muy jóvenes como para tener hijos.

Christopher trata de contener la risa pero no puede. — ¿Jóvenes? Debes estar bromeando. Vera casi fue convertida a los cuarenta ¡No me jodas!  Y William igual, ellos pueden aparentar muy bien ser nuestros padres, además…

La mirada drástica llena de rencor y furia por parte de Vera hace que Christopher guarde silencio y oculte su rostro en el cabello multicolor de Ash. Suspiro y me levanto sin decir palabra alguna para dirigirme a la habitación que se me ha sido asignada.

Ellos no entienden, un clan es un clan. No una familia. Por más que lo intenten, nunca podrán serlo.

🌹 🌹 🌹

Cuando Vera dijo que vendríamos al instituto no especificó que prácticamente yo sería su chofer. Con Ashley cantando a todo pulmón Believer de un tal Shawn Mendes, y luego de haber tomado la ruta que no era, logramos llegar al dichoso instituto.

Ashley es la primera en bajar con una sonrisa de felicidad en su rostro, toma su bolsón celeste y acomoda su cabello multicolor —Sí, multicolor. Porque tiene tonos café, rubio y partes azules —. Christopher es el siguiente en salir y por último, yo.

Varios alumnos  nos observan intrigados, pero quizás observan más a Ashley y es que esta chica no puede pasar por desapercibida con su cabello, el color ámbar de sus ojos —Una estupidez dejárselos así, por cierto— y su cuerpo. Otros observan con fascinación el auto que me pertenece y pues, algunas chicas cuchichean sobre nuestra apariencia.

Entramos al recinto y luego de ir a pedir nuestros horarios nos separamos, pues tenemos clases diferentes, la primera que me toca es arte. Genial, al menos no será tan aburrido.

Las horas así como las clases pasan muy rápido por lo que muy pronto me encuentro en el cafetín de aquel lugar, saco el celular y le mando un mensaje a Ashley preguntándole donde está. Su respuesta no tarda en llegar, por lo que me levanto y me dirijo a hacer fila para comprar la comida, Ashley y Chris aparecen y  se incorporan detrás de mí, apenas llegan y  la rubia loca empieza a contar como le ha ido en sus primeras clases.

—Siento que podré adaptarme muy rápido —exclama emocionada.

No puedo evitar blanquear mis ojos y respondo con un gruñido. Ha llegado nuestro turno y hago una mueca al ver la comida que hay, ni siquiera hay vegetales o carnes, solo pura comida basura. Con frustración tomo lo primero que veo, lo coloco en una bandeja y dejo que Ash y Chris escojan para poder pagarlo todo.

—Quiero carne —Se queja Chris mirando con desprecio lo que parece pizza en su bandeja.

—Apoyo tu comentario —digo empezando a caminar.

—Ustedes dos son unos grandes delicados…

La última frase creo que se alcanza a escuchar por todo el lugar pues de haber un gran bullicio ha pasado a haber un gran silencio en toda la estancia. Noto que muchas miradas se fijan en nosotros y eso me incomoda, miro de reojo a los dos vampiros a mi lado, y al parecer no soy el único incomodado. Bajo aquel gran silencio y atentas miradas nos sentamos en unas mesas vacías y picoteamos la comida en un intento de parecer normales y que dejen de mirarnos.

Poco a poco, las miradas se apartan de nosotros y por fin puedo respirar con tranquilidad. Ashley y Chris observan a todos con detenimiento mientras llevan pedazos de pizza a sus bocas, yo hago la bandeja a un lado porque definitivamente no voy a comer eso.   

Nos mantenemos en silencio, ellos dejan de comer y se encierran en su burbuja dándose caricias y mimos que me hacen revolear los ojos constantemente al punto que, siento que me quedaran trabados. En un intento de pasar el tiempo, recuesto mi cabeza sobre la mesa y agudizo mi oído para escuchar las conversaciones de algunos.

Si, muy metido, lo sé. Pero a veces es interesante.

Paso así casi toda la hora hasta que el timbre suena y nos obliga a levantarnos para la última clase. Ashley recoge las bandejas y con una mueca se dirige al bote de basura, derrama toda la comida dentro y camina hacia nosotros.

—Odio desperdiciar la comida —Se queja.

—Pues, tú quiere ser normal ¿No? Ahora atente a ello —digo encogiéndome de hombros—. Además eso no es comida, es basura.

—Mejor cállate, amargado —replica tomando de la mano a su novio.

Resoplo y me encamino hacia el aparcamiento, inesperadamente ellos me siguen y yo frunzo el ceño pues quiero estar solo.

— ¿No irán a clases?

—Nah, te haremos compañía —Sonríe Chris.

—Bueno, pues entonces haznos invisibles —digo pasando de largo el aparcamiento. Mi intención era encerrarme a escuchar música pero con estos dos no se puede, damos la vuelta y entramos de nuevo al edificio, pero esta vez en dirección a lo que parecen las canchas. Chris observa a su alrededor y la mayoría de población estudiantil ya está dentro de sus aulas,  poco a poco siento como mi piel cosquillea y de reojo veo como Chris guiña un ojo lo que nos indica que nadie puede vernos. Corremos hasta lo que parece una colina donde se ve completamente toda la cancha, camino hasta el tronco de un árbol y me acuesto sobre el césped. Ashley y Chris repiten la misma acción y al final terminamos  formando una especie de triangulo tendidos sobre el suelo.

— ¿No te parece que está muy nublado? —pregunta Chris, señalando el cielo.

—Estamos en Inglaterra, genio. El clima aquí es mayormente nublado —respondo con fastidio.

—Leí que aquí nieva muy poco —Ashley hace un puchero.

— ¿Y qué quieres que haga?

Una sonrisa en el rostro de ella hace que niegue de inmediato con mi cabeza.

— ¡Por favor! —implora.

— ¡No! —grito— ¡No voy a jugar con el clima!

Ashley se incorpora y empieza a rogarme con una voz extremadamente chillona, tapo mis oídos con los dedos en un intento de bloquear su voz. Sin embargo, a Ashley no hay nadie que la pare una vez que quiere hacer algo, por lo que pasa repitiendo lo mismo durante casi una hora, una hora en la que ha sido vilmente ignorada por mí.

— ¡Terry! —exclama fastidiada, sigo ignorando su voz como siempre y no es hasta que siento sus colmillos adentrarse en mi piel que abro mis ojos con furia.

— ¡Ay, bestia! —La aparto de un manotazo y observo en mi brazo los dos puntos de sus colmillos, que empiezan a manar sangre.

Ella esboza una sonrisa como si no hubiese hecho nada malo y yo bufo cansado.

—De acuerdo —digo poniéndome en pie.

Ella aplaude emocionada al mismo tiempo en el que sus ojos brillan de éxtasis. Respiro profundamente mientras cierro mis ojos, me concentro lo suficiente y siento como el aire empieza a sucumbir bajo mi control; abro mis ojos, listo y Ashley asiente extasiada. Elevo mis manos y una gran ráfaga de aire empieza a subir, seguido de eso, de las manos de Ash sale un torrente de agua. Ambos elementos se elevan y nosotros los moldeamos hasta que logran juntarse y perderse dentro de las nubes. Siento la energía y el poder demasiado fuerte que tienen ambos elementos combinados, observo a Ashley y con un asentimiento, ella procede a mandar otro torrente de agua, a lo que yo hago lo mismo mandando otra ráfaga de viento helada. Desde aquí puede verse como aquello se une como en una especie de tornado y cuando el segundo torrente de agua impacta contra ellos, un gran estruendo se escucha por todo el sitio y poco a poco pequeños copos de nieve empiezan a caer.

— ¡Sí! —exclama saltando hacia arriba tomando con sus manos algunos copos.  

Caigo al suelo exhausto y escucho a Chris reír, alzo la mirada y una bola de nieve saluda mi rostro. Gruño y le devuelvo el tiro convirtiendo aquello en una guerra de bolas de nieve. Una de las bolas que lanza Chris logro desviarla haciendo uso de mis habilidades y va a parar en la espalda de un chico, este, aturdido piensa que es alguien de su alrededor el que lo ha hecho y lo veo como se agacha, forma una pequeña bola y la lanza sin dirección alguna. De pronto, aquello parece un campo de batalla. En definitiva, todos parecen sorprendidos del porqué de pronto ha comenzado a nevar pero no le toman importancia pues parece que la guerra de bolas de nieve es más divertido que ponerse a cuestionar por el clima.

Bajamos de la especie de colina y nos colamos entre todos los estudiantes, como es una gran cantidad de bolas siendo lanzadas por doquier, a Chris se le hace más fácil volver a hacernos visibles. Nos entremezclamos entre la multitud y seguimos el juego de los humanos, Ashley hace una bola demasiado grande y la lanza en mi dirección, sin embargo, soy más rápido y logro esquivarla. Le saco la lengua y me doy vuelta para observar la dirección que ha tomado la bola, mis ojos se agrandan y no sé en qué momento he empezado a correr en dirección a una chica de cabello castaño, sé que no llegaré hacia ella por lo que no me queda de otra más  que gritar —: ¡Chica apártate!

Inesperadamente ella parece escuchar mi grito, pues con una agilidad increíble logra agacharse. Aún sorprendido, me dirijo hacia ella y no puedo evitar preguntarle si se encuentra bien, suelto un suspiro cuando ella asiente en respuesta.

Vaya, por un momento pensé que iba a ser el culpable de una chica con la nariz rota.

Cuando alza su vista, tanto sus ojos grises como su rostro me impactan. Un nudo se forma en mi garganta y alejo los pensamientos de Elizabeth. Esta chica obviamente no puede ser ella. Aclaro mi garganta y miro hacia el piso donde yace un libro. Me agacho para tomarlo y se lo tiendo. Alcanzo a leer el titulo y no puedo evitar fruncir el ceño al ver que es fantasía lo que ella lee.

—Gracias —dice, y su voz sale tan graciosa que me cuesta demasiado no romper a reír frente a ella, además me gusta el olor que despide, huele como a flor de algodón, un olor un tanto dulce pero que es agradable para mi olfato. Estoy tan enfrascado con su olor que apenas logro escuchar su pregunta—: ¿Tú fuiste el que me gritó?

—Tienes buenos reflejos.

—Créeme que no sé de donde los he sacado pero como sea, muchas  gracias. Creo que de no ser por ti, mi nariz estuviera rota.

Oh sí, y créeme que eso hubiera sido mi culpa, pienso.

—No olvides añadir, que la tendrías más roja que la de un payaso —digo y de pronto comienzo a reír al imaginarme a esta chica menuda con su nariz roja, su cabello castaño y sus ojos grises—. Algo así como Rodolfo, el reno.

Ella empieza a reír y yo me sumerjo en sus ojos, logrando que esboce una mínima sonrisa. Sí, ella tiene unos lindos ojos.

Pero no como los de Beth.

— ¿Cómo te llamas? —Me escucho preguntar inconscientemente.

— Kiara —pronuncia— ¿Y tú?

Kiara, no es un mal nombre.  Escucho un Sullivan a mis espaldas, por lo que miro sobre mi hombro y me encuentro a Chris y Ashley viéndome con intriga.

—Terrence —hablo cerca de su oído. Okay, ¿Por qué he hecho eso?—. Pero puedes llamarme Terry —susurro suavemente alejándome hacia donde están los chicos.

Mientras camino sigo preguntándome ¿Qué rayos he estado haciendo con ella? sacudo mi cabeza y siento como Ashley y Chris caminan detrás de mí, siguiéndome hasta el parqueo.

— ¿Qué ha sido eso? —pregunta Ashley— ¡Has sonreído! Tú nunca sonríes.

—Solo he evitado que esa chica termine con la nariz fracturada por nuestra culpa —me encojo de hombros llegando hasta el auto. Le quito el seguro y me adentro en él  mientras espero a que ellos lo hagan también.

—Sí, pero le has sonreído —insiste.

— ¿Tiene algo de malo el que sonría, Ash? —pregunto con el ceño fruncido.

—No —responde Chris en su lugar— pero es extraño que tú sonrías y más a una humana.

Blanqueo mis ojos y enciendo el motor del auto, retrocedo y logro nivelar las llantas del auto para lograr salir. No los entiendo, quieren que sonría pero cuando lo hago se extrañan y me lo reprochan.

Estúpidos.

Mi vista se desvía hacia la ventana y logro ver de refilón a Kiara montada en una bicicleta. Me la imagino nuevamente con la nariz roja y una sonrisa aparece en mi rostro. Escucho las quejas y preguntas de Ashley pero las ignoro.

Con la gente nunca se podrá quedar bien.

Y con ese pensamiento, conduzco hasta llegar a la residencia.

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