Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

14| Clases de seducción.

Capítulo 14: Clases de seducción.

Pareciera que mi corazón quiere volver a latir con normalidad a medida aumento la velocidad. Los árboles y todo a mi alrededor solo es un borrón mientras corro, puedo verlo a metros de donde estoy y realmente no sé si esperar que haga algún movimiento o interceptarlo, arriesgándome a que ella me vea.

A lo lejos, se escuchan algunos truenos y los relámpagos iluminan los oscuros cielos. Hace un mal clima y para hoy han pronosticado tormenta, levanto mi mirada al sentir una pequeña gota de agua colisionar contra mi nariz. ¡Agh! Porque entre todos los dones no se me pudo dar el de manejar el clima.

Reduzco la velocidad y me oculto tras el grueso tronco de un árbol, estoy muy cerca de él y mi mente entra en conflicto al no saber qué decisión tomar. Sin embargo, él solo se limita a caminar con sigilo tras ella y parece ser que ella no se ha dado cuenta de que es perseguida por dos criaturas sobrenaturales.

Mi pregunta es, ¿Qué rayos hace Jazmín caminando en el bosque sola a tempranas horas de la mañana?

Sé que ella cortó todo lazo de amistad conmigo y sé que yo lo asimilé y lo acepté, pero oye, fue mi mejor amiga y no la voy a dejar sola cuando se encuentre en peligro. El “inocente” conejo se detiene y mueve sus orejas, se desvía del camino y yo lo sigo con la mirada perdiendo de vista a la rizada. El animal mira hacia todos lados, como asegurándose de que nadie lo ve y es ahí donde estira sus patas delanteras, soy testigo de cómo su pelaje poco a poco se va cubriendo de plumas, sus grandes orejas y los bigotes desaparecen para ser sustituidas por un pequeño pico. Sus patas delanteras pasan a ser alas y las traseras pasan a tener tres dedos. El conejo ahora es un ave minúscula y de apariencia tierna que emprende vuelo, lo cual es complicado para mí pues yo soy hibrida y no vuelo.

Mis garras salen a luz y continúo siguiéndolo, he perdido de vista a Jazz y eso en cierto modo me preocupa. Mantengo la vista hacia arriba en las ramas altas de los árboles en busca del dichoso pájaro, olfateo el aire tratando de localizar la esencia de Jazz, pero me es imposible encontrarla.

Continúo con mi caminata a la vez que mis vellos se erizan y mi audición percibe un leve movimiento en mis espaldas. Por el rabillo del ojo veo a una sombra seguirme, sin embargo, no volteo pues quiero ver que trama. De súbito, la esencia de Jazmín me golpea fuertemente, está a unos cuantos metros a la derecha. Obviando la sombra que me sigue corro en esa dirección y es ahí donde la encuentro caminando con tranquilidad y con lo que parece ser una lagartija en un frasco que antes no llevaba.

Y es ahí donde caigo en la cuenta que en biología teníamos que llevar una lagartija para disecarla, cosa que yo no llevo. Suelto un suspiro, bueno, al menos sé que no estaba siendo manipulada mentalmente, pero lo que me preocupa es el cambiaformas que la sigue, sé que es Hardin porque es la única criatura que seguiría a mi ex mejor amiga.

Me mantengo a una distancia considerable de ella, ya falta poco para llegar al instituto, más bien, para llegar al final del bosque que colinda con dicho edificio por lo que mi preocupación aminora un poco. Está saliendo ya a lo que es la zona verde del instituto cuando veo aparecer al dichoso pájaro que vuela en su dirección, haciendo uso de las habilidades que se me han sido otorgadas, tomo una piedra y tal como Aren me enseñó cierro mis ojos y trato de ser una con la piedra, de sentir su energía en mí para poder manipularla. Dejo la roca en el aire y con un movimiento de mi mano la dirijo con fuerza hacia una de sus alas, doy justo en el blanco.

Antes de caer al suelo, el pájaro logra transformarse a algo parecido a un zorro. El sonido que hace cuando impacta contra las hojas causa un gran estruendo logrando espantar a los pájaros de alrededor. Veo como Jazz se sobresalta y sin mirar atrás empieza a correr llegando a la zona segura del instituto. Bien, ella está a salvo.

Camino hacia donde debió haber caído el cambiaformas, y digo debió pues no está en dicho lugar. Olfateo el aire y miro atenta el lugar hasta que percibo un leve siseo a mis espaldas; apenas logro girar cuando siento como alguien embiste contra mí. Es un chico de cabello castaño y ojos azules, ambos caemos al suelo y sin pensarlo alzo mis garras directo a su rostro, sin embargo, logra evitar mi ataque y en lugar de devolverlo toma mi mano, y de un tirón consigue que ambos nos levantemos para luego emprender huida.

Aturdida puedo ver como gira su rostro y articula un «huye» antes de desaparecer por las profundidades del bosque. Miro hacia atrás y puedo ver a un ciervo blanco con unas grandes cornamentas retorcerse en el suelo como si algo le estuviera lastimando, poco a poco, sus extremidades van adaptando la forma de humano y yo aparto mi vista, a la vez que empiezo a correr.

Logro llegar al final del bosque que conecta con el instituto, a salvo. Claro si no le tomamos importancia a que mi suéter está demasiado sucio y mi cabello como un nido de pájaros. Aún con cierta desconfianza camino hacia el tronco de un árbol y descuelgo mi bolsón para quitarme el suéter y guardarlo dentro. Empieza a caer una leve llovizna por lo que me apresuro a tratar de arreglar mi cabello y sacudir mi jeans. Soy consciente de un leve sonido de ramas quebrándose por lo que con sigilo volteo hacia atrás, a unos cuantos metros se encuentra el chico observándome con fijeza y es ahí donde recuerdo haberlo visto antes.

Es el chico que vi en los bosques de Norfolk.

🌹🌹🌹

En los pasillos del instituto aun a dos meses de la tan anhelada graduación, ya se empieza a sentir el ambiente por parte de los últimos años debido a que ya empiezan a organizar lo que es el baile celebrando eso y por supuesto el fin del curso.

Veo como colocan algunos anuncios en los periódicos murales y otros entregan pequeños panfletos en los pasillos. Apresurando el paso me dirijo al casillero para guardar los libros y luego voy hacia las canchas para ver practicar a las porristas. Me siento sobre el césped y observo divertida a las gemelas intentado hacer piruetas, ellas parecen percatarse de mi presencia pues alzan la mano a modo de saludo y esbozan una leve sonrisa que correspondo; escucho unos pasos dirigirse hacia mí y luego a alguien sentarse a mi lado, con la intriga presente giro y me encuentro a Ian viendo con fijeza hacia las canchas.

El último recuerdo que tengo del cazador de vampiros es cuando entró a la cafetería mal herido debido a la lucha que tuvo con Terrence, en el tiempo en el que todavía asistía al colegio, cuando Bethany no revelaba su identidad, cuando yo no sabía que tenía el Diaphire y cuando aún conservaba mi humanidad.

Mis instintos reaccionan ante la cercanía del cazador, insisten en querer salir pues mi cuerpo se siente alerta y amenazado, sin embargo, lo mantengo en línea y hago lo que puedo por no perder el control.

―Así que, ¿Tan mal herido dejé a ese vampiro que ya no volvió a aparecer? ―Pregunta sin dirigirme la mirada.

―No es de tu incumbencia ―musito cerrando mis ojos.

―Vaya muñeca, que amargada te has vuelto. Antes no eras así.

―Antes no sabía lo que eras ―respondo mirándolo por el rabillo del ojo.

Él parpadea atónito y lanza una carcajada. Me limito a mantener mi rostro serio, y, sobre todo, a no verlo. Enfoco mi vista en las porristas y en los jugadores, y es ahí donde vislumbro a Jazz concentrada haciendo estiramientos.

―La rizada es muy bonita ―murmulla con una sonrisa ladeada.

Inevitablemente me giro a verlo. ― ¿Perdón?

―Perdonada, muñeca ―Sonríe.

Fastidiada, blanqueo los ojos y me pongo en pie, lista para alejarme de él. Sin embargo, toma mi mano y me hala causando que caiga sentada nuevamente.

― ¿Qué rayos te pasa? ¡Suéltame!

Su rostro se acerca peligrosamente al mío y no veo venir el momento en el que mis garras han salido, listas para atacarlo. Supongo que a los ojos de los demás, nos vemos como una pareja a punto de besarse, pero lo cierto es que yo puedo hacer de todo menos eso. Acerca sus labios a mi mejilla, hasta subir a mi oído causándome cosquillas cuando empieza a hablar.

―Dime quien es el que se encuentra tras las masacres, muñeca.

Mis ojos se agrandan y emito un leve resoplido, sé de cuales masacres habla. A inicios de año, en Cambridge y Londres en general, ha habido constantes asesinatos y lo curioso de todo ello es que en los cuellos de las victimas siempre quedan marcados dos puntos. En un comienzo, los humanos creyeron que solo era una coincidencia, pero a medida los asesinatos fueron incrementando las marcas seguían apareciendo.

Para los ojos humanos, eso no es más que parte de algún ritual o una secta satánica y la iglesia empieza a involucrarse en ello, pero para las criaturas sobrenaturales, sabemos que no son miembros de sectas. Son vampiros. Y vampiros que al parecer quieren volver a la época cuando surgieron pues a quienes asesinan no son hombres, sino que, a mujeres, y no cualquier mujer. Mujeres jóvenes cuya sangre es fresca y sabe mejor que la de cualquier otro humano.

―Tú debes saberlo ―respondo―. Eres un cazador y yo… ―Medito mi respuesta― yo solo soy una humana.

―Una humana cuyo novio es un vampiro ―reprocha rozando su nariz en mi piel.

Cierro los ojos. ― ¿Insinúas que mi novio es el asesino?  

― ¿Quién más? Es el único vampiro que se relaciona con los humanos.

Su nariz sigue haciendo contacto con mi piel y sus labios empiezan a mordisquear el lóbulo de mi oreja. Con toda la tranquilidad del mundo abro mis ojos, y giro mi rostro hacia él. Me topo con su mirada fijada en mis labios y una sonrisa ladina.

Niego con mi cabeza.

―Tonto ―susurro y con discreción dejo ir mi mano directo a su rostro. La marca de ella queda sobre su mejilla y empieza a teñirse de rojo, omito una risa al ver como se deja ir hacia atrás sorprendido y lleva una de sus manos a la mejilla.

― ¿Por qué esto no me sorprende, muñeca? ―susurra y el dolor puede percibirse en su voz.

Blanqueo los ojos a la vez que me pongo en pie.

―Él no es el único vampiro habitante en Cambridge, hay más y como cazador deberías investigar más a fondo y no solo señalar a la primera criatura que se te aparezca. Además, ―Sacudo con desdén mi cabello― deberías tomar clases de seducción o algo porque eres un fracaso con ello ―Niego con mi cabeza―. Creo que hasta un bebé podría hacerlo mejor que tú.

―Deberías enseñarme entonces ―dice levantándose.

Bufo. ―Ya quisieras, cazador.

🌹🌹🌹

― ¡¿Adónde me llevas?! ―exclamo entre risas―. Si tropiezo será tu culpa, peor aún, si muero, quedará en tu conciencia.

Al escuchar la última frase deja de reír y quiero darme un zape por decir eso. Indirecta e inconscientemente he convocado los recuerdos de Elizabeth al pronunciar dichas palabras. Sin embargo, en lugar del estremecedor e incómodo silencio que esperaba, el contacto de lo que creo son sus labios en mi mejilla me hacen estremecer y al mismo tiempo me dejan sorprendida.

―Kiara, arruinando momentos como siempre ―susurra seguido de una leve risa.

Dejo escapar un suspiro lleno de alivio y sonrío. ―Mejor dime hacia dónde vamos ―me quejo.

―Descúbrelo por ti misma ―Es su única respuesta.

Aprieto con demasiada fuerza su mano y logro escuchar un quejido por parte suya, sonrío con satisfacción y trato de agudizar mi oído pues mis ojos están vendados. A través de los únicos sentidos que tengo disponibles, logro percibir que no caminamos en concreto, sino que, en tierra, olfateo el aire y logro captar el leve aroma de lo que creo son árboles.

― ¿Parque?

―Ya has dicho eso millones de veces ―ríe.

Muerdo mi labio.

―Si no es el parque entonces es el bosque ―concluyo.

Lo siento soltar mi mano y por breves momentos me alarmo, pero después lo escucho aplaudir y me es inevitable sacar mis garras y moverlas a mi izquierda donde se supone debe de estar.

―Tonto.

Su risa inunda todo el lugar y vuelve a tomar mi mano con fuerza.

―Elige ―musita―. Te traje al bosque por que la intención era caminar y pasar un buen momento juntos ahora que las cosas han vuelto a tomar su rumbo, pero, si quieres hacer otra cosa por mi está bien.

Río. ― ¿Y era necesario vendarme los ojos para esto?

Hay un breve silencio y luego responde deteniéndose. ―No, pero es necesario para algo que quiero hacer.

No tengo ni tiempo para preguntarle que es, pues apenas y puedo abrir mi boca cuando siento como de una manera lenta y podría decirse que con un poco de temor sus labios colisionan contra los míos. Sin embargo, no se mueve, sino que se queda estático como si esperara alguna reacción mala de mi parte. No puedo hacer nada más que parpadear y tratar de liberar la tensión que esto ha generado en mi cuerpo; poco a poco, sin tener el control, mis labios empiezan a moverse y creo que eso era todo lo que ambos necesitábamos para que nuestros labios empiecen una danza interminable entre ellos.

No hay necesidad de respirar, no hay ninguna necesidad del porque detener este beso. Sus manos rodean mi cintura y me acercan más hacia su cuerpo, las mías van a su cabello y empiezan a revolverlo mientras aquello parece nunca acabar. Esto se siente como la primera vez, como si es la primera vez que lo beso y probablemente lo sea, después de tanto tiempo.

Lentamente consigo quitar la venda de mis ojos y tengo que parpadear un poco hasta lograr acostumbrar mi vista a la luz de nuevo. Una de mis manos acaricia su mejilla y puedo ver como aún con sus ojos cerrados esboza una pequeña sonrisa. Me es inevitable no apartarme y besar la punta de su nariz, escucho divertida como se queja y no puedo evitar negar con la cabeza, para luego decir:

―Eres un atrevido, Sullivan.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro