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24| ¡El problema eres tú!

Capítulo 24: ¡El problema eres tú!

—Así que finalmente eres libre —masculla el legendario mirándome con recelo.

Asiento terminando de estirar mi cuerpo.

—Sip, así que ahora podré venir a entrenar desde la mañana.

Después de todo, no hay nadie pendiente de mí así que no le veo problema, pienso poniéndome en pie, observando como Aren no despega su mirada de mi haciéndome sentir un tanto incómoda.

Han sido ¿una o dos semanas? Que tengo de no aparecer por acá. Fueron exactamente las semanas en las que estuve en exámenes y él había dicho que no viniera pues tenía cosas, muy, muy importantes que hacer. Aunque ahora que lo pienso bien, quiero creer que fue solo una excusa para dejarme estudiar con tranquilidad.

—Bueno, espero y cumplas con tu palabra y ya no vuelva a surgir algún otro inconveniente —dice arqueando una ceja a lo que yo no puedo evitar responderle blanqueando mis ojos.

—Si, sí. Como digas —resoplo—. Mejor dime lo que haremos hoy.

Se pone en pie y sus ojos emiten un brillo que solo anuncian que hoy sufriré y de no ser por la tela que siempre cubre su boca, diría que está sonriendo malvadamente.

—El día de hoy practicaremos como pelear, —fácil, pienso— pero antes de que celebres lo haremos un poco más complicado.

Mi cuerpo se tensa. —¿Complicado? ¿A qué te refieres?

—Tienes unas habilidades que son bastante útiles y, por qué no decirlo, extrañas también, pero que sin duda te pueden salvar la vida en caso lo requieras. Cuando los vampiros pelean normalmente lo hacen con sus colmillos y garras, pero si sus oponentes son muchos y poseen habilidades, bueno dime ¿por qué no habría de usarlas?

—Porque si hago uso de ellas, solo podré concentrarme en esas habilidades y dejaré de lado mis colmillos y garras —respondo.

—Incorrecto —niega con su cabeza—. El hacer uso de ambas cosas significa que tienes que hacer un doble esfuerzo y que tu fatiga será tanto a nivel físico como emocional. El hacer uso de tus habilidades y fuerza física en tu caso, implica dejar que tu lado vampírico tome completo control sobre ti, dejando en lo profundo de tu subconsciente el lado humano que tienes.

—¿Hay algún riesgo con eso?

—Por supuesto —suspira—. Uno de ellos es que tu lado humano nunca regrese, lo cual en teoría no te estaría convirtiendo en un vampiro por completo, pero sí en una bestia sin control. Ahora si no te molesta, quiero empezar ya —dice dejando salir un gruñido y de inmediato lanzándose con sus garras desenfundadas hacia mí.

Un pequeño grito sale de mi garganta al tiempo en el que retrocedo y caigo de espaldas al suelo, las garras de Aren rozan mi mejilla y apenas y puedo rodar para alejarme de sus intensos ataques. Porque sí, así es Aren, él siempre dice vamos a entrenar, pero en realidad hace igual que las madres pájaros, ella vuela del nido y luego regresa solo para tirar a sus crías y que en el proceso o aprendan a volar o se maten.

—Vamos, hibrida —sisea— ¡defiéndete!

Logro ponerme en pie y empiezo a correr por todo el bosque con él persiguiéndome detrás. Sé que no soy lo suficientemente rápida como él y que de un momento a otro va a alcanzarme, y ahí seré Kiara frita. Dejo salir a flote mis instintos y habiéndolo hecho ahora tengo una nueva perspectiva del paisaje que me rodea.

Hay muchas piedras, así como ramas caídas por lo que esto me sería útil para tratar de lanzarlos, y, además, creo que no correría tanto riesgo porque solo es Aren quien me ataca así que puedo concentrarme únicamente en usar mis habilidades mentales.

Escucho el gruñido del legendario a centímetros de mí, sus garras alcanzan parte de mi espalda y siento como la tela se desprende de mi camisa, pero no le tomo mucha importancia porque justo en el momento en que lo hace, me impulso hacia arriba hasta conseguir caer sobre una rama de un árbol. El estar arriba me da mucha más ventaja ya que tengo una vista más amplia, Aren gruñe e intenta hacer lo mismo y pronto la persecución deja de ser en la tierra y parecemos ardillas saltando de rama en rama.

Hasta que llega un momento en que dejo de correr y me doy la vuelta, lista para atacarlo de enfrente. Cuando me alcanza, sus ojos rojizos brillan y me imagino que ha de estar sonriendo, sin hacer ningún comentario se lanza hacia mi y logro esquivarlo saltando a otra rama, para mi fortuna el cae de pie en la rama en la que estaba y solo alcanzo a sonreír antes de que la rama sucumba ante el peso del vampiro y caiga estrellándose en el suelo.

Suelta un gruñido que estremece todo el bosque y que a su vez espanta todos los pájaros, hace un amago por levantarse apartando con brusquedad la rama que le había caído encima, pero antes de que este se ponga en pie completamente logro mover la rama con mi mente hasta ponerla en frente suyo, apuntándole directamente.

—Te mueves y la rama se incrustará en tu pecho —amenazo—. No creo que quieras convertirte en una especie de brocheta.

—Quisieras, híbrida —murmura—. Pero eres muy lenta. —y diciendo esto, rueda esquivando mi improvisada arma y desaparece por completo de mi vista.

Embargada por la ansiedad empiezo a hacer levitar pequeñas piedras a mi alrededor como una forma de protección, es difícil porque no puedo mantener mi concentración en todas y poco a poco, van cayendo. Afanada por hacerlas levitar nuevamente, no me percato cuando el legendario se lanza hacia mi con sus garras desenfundadas, logrando hacerme otro corte en la mejilla que inmediatamente empieza a sangrar.

Ah, así que esto era lo que no hay que hacer. Perder la concentración en ambas cosas.

Debido al impacto trastrabillo hacia atrás cayendo hacia el suelo y con ello todas las piedrecillas que había logrado mantener en el aire. Pero Aren ni siquiera me da tiempo de respirar o de quejarme por el corte en mi mejilla y los que tengo en la pierna, pues empieza a atacarme directamente y no tengo más remedio que empezar a defenderme.

Ruedo por el suelo cuando quiere cernirse sobre mí y sin saber como logro ponerme en pie y colocarme detrás de él para patearlo por la espalda y que caiga al suelo boca abajo, sin embargo, el legendario es listo y no permite que le haga algún rasguño mientras esta así, sino que logra darse la vuelta y antes de que mis garras logren tocar su piel el sostiene mis manos y empezamos a forcejear.

—Deberías empezar a mejora tus técnicas porque definitivamente no estoy aprendiendo nada —digo queriendo liberarme de su agarre.

—Eres capaz de hacerlo —murmura—. Tu cerebro tiene la capacidad de darte una atención dividida. ¿Es que no lo sabes? —ríe en tono burlón— Tienes la capacidad, lo que pasa es que no quieres hacerlo.

—¡Por supuesto que quiero hacerlo! —me quejo—. ¡El problema eres tú y tus métodos de enseñanza medio raros!

El forcejeo continúa y es que, mientras a veces el está en el suelo de pronto soy yo. Y así vamos intercambiando lugares de manera que aquello pareciera no tener fin. Sé que mi ropa y mi cabello son un desastre por toda la tierra que tengo en ellos y es en un leve momento en el que siento que mi cuerpo ya no da para más que logra doblarme el brazo por completo y con ello termina de caer sobre mí, de cerca puedo ver con más detalles sus ojos, rojos por completo, pero con pequeñas motitas de color azul en ellos.

—Ríndete —murmura—, a este tiempo cualquier otro vampiro ya te hubiera despedazado.

—Sí, pero hoy no será —digo mientras sonrío dejando ver mis colmillos y aprovechando que él está lo suficientemente confiado en que me tiene sin salida, inclino mi cabeza y muerdo su muñeca derecha lo suficiente como para hacer que la sangre brote de ellas. Inmediatamente me suelta y mi vista recae en una piedra plana con una curvatura afilada sobre el suelo, él sigue mi mirada, pero reacciona muy tarde pues cuando intenta detenerlo he hecho levitar la piedra y la lanzo hacia su rostro. La piedra pasa como cuchilla acariciando sus mejillas y debido a ello, el cubre bocas que siempre utiliza cae y por primera vez puedo ver su rostro.

Mis ojos se engrandecen y doy un grito ahogado porque yo ya he visto a esta persona antes.

—¡¿Pero qué rayos te pasó?! —es lo primero que escucho al llegar al apartamento de Terrence, quién se ve preocupado al ver la condición en la que he llegado.

—Un entrenamiento un poco duro —murmuro dejándome caer en el sofá permitiéndome cerrar los ojos para descansar por breves momentos.

Coffee y Poch empiezan a ladrar, dando pequeños saltos en un intento de querer subir al sofá, pero solo me basta mover una mano para que una leve ráfaga de viento los aparte de mi suavemente. Y eso solo es posible gracias a que Terrence junto con sus dones se encuentran cerca de mí, por lo cual puedo imitarlos.

—¿Duro? Yo diría salvaje —responde y puedo percibir la seriedad destilando su voz. Y es que claro, no lo culpo. Sería demasiado extraño no reaccionar al ver a una chica entrar con la camisa y jean destrozados, junto con su cabello y piel hechos un desastre. Sin dejar de lado, que quien hizo eso fue un chico.

Hay un breve momento de silencio y apenas entreabro uno de mis ojos para echarle un leve vistazo a sus facciones. Tiene una ceja arqueada, sus brazos cruzados y sus usuales y lindos ojos verde azulados, que presiento me miran con furia, ahora están completamente rojos. Decido que lo mejor es cerrar mi ojo completamente y guardar silencio, pero eso no sucede pues Terry empieza a carraspear demandando atención y respuestas.

Suelto un suspiro.

—¿Qué? —me quejo.

—¿Qué? ¿Y todavía lo preguntas? —suelta un bufido—. Kiara créeme que entiendo perfectamente el que estas bajo entrenamiento, pero las fachas con las que apareces, dan señales de que has estado en un campo minado en medio de una guerra, no en un simple entrenamiento. Ni siquiera cuando cazas terminas así.

—¿Y qué quieres que haga? ¿Dejar de ir? Sabes que no puedo hacerlo. —murmuro.

—Pues mínimo explicarme el por qué del que aparezcas así, tal vez.

El tono con el que dice lo último es medio irónico y pretencioso, logrando irritarme un poco. ¿Qué es todo esto? ¿Por qué está actuando así? ¿Acaso piensa que me dedico a hacer otro tipo de cosas con Aren y por eso termino en ese estado? Abro mis ojos y me incorporo en el sofá hasta verlo fijamente.

—¿Estás desconfiando de mí? —pregunto perpleja.

—¡¿Qué?! —exclama con extrañez—. ¿De qué hablas? Solo quiero explicaciones, Kiara. —responde cansado—. Me preocupa el hecho de que en medio de esos "entrenamientos" un día ya no vuelvas porque el vampiro legendario te ha matado.

«Paranoica».

Es lo que empieza a repetirse una y otra vez en mi cabeza al escuchar la respuesta de Terry.

«¿Acaso hay algo que ahora quieres ocultarle a Terrence?»

Sacudo mi cabeza tratando de espantar dichos pensamientos.

—Eso no pasará —carraspeo mi garganta—. Estoy aprendiendo a hacer uso de mis habilidades y fuerza física al mismo tiempo. —suspiro—. Aren pelea un poco rudo, por eso es que vengo así, no tienes de qué preocuparte.

—No lo sé —Sullivan hace una mueca—. No confío en él, es que, esa no es la forma de enseñar.

Llevo una de las manos a mi cabeza y resoplo frustrada. Sí, sé que no es una buena forma de enseñar, pero es el único que puede ayudarme a no ser tan débil siendo híbrida así que no tengo opción.

—Solo aguanta un poco más, ¿sí? —digo poniéndome en pie—. Pronto terminará el entrenamiento.

Terrence suelta una carcajada llena de ironía.

—¿Pronto? Define pronto, Kiara. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta qué mueras en sus manos?

Bajo la mirada y empiezo a caminar lejos de la sala.

—Terry, dejémoslo para otro día, ¿sí?

—Kiara... —empieza a caminar detrás de mí, sintiendo como sus brazos rodean mi cintura.

—Estoy cansada, me iré a duchar y luego a la cama.

Sin decir más, me suelta y apresurada entro a la ducha. Dejo que el agua fría caiga sobre todo mi cuerpo en un vano intento de esclarecer mi mente. Estoy demasiado aturdida, hay tantas cosas que me están estresando y ya ni siquiera sé a cuál tomarle más relevancia pues de pronto todas parecen importantes.

Mamá y mi hermano, Jazmín, los asesinatos, mi abuela, Aren, Elizabeth...

—Kiara, ¿estás bien?

La voz de Terrence y los toques en la puerta logran despertarme del trance en el que me encontraba, guío mi vista hacia la piel de mis manos y pies, y observo que están arrugados, una señal de que he pasado demasiado tiempo bajo el agua.

—¿Kiara?

—No entres —exclamo tomando el champú para lavarme el cabello. Empiezo a masajearme el cuero cabelludo al momento en que vuelvo a cerrar los ojos—. Saldré pronto.

No escucho respuesta de su parte por lo que supongo que ya se habrá marchado, termino de bañarme, me envuelvo en una bata y salgo del baño. Al abrir la puerta, veo a Terrence sentado en el suelo, cuando me ve, puedo notar la preocupación en sus ojos y no me queda más que esbozarle una leve sonrisa.

—¿Abrazo? —pregunta poniéndose en pie y extendiendo sus brazos.

Asiento sintiéndome un tanto cohibida y me sumerjo en sus brazos, ocultando mi rostro en su pecho.

—No sé qué cosas ronda por tu mente en estos momentos —susurra contra mi cabello—. Sé que das lo mejor de ti en los entrenamientos, sé como te esfuerzas por sobrellevar toda esta situación... sé que tratar de llevar una vida de humana y vampiresa al mismo tiempo es difícil y créeme que lo entiendo.

»—Pero por favor, entiende que solo estoy preocupado por ti, de que salgas lastimada. Sinceramente no confío en Aren —suspira—, ni siquiera conocemos su rostro y él que estés mucho tiempo con él... me incomoda.

De hecho, hoy vi su rostro...

—Confía en mí —susurro—. No tienes de que preocuparte, sabes que es necesario porque ahora Elizabeth de seguro está planeando venir a mí, para asegurarse de que lo que vio en el bosque el otro día, fue real.

—Lo sé —murmura—, y eso es lo que más temo. No quiero perderte de nuevo, porque si sucede lo mismo que el año pasado, ya no habrá manera de salvarte y yo...

De repente su pecho empieza a moverse agitadamente y un sollozo escapa de su boca, delatando que está llorando. Alzo mi mirada y veo sus ojos llenos de lágrimas.

—Terry —susurro sosteniendo sus mejillas entre mis manos.

—Te amo, Kiara y realmente no quiero perderte de nuevo —dice mirándome fijamente.

Siento una especie de déjà vu al escuchar esas palabras, algo dentro de mi se remueve y creo poder sentir como la mitad de mi corazón, la que pertenece a mi lado humano, se agita con vehemencia al escucharlo.

—No me perderás —digo desviando la mirada y volviendo a esconder mi rostro en su pecho—. Eso no volverá a suceder.

N/A:

¡Holii! He vuelto con un nuevo capítulo. Espero les haya gustado y lo hayan disfrutado u.u

Recién he comenzado las clases en la U, así que habrán sábados en los que no podré actualizar por las tareas y eso, aunque procuraré estar al día con las actualizaciones🤗 En todo caso, les avisaré por IG como siempre.

Espero todo marche bonito en su vida y, si, nos leemos hasta el próximo sábado.

¡Baiii!💜

Pd: Les dejo mi IG y el de los personajes aquí abajo💜✨

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