Capítulo 05: La infelicidad es tan vergonzoso
Victoria observo a la mujer de cabellos castaños quien fumaba viendo los rieles del tren, los fuertes golpes en su pecho hacían que su rostro enrojeciera y sintiera su sangre bullir, aquel rostro lleno de frustración y oscuridad hicieron que se agitara, aunque no supiera bien los motivos detrás de ello. A su lado, Mila solo sonrió satisfecha.
— ¿Qué me dices, Vitya? ¿Esta mujer se adapta a tus gustos? —preguntó la vampiresa, pero siquiera su hermana podía reaccionar adecuadamente.
No era extraña esa sensación en el pecho de la joven, ya lo había sentido antes. El deseo desesperado de clavar sus colmillos en el cuello de alguien, la liberación completa de aquella obstinante presión que le amenazaba el pecho, parecía que no había forma de retroceder hasta que se dio cuenta de algo que le hizo recuperar la razón. Corrió con fuerza tomando la mano de aquella mujer que había intentado moverse justo cuando en ese instante paso el tren a toda velocidad. La mujer se vio sorprendida y Victoria más bien, agitada.
— ¡No lo haga! ¡No importa lo que le haya pasado, suicidarse no es la solución! —le expreso Victoria, la mujer se sorprendió ante sus palabras, regresando nuevamente el color a sus ojos.
—No, yo... Yo jamás...
El cigarro cayó de sus labios y una de sus manos cubrió su rostro bajo un quejido, al ver que parecía romper en llanto, Vitya entro en pánico sin saber que hacer o que decir. Sin embargo, Mila apareció a su lado y le extendió un pequeño pañuelo, la mujer desconocida las miro a ambas.
—Si tiene alguna preocupación, puede hablar con nosotras. Estamos muy cerca de un restaurant familiar ¿Le gustaría acompañarnos, y así, calmarse un poco? —pregunto la vampiresa mayor con una sonrisa amable, y aquella mujer, viéndose un poco vacilante, termino por aceptar la invitación de las dos desconocidas.
Llegaron a un pequeño restaurant donde se sentaron en una de las mesas cercanas a las ventanas, allí, Mila pidió café para Victoria y para la mujer, mientras esta parecía estar un poco incomoda de la situación.
—Entiendo que no se sienta cómoda con unas desconocidas, pero no estamos pensando en hacer nada malo. Mi hermana se preocupó por usted en ese instante, y sinceramente, me gustaría que pudiera comentarnos su molestia si así se siente mejor —menciono la pelirroja, Victoria la vio con ojos inquisidores al notar las expresiones de su hermana mayor, simplemente esperaba no verse involucrada en una nueva conquista de Mila.
—No es algo que me gustaría decir, pero en este instante, no hay nadie más con quien pueda decir esto —aclaro, con cierto malestar—. Es frustrante, al fin había conseguido un buen empleo. pero a causa de un infeliz, termine despedida.
— ¿Qué fue lo que hizo esa persona? —pregunto ahora Victoria.
—El hijo de puta comenzó a acosarme de repente y no dude en golpearlo —declaro sin ningún tipo de remordimiento, un pequeño sudor de pánico bajo por la espalda de Victoria mientras una sonrisa nerviosa cruzo la faz de Mila, aunque supo disimularla—. El gerente de la tienda en lugar de estar de mi lado, me tacho de violenta y me despidió en lugar de aquel acosador, esperaba poder tener una mayor estabilidad ahora que me había mudado con mi hermano pequeño, pero ahora no sé con qué cara podré verlo. Incluso el comenzó a trabajar para colaborar con la casa aun cuando le dije que yo podía hacerme cargo, no tengo cara verlo, soy una hermana inútil —murmuro con rostro bajo y muchísima frustración, luego de que había liberado sus pensamientos, uno a uno fueron saliendo sin poder detenerlos. Habían pasado tantos años desde que se estaba conteniendo que ya era imposible no explotar, incluso lastimando a su hermano menor en el proceso cuando este no tenía la culpa de nada.
Sin embargo, Mila extendió su mano para hacerla levantar el rostro, una sonrisa de comprensión fue lo que observo.
—Eso es algo completamente imperdonable, ese tipo de persona es el mayor enemigo de las mujeres —declaro con fiereza, la mujer le miro, asintiendo.
—Mis trabajos anteriores fueron complicados debido a eso, todos los superiores que tenia se volvían acosadores luego de un tiempo y yo no perdía el tiempo en relegarlos con la fuerza, pero eso solo me ha costado varios empleos —expreso, suspirando.
