17| ¡Maldito monstruo!
Capítulo 17: ¡Maldito Monstruo!
Sonríe cínicamente, a la vez que sus ojos brillan con intensidad provocando constantes escalofríos en mi espalda.
— ¿Sorprendida por no encontrar a tu príncipe Ian? —ironiza.
— ¿Kiara? ¿Kiara? ¿Con quién estás? —Se escucha en mi celular.
Terrence blanquea los ojos y coge mi celular llevándoselo a su oído.
—Ella está bien, así que ahora deja de hostigar y cállate.
Corta la llamada y enciende el auto.
— ¡Estúpido! —grito exasperada—, detén el auto ¿Qué rayos crees que haces?
— ¿Sabotear tu cita?
Me llevo las manos a la cabeza mientras miro por la ventana, creo que vamos en dirección al parque. Estoy nerviosa, la presencia de Terry me pone los pelos de punta. No quiero tener nada que ver con un vampiro. No quiero relacionarme con un monstruo.
Esto te pasa por estúpida —dice una vocecita—. Si hubieras llamado a Ian antes, para confirmar que era él, esto no estuviera pasando.
Me doy un zape mentalmente.
Miro de reojo a Terrence y veo su postura normal y relajada mientras conduce.
— ¿Qué piensas hacerme? —digo rompiendo el incómodo silencio.
— ¿Hacerte? —pregunta escéptico.
—Sí, ya sabes —Muevo mi mano fingiendo restarle importancia—. Chupar mi sangre, comerme, vender mis órganos... lo típico que hacen los vampiros. —Miro su rostro.
Al escuchar lo último frena bruscamente y me mira con alarma en sus ojos.
—Lo descubriste —susurra. Sacude su cabeza y sigue conduciendo aunque está tenso.
—Creo que es obvio —Miro mis uñas esperando una respuesta—. O sea, invades mis sueños y me dices que lea literatura mítica para descubrir tu secreto, luego, me envías un libro llamado Criaturas de la noche donde ocultas una nota con un verso donde prácticamente revelas tu identidad; y para terminar, mi cabeza casi explota al recordar todos esos momentos ¡EN LOS QUE CASI ME MATAS! —Exploto.
Terrence me mira perplejo.
—Kiara yo... puedo explicártelo.
— ¿Explicarme qué? ¿Que mi sangre sabe bien, ya que tuviste el placer de probarla? ¿Ese es tu gran secreto? Que eres un asesino de personas, ¡Un maldito monstruo!
— ¡NO ESCOGÍ SER ESTO! —grita.
— ¡A MI NO ME IMPORTA SI ESCOGISTE SERLO O NO! ¡ERES UN MALDITO VAMPIRO! UN MONSTRUO, UNA BESTIA, un demonio... —gimo— un demonio que me secuestra seguramente para terminar conmigo ahora que ya lo sé todo.
Terrence me mira herido.
—Yo no escogí ser un demonio, Kiara —solloza— ¡Yo no quiero ser un monstruo!
— ¡LO ERES! ERES DESAGRADABLE, REPUDIABLE —lloro— CREÍ QUE ERAS BUENO, QUE SIMPLEMENTE DECÍAS QUE ERAS MALO PORQUE TENÍAS UN AUTOESTIMA BAJA —río amargamente —. Pero veo que tenías razón... y pensar que por un momento, pensé en lo más fondo de mi ser que me agradabas y podrías ser mi amigo.
Mis ojos se cristalizan y Terry parece devastado.
—Desagradable —murmulla entre risas—, repudiable...
Empieza a reír como loco y clava su mirada en mí. Su risa incrementa, se detiene y sale del auto. Recojo mi celular y lo meto entre mis pechos justo a tiempo, porque Terry abre la puerta del copiloto y toma mi mano sacándome del auto de un jalón.
— ¡Qué te pasa! —grito.
Él no responde si no que presiona su agarre en mi muñeca. Miro a mí alrededor y veo que ya estamos en el parque, las personas nos miran pero al mismo tiempo nos ignoran mientras que yo llevo una angustia reflejada en mi rostro. Atravesamos la fuente y nos internamos a la zona de picnics, atravesamos dicha zona y se interna ya en el bosque.
Empieza a orar, Kiara —dice mi conciencia— Porque creo que hoy será la última vez que veas la luz del día.
Terry me hala y choco contra su pecho. Me remuevo queriendo alejarme de él. No quiero estar cerca de un monstruo, un monstruo que ha puesto mi vida en riesgo muchas veces.
—Recuerdas cuando vinimos aquí y tú me dijiste que éramos imperfectos —dice mirándome fijamente—, cuando dijiste que nadie era malo para nadie, que todos cometíamos errores, que yo no era perfecto pero que tampoco era malo —Empieza a reír— ¿Dónde quedaron esas palabras, pequeña Kiara? ¡Donde!
Muerdo mi labio al recordar ese día.
—Lo dije porque nunca pensé que fueras... eso
— ¿Y? aún sigo conservando mi esencia de humano —replica— ¿Sabes? Con esas palabras me diste esperanza, esperanza de tratar de ser humano y actuar con más naturalidad. Esperanza de alguna vez, ser normal y poder ser tu amigo.
›› Quería que lo descubrieras porque pensé que con esas palabras no me juzgarías por lo que soy, que me comprenderías y que tal vez me ayudarías —Ríe amargamente—, pero me equivoqué, resultaste ser como todos los demás humanos —Mi corazón se encoge— juzgan antes de conocer.
— ¡Pusiste mi vida en riesgo muchas veces!
— ¡Pero también te salvé! —ruge.
Trato de retroceder pero él lo impide.
