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Capítulo 04: La búsqueda es tan vergonzosa.

Victoria se encontró con Yuuri esa mañana por casualidad cuando estaba saliendo de uno de los salones de clases, este hizo ademan de decir algo, pero la joven salió corriendo sin dejarle oportunidad de siquiera decir hola. El japonés ya se estaba acostumbrando a ver la espalda de su compañera más que de su cara, pero intuía que, en esa ocasión, era natural que ella huyera de ese modo, después de todo, quizás si había cruzado la línea con sus palabras.

Por su parte, el rostro de Victoria estaba explotado en rojo de vergüenza. No podía ver a su compañero a los ojos, quien, al verla mordiendo a una persona, había creído que estaba vendiendo su cuerpo y eso le daba tanta incomodidad que no podía siquiera encararlo sin salir corriendo. No tenía excusas para responder en caso de defender su integridad moral, era imposible que le dijera la naturaleza de su ser, así que estaba determinada a huir por completo de él. Hacerle la ley del hielo y evitarlo a toda costa posible, Victoria Nikiforova se había determinado eso como meta de toda su vida.

Pero simplemente había fracasado.

Fue al verle la cara en su turno de trabajo en Julian que recordó que Yuuri trabajaba con ella y no podía evadirlo, aunque quisiera. Y agregando que Yuuri estuviera en periodo de prueba y que Victoria tuviera sobresalientes de atención, lo que la obligaba a ser su guía en ese tiempo, hacía todo más difícil. No tenía escusas para negarse, y solo debía morir lentamente.

Cuando empezaron a trabajar en ese turno, Victoria estaba encargada de limpiar las mesas y recibir las órdenes, Yuuri debía dar la bienvenida a los clientes que ingresaran por la puerta.

— B-B-Bienvenido.

—Yuuri, por favor, recibe a los clientes con más animo —le pidió Victoria intentando sonar condescendiente.

— ¡S-SI! ¡B-Bienvenidos! —pero en lugar de animar, solo había asustado a los clientes que habían llegado y estos se habían marchado. Al ver eso, Victoria simplemente se resignó.

Su vida escolar.... Sería muy agotadora.

Esa noche de luna llena, Victoria suspiro desde el marco de la ventana observando el ciclo lunar cerca de la media noche, a lo lejos estaban su hermano Yurio y su hermana Mila, la segunda tenia al primero sometido en un abrazo mientras el pequeño intentaba escapar inútilmente. Ambos notaron su apagado humor.

— ¿Te pasa algo, Vitya? —Pregunto la vampiresa a su hermana que se volteó al llamado—. Creí que como ya había finalizado este mes, no tendrías problemas hasta el siguiente —menciono, Yuri chasqueo la lengua ante eso.

—Otro mes más donde debo ayudar a esta vampiresa inútil, incluso yo que no despierto mis poderes vampíricos puedo hacer mejor trabajo que ella —se galardonaba, pero en lugar escuchar el infantil pataleo de la joven, Yurio observo como esta salió molesta de la sala, lanzando fuertemente la puerta. Mila lanzo un silbido de asombro.

—No deberías molestar a tu hermana mayor, aun cuando la quieres más que todos nosotros —lo molesto, y el sonrojo fue indlicatorio de que esta decía la verdad—. Me has dicho que hay un humano que parece que puede descubrirla, me sorprende que no hayas borrado aun su memoria. Es cierto que aun que no has despertado tu poder como vampiro adulto, serás uno esplendido en su momento. Pero no por eso debes molestar a Vitya, intenta ayudarla lo más que puedas sin dañar tu salud ¿Si? —le pidió.

Y Yuri sabía eso, pero aun había algunas cosas más que quería averiguar antes de borrar la memoria de aquel humano.

Lo que no esperaron los dos hermanos que esa noche serian llamados por sus padres para tratar el caso correspondiente a su hermana y a aquel humano que estaba provocando que su sangre aumentara.

Al día siguiente Victoria había faltado nuevamente a clases. Yuuri observo el asiento vació con una curiosidad que no podía ocultar por detrás de sus lentes, era cierto que había hecho una afirmación bastante complicada y temía que, por motivo de ello, la joven hubiera abandonado la escuela por haberla descubierto. Así que, armándose de valor, se acercó hasta la prominente rubia que era su compañera y quien parecía ser la mejor amiga de Nikiforova.

—G-Giacometti, t-tengo un favor que pedirte —le hablo justo al finalizar la clase, encontrándose justo en el pasillo—. Por favor, dime la dirección de Nikiforova.

Para su sorpresa, la joven se acercó peligrosamente hacia él, rompiendo su espacio personal con una sonrisa entre divertida y coqueta.

—Te has convertido en todo un cazador ¿eh? Eso no se hace, Katsuki, tienes que ser sutil —le recomendó divertida, el rostro de Yuuri enrojeció, pero no amedrento.

—No es para nada de eso, hay algo que tengo que hablar con ella —aclaro—. Tengo entendido que son muy buenas amigas, así que debes saber dónde vive.

Pero curiosamente, la joven comenzó a hacer muecas de cuestionamiento mientras se cruzaba de brazos, Yuuri la miro sin comprender.

—Te podrá sonar raro, pero no sé dónde vive. Ella ha ido innumerables veces a mi casa, pero yo nunca a la de ella ¿Por qué será? —se cuestionó mientras el joven no sabía que creer.

Yuuri observo con pasmo la expresión de su compañera que verdaderamente, no parecía mentirle sobre el desconocimiento que tenía sobre la vivienda de su mejor amiga. Muchas dudas venían a la cabeza del joven estudiante en ese momento, y siguiendo un pequeño mapa que la suiza le había elaborado del directorio residencial de los estudiantes de su salón, Yuuri se encamino luego de clases hasta donde podría ser la casa de su compañera Victoria. Curiosamente, parecían vivir en el mismo distrito residencial, pero el japonés estaba seguro que luego de aquel desastroso encuentro bajando la colina, nunca más habían logrado coincidir.

Ante la presencia de un nuevo invitado, una pequeña figura se removió entre las sabanas dejando ver entre los hilos dorados y una vista esmeralda, con un pequeño juego de sus manos, un par de murciélagos siguieron el paso de aquel inocente y perdido joven, que por unas cuantas horas, recorrían aquel sendero sin posibilidad de encontrar el camino el cual estaba buscando. Ya en el atardecer y sumamente cansado, Yuuri no podía más. Ya para ese instante creyó haber estado dando vueltas, y aquella señal de transito ya la había visto como unas seis veces, un escalofrió le surco la espalda baja y decidió que por esa tarde, era mejor desistir de su encuentro. Por su lado, la figura pequeña de Yuri Nikiforov resalto desde una de las ramas cercanas y observo con bastante detalle como aquel humano se retiraba del borde de su territorio. Un bufido de fastidio se escapó de los labios del niño.

— Ese maldito cerdo, tratando de entrar a nuestro territorio ¡No me gustan los metiches ni entrometidos! —Refunfuño mientras acariciaba los cabellos de Potya en sus brazos—. Aún deben conocerse más, todavía no es tiempo —expreso, mientras observaba a la deriva el comienzo del anochecer.

Por otro lado, un grito despavorido se emitía en otro espacio por una figura masculina. En medio de lo que parecía ser una oficina administrativa, un hilo de sangre emanaba de la nariz de un hombre que estaba temblando en una esquina del suelo, mientras, la silueta de una mujer era sujetada por otros dos hombres y que estaba dispuesta a seguir golpeando al hombre que tenía frente a ella.

— ¡Eres un cerdo, un maldito cerdo abusador! —vociferaba a voz estridente Katsuki Mari, quien con sus cabellos desatados de su habitual peinado, a duras penas era contenida por los trabajadores del lugar.

— ¡Detente Katsuki! —le intentaba calmar y detener uno de sus compañeros de trabajo, pero Mari no escuchaba a nadie.

— ¡Y me importa un diablo! ¡Este tipo de personas no merecen trabajar en este lugar! —increpo como una fiera.

—No, en este lugar hay dos tipos de personas que no deben trabajar más aquí —pronuncio una nueva voz que ingreso a escena. Era un

— ¿Qué? —fue lo único que logro articular Mari calmándose de una vez.

De repente, un suéter fue lanzado contra el rostro de Victoria, quien observo sorprendida la sonrisa divertida de su hermana mayor.

— Ponte esto, vamos a salir —le informo, la joven vampiresa seguía viéndole sin entender.

— ¿Qué es todo esto de repente? —cuestionó, la sonrisa de Mila solo se ensancho.

—No me digas que pensabas quedarte encerrada todo este tipo, mama se molestara de nuevo si lo haces —menciono riendo, pero de inmediato cambio su expresión—. Hay algo que debemos conocer y para eso, necesito que vengas.

Ambas salieron del hogar, ya las luces nocturnas estaban en pleno apogeo y muchas personas estaban caminando por el lugar. Se aproximaban a la zona comercial de la ciudad, así que aprovechando de mezclarse con los demás, Mila empezó a hablar.

—Esto es algo que me han pedido mama y papa —admitió la vampireza riendo nerviosamente, Victoria le prestó atención—. Seguramente, tanto tú como Yurio creen que soy solo una mujer muy pervertida que sale a buscar compañía en todo aquello que se mueva y sea relativamente joven.

— ¿No es así? —pregunto la rusa, Mila soltó una carcajada en respuesta.

—Sí, de cierto modo, pero no es solo por eso —explicó—, la otra mitad es debido a mi gusto sanguíneo.

Victoria detuvo su andar para mirar a su hermana, no entendía que era lo que estaba diciendo y justo en ese instante, deciden pasear por el parque para charlar con más tranquilidad.

—Como habrás escuchado alguna vez, a mama le gusta la sangre la sangre de los mentirosos —menciono.

Y en ese momento Victoria recordó, el famoso berrinche que hizo su madre en la cena de año nuevo, donde le estaba exigiendo a su lloroso padre la sangre de una persona mentirosa, cuyas mentiras fueran capaces de destruir vidas, arruinar negocios, destruir la alegría de cualquier otra persona. Naturalmente, eso era algo muy difícil de encontrar pero Yulia Nikiforova no era una persona a la que se le pudiera decir fácilmente no, esa personalidad era una de las que hacia Yurio se comportara así.

—Por lo menos, a mí me atrae el estrés de las personas —indicó, al mismo tiempo que le extendió una fotografía y Victoria la miró, en seguida su mueca se transformó en desagrado.

— ¿Quiénes son estas personas horribles? Parecen pordioseros —no pudo evitar decir.

—Sus nombres Chowcho y Sho, son los dos hermanos con los que me encontraste hace unas noches.

— ¿¡QUEEEEEE!? —Grito—. ¡No pueden ser ellos! ¡Si ellos eran bellísimos!

—Como personas diferentes ¿No es así? —Mila tomo la fotografía y prosiguieron su camino—, tal parece que las cosas no iban bien con su familia. Pero en el momento que comencé a chupar su sangre, sus sombrías personalidades cambiaron, su rostro se ilumino al igual que subió su autoestima, todo eso en menos de una semana. Claro, no es como si en su casa todo haya mejorado —destacó, y eso dejo pensando a Victoria.

—Eso significa que al chupar su sangre, también extraes su estrés —concluyó y parecía como si la puerta a un nuevo mundo se hubiera abierto, y con gran emoción, se agarró a su hermana para saber más—. ¡Yo creí que era solo para alimentarnos! No creí que chupar sangre fuera algo tan bueno.

—Bueno, es un inconveniente cuando chupas todo su estrés, ya que pierdes el completo interés sobre ellos —reveló la pelirroja mientras tomaba a su hermana del hombro e iban saliendo del parque—. Nosotros los vampiros desarrollamos un instinto hacia el humano que tiene las características que más nos gusta. Jamás pensé que con todo lo que eres pudieras desarrollar también ese instinto. Y tal parece que ese tal Katsuki tiene tu gusto sanguíneo.

Y allí parecían responderse muchas de las interrogantes de Victoria, por qué su sangre reaccionaba tan violentamente hacia su compañero de clases aun cuando no era el momento del mes para esta se alzase. Y aunque había muchas cosas que no terminaba de comprender, tener en cuenta eso podía ayudarla a generar una forma de lidiar con el japonés. Mila también estaba segura de eso, y por ello había tomado la solicitud de ayuda que le dieron sus padres.

—Lo único que nos queda es encontrar a alguien cuya sangre te genere la misma reacción y podremos resolver todo el misterio —dijo muy sencillamente y con casi nada de seriedad que hizo que la rusa de cabellos plata la mirara con un puchero.

—Mila, esta ciudad es demasiado grande ¿Cómo encontraremos a una persona así? —cuestiono, y muy cercana a ellas, frente al paso del tren se encontraba una joven mujer fumando. Su mirada perdida en el horizonte resaltaba junto con su aura de oscuridad y frustración. De repente Victoria sintió como un fuerte golpe en su pecho y sintió como su sangre reaccionaba, de inmediato un gran rubor azoto su claro rostro. Mila le miro sorprendida.

—Wao, eso fue rápido.

Feliz noche mis corazones de cristal, es Elle. Aquí nuevamente con una actualización de nuestra bella vampira adolescente que puede expulsar sangre por su nariz XD

Nuestra querida Vitya aun no sabe como tratar con Yuuri y ahora mucho menos con aquello que el joven cree, no podía ser algo más vergonzoso que la realidad, así que solo puede escapar por breves momentos, pero es imposible huir para siempre, especialmente porque son compañeros de clases y de trabajo.

Hemos visto un poco de interacción entre Yurio y Mila, al igual que los pensamientos erroneos de Chris sobre Yuuri y Victoria XD Pobrecito, aun cuando no le gusta "aun", nuestra eros madura siempre esta buscando divertirse a su costa.

Y aunque el mismo Yuuri tenia sus dudas, gracias a la acción de Yurio no pudo encontrar su casa para saber más de Victoria. ¡Mari tambien parece que se ha metido en una especie de embrollo! ¿Como saldra de él?

Ademas de que aun no terminamos de esclarecer sobre los gustos sobre la sangre y el gusto particular de Victoria ¿Cual es el misterio detras de su reacción tan fuerte hacia Yuuri? Esperen conocer esto y más la otra semana con Vampire chibi Vitya, un saludo muy grande desde Venezuela y nos leemos muy pronto ¡besos!

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