Si era sincera, Mila le llamaba la atención aquella mujer, era bella y a su vez, podía sentir como destilaba cierta feromona que hacia enloquecer a quien le prestara atención. Sin embargo, la vampiresa era más consciente de que ese instante no le correspondía tomarla, debía de dar mayor prioridad a su hermana. Victoria se encontraba en una especie de nébula y parecía ser el momento para que entraran en acción, de repente, la joven vampiresa dio un salto en su asiento tomando con fuerza su nariz con la mano.
—Milenka, ya está por salir ¿Qué hago? —le pregunto algo nerviosa, Mila solo sonrió.
—Debes morderla y ya —respondió con simpleza, Vitya la miró con ojos alarmados—. Te tiene bastante embobada, solo debes clavar tus colmillos y ya.
—Pero ¿Qué pasa si hago algo mal? —cuestiono, pero la pelirroja no le dio tregua.
—Pienso que es bueno refrescarse un poco ¿No le gustaría caminar antes de ir a casa?
La joven mujer acepto, aunque se encontraba un poco incomoda por la insistencia de aquellas chicas en acompañarla y saber de sus molestias. Aunque se encontraba un poco mejor habiéndoles contado su frustración, seguía algo incomoda con su presencia. Cuando entraron al parque pensó en despedirse de ellas ya que estaba ya muy cerca de su hogar, cuando de la nada fue abrazada por la joven.
— ¿Q-que estás haciendo? —pregunto.
—¡Lo siento mucho, pero ya no puedo aguantar más! —se disculpo Victoria.
La joven mujer la vio sin entender hasta que un grito se quedó ahogado en su garganta al ver los colmillos que tenía la chica. No hubo jadeos, no hubo forcejeo, simplemente sus manos bajaron y se quedó allí.
A unos metros de ellas, una bolsa cae a los pies de Yuuri que se encuentra ingresando al parque luego de regresar del trabajo. Una exclamación de sorpresa muere en su boca al ver a su compañera de clases abrazar a su hermana Mari, las interrogantes iban y venían, pero la imagen que pudo relacionar fue la anterior que pudo observar de su compañera semanas antes en el parque ¿Qué era lo que estaba ocurriendo?
Victoria soltó el cuello de la mujer con un jadeo placentero, de inmediato, sus piernas flaquearon y la vampiresa pelirroja la sostuvo con uno de sus brazos, su cometido estaba hecho.
—¡Tu maldita!
Un hombre de mediana edad se acercó hasta Mari con rostro enfurecido, llevaba una ropa de trabajo desordenada y un saco amagado en el brazo izquierdo.
— Eres una maldita, gracias a ti no puedo encontrar otro empleo ¿Cómo vas a responder a eso? —inquirió, preparándose para cualquier altercado violento que pudiera ejercer aquella mujer. Sin embargo, esta no se detuvo a mirarlo siquiera—. ¿Qué mierda te pasa? ¿No me estas oyendo?
—Sí, lo oí perfectamente —afirmo con fastidió, para luego verle con un rostro de frialdad e indiferencia—. No puedo creer que seas tan patético como para querer echarme la culpa de tu asquerosa vida, gusano incompetente. Tienes las bolas lo suficientemente grandes para acosarme y hacer que tome la responsabilidad ¿Acaso no tienes vergüenza? ¿Por qué no vas y te largas a un puente para acabar con tu existencia? Estoy seguro que le harás un bien al planeta acabando con una plaga tan asquerosa como tú, solo ve y muere, nadie te llorara, ser asqueroso que seguramente tiene un pene minúsculo.
El hombre casi emitió un quejido de dolor ante semejante testamento de insultos que denigraban y minimizaban su existencia, sintiendo casi como si no fuera nada y con todo el orgullo por el suelo, con temor de aquella mujer que no solo podía golpearlo físicamente sino emocionalmente, se retiró antes que las consecuencias pudieran ser peores, todo bajo la atenta mirada de un Yuuri estupefacto. Unos minutos después, un chillido de alegría era emitido por Mari
—No puedo creerlo... ¡Por fin pude mandar a la mierda un acosador sin recurrir a la violencia! ¡No puedo creer que no seré citada nuevamente por la policía por acciones violentas! —exclamaba llena de alegría la mujer sin poder creerlo, estaba llena de euforia, capaz de hacer lo que fuera. ¡Era la primera vez que se sentía tan renovada!
Sin embargo, no iba a ser del todo así.
—Me alegro mucho por ti, pero, es momento de que duermas —declaró Mila, y alzo su mano frente al rostro de la mujer. De la nada esta se desvaneció en el suelo, y Yuuri corrió hacia ella desesperado.