—Te advertí de la bola de nieve, te salvé de morir congelada —Cierra los ojos— y sobre todo, te salvé de aquel gato salvaje aquel día de la fuerte tormenta.
Trago saliva, las imágenes de aquel día torturan mi mente. La sombra, la sombra de aquel extraño apartando al animal era... él.
El sueño que tenía la mayoría de veces, donde alguien me colocaba sobre algo suave... no era un sueño es un recuerdo.
—Podría haberte dejado ese día ahí —dice con su mirada perdida—, podría haber dejado que ese animal te devorara... pero no lo hice. No lo hice porque sabía el dolor que sufriría tu madre al llevarle tu cadáver.
Un sollozo escapa de mi boca.
—Pero aun así —murmulla— dices que soy ese demonio, ese monstruo desagradable y repudiable. —Su mirada se dilata— ¿Quieres ver en realidad a ese monstruo Kiara? ¡Quieres verlo! —ruge lanzándome al suelo.
Caigo y la horquilla que sostenía mi cabello se desprende dejándome prácticamente con el cabello sobre toda mi cara. Lo aparto y puedo ver a Terry de espalda.
— ¿Quieres ver en realidad a ese monstruo? Piensas que soy repudiable —susurra y trato de hablar pero algo en mi garganta lo impide—. Yo no soy un monstruo contigo, Kiara, pero con mi presa sí.
Sus últimas palabras hacen eco en mi mente. Y no puedo analizarlas pues en este momento se da la vuelta y mi mente se nubla.
Sus ojos son sumamente rojos, los colmillos sobresalen de sus labios y sus uñas se han convertido en garras.
Así que este, es un verdadero vampiro.
Retrocedo asustada y él se tira encima de mí. Acerca sus colmillos a mi garganta y pone mis brazos hacia arriba presionando demasiado fuerte.
Trato de alejar mi rostro del suyo.
— ¡Aléjate de mí! —grito— Porque yo no seré tu comida —Levanto mi rodilla derecha y la clavo en su estómago. Él suelta mis manos sorprendido y yo clavo mis uñas en su rostro arañándolo hasta ver la sangre saliendo de su rostro.
Él lo cubre con sus manos y yo no lo pienso dos veces, me levanto y salgo corriendo de ahí mirando hacia atrás, asustada sin saber que voy a hacer si decide seguirme.
Pero él no se mueve, se queda de rodillas sobre el césped cubriendo su rostro mientras su espalda se mueve constantemente como si estuviera llorando.
Sacudo mi cabeza y continúo corriendo como loca hasta salir del bosque, las personas que están en la zona de picnics me miran alarmada y yo sigo corriendo hasta que agotada por el cansancio me apoyo contra el tronco de un árbol cerca de la fuente.
— ¿Qué acaba de pasar? —digo cubriéndome el rostro con ambas manos, mientras las lágrimas ruedan cayendo en mi piel.
🌹🌹🌹
Lloro por el miedo, por el terror que sentí al saber que mi vida iba a terminar en cuestión de segundos. También lloro por toda la confusión y el caos que se encuentra en mi cerebro. Lloro por el sufrimiento que tiene Terrence, por su monótona y rutinaria vida.
Limpio mis lágrimas aunque todo mi cuerpo está temblando, algo vibra entre mis pechos y es el celular. Lo saco y veo que es una llamada entrante de Ian.
Cuelgo.
Más llamadas prosiguen y yo las rechazo. Sin embargo, abro la casilla de mensajes y tecleo rápido.
"Ian, lamento muchísimo no poder ir a la cita, me asaltaron y estoy un poco asustada. En otra ocasión será. Te lo prometo."
Besos, Kiara.
Presiono enviar y el doble cheque me confirma que el mensaje le ha sido entregado. Miro detenidamente el mensaje y la gran mentira que le he dicho.
Y lo que más me enfada, es que a pesar de todo lo que el imbécil de Terrence me ha hecho pasar, a pesar de que casi me mata hace algunos minutos, a pesar de todo eso aún sigo defendiéndolo y eso hace que explote en rabia contra mí misma.
Aunque claro, no sólo puedo escribirle un »Oye no pude ir a la cita contigo, porque un vampiro me raptó y casi me mata « ¡Es absurdo! Me tacharían de loca y probablemente acabe en un manicomio.
Camino hacia mi casa como un zombie, alcanzo a ver mi reflejo en la ventanilla de un auto polarizado y yo misma me asusto. Mi pelo es una maraña alborotada con ramas y hojas pegadas a ella. Mi vestido es un asco y mis converse blancos ahora son grises.
Soy un desastre andante.
Al llegar a casa ya no hay rastro de mi madre. Suspiro y saco el celular dentro de mis pechos y lo coloco en mi cama. Agarro mi neceser de aseo y me dirijo hacia el baño para tratar de desterrar los malos recuerdos impregnados en mí.
El agua helada cae con fuerza sobre mí, masajeo mi cuero cabelludo y quito con una minuciosidad exagerada las hojas de mi cabello. Enjabono mi cuerpo y mi mirada cae en mis muñecas; éstas están moradas formando una especie de brazalete alrededor, empiezo a frotar con fuerza para que desaparezcan pero parece que van cobrando más color.
Frustrada tiro el bote de champú contra la pared, éste rebota y cae al suelo. Empiezo a gritar como una psicópata cada vez que veo las marcas en mi mano. Agarro todo lo que se encuentra a mi alcance y empiezo a estrellarlos contra la pared como una forma para descargar mi ira.
La rabia corre por mis venas y sin poder evitarlo grito.
— ¡Maldito vampiro, como desearía jamás haberte conocido!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro