Capítulo 01: Ser una vampiresa es tan vergonzoso.
El cielo era carmesí, las nubes brillaban entorno a ese ambiente carmesí y sus recuerdos eran todos de color carmesí.
En esa mañana calurosa de inicios de mayo, la joven Victoria Nikiforova abrazaba a su hermoso caniche mientras la alarma del despertador sonaba en toda la habitación. Con sus cabellos plata despeinados y alborotados por todo su rostro, un pulso ataco su apretado pecho y la chica no pudo más que suspirar con fastidio. En las mañanas que despertaba con su pecho dando saltos, sin poder respirar bien y con su rostro colorado, la pobre Victoria solo podía pensar "otra vez esa época del mes" mientras quería volver a lanzarse a dormir. Pero ya la mañana iba avanzando, su fiel compañero estaba despierto y expectante a sus acciones mientras con su cola exigía su alimento, la joven le dedico una sonrisa mientras le pedía que esperara solo instante más.
Fue hasta el baño para hacer sus necesidades, se dio una larga ducha caliente que despertó sus músculos y relajo su cuerpo, se cubrió con una toalla y procedió a cepillar sus dientes mientras su cara aun daba a entender que tenía sueño. Al salir del baño su amigo perruno seguía esperando por ella, y conmovida por sus ojitos apresuro su paso para vestir el uniforme de la preparatoria a la que asistía, peinar rápidamente sus cabellos para sujetarlos en una cola alta y metiendo todos los libros al maletín para salir de inmediato de la habitación.
—Aquí tienes, Makkachin —le sirvió su tazón de comida y el caniche celebro dando unos ladridos de felicidad hacia ella.
Victoria cocino su desayuno típico de esas mañanas "agitadas", siendo unos huevos revueltos, una tostada y un jugo de naranja, luego de servirlos se sentó a comerlos mientras disfrutaba de la vista que le otorgaba su ventana, que casi siempre, tenía sus cortinas cerradas para evitar que la luz se filtrase al recinto, claro, siempre y cuando ella no estuviera.
Como siempre, la joven Victoria aunque pertenece a una familia amplia, solo tenía la compañía de Makkachin durante las mañanas. Como todos los días, sacaba a pasear al caniche antes de ir a la escuela, aprovechando la oportunidad para botar la "basura" extraña que dejo su madre en la cocina para que justamente ella la desechara. Y luego de dar un recorrido por los alrededores de la casa, Victoria regresaba al caniche a su hogar para tomar sus cosas e irse a clases.
— ¡Me voy Makkachin! —se despidió y el can respondió su despedida para después irse a jugar con sus juguetes.
Solo una vez al mes Victoria tenia aquel mismo malestar que sentía en ese instante, solo una vez cada 30 días, y aun así, no pudo evitar suspirar cuando este había coincidido con sus clases de Educación Física.
Por su ascendencia, notablemente rusa, se suponía que la joven debería ser muy buena en los deportes, y sí que lo era, pero de vez en cuando su propio cuerpo no iba de acuerdo a lo que ella misma quería, por tal motivo, debía abstenerse de participar en una de las clases que más le gustaban.
— ¿Qué ocurre Vitya? ¿No te sientes bien hoy? —le preguntaron.
Una joven de exuberante figura para su edad, de cabellos rubios rizados que adornaban hermosamente su rostro color bronceado. Usando el uniforme de deportes de la preparatoria, la joven de ascendencia suiza se sentó al lado de Victoria observándola detalladamente.
—Parece ser que desde la escuela primaria no te sientes muy bien en estas épocas del mes —comentó la rubia, siendo secundada por Victoria.
—Bueno —la joven rusa desvió la mirada avergonzada, y una sonrisa se mostró en el rostro de la suiza.
—ojojo ¿Es bastante intenso esta vez? Puedo darte algunos compress que tengo en mi maletín sin los necesitas —le sonrió con confidente.
Sin embargo, no era ese el caso el que la joven se refería en esa ocasión. Christia Giacometti de 16 años, compañera de clases de Victoria y su mejor amiga desde la escuela primaria. Sus caracteres curiosos y echadores de broma fueron las que las unieron en una larga amistad de casi nueve años, conociéndose desde los escasos seis años, han compartidos grandes experiencias y secretos excepto el más grande de Victoria, que ni por asomo, tiene pensado decírselo a su mejor amiga.
Por otra parte, por los pasillos de la preparatoria iban acercándose hasta el patio de deportes. Una de las profesoras de primer año, Minako Okukawa, caminaba al lado de un nuevo estudiante que recién ingresaba a clases.
—Parece que las sabanas se te pegaron en tu primer día de clases en esta preparatoria —se burlaba la docente que ya tenía varios años conociendo al joven que sería ahora su estudiante.
—De verdad lo lamento, no era mi intensión llegar tarde —respondió el joven de lentes con expresión avergonzada—, me perdí en el camino a la escuela desde mi casa y tarde más tiempo en encontrar el camino nuevamente —se explicó, ante eso la profesora con una sonrisa de entendimiento pareció iluminarse con una idea.
—Estás viviendo con tu hermana en un departamento del sector oeste ¿No es así? —preguntó, el joven asintió—. Entonces deberías acortar camino por el parque Shizen, pregúntale a un vecino como llegar hasta allí —comentó, y fue al llegar a la entrada del patio que se volteó a ver al chico—. La clase a la que te unes, primer año D esta en este momento en clase de deportes ¿No será algo vergonzoso para ti?
—No se preocupe, después de todo, fue mi culpa por llegar tarde —respondió, y Minako decidió con ello llevarlo hasta donde se encontraban los estudiantes. Victoria y Christia abandonaron su conversación para prestar atención también.
— ¡Chicos de la clase D, presten atención! —Les llamó, y los estudiantes dejaron sus actividades para prestar atención a la docente—. Este es un nuevo estudiante de intercambio que se incluirá a su clase desde ahora, su nombre es Katsuki Yuuri.
—Soy Katsuki Yuuri, mucho gusto —se presentó.
Si era sincera, Victoria no habría prestado atención a su nuevo compañero, no era del tipo de persona que se interesaba en las nuevas personas a menos que le pareciera interesante, así era ella. Sin embargo, un fuerte retumbar se sintió en su pecho y fue obligada a mirar hacia el frente donde estaba su compañero, al verlo de verdad le pareció una persona muy común, el típico estudiante japonés de lentes. Pero había algo que era diferente a todo lo demás, de repente su pecho le dolía y comenzaba a temblar por algo que no precisaba y que por como entendía, provenía de aquel chico. Su cabeza dio vueltas y su respiración se cortó, una franja se mostró en sus ojos turquesa. Para el momento que su mente quiso reaccionar, ya su cuerpo había colapsado.
— ¡¿Vitya!? —chillo Christia al ver a su amiga tirada en el suelo inconsciente.
— Profesora Minako, Nikiforova nuevamente colapso —anunció otra estudiante.
Por su lado, Yuuri veía todo el alboroto sin entender nada.
Más tarde, la pobre Victoria abría lentamente los ojos permaneciendo algo desorientada, fue allí cuando se encontró con la afable sonrisa de su mejor amiga.
— Victoria perdedora, si te sentías tan mal pudiste haberte quedado en casa descansando —le regaño, la joven rusa sonrió apenada.
— Lo siento Chris —se disculpó, pero la suiza solo le dedico una sonrisa despreocupada.
— Pero gracias a ti, he podido saltarme la clase de educación física —se burló, y como siempre, Victoria no tenía por qué preocuparse gracias a su amiga.
Pero, justo como un momento de desliz, un sentimiento bien conocido para la joven le envolvió cuando observo el cuello la chica frente a ella, y además de ello, ambas se encontraban solas. Fue así que reacciono y se cubrió con las sabanas ante la curiosa mirada de Chris.
— ¿Qué pasa? —preguntó, y de inmediato Victoria negó con la mano.
— ¡Nada! ¡No es nada! —dijo mientras se regañaba mentalmente, después de todo, no podía morder a su mejor amiga.
No obstante, se encontrada extrañada. Aunque eran las fechas correctas, ese sentimiento que había sentido instantes antes no era nada normal dentro de su anormalidad, y aun cuando fue molestada por Christia que creía que solo se estaba saltando las clases, la sensación de molestia en su pecho no desaparecía junto aquellas interrogantes que no se iban.
En el salón de clases, Minako presentaba el asiento temporal de Yuuri mientras buscaba uno para él en horas del receso. El joven de 16 años escucho a su maestra indicarle que era el asiento de la compañera que se había desmayado por un ataque anémico que era usual en ella, y que, por el momento, podía usar el escritorio mientras Victoria se reincorporaba. Katsuki Yuuri se sentó allí solo porque no tenía otras opciones, pero no le era muy grato ocupar el espacio de otra compañera.
— ¿Qué?
Cuando el japonés alzo el rostro, se encontró con la sorpresa marcada en la cara de quien era su nueva compañera de clases, Victoria Nikiforova. Ella le veía con una cara de susto que jamás pensó recibir en su primer día de clases, atribuyendo que el ocupar su asiento podía ser considerado como una falta de respeto, intento disculparse, pero la chica corrió rápido hacia su maletín dando la vuelta de golpe hacia la puerta.
— ¡Me voy temprano! —alego sin oportunidad para que Yuuri se explicase, quedando petrificado por el accionar de tan curiosa chica.
Sin poder evitarlo, las miradas cayeron sobre él y su inseguridad se elevó mucho más de lo acostumbrada, sintiéndose notoriamente incómodo. Por su cabeza pasaban miles de interrogantes al respecto, pero nada como las de la propia Victoria que solo podía sostener su nariz enrojecida en el patio trasero de la escuela donde había huido. Con gran velocidad saco un pequeño teléfono de pantalla táctil y escribió un mensaje para enviarlo apresuradamente, era cuestión de vida o muerte para ella, pero siendo consiente, que aun debería esperar para que fuera segura la acción que planeaba.
— Hasta que el sol se oculte... debo esperar —se decía para animarse, pero las interrogantes seguían llegando a su cabeza.
¿Por qué su cuerpo reaccionaba ante ese desconocido y simple chico? Su "sangre" se había descontrolado hasta el punto de tener que pedir ayuda y estaba algo desesperada que el tiempo pasara con mayor rapidez.
Y fue alrededor de las 5 de la tarde, en pleno crepúsculo que Victoria salió corriendo de su escondite al escuchar el anuncio de finalización de actividades académicas de la preparatoria, apenas resistiendo fue por el camino menos transitado sin percatarse que el nuevo estudiante también estuviera caminando por ese camino, pero solo unos metros detrás de ella.
— ¿Se saltó las clases? —se cuestionó inevitablemente Yuuri, irónicamente, lo único que había visto de Victoria era su espalda al colapsar, al huir de él esa mañana en el aula de clases y en ese momento.
El joven estudiante no recordaba el primer nombre de la chica, pero su primer pensamiento fue catalogarla como una delincuente juvenil, aunque físicamente no pareciera a primera vista. Y aun así, con un poco de culpa, trato de disminuir su ritmo ya que no quería parecer un acosador, pero el camino que llevaba la chica era el mismo que él debía llevar para llegar a su nueva casa.
Al llegar al parque Shizen, la joven rusa buscó con la mirada algo en especial hasta encontrarlo ya que si no lo hacía su mayor temor se llevaría a cabo, fue entonces que lo encontró a escasos metros. Un hombre adulto yacía dormido en uno de los asientos del parque, con una sonrisa satisfecha se acercó lentamente hasta él, pero tropezó justo a un metro de este, despertándolo. El hombre, un asalariado que estaba más que despistado esa tarde, observo con sorpresa entremezclada con susto a la joven rusa que yacía ante sus pies.
— ¿Estas bien? —pregunto con un poco de duda hasta que un fuerte sonrojo se postro en su rostro al ver como esta se incorporaba hasta él.
— Sí, estoy bien —contesto con una sonrisa enrojecida y una mirada desenfocada, sus ojos antes turquesa, habían cambiado su coloración a un dorado intenso con su destellante pupila vertical, el hombre pareció congelarse cuando los brazos de Victoria se enredaron en cuello, mas no importo nada luego de lo que siguió a continuación.
Con el retumbar de sus latidos nublando su cabeza, en un segundo sus colmillos crecieron y se hundieron sobre el cuello de aquel importunado hombre que no podía moverse gracias a su fuerte agarre.
A escasos metros y ante los ojos impactados de Yuuri que había llegado en ese instante, vio como esta soltaba al hombre y este caía desplomado al suelo bajo gemido de satisfacción que estremeció sentidos que el adolescente jamás espero sentir de repente. Cuando escucho que alguien más se acercaba, se ocultó lo más rápido que pudo sin llegar a ver como un chico de 12 años caía de uno de los árboles y se acercaba hasta el hombre desplomado a los pies de Victoria. De la manga de su ropa se extendió un pequeño murciélago que se posó sobre los ojos del hombre mientras Victoria aún permanecía en una especie de éxtasis que el chiquillo debió interrumpir.
— ¿Es que eres una inútil? ¿Tienes que despertarme en medio de la tarde para que te ayude con el trabajo que se supone que debes hacer? ¡eres una completa inútil! —se quejaba el pequeño chico de cabellos rubios y mirada esmeralda mientras Victoria reía inocentemente.
— Lo siento, Yurio, pero no pude resistirlo más —se disculpó, aunque no parecía nada arrepentida de haber llamado al chiquillo, y eso hizo enfurecerle más.
— ¡Que no me llames Yurio, ese no es mi maldito nombre! —vocifero, pero la joven vampiresa solo siguió riendo mientras emprendía camino fuera del parque junto con su pequeño hermano.
Y allí, ante el gran desconocimiento de Victoria y Yurio, Katsuki Yuuri se encontraba escondido detrás de unos matorrales, por completo impactado y avergonzado mientras sentía que vio algo que no debió ver jamás.
La espina de la duda al final, nació en su corazón.
¡Hola mis corazones de cristal, es nuevamente Elle! :D Aquí con la actualización de esta curiosa historia que comenzo para el reto de VictuuriOnAnime pero que decidí hacer como un longfic ya que amo este anime y muy pocas personas lo conocen XD Hoy presento el primer capitulo de las aventuras de nuestra bella vampireza Victoria (como amo escribir sobre Victoria, es tan ahadhdkdkds) y espero puedan disfrutar de ella mientras siga la historia. Para quienes me siguen por otras historias, estoy escribiendo, un poco pero escribiendo XD y estos días la inspiración ha sido muy selectiva por lo cual pido nuevamente paciencia XD
Espero que les haya gustado esta historia que sera un drama comico muy interesantes, así que espero nos leamos pronto, un saludo muy grande desde Venezuela, se me cuidan.
Proximo capitulo: 02, Lahemorragia es tan vergonzosa
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