Capítulo 11: Patrañas del mundo humano.

El sonido del timbre resuena por todo el lugar anunciando el final de las clases y dándole la bienvenida a la hora del almuerzo. Como una especie de robot, me limito a guardar mis libros y sin decir nada salgo del aula a paso rápido. Los pasillos están atestados de alumnos saliendo de sus clases y dirigiéndose con ansiedad a la cafetería, continúo caminando hasta salir del edificio y llegar al aparcamiento. Con una mirada por encima de mi hombro, abro la puerta del auto y me adentro en el. Inclino mi cabeza hacia atrás y suelto un largo suspiro.

Esto me está matando.

Mantengo mis ojos cerrados mientras en mi mente se repiten las palabras del vampiro legendario. Una semana, llevo más de una semana desde que lo sé y aún no puedo dejarlo pasar pues sus palabras son como una tortura para mi mente.

›› Para lo demás, incluso para mí, eres presa fácil siendo...

Unos golpes en la ventanilla del auto dispersan su voz en mi mente, con rapidez abro mis ojos y me encuentro con la rizada cabellera de mi mejor amiga mirándome con extrañez, lo cual me asusta un poco, por lo que, disimuladamente me miro en el espejo retrovisor. Sin embargo, el susto dura solo segundos pues me tranquilizo al ver que mis ojos siguen siendo grises y no rojos, pensé que al sobresaltarme por la aparición de Jazz mis instintos saldrían a flote pero al parecer los entrenamientos con él han ayudado un poco.

— ¿No vienes a comer? ¡Eres tan mala persona, dejas a tu mejor amiga comiendo sola! —exclama con desespere Jazmín en un mal intento de parecer dramática.

Parpadeo y me echo a reír.

—Lo siento —digo abrochándome el cinturón de seguridad—. Hoy no puedo, Jazz. Tengo que estar temprano en casa.

Aparto la mirada de su rostro y pongo las llaves en el contacto, encendiendo el motor.

—Así como toda esta semana, ¿No?

Guío mi vista hacia ella, con la intriga haciendo presencia en las facciones de mi rostro. — ¿Qué quieres decir?

Ella frunce el ceño y parece que tiene una lucha interna pues al final solo se limita a sacudir su cabeza y esbozarme una sonrisa que a leguas se nota que es falsa.

Demasiado falsa.

—No es nada. Ten cuidado.

—Ehhh, siempre tengo cuidado —Es mi respuesta.

—Sí, claro. Como sea, adiós —Se despide alzando una de sus manos y dirigiéndose hacia la entrada del instituto.

Okey, eso fue muy extraño. Pero más extraño es que por alguna razón no conduzco solo hasta que la veo desaparecer dentro de las instalaciones del instituto, solamente así puedo sentirme inexplicablemente tranquila.

🌸🌸🌸

Al llegar a casa, me esperaba encontrar a mi madre en la cocina o en la sala pero lo único que encuentro es una nota pegada en el refrigerador donde anuncia que irá al supermercado. Me encojo de hombros y abro la puerta de la alacena en busca de la comida de Poch, cuando la encuentro, la deposito en su cuenco y la dejo sobre el suelo esperando que la cachorra logre encontrarla. Subo a mi habitación y sobre mi cama encuentro un pequeño papel blanco con una rosa sobre ella, con una sonrisa trazada en mi rostro y negando con mi cabeza al mismo tiempo, la tomo entre mis manos.

¿Sabes que fue lo primero que me impactó de ti, cuando te vi por primera vez?

Tus buenos reflejos, tus ojos grises, y tú, con la nariz roja en mi mente. Mi Rodolfo, el reno©.

Parpadeo atónita y vuelvo a leer nuevamente. Creo que lo releo al menos unas cinco veces para descubrir que él verdaderamente escribió eso. Chasqueo mi lengua y lanzo el papel al suelo, llevo mis manos al rostro cubriéndome con ellas y sin poder evitarlo rompo a reír, aunque la vergüenza me carcome por dentro.

Definitivamente las formas de conquistar de Terrence son únicas en su especie.

🌸🌸🌸

—Híbrida —musita—, eso es lo que eres. Mitad humana, mitad vampiresa.

¡¿Qué?! ¿Acaso eso puede ser posible?

No retrocedo, ni avanzo. No hago absolutamente nada, mi cerebro únicamente está tratando de asimilar la información recibida. En cambio para Terrence la situación es diferente, sus pupilas están dilatadas, su boca está entreabierta y con sus manos hechas puños lo veo avanzar hacia Aren.

— ¡Mientes! —grita—. ¡Mientes! ¿Cómo Kiara puede ser una hibrida? —Intenta tomarlo del cuello pero Aren siendo más ágil evita su movimiento—. ¡Yo mismo la convertí! ¡Le di de mi sangre!

Giro mi rostro para ver al vampiro legendario pero en sus ojos no hay emoción alguna.

—Ella solo quería saber que es, bien, ya lo sabe. No tengo porque soportar estas actitudes. Son libres de irse desde este momento.

Inclina su cabeza y empieza a andar hacia la puerta ignorando por completo a Terrence. Pasa a mi lado y su mirada cruza con la mía.

Esos ojos, esos ojos azules que ya he visto.

El vampiro sale de la habitación dejándonos completamente solos. Siento las manos de Terry acariciar mis mejillas y por instinto retrocedo ante su tacto.

— ¿Po-por qué te alejas? —tartamudea con sus ojos cristalizados.

Un repentino dolor de cabeza me invade, los recuerdos de mi madre muriendo y de Elizabeth atacándola vienen a mi mente. Y no solo eso, también el recuerdo de Terrence junto con ella siendo feliz me azotan.

—Tú... —susurro—. ¿Todo lo que vi fue una mentira, verdad?

Lo veo desviar su mirada.

—No sé qué te hizo ver ese jodido vejestorio —gruñe—, pero sí, todo fue una ilusión y confieso que no me gusta que actúes tan reacia a mí, cuando empezábamos a avanzar de nuevo.

—Pues perdóname —replico—, pero mi mente acaba de jugarme una mala pasada y bien sabes que no soy de las que va a los brazos de su amado buscando consuelo por cosas así.

›› Lo que me interesa es saber que tan malo es ser híbrida, si corro algún riesgo o si simplemente puedo dejarlo pasar, Terrence. Nuestro amorío podemos dejarlo para después.

Me doy vuelta para seguir el rastro del vampiro legendario y buscar respuesta a todas mis preguntas, cuando estoy a punto de salir mi corazón parece estrujarse y por inercia veo de reojo hacia atrás. Sullivan parece percatarse de mi gesto pues asiente y esboza una sonrisa pero cuando cree que quizás ya no lo veo puedo ver una lágrima teñida de rojo bajando por una de sus mejillas.

Cierro mis ojos y me obligo a ir hacia adelante.

***

—Cierra los ojos y concéntrate —susurra—. Ya que estarás más de dos horas en esa posición.

Un quejido sale de mi boca en señal de protesta y producto de ello me gano cinco minutos más colgada en la rama de un árbol como un auténtico murciélago.

Después de pasar un largo tiempo con mis ojos abiertos observándolo meditar decido hacer caso y cierro mis ojos. Siendo sincera, ayuda un poco a aliviar el dolor en mis tobillos y ya sin ver nada, puedo fingir que estoy acostada en mi cama y no colgada en un árbol que pertenece al reino de las hadas.

Sin embargo, mantenerme con los ojos cerrados hace que los recuerdos de hace una semana vengan a mi mente y aunque la situación con Sullivan vaya mejorando a pasos de bebés mi confianza en él aún se mantiene en un nivel bajo.

— ¿En que se supone que ayuda esto? —inquiero con dificultad abriendo mis ojos y por consiguiente viendo todo completamente de cabeza.

—Ayuda a tu equilibrio. —Es su única respuesta.

Si pudiera asentir lo haría pero en las condiciones que estoy, probablemente un movimiento en falso y acabe con la cabeza separada del cuerpo.

—Pero se supone que desde el momento de la conversión, mi equilibrio era perfecto. —Me esfuerzo por hablar bien.

—Limítate a hacer lo que te digo y no creas en las patrañas del mundo humano —responde con sus ojos cerrados.

Muerdo mi labio porque muchas más preguntas desean salir de mis labios pero su apariencia y personalidad tan seria y reservada hace que me muerda la lengua.

Después de dejar a Terrence en aquella habitación, salí en búsqueda de Aren. Y la verdad, es que cuando lo encontré me sorprendió un poco lo que hacía, y para ser sincera, la bestia que intentaba ocultar dentro de mí, él logró sacarla a flote.

Aren se cernía sobre el cuerpo de una chica, sus colmillos estaban insertados en la garganta de la humana mientras que algunas pequeñas gotas de sangre caían al suelo.

No pude evitar que mis colmillos salieran a luz al ver aquello.

Sin embargo, aunque mis instintos se hicieran presentes no tuve permitido tomar de aquella sangre. Únicamente me limité a ver como el legendario se alimentaba y a decir verdad, fue unos de los momentos más incómodos de mi vida. Después de que él se había saciado por completo y cubierto nuevamente el rostro, accedió a resolver algunas de mis inquietudes, pero por supuesto, no fueron todas.

— ¿Hay algún peligro siendo híbrida?

—Para lo demás, incluso para mí, eres presa fácil siendo lo que eres. Sin embargo, existe una solución —Sus ojos ahora del color de la sangre emitieron un pequeño brillo.

— ¿Y cuál es? —Inquirí con un poco de desconfianza.

—Puedo ayudarte a volverte más fuerte, a superar esos miedos e inseguridades que vistes en tu mente. Como uno de los primeros vampiros puedo hacer que seas un vampiro normal y sobre todo, responder a esas inquietudes que tanto te agobian.

Chasqueé la lengua.

— ¿Pero? Siempre hay un pero. —respondo.

Creo que sonrió pues su mejilla se alzó un poco.

—Hay un precio a pagar, sin embargo, el precio se establece hasta que el entrenamiento sea concluido. Tú decides, Kiara Collins.

Suelto un suspiro, decidí y a partir de ese día, todas las tardes después de clases me encuentro con Aren Eveneer en el reino de las Fëidoras para entrenar con él.

Decidí y me arriesgué aún sabiendo que puedo perder algo valioso para mí.

Solo espero que esto valga la pena. 

N/A:

¡Holaaaaaaaaa! ¿Me extrañaron?<3

Yo sé que no :( extrañaron los capítulos no a mí T-T —Se larga a llorar— Okay no.

Bueno, ya estoy de regreso. La semana de parciales ha pasado y creo que ya puedo respirar con tranquilidad, aunque aún me quedan algunas exposiciones. T-T

Whatevs.

Deséenme suerte.

Este capítulo va dedicado a  DilisbethCM porque acertó en el capítulo anterior acerca de que era Kiara<3 Muchísimas gracias por todo tu apoyo :*

Espero les haya gustado, si ese ha sido el caso :3 no olvidas votar y dejar tu comentario.

¡Las amooo, beiezas!