—¡Hermana! —la tomo con mucho desespero entre sus brazos cuidando de que no estuviera herida, más esta despertó casi de inmediato ante el movimiento que este le ejercía— ¡Mari!
—Oh Yuuri ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Acabas de regresar del trabajo? —pregunto despreocupadamente, Yuuri la vio como si estuviera loca.
— ¿Solo vas a decirme eso? ¿Qué es todo esto que ha pasado? ¿Quién era ese tipo que salió llorando? ¿Y esas dos chicas?
—¿Chicas? ¿Qué chicas? Hasta hace poco solo estaba aquel infeliz que hizo que perdiera mi empleo, no había ninguna chica por aquí —contesto, el estudiante la vio con los ojos desorbitados hasta que capto lo otro que su hermana mayor había declarado.
— ¿Perdiste el empleo? —Inquirió con alarma.
—Si, pero no te preocupes, conseguiré otro pronto. Es un alivio que hayas podido encontrar uno, hare todo lo posible como hermana mayor para que pronto dejes de trabajar —le respondió, emitiéndole una media sonrisa.
Yuuri estaba completamente consternado, por muchas cosas, pero por, sobre todo, por aquella sonrisa que su hermana le había dado. Mari tenía muchos años sin sonreír, sin contar que había aceptado su empleo de la nada cuando había estado en contra todo ese tiempo. Muchas dudas cruzaban la cabeza del japonés haciendo que doliera, pero por, sobre todo, la mayor interrogante iba dirigida hacia la presencia de su compañera de clases junto a su hermana mayor.
Mientras los hermanos se iban caminando del parque, ya en la casa Nikiforov, Victoria despertaba un poco embobada frente a sus padres y hermanos.
—¿Cómo te encuentras Vitya? —pregunto su padre.
— ¿Qué tal estuvo? ¿Hay algo que descubriste? —pregunto ahora Mila, muy cercana al respaldo del mueble donde reposaba Victoria.
—Ahora lo tengo claro —comenzó a decir, aunque aún tenía su cabeza dando vueltas por la anemia—... Lo que me atraía de aquella persona era su infelicidad... pero reaccionar así ante la infelicidad de las personas es muy vergonzoso.
Victoria cayó nuevamente a profundo sueño cuando el resto de la familia Nikiforov se vieron a los ojos con pesadez, nuevamente había una persona de gusto difícil en la familia.
—Aunque con todo lo extraño que pueda ser, aún tiene un rasgo vampírico del que podemos alegrarnos —acoto Julia, pero el sentimiento que iba detrás de aquel gusto era un poco amargo. Después de todo, a ella le atraían los mentirosos, a Josef los orgullosos, a Mila los estresados, Georgi a los despechados y finalmente a Victoria con los infelices.
La familia Nikiforov no estaba muy feliz de ello, pero al menos podían alegrarse del descubrimiento de ese rasgo vampirico en el único miembro anormal de la familia.
A la mañana siguiente, Victoria tenia sentimientos positivos encontrados. Si en verdad le atraía la infelicidad de las personas, entonces había encontrado una solución a sus problemas relacionados con Katsuki Yuuri ¡Solo debía hacerlo feliz! Si lograba eso, estaba segura que podría volver a su vida común de estudiante de preparatoria. No obstante, no pudo evitar congelarse un poco cuando se encontró con él en la entrada del salón de clases, Yuuri también se vio sin saber que hacer frente a Victoria.
— B-buenos días, Katsuki, tiempo sin vernos —fue lo primero que pudo decir la vampiresa antes de salir corriendo por el pánico. Aun cuando había decidido hacer feliz a su compañero, no estaba segura de cómo hacerlo siquiera, aun le era complicado hablarle con el temor de que su sangre pudiera reaccionar de la nada.
Por su parte, Yuuri estaba confundido de la actitud de la rusa, ya que esta había cambiado de la nada y de un solo golpe, aún tenía muchas interrogantes en su cabeza, y las imágenes corriendo por su mente en relación a pocos días antes.
¿Quién eraexactamente Victoria Nikirova? Yuuri estaba dispuesto a averiguarlo.
¿Se habían imaginado que la mujer misteriosa era Mari? Nuestra linda vampiresa tiene un gusto muy extraño por las personas infelices, pero esto solo es la punta del iceberg. Ya conoce cual es la causa de que su sangre reaccione a Yuuri ¿Pero como lograra salir de ese problema? ¿que plan ideara? 😅😅
¡Uy! Yuuri esta determinado a averiguar que verdaderamente pasa con nuestra linda Vitya.
Espero que este capítulo les haya gustado, nos leemos el próximo domingo ¡besos!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro